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El 20 de julio de 2015 ¡se romperá el corojo!

viernes, 10 de julio de 2015
Por Lohania Aruca Alonso*

  RCBaez_ante un nuevo Baragua
Y he dejado bien claro que también seguiremos teniendo diferencias muy serias. Que incluyen el apoyo duradero de Estados Unidos por los valores universales, como la libertad de expresión y asociación y el acceso a la información. Y no dudaremos en protestar cuando veamos que se actúa de manera contradictoria a esos valores. 
Barack H. Obama (1)

     El título de este artículo parodia la histórica frase criolla: “Muchachos, ¡el 23 [de marzo, 1878] se rompe el corojo!”, fue dicha por alguno de los cubanos presentes al final de la conocida Protesta de Baraguá, 15 de marzo de 1878, cuando el General Antonio Maceo Grajales confirmó a su contrincante español, el General Arsenio Martínez Campos, que las hostilidades continuarían, porque sus fuerzas no aceptaban los acuerdos del Pacto del Zanjón (2).

Ese gesto de firmeza ideológica y de coraje combativo por la independencia total de Cuba, trascendió a la Historia como un símbolo y paradigma, inobjetables, de la resistencia de los cubanos y cubanas en su irrenunciable aspiración detener una nación libre, soberana y feliz. “¡Con todos y para el bien de todos!”, dijo Martí.

    Sin embargo, aquí nos referiremos a otro tipo de desafío -semejante pero diferente-, al de los enfrentamientos entre patrones económicos, políticos y culturales socialistas y capitalistas, en la Cuba del 2015. La fecha aludida en el título es la de la reapertura oficial de las sedes diplomáticas y consulares de la República de Cuba en Washington y de los Estados Unidos de América en La Habana. 

     Aunque para ambos países este “acercamiento” será por  igual un gran desafío político, no se pueden ignorar las distintas magnitudes geográficas, demográficas y de riquezas,  que cada uno posee: se trata, una vez más, de encarar la pugna, casi mítica, entre el David tropical y el Goliat norteño.

A pesar de ello, los cubanos y las cubanas no se arredran ante el futuro reencuentro; muy al contrario, presenciaremos los ceremoniales diplomáticos convencidos de los beneficios que esta nueva etapa histórica nos depara a dos naciones vecinas. Desde luego, sin hacer concesiones a las ingenuidades y/o a las trampas políticas que hacen más escabroso el nuevo camino a emprender, para dominar “el arte de la convivencia civilizada”.

 Somos nosotros, el pueblo que ha sufrido por más de 54 años las constantes agresiones de parte de quienes pronto se reinstalarán en el moderno edificio de los años 50 ,(3) junto al malecón habanero, los que tenemos el deber de cuidar y defender la integridad de nuestro país, de su sistema económico,  político y cultural.  

     Para ello contamos con experiencias propias y ajenas. La Historia nos advierte, y dan fe del peligro ciertos “viejos” métodos y teorías “infalibles” (que nada tienen que envidiar a los de Maquiavelo), explicitadas en documentos que provienen de fuentes oficiales estadounidenses, como el citado a continuación:

"Sembrando el caos en la Unión Soviética, sustituiremos sus valores, sin que sea percibido, por otros falsos, y les obligaremos a creer en ellos. 
Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios en la propia Rusia. Episodio tras episodio se va a representar por sus proporciones una grandiosa tragedia, la de la muerte del más irreductible pueblo en la tierra, la tragedia de la definitiva e irreversible extinción de su autoconciencia.

De la literatura y el arte, por ejemplo, haremos desaparecer su carga social. Deshabituaremos a los artistas, les quitaremos las ganas de dedicarse al arte, a la investigación de los procesos que se desarrollan en el interior de la sociedad. Literatura, cine, teatro, deberán reflejar y enaltecer los más bajos sentimientos humanos. Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas, que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad.

En la dirección del estado crearemos el caos y la confusión. De una manera imperceptible, pero activa y constante, propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios. La honradez y la honestidad serán ridiculizadas, innecesarias y convertidas en un vestigio del pasado. El descaro, la insolencia, el engaño y la mentira, el alcoholismo la drogadicción, el miedo irracional entre semejantes, la traición, el nacionalismo, la enemistad entre los pueblos, y ante todo el odio al pueblo ruso; todo esto es lo que vamos a cultivar hábilmente hasta que reviente como el capullo de una flor.

Sólo unos pocos acertaran a sospechar e incluso comprender lo que realmente sucede. Pero a esa gente la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarles, desacreditarles y señalarles como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos. Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos, pervertiremos.
(Traducción de: El Arte de la Inteligencia, Allen W. Dulles, fundador e ideólogo de la CIA en la década de los 50. Los subrayados en negritas fueron hechos por la Autora de este artículo.)

¡Tanta bajeza y maldad enemigas del pueblo fue y es política real!

Cuba, por su parte, en este intercambio brindará a los visitantes estadounidenses la ocasión de relacionarse con nuestras modestas ciudades -sin rascacielos, ni edificios inteligentes. Con nuestros hospitales, teatros, museos y escuelas, estas últimas llenas de niños y niñas de colores mezclados, sanos, sonrientes y amorosos.

    Somos un pueblo cuya historia es radicalmente diferente de la que originó el imperio capitalista actual; aquí el esfuerzo de construir una nueva sociedad próspera y sostenible se realiza cotidianamente, educando, transformando hábitos y conductas negativos por otros que aporten al colectivo donde se vive y trabaja mayor seguridad y dignidad humana. ¿Habrá sólo “idealismo” de la parte cubana?

    Muchos de nuestros conciudadanos se han radicado en los EE. UU., no obstante, reconocen y defienden los logros socialistas – aún limitados por el bloqueo yanqui, la mala administración consciente o inconsciente de los escasos recursos que poseemos, y hasta por el vicio y la corrupción –penalizados- de los burócratas no revolucionarios.

      Esas tristes realidades y personajes sin escrúpulos son nuestra verdadera amenaza interna y requieren de una mayor prevención. ¿Por qué y cómo se corrompen los funcionarios?¿A qué modelo  de sociedad y cultura responden específicamente?¿Quién o quienes facilitan la entrada y copia al modelo erróneo?¿Cuáles son los medios a través de los cuales se divulga tal modelo/s acríticamente entre la población, sin referenciar los modelos culturales propios?¿Cuáles son los auténticos modelos que ofrecen la cultura nacional, cómo se promueven, que valores los identifican?¿Cuáles son los posibles motores impulsores de su aceptación y desarrollo?

Ahora mismo es tiempo de reflexión y acción.  En las grandes batallas que se nos avecinan a pasos agigantados no debemos fallar por imprevisión o inacción. Hay que cambia todo lo que debe ser cambiado, dijo Fidel Castro. Hay un gran porcentaje de población joven que en Cuba ha obtenido un grado alto de escolarización, y que sinceramente aspira a vivir en un país de gente honesta y digna. Justamente esta es nuestra mayor fortaleza.

     La memoria histórica de lo que hemos soñado, vivido y sufrido muchas generaciones, es un capital acumulado de valores cívicos y morales que se deben visibilizar, por todos en todos los espacios. Las calles, parques y plazas son museos a cielo abierto con monumentos dedicados a personalidades históricas; poseen un extraordinario valor patrimonial; cuentan, a nacionales y extranjeros, fragmentos gloriosos de la Historia de Cuba. ¡Atendámoslos! Así, los integramos a nuestra vida cotidiana.

    Hay que lograr el rescate de esos espacios públicos en las capitales del país, e igualmente en las provincias y los municipios. El desarrollo de las localidades, el fomento de su singular potencial, específicamente de la cultura de  base popular, es y será siempre un acicate para  acrecentar nuestra riqueza y prosperidad nacional. Es el fundamento y legado de cubanía que se traslada de una a otras generaciones. Profundicemos en su conservación.

     Vivimos inmersos en cambios aún inimaginables. Soñamos con un mundo mejor que, poco a poco, vamos conquistando, y que le arrancaremos  al futuro. Seamos conscientes y coincidentes con la grandeza de los desafíos que enfrentamos. Preparémonos infatigablemente para la lucha por un país todavía más cubano, más nuestroamericano, ¡más humano!

 La Habana, miércoles, 08 de julio de 2015
 Notas 
 
(1) “Declaraciones del Presidente de los Estados Unidos sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba”, Granma, Nacionales, Julio 2015, jueves 2, p. 3.)
(2) Pacto del Zanjón (11 de febrero de 1878): acuerdo de paz entre los ejércitos cubano y español que marcó el final de la Guerra de los Diez Años (1868-1878). Fue aceptado por el gobierno cubano en armas, que realizó la capitulación general el 28 del propio mes y año. No obstante, los jefes insurrectos orientales bajo el mando del General Antonio Maceo y Grajales no reconocieron el trato, ni se rindieron, expresando sus posiciones en la Protesta de Baraguá.
(3) Embajada de los Estados Unidos de América, dirección M entre Malecón y 7, fecha de construcción 1952; autores: arquitectos Harrison y Abramovitz (EUA) Mira y Rosich (Cuba). Remodelada en 1997 según proyecto de Caballero Architects, solo conservó su estructura original de hormigón armado y parte de sus cierres exteriores; fue un ejemplo destacado del diseño racionalista en La Habana moderna. Datos tomados de: Martín Z., Ma. Elena y Rodríguez F., Eduardo, La Habana Guía de Arquitectura Havana, Cuba, An Architectural Guide, La Habana- Sevilla, 1998, p. 204, incluye foto de fachada actual.



*Periodista e investigadora histórica y cultural cubana. Licenciada en Historia, con especialidad en Urbanismo. Máster en Ciencias Estudios sobre América Latina, el Caribe y Cuba Miembro de la UNEAC, la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción y la UPEC. Cumplió tareas como funcionaria del Servicio Exterior del MINREX en Cuba

Un día como hoy, ahora

lunes, 30 de junio de 2014
Por  |  30 / junio / 2014
 

Militarización en el Bajo Aguán, Honduras. Fotografía de Giorgio Trucchi.

Un día como hoy, ahora.
¿Qué hora es en Centroamérica? Preguntó el cañón
Y el eco respondió: Medianoche, todavía…
Sergio Ramírez en Centroamérica cuenta

Un día como hoy, hace cinco años, me levanté con el ruido de los aviones militares surcando los cielos, sin luz, sin agua, sin noticias. Era un 28 de junio de 2009 y las crónicas de lo imposible, estaban aún por escribirse. Me explico: en todo en mundo, aún en Honduras, nuestra generación pensaba que los Golpes de Estado habían pasado a la historia y que en este nuevo siglo, lo que nos esperaba era el fortalecimiento de la democracia, la conquista de nuevos derechos, en suma, seguir avanzando hacia la construcción de un mundo y un país mejor.

Al principio, cuando llegamos, mujeres y hombres de diversos lados, frente a Casa Presidencial, nuestro primer pensamiento fue que ni el país, ni el mundo, iban a permitir un Golpe de Estado, que significaría un retroceso enorme para todas las democracias del planeta. Pensamos eso el primer día, el segundo y luego, casi todo un año. Esto va a pasar, repetíamos, no puede durar mucho. Para nuestra sorpresa, no solo pasó, si no que se sostuvo por casi seis meses, ante la impasibilidad de las grandes potencias, incluida los Estados Unidos.

Posteriormente, se impuso un gobierno de derecha, electo por la minoría de la población, el del Porfirio Lobo Sosa. Luego, pensamos, sería posible un cambio, a través de las urnas y el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), que aglutinaba una buena parte de la resistencia hondureña. Para nuestra sorpresa y aún con la amenaza de fraude en los resultados, ganó Juan Orlando Hernández, sucesor de la derecha, con un 36.8% de los votos activos y apenas un 21.4% del Censo Electoral.

Cuando tomó posesión de su cargo anunció “seguiremos en el poder cincuenta años más”, agregando su famosa frase de campaña “voy a hacer, lo que tenga que hacer”. No es posible, re-pensé, pero reconozco a estas alturas en las que mi mente se ha equivocado muchas veces, ya no sé que creer. Uno de los estandartes de campaña, fue la creación de la Policía Militar que anota en sus logros, haber irrumpido por la fuerza, a petición del Presidente del Congreso Nacional, miembro del partido en el poder, y lanzado gases a diputados y diputadas de libre, incluyendo al ex presidente Manuel Zelaya Rosales. Nunca en mi vida, había visto un ex presidente gaseado. Y volví a pensar: cosas veremos…

Nada nos preparó para esto, ni para el retroceso espantoso de los derechos humanos a nivel de políticas públicas, producto del Golpe que se mantienen hasta hoy, entre ellas: la prohibición de las píldoras de anticoncepción de emergencia (PAE), convirtiendo a Honduras en el único país de América, donde este medicamento es prohibido y penalizado. Hay que mencionar además, la absorción de Secretarías de Estado como la Derechos Humanos, el Instituto Nacional de la Mujer entre otros, que pasan a formar parte de un mega ministerio de Desarrollo Social, así como la negación de información pública de la Secretaría de Seguridad al Observatorio de la violencia, alegando que ellos mismos colocarían en línea su sistema de estadísticas, como efectivamente lo hicieron en el año 2013. La violencia doméstica, que es el delito más denunciado a nivel nacional, no aparece en esa base de datos.

No se puede dejar de mencionar el número creciente de periodistas, abogados y transportistas que son asesinados, ante la vista y paciencia tanto del Estado, como de la Policía Militar. A esto se suma el alto índice de asesinato de jóvenes, hombres y mujeres (cuyo crecimiento por año va más acelerado que los asesinatos de hombres). La impunidad en la resolución de estos crímenes, es el denominador común.

Hoy nos encontramos con el drama de las niñas y los niños migrantes hacia Estados Unidos, noticia que el mandatario hondureño, recibía durante su asistencia al mundial de fútbol en Brasil. En declaraciones públicas, expresó que el creciente flujo migratorio de menores sin acompañante, no solamente al deseo de reunirse con padres sino a la violencia generada por el narcotráfico. “Son desplazados de guerra y yo creo que Estados Unidos debe hacer más.1. Nada dice de las condiciones paupérrimas en que su gobierno mantiene a la mayoría de la población, ni de los constantes aumentos a la gasolina, la luz, el agua y la canasta básica en general, que fue el primer “regalo” de sus diputados al pueblo hondureño al asumir su mandato.

Nada dice, de la alarmante violencia, producto de la represión y la pobreza, mientras la clase oligárquica se enriquece cada día más. La mayoría de los migrantes, que se calcula en unos 60 o 70 personas por día, son madres, jefas de familia, con sus hijos e hijas. “No se puede vivir aquí”, mencionaba una de ellas, “no hay trabajo, no hay condiciones, hay mucha violencia2”.

Otra de ellas, expresaba“(…) los padres que tenemos hijas adolescentes o jóvenes solteras sabemos que hay un lema: es peligroso ser bonita y joven. (…), Los padres nos encargamos de hacerles las fiestas, convocar a sus amiguitos y estar encima de ellos porque no se puede. Por eso esa es una falsa paz que nosotros vivimos, porque nosotros sabemos qué es lo que sucede, y por qué la gente está sacando sus (hijas). (…)3

La respuesta gubernamental ha sido enviar a un equipo de visita, incluyendo a la Primera Dama, a los albergues de Estados Unidos. Este equipo, al más puro estilo militar es llamando “fuerza de tarea” y no se sabe con certeza, cual es su función. Hasta ahora, solo hemos escuchado exhortaciones hacia la responsabilidad de Estados Unidos, sin escuchar, que propuestas existen o se proponen desde el Gobierno hondureño, para frenar o combatir esta migración.

En resumen, en cinco años, parece que las cosas no han cambiado mucho y de paso, han arrastrado nuestras esperanzas de que los países del mundo, cualquiera, intervengan para frenar esta situación.

Hay días que parecen interminables y en los que toca construir la vida poco a poco. Tenemos un país, lleno de rejas, físicas y mentales, donde no podemos caminar, pensar o hablar libremente. Un país, donde las noticias del horror siguen asombrándonos. Este no es el país que una vez soñamos para nosotros, para nuestras hijas e hijos.

Queremos quedarnos a vivir aquí, pero a veces, como ya ha demostrado el éxodo en masa hacia los países del Norte, la única opción que nos queda, es precisamente, salir de él. Queremos la alegría, la risa fácil, el café de las mañanas, el gozo de las tertulias y el abrazo de las amigas. Queremos la paz, en medio de un país que vive una guerra interna, no declarada, pero vivida. Y es por eso que sabemos, que queda mucho camino para seguir resistiendo…


1 http://www.lavanguardia.com/vida/20140613/54408982043/presidente-de-honduras-eeuu-debe-hacer-mas-ante-guerra-que-desplaza-a-ninos.html

2 Entrevista madre migrante. Junio 2014

3 Entrevista pobladora. Mayo 2014

Identidad y memoria popular: a 5 años de lucha y resistencia en Honduras

Por Ricardo Ellner
“Los pobres son muchos y por eso es imposible olvidarlos. Seguramente ven en los amaneceres múltiples edificios donde ellos quisieran habitar con sus hijos. Pueden llevar en hombros el féretro de una estrella. Pueden destruir el aire como aves furiosas, nublar el sol. Pero desconociendo sus tesoros entran y salen por espejos de sangre; caminan y mueren despacio. Por eso es imposible olvidarlos”.
 Roberto Sosa, poeta hondureño

De muy poco servirán los látigos de siete cabeza para contener la robustez e ímpetu social de las y los hondureños, pues se ha iniciado el despertar para en definitiva romper las cadenas. Hoy, a cinco años del deplorable Golpe de Estado en Honduras, el pueblo continúa luchando y resistiendo para inexorablemente lograr la emancipación revolucionaria.

 Fue en una fecha como hoy, que se consagró la bienvenida a estas personas, a las y los sujetos que luchan, a las y los que vienen a quedarse y combatir, y especialmente a aquellos  y aquellas que vienen a hacer oír con fuerza en las marchas la voz libertaria.

 Converge así, en este momento histórico, recorriendo al unísono por el largo y ancho de las calles, la masa mayoritaria que repudió y lo continúa haciendo aquel acto de secuestro y expatriación del Presidente constitucional José Manuel Zelaya,  protagonizado a su vez,  por la cúpula política y militar nativa en acato a la injerencia internacional estadounidense para romper la vida democrática del país.

 Es esta la lucha –que inició hace cinco años-  por la convicción solidaria, por la refundación del Estado, por la reivindicación de los derechos de las mayorías siempre excluidas quienes bajo la herencia de los procesos históricos de lucha y resistencia de las pretéritas generaciones, hoy los nuevos estadios son aportados con la actitud combativa y siempre crítica del pueblo.

 La dignidad no se negocia, sino que se conquista. No obstante, es de aquiescencia del pueblo que este camino no pasa solamente por pedir o asumir una actitud pasiva, sino más bien, combativa y beligerante amén de la coherencia política y social, de la unión de las masas, de la inclusión de todos los sectores y la participación de la mayoría de la población.

 Es por tanto, el deber revolucionario de nosotras y nosotros los que mediante la acción acabemos conquistando estos escenarios. Sin embargo, para hacerlo no es posible seguir apostando de manera reiterada y sistemática a los medios del poder establecido tradicionales que no guardan ninguna relación con los fines emancipatorios y revolucionarios. Sólo será posible emprender el camino de la dignidad cuando el poder resida en las mayorías; en el pueblo, en los barrios, en las aldeas, en los caseríos, en los cerros y en las montañas y no en un hemiciclo o en una presidencial casa.
“Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo,
cualquier injusticia realizada contra cualquiera,
en cualquier parte del mundo.
Es la cualidad más linda del revolucionario”.
Ernesto Guevara
Hoy, que se cumple un quinquenio del Golpe de Estado, las heridas permaneces abiertas, su tendencia vaga a la profundización, mientras la oligarquía continúa subestimando el poder transgresor y popular del magma del soberano.

 Es perpetuación de la explotación económica, la alienación cultural, la inequidad social que se configuran como políticas de Estado y que implementa el actual régimen de Juan Hernández que yace en curos desde 2010, caminan a ritmos acelerados. Esto, de manera fehaciente, demuestra que la crisis en la que tienen sumergida al país no es unicausal –como la quieren hacer ver- y más bien multifactorial.

 Las consecuencias directas de ese quebranto a la democracia hondureña son evidentes a cualquier flanco. En palabras de Eduardo Galeano, “no sólo a la luz de los fogonazos de las balas se revela una tragedia social”, para reflexionar en la actual Honduras.

El oprobio estimulado desde el oficialismo no ha dejado más que un fuerte incremento en los precios de los alimentos de primera necesidad aumentando los impuestos de un 12% al 15% en un país donde el 66.5 % de hogares viven bajo la línea de la pobreza. Comer es una necesidad básica del ser humano, pero la realidad en Honduras es que millones de personas se despiertan cada día con la angustia y la impotencia de no saber si podrán alimentarse, pues son prisioneros de un verdugo silencioso: el empobrecimiento.

 Los cifras son inimaginable para cualquier ser humano, empero, la naturalización institucional del hecho en el país es devastadora. De una población de un poco más de 8 millones, se estima que casi seis millones (5, 889,545) de personas son pobres. Más impactante es aún saber que, de esos casi seis millones, un total de 4.2 millones (4, 213,746) están en situación de extrema pobreza y 1.6 millones viven en pobreza relativa, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE).

 A esto se adjunta el constante aumento de los precios a los combustibles; en lo que va del año son ya 23 alzas y la tendencia alcista continúa y con ello el aumento en los valores del transporte, el agua potable, los alimentos, la energía eléctrica entre otros. El sistema de salud ha profundizado su precarización, los centros hospitalarios públicos permanecen desabastecidos continuamente y los funcionarios se dedican constantemente a robarse los dineros del pueblo.

 Cada vez se privatiza más la inversión y las instituciones públicas. El poder se concentra en las transnacionalidad que es un proyecto en total vigencia y que se resguarda bajo los fusiles de la remilitarización de la sociedad. Pretenden con esto – la clase dominante- instaurar otra noción de Estado, la idea del territorio saqueado y sin Estado, pero primero hay que probarlo argumentan, y así han convertido a Honduras en el “conejillo de indias” del imperialismo neocolonizador.

 Con una tasa del 54% de población subempleada, las condiciones indignas laborales tras el golpe de estado se acrecentaron, los pocos que gozan de trabajo formal lo hacen con retribuciones inequitativas pues a la mayoría de ellos no alcanzan ni el salario mínimo mientras funcionarios pagados por el Estado se adjudican más de 10 mil dólares, lo que representa 200 mil Lempiras en moneda local. De la mano llega el detrimento de la protección laboral y la precarización del trabajo que mediante la tercerización se ha vuelto una norma en el sistema de trabajo que propone Hernández.

 La apuesta de la dictadura institucional es servirse de empréstitos directos foráneos que apuntan a la indiscriminada explotación de los recursos naturales, como ser  los proyectos mineros a cielo abierto, la construcción de represas hidroeléctricas -administradas por grupúsculos de la oligarquía nacional y transnacional- que causan daños directos de contaminación al medio ambiente y  a las comunidades del territorio.

 Y algo no menos importante, los altos niveles de inseguridad e impunidad que vive el país.  A la fecha y después del Golpe de Estado, en Honduras  se han asesinado a más de 27 mil personas violentamente. La represión, los femicidios, los actos de odios contra la comunidad Lesbi, Gay, Trans, Bisexual e Intersexuales (LGTBI), los asesinatos contra la disidencia política, la migración obligatoria de los niños hacia Estados Unidos, el asesinatos de las y los jóvenes han hecho que el país sea el más violento del mundo.

 Según el informe global de Homicidios 2013 de la Organización de Naciones Unidas, Honduras posee una tasa de homicidios de 90.4 por cada 100,000 habitantes. Esto cuantifica que para el año pasado el total de muertos y asesinados fue de 7,172. (En el  país, uno de cada 280 varones de entre 30 y 44 años y uno de cada 360 entre 15 y 29 años son víctimas de homicidio cada año).

 Esta senda de violencia sistemática que inició hace 5 años en un día como hoy, ha dejado inobjetablemente diáfano que el capitalismo – hoy en su propuesta neoliberal- no admite más capas de maquillaje ni reformas y su desaparición constituye el único escenario razonable. Esa es la lucha que se propone desde el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en Honduras y que logró su expresión política partidaria socialista democrática con el Partido Libertad y Refundación (Libre) y que es acompañado por otros sectores no organizados.  

 Ya lo mencionaba Vladimir Ilich Ulianov que el partido revolucionario debe asumir el papel de propagandista, agitador y organizador de la lucha proletaria, así como el de educador, exponiendo a todas las y los trabajadores y demás capas populares los objetivos generales del programa socialista.

 Es por tanto, la necesidad de luchar por una revolución social y popular que sea capaz de transformar y refundar los cimientos la sociedad que se basen en la igualdad, inclusión, participación y solidaridad como la única forma de reconquistar nuestra dignidad.

 En tanto, esta resistencia que hoy convoca, que nació y se reconoce en las calles, ha provocado la partitura –de manera indefectible- en la historia de Honduras y ha sido un estímulo de forma inexorable a la emancipación de nuestro pueblo.

 Recordamos a nuestros mártires y luchamos por ellos, por nuestra generación que sobrevive y las venideras. Por la justicia, la dignidad y la memoria, hoy a un quinquenio de lucha y resistencia, el pueblo rebelde, vencerá.

Recibido por correo electrónico

Hugo Chávez y su siemprevida

miércoles, 5 de marzo de 2014
Por Wilkie Delgado Correa*
 

Hugo Chávez forjó una historia diferente en Venezuela, América Latina y el Caribe, y en el resto del mundo, y de ahí que quedará inscripto indeleblemente en los tiempos futuros.  

A un año de su partida física, la muerte de Hugo Chávez parece aún una mentira, una mala pasada del destino o una broma pesada de los agoreros del averno. Ante los hechos inexplicables del continuo vivir y morir de los humanos, quizás no queda más consuelo que una certeza que reconforta a la humanidad más allá de cualquier desgarradura. La expresó en su momento José Martí en esta idea: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.

 Descubrimos verdaderamente a Hugo Chávez, a su personalidad y su verbo, durante su primera visita a Cuba el 14 de diciembre de 1994. Antes el conocimiento estaba matizado por todas las visiones contradictorias que se ofrecen en las noticias internacionales. Fue a partir de entonces, y de aquella cercanía en nuestro país, que le seguimos el rumbo como si un nuevo Quijote estuviera andando y desandando por llanos y montañas de su Venezuela y Nuestra América. 

Fue en los días en los que el pueblo venezolano le rendía homenaje en capilla ardiente y en los que en todas partes del mundo se le rendía un tributo merecido, cuando decidí recopilar los artículos publicados en un libro, que se publicó en agosto del año pasado, cuyo título es Hugo Chávez en las horas de grandeza, enfermedad y  muerte. En la introducción del mismo, expresé:

Esta obra aborda diversos aspectos de la personalidad y el quehacer de la vida de Hugo Chávez Frías como presidente de Venezuela.

En el contexto latinoamericano y mundial la figura de Chávez ha dejado una impronta que, por lo singular de su irrupción en la política y su proyección dentro y fuera de su país, tal vez alcance una dimensión histórica superior cuando sus ideas y las obras concebidas por él sean valoradas justamente sin que medien los apasionamientos de la inmediatez de la época actual y que, muchas veces, obnubilan las mentes para el análisis sereno y objetivo.

Si se afirma que Hugo Chávez se destacó por ser un líder político consecuente y audaz en la práctica y la teoría revolucionaria, se estaría resumiendo una trayectoria descollante de apenas veinte años y con un protagonismo como gobernante durante quince años. Este es un periodo relativamente corto y, sin embargo, la obra acumulada en tan breve tiempo, afrontando obstáculos pequeños y grandes impuestos por sus adversarios y los  acondicionamientos naturales que eran propios de un escenario tradicionalmente viciado por tanta práctica corrupta de la política en su país, ha resultado tan colosal y trascendente que asombra porque rebasó las fronteras de su patria y benefició concretamente a millones de personas.

Alguien podría estar o no de acuerdo con determinados actos e ideas  de Hugo Chávez, pero nadie puede ocultar que estos, en su conjunto, forman parte de una experiencia paradigmática y representan una nueva forma de concebir y ejercer el oficio de la política que, según expresara José Martí, es al fin y al cabo “el arte de asegurar al hombre el goce de sus facultades naturales en el bienestar de la existencia.”

Chávez demostró ser una personalidad multifacética en la que descollaron aspectos como su audacia en los terrenos de la acción; su visión estratégica ante las más cambiantes realidades y circunstancias; su estoicismo y valor ante los fracasos en su trayectoria revolucionaria; su admirable y emotiva comunicación con personas de todas las categorías y la empatía que lograba a nivel personal o multitudinario; su capacidad de memoria extraordinaria para retomar hechos e ideas de la historia o de la vida cotidiana para incorporarlos a los argumentos que requería para la persuasión y el logro de la aceptación y adhesión de sus interlocutores.

Era un extraordinario orador, capaz de hilvanar con acierto los más variados temas y matizar su oratoria con la declamación, el canto, el cuento y siempre el diálogo. En todo esto se reflejaba la hondura del pensamiento, la cultura en los más variados campos, el dominio de los asuntos diversos que trataba con precisiones de fechas y cifras.

Pero sobre todo su personalidad estaba presidida por la simpatía, la llaneza, la sinceridad y una generosidad que provocaba una identificación rápida con su forma de ser y de pensar.

En fin, esta obra pretende ser un acercamiento al hombre y a su obra, históricamente ligado a su contexto nacional e internacional.

Al contenido de la referida introducción, añadimos, esta vez, las conclusiones del artículo publicado el 16 de marzo de 2013, titulado  Hugo Chávez enseña a la tierra y al cielo su obra acabada, y que estuvo presidido por esta idea de José Martí: “Un pueblo libre y justo es el único homenaje propio de los que mueren por él.”

En conclusión, Hugo Chávez forjó una historia diferente en Venezuela, América Latina y el Caribe, y en el resto del mundo, y de ahí que quedará inscripto indeleblemente en los tiempos futuros. Por lo tanto, el recuerdo imperecedero le mantendrá vivo y triunfante porque durante su trayectoria puso en su lugar al  protagonista principal que le acompañó en su protagonismo individual, es decir, el pueblo, del cual han surgido los factores que pueden decidir la continuidad de la revolución bolivariana: el partido y el polo patriótico, las organizaciones sociales diversas, las fuerzas armadas bolivarianas, el sistema político estatuido por la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la dirección colectiva del proceso revolucionario reflejado en miles de cuadros a todos los niveles y, en especial, a nivel nacional, que deben garantizar la unidad y la victoria en el futuro.

*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

Chávez, el que se animó a encender la madrugada

lunes, 3 de febrero de 2014
Por Daniela Saidman

La historia de los pueblos tiene sus hitos, como la piel guarda la memoria de caricias y heridas viejas, y se estremece cada tanto al recordar todo lo que de bueno o doloroso ha pasado por su geografía. Así somos, memoria transida de voces y recuerdos, capaz de levantarnos luminosos una mañana, cuando la vida nos convoca a escribir el futuro.

A lo mejor por eso se quedó para siempre el tacto de aquel 4 de febrero de 1992 cuando asistimos a uno de esos puntos de inflexión que nos cambió a todos. Después de ahí nada seguiría igual porque en esa fecha se encendió una llamarada que ya nada podrá apagar.

Aquel Chávez que irrumpió en las pantallas de la televisión se sembró en la memoria sí, pero también se subió a los mástiles donde ondean las esperanzas y con cada viento que pasa vuela más alto como extendiendo las alas.

Una rebelión de esperanza

La del 4 de febrero, la rebelión que unió a civiles y militares, será recordada y celebrada siempre por la mayoría del pueblo como una acción cuyo objetivo era la libertad. Es cierto que no se consiguió en ese momento, pero a veces perdiendo también se gana. El 4F sirvió para despertar y sacudir conciencias, y ayudó a alejar los miedos que había instalado la represión del 27 de febrero de 1989, que dejó tres mil muertos en apenas tres días.

Dijo por ahora -Chávez, imposible olvidarlo- y dejó la ventana abierta para que el sol entrara a raudales y lo inundara todo con su luz, quedándose aunque estuviera preso. Y eso hizo, ¿no? Quedarse para siempre. ¿Quién hubiera dicho que aquel teniente coronel que se animó a asumir el acto de rebelarse contra el poder estaría sembrado tierra, sueño y esperanza adentro, tan Barrio Adentro como las misiones que creó para el beneficio de tantos y de tantas? Será precisamente por eso que Chávez, el comandante que hizo posible la utopía, se nos ha ido repartiendo en el aire, en las palabras, en los actos y en los gestos cotidianos para vivir siempre como esa caricia amasada a fuego lento en nuestra historia.

“Desde lo más hondo del corazón del pueblo digo con Aquiles Nazoa que gracias al 4 de febrero cada compatriota puede con plena certeza 'tender una mañana la mirada sobre el paisaje y decir esta es mi ciudad, esta es mi patria'”, escribió Chávez para su pueblo el 4 de febrero de 2013.

Tan aquí y tan ahora su palabra que conmueve. Por eso, aquella imagen del ardimiento amoroso que guió a Chávez y que tan bien escribió el poeta Luis Alberto Crespo es el fuego que aún hoy todo lo enciende, todo lo incendia, alumbrando a su paso el futuro que haremos venir.

“Él es, es el mismo, el de siempre. Se asemeja todavía al capitán demócrata y sentimental que encendió con su palabra a un solitario pueblo llanero donde su bisabuelo cumplió una hazaña de pasión y machura, le digo yo ahora a mi memoria. De aquel 4 de febrero proviene su ardimiento. Hoy, enciende a Venezuela y a los pueblos de América y de más lejos”, eso dice Luis Alberto, el poeta que lo conoció allá en el Llano.

Y es que este Chávez del 4F es el muchacho bueno, el que se crece y multiplica en la juventud de ahora. A Chávez lo encontramos todos los días en los jóvenes que se juegan la vida para conquistar la paz, que es lo mismo que hacer nacer la ternura y la solidaridad, que fundar el futuro ahora, cuando la madrugada luminosa lleva su nombre.

 Mensaje del Comandante Chávez el 4 de febrero de 2013 (fragmento)

“El Caracazo señaló un fin y un comienzo, fin de un sistema ahogado en la desvergüenza, comienzo de una época de cambios que exigía renacer en dignidad popular.

Quienes irrumpimos contra las tinieblas de la injusticia y la indignidad que abrumaban a Venezuela por aquel entonces estábamos como decía el Che Guevara guiados por grandes sentimientos de amor, un amor bolivariano, popular, rebelde, combatiente, un infinito frenesí libertario que nos llevó, como quería el padre Libertador, a echarnos al miedo a la espalda para salvar la patria.

Nuestro poeta Gustavo Pereira nos dice con estremecedora simplicidad los siguiente: “El amor es la única cosa importante en el mundo”, han transcurrido 21 años desde aquel 4 de febrero, de angustia y madrugada, de valentía y sacrificio, y la marcha sigue siendo dura, pero con la fuerza irresistible del amor recordemos a Bolívar estamos a paso de vencedoras y de vencedores hacia la independencia definitiva, hacia la patria socialista y liberada”.

Hugo Chávez Frías

La Habana, Cuba, 04 de febrero de 2013
 
@DanielaSaidman
 Imagen tomada de La Cámpora (www.lacampora.org)
Publicado en DESDE LA OTRA ORILLA

Las deudas pendientes de la justicia en América Latina

miércoles, 12 de junio de 2013
Por Wilkie Delgado Correa*

 

Los tiempos por venir dirán cuánta justicia se podrá alcanzar en los ámbitos más diversos al cabo de estas luchas por la vida y el desarrollo en cada uno de nuestros países.

La justicia tiene tantas deudas pendientes en América Latina -y en todas partes del mundo- que quizás llevará siglos, entre triunfos y reveses, para enderezar los miles de entuertos sembrados a lo largo de otros muchos siglos bajo el imperio de reinados de crímenes y explotación.

Sin embargo, en los últimos años -verdad que en un proceso más lento que lo deseado-  algo se ha avanzado en poner fin a la impunidad de crímenes horrendos en América Latina. Los casos de la condena y muerte del dictador Videla en una cárcel en Argentina, la permanencia en la cárcel de Fujimori en Perú, la condena de Ríos Montt en Guatemala, aunque anulada por el Tribunal Supremo, pero aún pendiente de proseguir la misma causa, son ejemplos de cuánto se ha avanzado en el camino por llevar ante la justicia a los que en otras épocas fueron sacrosantos intocables en nuestros países.

Crímenes de lesa humanidad y crímenes menores han sido juzgados ejemplarmente, y con los individuos, han sido condenadas, a la vez, formas específicas de regímenes capitalistas que eran apoyados material y moralmente por el padrino universal de todos: los Estados Unidos.

Estos regímenes eran antes considerados como los prototipos, los dechados, las democracias representativas ideales, que merecían nuestros pueblos levantiscos. Frente a una supuesta amenaza comunista a los valores del mundo occidental, se optó por aquellos gobiernos de fuerza que eran ilegítimos por su origen, ya por elecciones o por golpes de estado, capaces de sumir a sus pueblos en un mar de sangre y de vender los recursos de los países en el libre mercado que dictaba una corrupción engreída. El vuelo del Cóndor, u operación masacre concebida en nuestra América, nunca imaginó que durante su marcha triunfalista de un país a otro, vendría una época en que se le cortaría las alas a aquel instrumento de dominación macabro y, mucho menos que, años después, llegaría la ocasión de hurgar en el pasado con ojos judiciales.

Algo se ha avanzado. Ahora también Brasil instaura una Comisión de la verdad.  Quizás después venga la hora de abrir un espacio a la justicia ante la tremenda verdad que se descubra.

Sí, algo se ha avanzado, pero ¡qué lento andar! Aún existen muchos países donde en nombre de los muertos se solicita que se ponga fin a esa impunidad histórica mediante una acción justiciera de los gobiernos y de toda la sociedad. No obstante, hay una resistencia contumaz en muchos países para que se abran las puertas a la justicia. Fuerzas retrógradas, comprometidas con el pasado, emplean cuantos resortes pueden y saben manejar para que todo quede sepultado, como si fueran los difuntos reconocidos oficialmente como sepultados o como desaparecidos.

¡Qué decir de aquellos países que fueron sometidos a verdaderas políticas de exterminio y, sin embargo, todo transcurre en plena desmemoria y, por lo tanto, como si nada hubiera pasado o como si se tratara de un simple juego remoto de ajustes de cuentas!

Ante esta realidad cabe apuntar que se es cómplice, se es en cierta forma criminal cuando, convencidos de la certeza de prácticas de exterminio humano injustificable, se quiere -mediante el silencio, la ceguera simulada, la inacción o la prohibición- poner un valladar al ejercicio de la justicia, con su consiguiente efecto sancionador de los verdugos y reivindicador de las víctimas y sanador de sus descendientes y de todo el pueblo.

La lucha contra la impunidad es un asunto que no es sólo del presente. Su necesidad dimana de los retos que pueden preverse en el futuro.

Es obligado señalar que este proceso de imperio de la justicia frente a la criminalidad como política de Estado, se inició en Cuba con el triunfo de la Revolución cubana, el primero de enero de 1959, hace cincuenta y cuatro años. Fue entonces que, por primera vez en la historia de Cuba -según la expresión de Fidel- un pueblo juzgaba y sancionaba o ajusticiaba a sus verdugos.

Este acontecimiento ejemplarizante y ajustado a leyes previas de la Revolución, contó con un respaldo unánime del pueblo cubano que había padecido durante siete años a una dictadura sangrienta, y se enfrentó a ella al costo de más de 20 000 vidas.

Sin embargo, es obligado señalar también que la justicia no pudo dictar sentencia contra los mayores criminales y ladrones de aquella dictadura oprobiosa de Batista, pues estos se fugaron hacia el territorio de los Estados Unidos, donde, por supuesto, fueron bien acogidos y con los brazos abiertos, cual buenos aliados y servidores fieles. Allí han vivido ellos y sus descendientes, la mayoría holgadamente o ricachonamente, orquestando planes y realizando agresiones contra Cuba.

El territorio norteamericano devino paraíso de la impunidad continental, pues a partir de entonces, y particularmente ahora que en muchos países se pide cuentas a estos personajes criminales, muchos de ellos escapan y buscan refugio acogedor en ese país. ¡Vaya paradoja de una nación que representa a la llamada civilización occidental en este hemisferio! Para estos afamados criminales no existe extradición alguna, y menos juzgamiento en el territorio donde se han residenciado como ángeles, aunque aún acechan como águilas rapaces a sus países de orígenes.

Independientemente de las diferencias políticas legítimas a nivel nacional e internacional se debe reconocer que nunca debiera aceptarse que a los gobernantes y a sus seguidores se les permita cometer crímenes con impunidad contra sus pueblos u otros pueblos.

Y lo mismo que hemos dicho con respecto al crimen, se puede expresar sobre la corrupción: Antes del triunfo de la lucha armada en la Sierra Maestra, Fidel había señalado: “A las puertas de los malversadores, tocaremos después del triunfo de la Revolución”. Y así se cumplió como un mandato justiciero inaplazable.

Hoy la lucha contra los malversadores en la América Latina está ocupando también su lugar en los procesos transformadores de nuestras sociedades, especialmente en los revolucionarios y progresistas. Se impone esta batalla difícil contra la podredumbre prevaleciente en la mentalidad y actuación de dirigencias voraces que actúan bajo la capa del poder político, económico, financiero y otras esferas sociales chapadas a la antigua y moderna usanza capitalista.

Los tiempos por venir dirán cuánta justicia se podrá alcanzar en los ámbitos más diversos al cabo de estas luchas por la vida y el desarrollo en cada uno de nuestros países.


*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

"Es la Hora del Recuento, y de la Marcha Unida"

jueves, 18 de abril de 2013
Nos dice su autor: "Hace ya tiempo escribí este artículo que, a raíz de los acontecimientos en Venezuela, vuelve a tener vigencia, sobre todo por el retrato de las fuerzas reaccionarias locales que hace Martí y su sugerencia de como neutralizarlas. Te ruego compartirlo"

"Es la Hora del Recuento, y de la Marcha Unida"

Por Orlando Licea Díaz
Una y otra vez, mientras disfrutaba el reencuentro con un amigo, y escuchaba las ideas de un grupo de entusiastas estudiosos, ansiosos por resolver el enigma de la Revolución Bolivariana, por dar cauce seguro, sólido y estable al compromiso sagrado de liberar, no sólo a Venezuela a Cuba o al Ecuador, sino a la América toda, del sufrimiento acumulado durante siglos de dominio y explotación inicuos, venía a mi mente la frase de Martí que encabeza este intento y lo mucho que nos queda por aprender y aplicar del pensamiento de nuestros ancestros, sagrados e ilustres, en la lucha por la felicidad de nuestros pueblos.
Terminadas las horas de intercambio y disfrute, de interacción activa, vino la necesaria reflexión, y la decisión de escribir estas líneas, que intentan ser una especie de aviso sobre la urgente necesidad de poner el pensamiento y la obra de Martí, de Bolívar, del Che y de todos los que nos antecedieron en la lucha por una América unida, feliz y próspera. Lo haré con un ejemplo, el análisis del ensayo Nuestra América, escrito por Martí hace ya tiempo, pero de una impactante actualidad.
“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra. No hay proa que taje una nube de ideas. Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón de acorazados. Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que se enseñan los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma tierra, o el de casa chica, que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de modo que sean una, las dos manos”.
No hay que perder tiempo buscando en Nostradamus: las profecías para la América Latina están hechas por los americanos mismos, y Martí, junto a Bolívar, son los dos grandes profetas de nuestras tierras. En estos mismos días el gigante de las siete leguas anda metiendo sus narices por diversos rincones de nuestra patria común, a ver cómo reaccionamos. Y si no superamos pronto el espíritu de aldeano, nos puede poner en un instante la bota encima: 
“Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen las tempestades; ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.
Si Martí escribió y sufrió, si previó y avisó y alertó, sobre los peligros que asechaban a nuestra América cuando el gigante era apenas un niño y aún no había enseñado a las claras sus intenciones de dominio universal, si dio respuesta clara, precisa y concisa al interrogante de cómo pararlo e inmovilizarlo, antes de que pusiese sus manos y sus botas, empapadas de fango y sangre, sobre nuestros románticos, valerosos y sufridos pobladores. ¿A que buscar consejo y soluciones en lejanas tierras? ¿A qué estimular, bajo pretextos varios, la división sectaria que nos debilita?
“A los sietemesinos sólo les faltará el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás. No les alcanza al árbol difícil el brazo canijo, el brazo de uñas pintadas y pulsera, el brazo de Madrid o de París, y dicen que no se puede alcanzar el árbol. Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos, que le roen el hueso a la patria que los nutre. Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni de sorbetes. ¡Estos hijos de carpintero, que se avergüenzan de que su padre sea carpintero! Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan. ¡Bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades Pues, ¿quién es el hombre? ¿El que se queda con la madre, a curarle la enfermedad, o el que la pone a trabajar donde no la vean, y vive de su sustento en las tierras podridas, con el gusano de corbata, maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor en la espalda de la casaca de papel? ¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más; estos desertores que piden fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga en sangre a sus indios y va de más a menos! ¡Estos delicados, que son hombres y no quieren hacer el trabajo de hombres! Pues el Washington que les hizo esta tierra ¿se fue a vivir con los ingleses, a vivir con los ingleses en los años en que los veía venir contra su tierra propia? estos “increíbles” del honor, que lo arrastran por el suelo extranjero”.
Gusanos en Cuba, Escuálidos en Venezuela y, con otros nombres y matices en otros pueblos, este segmento lamentable de la población de nuestros países, sigue existiendo y constituye quizás un peligro mayor que el gigante mismo.  
“A lo que es, allí donde se gobierna, hay que atender para gobernar bien; y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo, a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas. El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país”.
Genial respuesta a los que quieren imponer desde afuera, como una y otra vez lo han hecho -y lamentablemente logrado en ocasiones- modelos de gobierno hechos a la medida para facilitar que la bota pise sobre césped blando y no sobre espinas, piedras afiladas y volcánica lava, como corresponde a su diabólica vocación opresora.
“Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador”.
Chávez ha sido un creador, Fidel igual, Evo lo está siendo, y Correa y cuantos han arribado al poder con la intención noble y sagrada de convertirlo en un modo de hacer felices a los seres humanos de estas tierras. Es la única manera de lograr, en un mundo diseñado para la opresión, que los pueblos prosperen y adelanten.
“¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al mundo, con antiparras yanquis o francesas, y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen. En la carrera de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos de la política. La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. Y calle el pedante vencido; que no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas”.
Mucho habría que comentar sobre estas afirmaciones martianas, urge reunirnos para analizarlas e incorporarlas a nuestro cotidiano quehacer y que pensar. Otro insigne latinoamericano, Aníbal Ponce, desarrollando esta idea, demostró que los programas escolares son eficaces instrumentos para detener nuestros ímpetus liberadores y para hacer fracasar los movimientos sociales y las revoluciones que intenten poner a nuestras tierras en condición de ser habitadas por seres humanos libres y felices.
“Con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores. El tigre, espantado del fogonazo, vuelve de noche al lugar de la presa. Muere echando llamas por los ojos y con las zarpas al aire. No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando la presa despierta, tiene al tigre encima. La colonia continuó viviendo en la república; y nuestra América se está salvando de sus grandes yerros, de la soberbia de las ciudades capitales, del triunfo ciego de los campesinos desdeñados, de la importación excesiva de las ideas y fórmulas ajenas, del desdén inicuo e impolítico de la raza aborigen”.
El tigre, con sus garras de terciopelo, nos está husmeando: se le siente, se le huele, el tigre de afuera y la hiena de adentro, dispuesta a alimentarse de las carroñas y los despojos. Y hay urgencia en desarrollar los sentidos, en seguir los consejos de Martí, en enseñarnos como somos, uno en carne y sangre, un solo pueblo y una sola nación, dividida artificialmente para facilitar el dominio. Y de materializar el sentido de la vida de Bolívar, la unidad de todos los pueblos de América Latina, estamos a tiempo; si nos tardamos, no quedará laringe para lamentaciones, ni ojos para lágrimas. Martí sigue insistiendo:
“El tigre espera, detrás de cada árbol, acurrucado en cada esquina. Morirá; con las zarpas al aire, echando llamas por los ojos”.
¡Téngase bien en cuenta que estas líneas fueron escritas por Martí aun antes de que el tigre hubiese puesto sus garras sobre los pueblos de Nuestra América!.
 
“Se ponen en pie los pueblos, y se saludan. “¿Cómo somos?” se preguntan; y unos a otros se van diciendo cómo son. Cuando aparece en Cojímar un problema, no van a buscar la solución a Dantzig. Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América. Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino! Se entiende que las formas de gobierno de un país han de acomodarse a sus elementos naturales”.
 
“Estrategia es política. Los pueblos han de vivir criticándose, porque la critica es la salud; pero con un solo pecho y una sola mente. ¡Bajarse hasta los infelices y alzarlos en los brazos! ¡Con el fuego del corazón deshelar la América coagulada! ¡Echar, bullendo y rebotando, por las venas, la sangre natural del país! En pie, con los ojos alegres de los trabajadores, se saludan, de un pueblo a otro, los hombres nuevos americanos. Surgen los estadistas naturales del estudio directo de la Naturaleza. Leen para aplicar, pero no para copiar.”
Aunque quizás innecesaria, valga la aclaración de que Martí no divide a Nuestra América en naciones, sus problemas son comunes, por las venas corre la misma sangre, y cumplirán el mismo destino:
“De todos sus peligros se va salvando América. Sobre algunas repúblicas está durmiendo el pulpo. Otras, por la ley del equilibrio, se echan a pie a la mar, a recobrar, con prisa loca y sublime los siglos perdidos. Otras, olvidando que Juárez paseaba en un coche de mulas, ponen coche de viento y de cochero a una pompa de jabón; el lujo venenoso, enemigo de la libertad, pudre al hombre liviano y abre la puerta al extranjero. Otras acendran, con el espíritu épico de la independencia amenazada, el carácter viril. Otras crían, en la guerra rapaz contra el vecino, la soldadesca que puede devorarlas”.
A continuación lo más trascendente e inaudito, Martí se va a referir al peligro que para Nuestra América representan los Estados Unidos; ya una vez nos hicimos sordos a su clamor, y pusieron sus botas sobre nuestros sagrados pueblos, la historia nos ha dado una segunda oportunidad, y esta vez estamos corriendo los mismos peligros y tenemos oportunidad de ensayar las mismas soluciones, este autor confía en que esta vez nuestros sentidos estén más aguzados.
“Pero otro peligro corre, acaso, nuestra América, que no le viene de sí, sino de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores continentales, y es la hora próxima en que se le acerque, demandando relaciones intimas, un pueblo emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña”.
 
“como su decoro de república pone a la América del Norte, ante los pueblos atentos del Universo, un freno que no le ha de quitar la provocación pueril o la arrogancia ostentosa, o la discordia parricida de nuestra América, el deber urgente de nuestra América es enseñarse como es, una en alma e intento,  vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada sólo con la sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas, y la de las venas que nos dejaron picadas nuestros dueños. El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe. Por ignorancia llegaría, tal vez, a poner en ella la codicia. Por el respeto, luego que la conociese, sacaría de ella las manos. Se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca sobre lo peor. Si no, lo peor prevalece. Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad. No hay odio de razas, porque no hay razas. Los pensadores canijos, los pensadores de lámparas, enhebran y recalientan las razas de librería, que el viajero justo y el observador cordial buscan en vano en la justicia de la Naturaleza, donde resalta en el amor victorioso y el apetito turbulento, la identidad universal del hombre. El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas”.
De paso señala Martí otro peligro y otra arma: hacer énfasis en las diferencias de raza; en Cuba misma, vestida de necesidad de desarrollo, se ha venido hablando demasiado del problema racial, debía hablarse más del problema humano.
Como “Pensar es servir”, quisiera terminar con el llamado urgente a reflexionar sobre el pensamiento de Martí, y a la necesidad imperiosa de aplicarlo consecuentemente. Martí, Bolívar y el resto de nuestros próceres no son pasado, son presente vivo y, más que eso, constituyen un futuro que hemos de actualizar. Por último quisiera agradecer a mi amigo venezolano Luis Vargas por las provocaciones que dieron lugar a estas líneas.
Bibliografía: José Martí. Obras Completas. Vol. 6 Nuestra América.

Boletín Revolución No. 22, de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado: febrero 2013

viernes, 1 de febrero de 2013



Descargue este número aquí:


 Boletin-Revolucion-OAH-CE-22-febrero-2013.pdf

Puede descargar los boletines anteriores en:

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http://cubacoraje.blogspot.com/p/boletin-de-la-oficina-de-asuntos.html

Índice de este número:

Editorial / 3

Artículos
Homenaje a Radio Rebelde en su 55 aniversario / 4
Las causas del 26 de julio de 1953 (continuación) por Raúl Castro Ruz / 6
Martí en La historia me absolverá, colaboración de Eugenio Suárez / 9
Raúl y Almeida alcanzan grados de comandantes rebeldes / 10

Homenaje a los mártires del 26 de julio de 1953
Nacidos en febrero / 11

Efemérides del mes
Febrero por Rolando Dávila / 12

Tributo a los caídos en el aniversario 55 de su desaparición física
Febrero de 1958 / 15

Monumento del mes
A los muertos en las acciones del 26 de julio de 1953 / 16

Documento de archivo
Carta a Fidel de sus compañeros de lucha / 17

26 de julio
La historia me absolverá en versos / 21

Informaciones
Conmemorado el aniversario 33 de la muerte de Celia Sánchez / 22
Sesionó la Cátedra de Estudios Históricos Celia Sánchez / 22
Fórum por el 60 aniversario del 26 de Julio / 22
Servicios / 22

Editorial

En esta segunda edición del 2013 no podían faltar acontecimientos importantes ocurridos durante febrero de 1958, en las luchas guerrilleras en las montañas y en la clandestina en el llano. Por eso, este mes dedicamos algunas páginas a recordar pasajes de nuestra historia que arriban a la significativa edad de 55 años. Así tenemos, por ejemplo, la fundación de la emisora Radio Rebelde, y los ascensos a Comandante de los capitanes Raúl Castro Ruz y Juan Almeida Bosque, momento en el que también fueron designados como jefes de nuevos frentes guerrilleros.

En la sección Documentos le presentamos una interesante carta que recibiera el Comandante en Jefe del Ejército Rebelde Fidel Castro el 19 de febrero, tres días después del combate de Pino del Agua. De esta misiva, años más tardes, el comandante Ernesto Guevara escribiría: “Este documento, un tanto infantil, que hiciéramos impulsados por los deseos más altruistas, creemos que no mereció ni una leída de su parte y, de más está decirlo, no le hizo el más mínimo caso”.

El Tributo a los caídos rinde homenaje a los valerosos combatientes que entregaron sus vidas en febrero de 1958, enfrentados a la dictadura batistiana. En la propia fecha acontecieron otros muchos hechos importantes que, por razones de espacio, no es posible recoger en la edición; no obstante, en la sección Efemérides del mes usted encontrará otra relación de sucesos ocurridos en febrero, aunque no es posible recogerlos todos en tan breves páginas.

Como hemos reiterado, este año estamos divulgando también acontecimientos vinculados al aniversario 60 del 26 de julio de 1953, con lo que el boletín da continuidad a la publicación del artículo que escribiera, en 1961, el entonces comandante Raúl Castro sobre esta efeméride; y a los versos que recrean la trascendental autodefensa de Fidel en el juicio del Moncada, conocida como La historia me absolverá.

En febrero nacieron siete de los asaltantes a los cuarteles de Santiago de Cuba
y Bayamo, cuyos nombres y fotos aparecen en la sección Homenaje como muestra de permanente presencia. El Monumento del mes presenta dos obeliscos que recuerdan esa acción y perpetúan los nombres de seis de sus mártires.

La última página la dedicamos a ofrecerle informaciones de interés sobre el quehacer de nuestra Oficina.

Esperamos que la publicación le sea útil y continuar recibiendo sus criterios que tanto nos alientan en esta labor.

Muchas gracias

Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
Consejo Editorial

Monumento del mes
Colaboración de Augusto Rivero Más


 
En el año 1973, bajo la dirección del comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, se realizaron en Santiago de Cuba veintiséis monumentos que honran a los caídos en las acciones del 26 de julio de 1953. Están situados a todo lo largo de la carretera, desde la ciudad de Santiago hasta la Granjita Siboney.  

Para publicar en el Boletín:

Los interesados en publicar sus trabajos en el Boletín deben tener presente algunas pautas para su elaboración. Los materiales estarán relacionados con la lucha insurreccional cubana del período comprendido entre 1952 y 1958, en las variantes de testimonios, artículos, análisis, reflexiones, síntesis biográficas de personalidades. No excederán las cuatro cuartillas escritas con tipografía Arial, a 12 puntos, con un interlineado de 1,5 mm y no más de 60 caracteres por línea (con espacio).

Si se acompañan de imágenes irán en un fichero independiente con resolución de 150 dpi.

Los trabajos serán analizados por el Consejo Editorial y, de ser aprobados, sus publicaciones estarán sujetas al tema que se aborde en el BOLETÍN y al espacio disponible.

Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado

Localización y contacto:

Línea no. 1009, e/ 10 y 12, Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana
Teléfonos: (537) 833 9901 al 03

Correo: oah@enet.cu
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