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La novia eterna

jueves, 12 de septiembre de 2013
VARIOS AUTORES

Todo se le nubló y dejó
de respirar cuando le informaron lo ocurrido con su esposo. Entonces
Adriana se quedó sola consigo misma para decidir lo que quería hacer, y
se dio cuenta de que, además de querer acompañarlo, él necesitaba de su
comprensión...

RCBaez_Todas-contra-GerardoFue dando brincos desde que colgó el teléfono
hasta la celda. Era la primera vez que se escuchaban después de tres
años. Por fin podía tener la confirmación de que “¡Adriana existía!”, y junto a ello saber cómo estaba su familia.

La historia nos la contó hace algunos meses Adriana Pérez, la hermosa mujer que lleva 15 años a la espera de su “hombre”.


Cuando le informaron lo ocurrido con su esposo todo se le nubló, dejó
de respirar. Entonces se quedó sola consigo misma para decidir lo que
quería hacer, y se dio cuenta de que, además de querer acompañarlo, él
necesitaba de su comprensión y llegó a esa conclusión “por las bases
sólidas que tenía su matrimonio de diez años.

“La primera vez que oí a Gerardo después de tres años hablamos con
mucha ecuanimidad, sin que ninguno llorara. Era el mismo hombre que
había dejado de escuchar años atrás”, cuenta ella y resulta difícil de
creer, porque ese tiempo sin saber de alguien que dejó de dar señales
sin aviso pudiera ser una razón para olvidarlo.


Pero estos años no lograron apagar en Adriana unos ojos llenos de amor y esperanza. La esposa de Gerardo Hernández, uno de esos hombres sencillos devenidos héroes, sabe dar lecciones si se trata de resistencia, verdad y lealtad.

“Comencé a desencadenar todos los recursos que no sabía que tenía para llegar al final. Esa siempre ha sido mi meta. Llegar lo más saludable posible y con un matrimonio sólido. Él me dice que llevar 26
años en las condiciones que lo hemos hecho, ya es un mérito.


“Gerardo me comenta que muchos no llegan a la mitad pudiendo resolver sus problemas todos los días. Y aunque algunos crean que hemos durado porque no convivimos, nuestro éxito está en tener la comunicación necesaria.

“Ha hecho que esto no sea una fase de estancamiento, de costumbre, de rutina. Siempre está en la motivación para cambiar. Tiene un gran por ciento de éxito en esta relación por sus valores, sus cualidades, su nivel de entrega, no solo a lo que ha hecho, sino a mí.


“A pesar de la incertidumbre, de no saber cuándo regresará, vivo orgullosa de haberlo elegido y sobrepasar los momentos más difíciles. Lo quiero con todos sus valores aunque no idealizo a mi hombre”.

HUMOR QUE HACE VIVIR


“Gerardo tiene cierto sentido del humor que sabe utilizar con mucho respeto y críticamente. Es optimista, no solo por esta situación, sino desde antes, lo que le ha servido para llegar hasta aquí.
“Aprovecha ese humor y no falta un momento para enlazarlo con la cotidianidad. Eso te hace más llevadera la situación matrimonial. Ayuda saber que hay un hombre que está ahí para cuando lo necesites”.


Y ese sentido del humor la acompaña siempre, aunque muchas veces, Gerardo dice que ella “mata su musa” y no lo deja “acabar de madurar”. 

Solo que él no la ha visto reír a carcajadas en la soledad de la noche leyendo sus ocurrencias.

“Me da pena por la gente que me escuche riendo sola. Pero es que siempre está al tanto de todo. Yo digo: ¿cómo sabe que esto está ocurriendo?


“Lo admiro muchísimo como patriota por su rigor, disciplina, fidelidad con todo. Lo admiro por todas las cosas buenas que ha sabido mantener”, expresa, y pensamos en que ese cariño mutuo es el secreto
para trascender al tiempo.


“Somos dos personas diferentes. Él aparentemente es un hombre relajado, que no le da importancia a las cosas, que siempre está riendo… Yo soy más directa, me gusta todo en su lugar y soy más seria a la hora de enfrentar la vida. A cada rato le pregunto si no piensa madurar y me dice que no”, recuerda entre risas.


UN NIVEL SUPERIOR PARA EL AMOR

“A nosotros nos cambió la vida de hoy para mañana. Tener que hablar bajo la presión de que te escuchan; él con un cronómetro en la mano para calcular el tiempo que le queda de llamada. Que te dice ¡“te dejo, te dejo”!, y te quedas con la palabra en la boca. O cuando sientes detrás del teléfono la voz de un guardia llamándolo”, afirma y recuerda que ya tienen correo electrónico —que se lo aprobaron hacía poco—, y la comunicación fluye mejor, aunque está monitoreada y se la dilatan
bastante.


“¿Cuántas cosas ustedes hablan con sus novios?, ¿cuando su mamá o su papá tienen un problema, para quién se viran? Para la pareja. Es lo mismo de nosotros y no lo tenemos. Siempre discutimos los asuntos y tratamos de saber qué es lo queremos y cómo.

“La comunicación ha sido muy importante y el enemigo lo sabe. Quizá por eso la ha evitado tanto y mantenido bajo control, incluso la interrumpe cada vez que puede. Pero siempre buscamos un nivel superior, siempre decimos que no pueden acabar con ella. El amor da todo esto”, alega.


Un amor que pudiera parecer tan imposible e inmaterial, sabe alimentarse bien de ciertos detalles. “Cuando tengo la posibilidad le compro un regalito. Y lo pongo a adivinar. Esa es la forma de que se
mantenga dentro de la convivencia.


“No sé hacer postales, no tengo facilidad para hacer dibujitos ni para adornar lo que le mando. Él sí. Yo tengo otro tipo de detalles. Él se muere porque le haga un poema. Yo le digo: “¡Ay, mijo si yo te hago
un poema tú te divorcias!” Como no tengo esa creatividad le copio los poemas, las canciones...


“No sé cantar, no me acuerdo de una letra de canción. Él me canta canciones para que las siga y lo que se arma es… Como él dice: “¡Tú, el Himno Nacional y corre!”. Pero así te diviertes y vas haciendo las
cosas...


“Esos son los valores que hoy sigo defendiendo. Los valores de ese hombre que elegí cuando tenía 21 años y que, aunque no madure, ¡lo hago madurar a palos! Y él a mí en algunas cosas, porque no me ha podido enseñar a dibujar”.


Gerardo ama el deporte nacional. Y cuenta con una narradora de calidad para “transportarlo” al estadio. Industriales es su equipo favorito y Adriana cuando ve un juego de pelota le cuenta cada detalle por teléfono, y cuando gana se echa a llorar porque “no debía ser yo quien disfrutara de eso porque él lo siente, esa es su pasión”.

Y ese dolor Adriana no lo grita pero deja heridas, a veces no tan perceptibles. “El otro día le decía: “Yo diera cualquier cosa por tener ropa de hombre colgada en el pedacito donde tiendo. ¿Tú sabes qué hago a veces? Lavo todas tus ropas y las cuelgo. Las recojo y las vuelvo a doblar”. Son las cosas cotidianas que cualquiera hace, que aburren, porque no todo el mundo tiene ganas de lavar ni de planchar, sin
embargo, eso es lo que añoro. Porque no lo tengo hace más de 20 años”.


LO DIFICIL DEL AMOR

El 7 de noviembre de 1986, Gerardo logró un beso de la muchacha que había conocido semanas atrás en la parada de La Rampa, camino a la escuela. Por fin la joven del poema compuesto el mismo día que la vio iba a convertirse en su novia eterna.


“No conocí a Gerardo siendo héroe. El de mi casa es el Gerardo hombre, el que elegí porque me gustó, porque teníamos intereses idénticos para el futuro, que proveníamos de familias muy unidas y un
ambiente estable”.


Entonces llegan más risas y esa historia de cómo su mamá se apareció en casa del muchacho misterioso para conocer a la familia. El cuento de que con tres días de noviazgo, Gerardo aceptó la invitación a almorzar de la suegra porque ella “le vio, el hambre reflejada en el rostro”. La burla otra vez de esa suegra porque “ya Gera se estaba quedando calvo”.


“Cuando a Gerardo lo consideraron culpable me llamó y me dijo: “Mi reina, ya todo terminó. ¿Ya lo sabes? Culpables todos de todos los cargos”. Sentí que la voz le tembló y le dije: “Tranquilo, sabíamos que iba a ser así, hay que seguir adelante”… Él respondió: “¿Tú sabes lo que nos espera? No bajo de cadena perpetua”. Le contesté: “Tranquilo, yo sé que va a ser cadena perpetua”. Fue un momento muy duro”, rememora.

Cada situación ha sido compartida. El amor no permite que el sufrimiento sea de uno.


“Intenté permanecer 24 horas encerrada en el baño de mi casa para ponerme en el lugar de Gerardo. Quise tener la sensación de ver lo que él podía estar sintiendo. No las terminé. Salí. Porque tenía al alcance de mi mano abrir la puerta”, cuenta.

Gerardo y Adriana continúan con la familia que han formado entre sobrinos y familiares. Pero ese deseo de depositar lo mejor de cada cual en un ser humano quizá no pueda hacerse realidad si prevalece la injusticia que ya los ha separado por 15 años.


“Por mi edad lo estoy dejando sin la posibilidad de tener hijos. Sin embargo, él está preocupado porque, por su situación, tal vez no podré hacerlo. Pero no tenemos hijos porque el Gobierno de Estados Unidos no lo ha permitido y la situación política conllevó a que ellos tuvieran que estar allá y que a las edades en que los condenaron, no lo habíamos hecho.

“Fuimos comprando cositas poco a poco, otras nos las regalaron. Algunas las compré más adelante porque estábamos en período especial y para mí era muy difícil sacar de un salario para la canastilla. Muchas están sanas, guardadas, y son las que en un momento determinado tomaré y regalaré para que alguien les dé uso”.


Pero Adriana es fuerte y se lo debe al amor de Gerardo. A pesar del llanto, a pesar del dolor, a pesar de la distancia, a pesar de la incertidumbre…

“No sé si la relación nuestra va a ser toda una vida así. Tengo confianza y esperanza en que no ocurra, en que Gerardo regrese. Pero también tengo los pies sobre la tierra. Hoy la ley dice que Gerardo, con
dos cadenas perpetuas, manipulación y todo un proceso contra él, se muere en la cárcel. Hoy para Adriana y Gerardo ese futuro no puede ser”.


Aunque triste, a veces conversan sobre ello:

—Bueno, ¿qué vamos a hacer? Te doy la oportunidad de que hagas con tu vida lo que quieras, le ha dicho Gerardo.


—No, yo sigo contigo hasta donde sea.
—Lo único que quiero es que estés segura de que puedes bajarte de esta guagua. Hasta hoy voy a seguir estando orgulloso de lo que has hecho porque me has entregado tu vida. Lo único que te puedo garantizar es que esta guagua va por un camino complicado, que vas a dar tumbos de un lado a otro, que vas a poder vomitar, que vas a poder sentir náuseas.Pero lo único que te puedo decir es que esta guagua va en camino a las estrellas.


—Voy con la guagua, yo sigo contigo, responde ella.

 

Continúan demandando transparencia que probaría inocencia de Gerardo Hernández en el derribo de avionetas

jueves, 21 de febrero de 2013
Video en Youtube
 
DEMANDANDO TRANSPARENCIA DEL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS EN EL DERRIBO DE LAS AVIONETAS DE HERMANOS AL RESCATE EN 1996

El Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales de Los Ángeles, ha iniciado varias solicitudes bajo el Acta de Libertad de Información (FOIA por sus siglas en ingles) que buscan acceso a los registros que puedan mostrar (1) lo que el gobierno estadounidense sabía acerca de la posibilidad de una confrontación entre Cuba y los aviones de Hermanos al Rescate (BTTR por sus siglas en ingles) que sistemáticamente despegaban desde la Florida después de presentar planes falsos de vuelo y penetrar el espacio aéreo cubano en 1995-96 y (2) lo que el gobierno estadounidense podría haber hecho para evitar el incidente del 24 de febrero de 1996 en el que un MiG cubano derribó dos aviones de BTTR que habían penetrado ilegalmente el espacio aéreo cubano.

Esta entrevista fue realizada el 08 de febrero de 2013, por el Comité Internacional por la Libertad de los 5 Cubanos a Peter Schey, Presidente del Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales, principal abogado en este caso de solicitud del FOIA.

CI: ¿En qué momento fue presentada la demanda del Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales para que la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial de los Estados Unidos (NGA por sus siglas en ingles) muestre los documentos?

PS: El centro presentó una demanda federal en el año 2010 bajo el Acta de Libertad de Información contra la NGA.

CI: ¿Qué razones llevaron al Centro a presentar la demanda?

PS: El Centro está tratando de que se muestre la información por varias razones que se explican en las cartas enviadas bajo el FOIA dirigidas a la NGA y otras agencias de Estados Unidos pidiendo la divulgación de documentos relativos al incidente del derribo de los aviones de BTTR en 1996. En primer lugar, los registros que el Centro está tratando de obtener son de interés para todas las personas preocupadas por el derribo de los aviones de BTTR y el caso de los Cinco cubanos. En segundo lugar, la información que está buscando el Centro también es relevante a la condena de cadena perpetua de Gerardo Hernández y los esfuerzos legales y de otro tipo para que su condena sea anulada o reducida.

CI: ¿Por qué puede ser relevante para la sentencia de cadena perpetua de *Gerardo Hernández la presentación de esta demanda?

PS: Gerardo fue sentenciado a una cadena perpetua por un Tribunal de Estados Unidos sólo por el derribo de las avionetas de BTTR en 1996. Hay al menos cuatro razones de por qué puede ser útil lograr mayor transparencia por parte del gobierno de Estados Unidos y eventualmente lograr una decisión jurídica o política para reconsiderar la sentencia de Gerardo:

En primer lugar, todo lo que Gerardo supuestamente sabía antes del derribo fue que habría una "confrontación" con los pilotos BTTR en febrero de 1996. Él no tenía ningún conocimiento que eso podría resultar en un intento de interceptar y demandar que los pilotos de BTTR aterrizaran en Cuba para enfrentar cargos, o si los aviones de BTTR serian perseguidos fuera del espacio aéreo cubano (si entraran en el espacio aéreo cubano), o si serian disparados disparos de advertencia para obligar a los pilotos de BTTR a abandonar el espacio aéreo cubano (si entraran en el espacio aéreo cubano), o si los aviones de BTTR serian realmente derribados. Estamos buscando transparencia por parte del gobierno de Estados Unidos porque es muy posible que el gobierno de EE.UU. posea más información de la que estuvo disponible para Gerardo sobre la planeada confrontación. Si el gobierno estadounidense tenía más información que Gerardo sobre el derribo antes de que se llevara a cabo, esto mostraría claramente que su condena de cadena perpetua es extremadamente injusta.

En segundo lugar, es probable que el gobierno de Estados Unidos estuviera en una posición de evitar que sucediera una confrontación, mientras que Gerardo no tenia forma de prevenir una confrontación. Los pilotos de BTTR obviamente sabían que la penetración ilegal del espacio aéreo cubano y sobrevolar los tejados de la Habana por parte de ellos, eventualmente desencadenaría en una confrontación con Cuba. Si Gerardo les hubiera advertido que una confrontación pudiera suceder en febrero de 1996, ellos probablemente hubiesen estado encantados y hubieran continuado volando dentro del espacio aéreo cubano precisamente para provocar la confrontación. En cualquier caso, el gobierno cubano sabía qué los pilotos de BTTR estaban volando y tenían el radar para rastrear cualquier plan de entrar en el espacio aéreo cubano por lo que no necesitaban información de Gerardo acerca de los planes de los pilotos de BTTR.

Estamos buscando transparencia por parte del gobierno de Estados Unidos sobre las medidas razonables que habría podido tomar --pero no lo hizo--para evitar que los pilotos de BTTR presentaran falsos planes de vuelo a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y el uso de aeropuertos de Estados Unidos desde donde salieron para invadir ilegalmente el espacio aéreo cubano. Si el gobierno de los EEUU estaba en una posición de evitar la confrontación entre Cuba y BTTR, pero no lo hizo, esto también demuestra que la sentencia de Gerardo es extremadamente injusta. A diferencia del gobierno de los EEUU, Gerardo no tenía ningún poder para evitar la confrontación.

CI: ¿Hay otras razones por las cuales solicitar estos registros es importante en la cadena perpetua de Gerardo?

PS: Sí. El gobierno de Estados Unidos dejó en claro en el juicio de Gerardo que el lugar donde sucedió el derribo era crítico. Yo creo que Gerardo sólo pudo ser condenado por conspiración para cometer asesinato si el derribo tuvo lugar en el espacio aéreo internacional. Sin embargo, ni una sola evidencia demostró que Gerardo, o cualquier otra persona, incluidos los funcionarios del gobierno de Estados Unidos, tenían ningún conocimiento o nunca podían haber predicho, que una confrontación con los aviones de BTTR sucederían en el espacio aéreo internacional y no en el espacio aéreo cubano. Además, si la transparencia del gobierno estadounidense mostrara que el derribo tuvo lugar en el espacio aéreo cubano, o pudo haber sucedido en el espacio aéreo cubano, esto también obviamente demostraría que la sentencia y condena de Gerardo es totalmente injusta.

Por último, mientras que Gerardo cumple una sentencia de cadena perpetua en prisión, las autoridades estadounidenses que probablemente tenían más información que la que Gerardo poseía y estaban en posición de evitar el derribo, no han compartido ninguna responsabilidad por el incidente.

CI: Si Gerardo solo conocía que algún tipo de confrontación tendría lugar entre Cuba y BTTR en Febrero 1996, porque Gerardo fue condenado por conspiración para cometer asesinato y sentenciado a cadena perpetua?

PS: Detalles técnicos de la ley de Estados Unidos y un jurado prejuiciado permitieron que Gerardo fuera declarado culpable de "conspiración para cometer asesinato" a pesar de los conocimientos mínimos que poseía, su incapacidad para cambiar el curso de los acontecimientos y su evidente falta de conocimiento que cualquier confrontación podía ocurrir en el espacio aéreo internacional. La legalidad sobre la sentencia de Gerardo ha sido presentada recientemente en una demanda ante tribunales federales. La conspiración se ha definido en los Estados Unidos como un acuerdo de dos o más personas para cometer un delito. El gobierno estadounidense cree que el derribo fue un crimen porque ocurrió en espacio aéreo internacional, no en el espacio aéreo cubano. Pero no hay ninguna evidencia de que Gerardo tenía conocimiento de que cualquier confrontación, o el derribo tendrían lugar en el espacio aéreo internacional. Bajo la ley estadounidense, alguien puede ser culpable de "conspiración" incluso si él o ella no tienen ninguna implicación directa en el presunto delito y no sabe la identidad de los otros miembros de la supuesta conspiración. Sin embargo, independientemente de los detalles técnicos en la ley estadounidense que permitió esta condena a cadena perpetua impuesta, el hecho en este caso pone de manifiesto que la cadena perpetua de Gerardo es excesivamente exagerada y debe ser reconsiderada por cualquier autoridad de EEUU con la autoridad de reducir la sentencia y permitir que Gerardo sea liberado.

CI: ¿Qué otras acciones realizará el Centro para los Derechos Humanos y Constitucionales?

PS: El Centro va a continuar buscando transparencia por parte del gobierno de los EEUU usando métodos legales bajo el Acta de Libertad de Información y el Acta de Archivos Presidenciales, los cuales pueden divulgar los registros mostrando el nivel de conocimiento por parte del gobierno estadounidense sobre el derribo antes de que sucediera, y por qué el gobierno de los EEUU no pudo tomar medidas razonables para prevenir el derribo mucho antes de que ocurriera.

CI: ¿Puede explicar donde se encuentra el caso ahora?

PS: El Noveno Circuito de la Corte de Apelaciones recientemente revocó la decisión de la Corte de Distrito de EEUU (de un nivel inferior) en el caso titulado Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales v. Agencia Nacional de Inteligencia Geospacial, un caso iniciado por el abogado Lonard Weinglass antes de fallecer.

En una decisión unánime emitida el 23 de enero de 2013, por un panel de tres jueces, Juez Jefe KOZINSKI, Juez McKEOWN y Juez M. SMITH, la Corte de Apelaciones decidió que el Tribunal Federal "erró en el otorgamiento de juicio sumario sin requerir que la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial presentara una declaración clasificada para una revisión en cámara". La Corte de Apelaciones estuvo de acuerdo con la posición del Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales que la "declaración no clasificada [explicando por qué no podía confirmar o negar que las imágenes solicitadas sobre el derribo de BTTR tan siquiera existen] falló en proveer "detalle razonablemente específico '' que demostraría por qué solamente reconociendo la existencia de registros podría revelar los métodos o fuentes de inteligencia o afectar nuestras relaciones con otros países."

El Noveno Circuito de Apelaciones también estuvo de acuerdo con el argumento del Centro que si la declaración jurada de la NGA presentada en apoyo de su exención "Glomar" que permite al organismo ni confirmar ni negar que existen las imágenes solicitadas, entonces "el gobierno estaría libre de emitir una respuesta Glomar en prácticamente todos los casos que implican las imágenes de satélite y registros, así como muchas otras actividades de vigilancia".

El Noveno Circuito decidió que el caso debe regresar a la Corte de Distrito de Estados Unidos donde se ordenó que la NGA deba proporcionar una más detallada declaración clasificada para una revisión "en-cámara" por parte de la Corte del Distrito. La Corte del Distrito de EEUU debe entonces "reconsiderar su fallo de juicio sumario a la luz de la información provista."

CI: ¿Podría la NGA apelar la decisión de la Corte del Noveno Circuito de Apelaciones?

PD: No sabemos si la NGA buscará una nueva revisión por parte del Tribunal de Apelaciones o solicitará una revisión ante la Corte Suprema de Estados Unidos. La NGA tiene 45 días para pedirle al panel del Noveno Circuito que reconsidere su decisión. En segundo lugar, la NGA podría solicitar al Tribunal del Noveno Circuito de Apelaciones volver a escuchar el caso "en banc". Si la NGA le pide al Noveno Circuito que vuelva a escuchar el caso en banc, todos los jueces del Noveno Circuito votaran y el caso solo será presentado nuevamente si la mayoría de los jueces del Noveno Circuito votan que la decisión de los tres jueces fue errónea. Si el caso es escuchado nuevamente en banc, será presentado frente al panel de 11 jueces. Creemos que es poco probable que la NGA busque una revisión o reconsideración en banc, pero incluso si lo hace, es poco probable que una mayoría de jueces del Noveno Circuito vote a favor de escuchar el caso en banc.

Finalmente, la NGA tiene 90 días para presentar una petición pidiendo a la Corte Suprema revisar el caso. Dudamos que el NGA busque una revisión ante la Corte Suprema de Estados Unidos, porque esto podría invitar a una decisión que se aplicaría en todo el país y dejaría en claro que la NGA no puede responder a cada solicitud FOIA para imágenes de satélite con una respuesta que se niega a confirmar o negar la existencia de los expedientes solicitados.

CI: ¿Que puede suceder próximamente con el caso de la NGA?

PS: Creemos que es probable que la NGA esté de acuerdo que el caso debe regresar a la Corte de Distrito de EEUU donde la NGA deberá emitir una declaración "en cámara" más detallada al Juez de la Corte de Distrito. Esto quiere decir que una declaración detallada no será entregada al Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales o se hará pública. Sera presentada solo ante la Jueza para una revisión privada. Ella entonces tendrá que decidir si la nueva declaración provee "detalles razonablemente específicos" que muestren porque "reconociendo la existencia de [los requeridos] documentos podrían revelar métodos o fuentes de inteligencia, o afectar [EE.UU.] las relaciones con otros países."

Cualquiera sea la decisión del Juez de la Corte de Distrito de Estados Unidos puede entonces ser otra vez apelada al Noveno Circuito de la Apelaciones de Estados Unidos ya sea por el Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales o por la NGA. Si la decisión del Juez de la Corte de Distrito es apelada nuevamente al Noveno Circuito de Apelaciones, la declaración en cámara de la NGA será revisada por el panel de los jueces del Noveno Circuito para decidir si ellos están o no de acuerdo que mostrar la existencia de las imágenes de satélites de BTTR requeridas podrían revelar métodos o fuentes de inteligencia, o afectar las relaciones de EEUU con otros países.

Por separado, también estamos pidiendo información a través de FOIA a la Biblioteca Presidencial de Clinton, la Guardia Costera de Estados Unidos y la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos. El Centro por los Derechos Humanos y Constitucionales continuará demandando transparencia por parte del gobierno de los EEUU utilizando métodos legales bajo el Acta de Libertad de Información y el Acta de Archivos Presidenciales que puedan revelar el nivel de conocimiento por parte del gobierno de los EEUU sobre el derribo de los aviones antes de que este sucediera, y porque falló en tomar las medidas para prevenir que pilotos de BTTR presentaran solicitudes falsas sobre planes de vuelo y usaran aeropuertos de EEUU para lanzar vuelos ilegales y de provocación en el espacio aéreo cubano. Creemos que la transparencia por parte del gobierno de los EEUU mostrará que independientemente que la condena de "conspiración para cometer asesinato" de Gerardo sea o no técnicamente correcta, su participación en el derribo fue tan mínima y su capacidad para evitar el derribo tan mínima, que su sentencia de cadena perpetua es extremadamente injusta y debe ser reconsiderada por autoridades competentes de Estados Unidos en ambos poderes Ejecutivo y Judicial.

CI: Qué significado cree que tendría la liberación de Gerardo Hernández en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba?

PD: En primer lugar, por las razones que ya expliqué, creemos que la condena y sentencia de cadena perpetua a Gerardo son injustas. En segundo lugar, el Presidente Obama y su equipo de política exterior debe entender que la cadena perpetua de Gerardo es de gran preocupación para el pueblo cubano que considera a Gerardo un Héroe y un preso político. Debido a la opinión pública generalizada de apoyo a Gerardo, encontrar un camino para lograr su liberación y regreso a Cuba podría ser una condición previa esencial para mejorar las relaciones de Cuba y Estados Unidos y eventualmente una normalización de las relaciones entre ambos países.

*Gerardo Hernández Nordelo, uno de los 5 Cubanos presos en los Estados Unidos por casi 15 años.
Fuente Antiterroristas punto cu

Washington: justicia con periodistas rentados

lunes, 17 de septiembre de 2012
Por Ángel Guerra Cabrera

Cercano el 11 de septiembre es inevitable recordar abominables acontecimientos luctuosos ocurridos en la fecha. Se cumplen 39 años del golpe fascista contra el presidente Salvador Allende y 11 del atroz ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. El primero, una acción de terrorismo de Estado de Estados Unidos pues está documentado que fue planeado por la CIA, aprobado por el secretario de Estado Henry Kissinger y ordenado por el presidente Richard Nixon. El segundo, también una acción terrorista y por ello condenable desde todo punto de vista aunque no se disponga todavía de una información convincente sobre los hechos.

Curiosamente el número de personas fallecidas a consecuencia del primero y el segundo ronda alrededor de 3 mil, cercano pero menor a la cantidad que ha costado a Cuba la campaña terrorista patrocinada por Washington desde 1959, incluyendo la frustrada invasión de Bahía de Cochinos (3 mil 478 muertos y 2 mil 99 incapacitados, para ser exacto). Los crueles y cotidianos sufrimientos y privaciones impuestos por el redoblado e interminable bloqueo son inmensurables.

Después del 11 de septiembre de 2001, Washington se autoproclamó campeón mundial de la lucha contra el terrorismo pero ha usado una doble vara para medirlo. Ello explica que hace casi 14 años, desde antes de aquella fecha, mantenga en prisión a los cinco luchadores cubanos contra el terrorismo apresados en Miami (René González está bajo libertad supervisada y obligado a permanecer tres años más en Estados Unidos a partir del 7 de octubre de 2011) mientras mima a los terroristas que aquellos monitoreaban. Los cinco fueron condenados a penas totalmente desproporcionadas en un juicio plagado de violaciones a la Constitución y las leyes estadunidenses. Pese a su ejemplar conducta han sido puestos en confinamiento solitario en numerosas ocasiones y a dos de ellos se les ha impedido recibir la visita de las esposas residentes en Cuba, por supuestamente constituir una amenaza a la seguridad nacional del imperio. No es fortuito que una Corte de Apelaciones federal ordenara anular el juicio ni que un panel de la ONU declarara que este no se rigió por las normas del debido proceso. La injusticia con los cinco es tan notoria que hizo exclamar a Gore Vidal: Es una prueba más de que tenemos una crisis de derecho, una crisis política y una crisis constitucional. Mientras, Noam Chomsky ha afirmado: La situación de los cinco es un escándalo tal que es difícil hablar de ella. Once premios Nobel respaldaron una apelación a la Corte Suprema de Estados Unidos, que ésta ni consideró.

Pero resulta que desde 2006 comenzó a salir a flote que el gobierno estadounidense había pagado a numerosos periodistas que actuaron como agentes secretos durante el juicio con el fin de manipular a la opinión pública de Miami. Entre los medios utilizados están la CBS, The Miami Herald, El Nuevo Herald, Diario las Américas, Radio y TV Martí y WAQI. Para teñir el juicio en conjunto usaron la acusación de conspiración para cometer asesinato contra Gerardo Hernández, inventada por la fiscalía meses después del levantamiento de los cargos. Existen pruebas contundentes de lo contrario: no eran Gerardo ni tampoco La Habana, sino la Casa Blanca la que conocía muy bien que el 24 de febrero de 1998 avionetas de la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate iban a violar una vez más el espacio aéreo de Cuba, como venían haciendo habitualmente. La Habana, luego de enviar más de 12 notas diplomáticas exigiendo poner fin a las violaciones e incluso recurrir a los buenos oficios de Gabriel García Márquez ante el presidente Bill Clinton, advirtió a Washington que de continuar aquellas los aparatos serían derribados, como en efecto ocurrió. Clinton había prometido detenerlas.

Obviamente, un proceso en que ninguno de los cargos fue probado, en que el principal es un burdo invento y en que el gobierno pagó a periodistas de la ciudad sede del juicio y lugar de residencia de los jurados, carece de los mínimos requisitos para ser considerado legal. Ese argumento está contenido en un nuevo affidavit presentado por el abogado Martin Garbus, que busca la revocación de la condena de Gerardo Hernández basada en la mala conducta masiva del gobierno, con sus pagos de varios millones de dólares a periodistas. Washington se niega a abrir sus archivos pues de hacerlo se le caería todo el juicio.


Fuente La Jornada
Imagen agregada RCBáez

Los Cinco: Hablé con Gerardo y René

jueves, 21 de junio de 2012

Mariela conversa con René (Foto F.P.C)
Inmediatamente después de la clausura del XXX Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Americanos (LASA), en San Francisco (California), participé en una emotiva reunión organizada por el Comité de Solidaridad por la libertad de Los Cinco, que coordina Gloria La Riva, con la asistencia de numerosos intelectuales de Cuba y de los Estados Unidos. Allí estaban Alice Walker, Danny Glover, Saul Landau, y Miguel Barnet, entre muchos otros.  

Para sorpresa de todos, René llamó por teléfono y, al llegar mi turno de hablarle, me recordó entre risas cuando años atrás,  en una entrevista de CNN, yo comentaba sobre Educación Sexual en Cuba y un set lleno de imágenes reclamaba la libertad de Los Cinco. Para él fue muy divertido cuando la entrevista irrumpió en su celda y se percató de que la cámara se esforzaba cerrando el plano para impedir que fuesen vistas, pero resultó infructuoso. Los rostros de los Cinco me acompañaron durante toda la entrevista.

René tiene una manera de comunicarse que parece que no ha sufrido; y no quiero imaginar cómo ha podido sobrevivir en estos 14 años. Quise conocerlo cuando vino a despedirse de su hermano gravemente enfermo, en esos 15 días llenos de restricciones y una mezcla de fuertes emociones; pero preferí respetar su anhelada privacidad familiar.  Si fuese Olguita, no le perdonaría a nadie interrumpir las pocas horas de su intenso reencuentro amoroso, después de tantos años. 

Pocos minutos después, llamó Gerardo y apenas le pude hablar. Me dediqué a escucharlo con un nudo en la garganta. Pensar en dos cadenas perpetuas y 15 años de prisión, sin evidencias para la sentencia, se hace muy difícil. Pero su fortaleza de espíritu es contagiosa y escuché su mensaje de esperanza, su agradecimiento a todas las personas que los apoyan, su saludo a profesionales y activistas, que junto al CENESEX hemos dedicado ya dos Jornadas Cubanas contra la Homofobia para pedirle al presidente Obama la libertad de Los Cinco.

Tanto René como Gerardo me pidieron transmitir a Fidel y a Raúl su disposición permanente a defender la Revolución,  donde quiera que se encuentren, y que nuestro pueblo puede contar siempre con ellos.

La situación de Los Cinco cubanos presos injustamente en cárceles estadounidenses hace más de 13 años ha sido silenciada y manipulada por los medios de comunicación de los Estados Unidos. Durante mi viaje a ese país, abordé el tema en CNN y Democracy Now!, como parte de entrevistas solicitadas por esos medios para tratar los temas que trabajo. Pero, inevitablemente, los medios me hacen preguntas políticas sobre la realidad de la Isla, como si ser la hija del Presidente fuese un cargo público. Aunque siempre respondo lo que pienso, me niego a aceptar una responsabilidad adicional a las que ya tengo como directora del CENESEX, como ciudadana cubana y como activista de la sociedad civil. Por eso aclaro que me encanta mi papá, pero hablo desde mi responsabilidad personal, y agradezco la oportunidad que me dan para expresarme. 

En las conversaciones que sostuve con estos dos medios, reiteré que Los Cinco son inocentes y deben regresar a Cuba sin dilación. Estaban en esa tierra para proteger a la población cubana y estadounidense de actos terroristas que connotados grupos del Sur de la Florida han planificado y ejecutado contra mi país, no solo en territorio cubano sino también en los Estados Unidos y en otras naciones. También dije que el terrorismo de estado ha cobrado al pueblo de Cuba más de 5 mil víctimas entre fallecidos y lesionados permanentes. El trabajo realizado por Los Cinco en Miami impidió que fuesen más.

Recientemente, leí en Cubadebate que surgieron evidencias desconocidas en el momento del juicio de Los Cinco y que los abogados de Gerardo Hernández (Tom Goldstein y Martin Garbus) presentaron una moción al tribunal del Distrito Sur de la Florida, en la que solicitan una audiencia oral y que la Corte ordene a ese gobierno entregar los documentos y otros materiales que obran en su poder.

De prosperar esta petición,  la opinión pública mundial tendría la oportunidad de conocer sobre los pagos realizados por el gobierno estadounidense en Miami a 84 personas vinculadas a los medios, 7 cadenas de TV y 13 estaciones de radio, que durante el juicio contra Los Cinco desarrollaron una poderosa campaña mediática para influir en su contra.

Se sabe que estos periodistas han recibido miles de dólares y que todavía usan un leguaje tendencioso y manipulador,  con una escandalosa falta de rigor ético y profesional en el campo de la Comunicación Social, y que ha impactado negativamente en el esclarecimiento de la verdad durante un proceso legal que ha privado de su libertad, por casi 14 años,  a cinco personas inocentes.

A mí me sorprendió que el tribunal de Miami desestimara las declaraciones presentadas por testigos del Pentágono y del FBI,  cuando aseguraron que no existen evidencias de que René, Ramón, Gerardo, Fernando y Tony realizaran labores de espionaje contra el gobierno de los Estados Unidos,  ni que sus acciones pusieran en peligro la seguridad nacional de ese poderoso país.

Recuerdo con mucho dolor los 17 meses que, sin ninguna razón para tanto castigo, permanecieron estos jóvenes en “el hueco”, junto a una larga lista de violaciones a sus derechos como convictos. No puedo imaginar el martirio de Gerardo Hernández cuando recibió la noticia de la enfermedad y posterior fallecimiento de su madre. De acuerdo con las leyes norteamericanas, a él, en su condición de recluso, no se le puede conceder la posibilidad de despedirse de sus seres queridos.

No me cansaré de reclamar el fin de esta larga injusticia. El pueblo de Cuba no abandona a sus hermanos y mucho menos a sus héroes. Ellos han consagrado sus libertades por las nuestras.

Publicado por Mariela Castro Espín en  El Blog de Mariela Castro

René González y Alan Gross: la velocidad y el tocino

sábado, 24 de marzo de 2012
Supongo que en Latinoamérica la comparación explícita de la lengua inglesa entre “apples and oranges” es “peras y manzanas”. En cualquier caso, lo que ambas lenguas manifiestan con ellas es una imposibilidad semántica. En España, las variantes comparativas de este tipo son más divertidas: “No hay que confundir el culo con las témporas”, “la gimnasia con la magnesia” o “las churras con las merinas”.


A la izquierda, una oveja churra; a la derecha, una merina
Pero, por el momento, cuando pienso en la comparación entre el cubano René González y el yanqui Alan Gross prefiero esa otra expresión peninsular de que “no hay que mezclar la velocidad con el tocino”, porque se basa en lo irracional, en lo absurdo, y no hay nada más absurdo que la analogía entre estos dos hombres que Washington está tratando de “vendernos” a través de sus medios imperiales de comunicación.

Tomemos, por ejemplo, el reciente artículo de Jay Weaver en The Miami Herald. Nada más enterarse de que la jueza Joan Lenard había ordenado que se le concediese a René González una tregua de dos semanas en su libertad condicional para que visite a su hermano, moribundo en Cuba, Weaver descolgó el teléfono e hizo lo que hoy en día se considera periodismo: pulsó el botón que marca automáticamente el número de Maggie Khuly para pedirle su opinión.

 Para quienes no lo sepan, Maggie Khuly es la hermana de uno de los hombres que a principios de los años noventa –y por voluntad propia– solía acompañar al fanfarrón José Basulto en los vuelos de aquellos Cessnas donados cuya misión consistía en poner a prueba los límites del espacio aéreo cubano. Y sucedió lo inevitable: la última gota desbordó el vaso y el 24 de febrero de 1996, después de ignorar una vez más las advertencias verbales y físicas de las autoridades cubanas, dos de los aviones fueron derribados y el hermano de Maggie Khuly murió en el ataque (es muy revelador que en aquel instante Basulto ya no volaba junto a los dos aviones, pues se había dado la vuelta un rato antes). 

Desde entonces, Maggie Khuly está sedienta de sangre, sobre todo de la de Fidel Castro, pero si no es posible (y sólo por el momento), se conformaría con la de los Cinco Héroes cubanos, que no tuvieron nada que ver con el incidente, como lo demuestra el hecho de que la propia fiscalía usamericana lo reconociera ante la Corte del 11º Circuito de Apelaciones de Atlanta. ¿A quién le importa, pues, lo que piense Maggie Khuly? La opinión de cualquier mujer escogida al azar en la calle sería más interesante.

 A diferencia de Alan Gross, René González no solamente es hoy un hombre libre después de haber cumplido una grotesca sentencia de 13 años en la cárcel sin que Washington (en violación de todos los acuerdos internacionales de derechos humanos), permitiese en ningún momento que su esposa entrara en el país para visitarlo, si no que conviene recordar cuál fue el “delito” por el que lo condenaron.

Es posible que René González sea el más odiado de los Cinco Héroes –en Miami, desde luego, lo es– por el hecho de haberse infiltrado en el núcleo del ardid de recaudación de fondos de Hermanos al Rescate, por haber volado con Basulto y, quién sabe, quizá incluso en algún momento con el hermano de Maggie Khuly, pero ésos no son delitos graves. Lo único que encontraron como excusa para condenar a René fue el no haberse registrado como agente de un gobierno extranjero –exactamente la misma excusa que llevó a la espía Anna Chapman a la portada de la revista rusa Maxim. Eso y el hecho de no haberse arrepentido. A pesar de que la ausencia de arrepentimiento tampoco es un delito, existen muchas maneras legales de saltarse las normas y la jueza Lenard hizo todo lo posible para demostrarlo. En primer lugar, con una condena absurdamente larga y un período de libertad condicional que desafía toda lógica. Los abogados de Obama alegaron recientemente que a René González no se le debe permitir que visite a su hermano moribundo, ya que la inteligencia cubana podría aprovechar la oportunidad para darle instrucciones secretas, que traería de vuelta a Miami cuando regresara a cumplir el resto de su libertad condicional antes de volver definitivamente a Cuba. ¿Y por qué no lo deportan ahora mismo? ¡Protéjannos a todos, por favor!

Pero no podemos expulsarlo porque René González es un ciudadano usamericano por nacimiento –no por cultura– y las reglas son las reglas. De todos modos, lo que no se puede pretender es que él y Alan Gross, el hombre que a través de la DAI solicitó un contrato de la USAID por valor de medio millón de dólares para instalar en Cuba el mismo tipo de Red de Área Global de Banda Ancha que, sin duda, fue muy útil en el “proyecto humanitario” conocido como liberación de Libia, son casos similares. Por supuesto, los dos tienen familiares allegados con cáncer, pero la similitud empieza y termina ahí. Si se condena a una persona por no registrarse como agente extranjero, pero no se puede demostrar de qué manera sus acciones perjudicaron al país en el que actuaba, estamos ante un detalle puramente técnico. El hecho de robarle a alguien 13 años de su vida por un detalle técnico es injusto e irreparable. A diferencia de René González, Alan Gross fue declarado culpable por algo más que un tecnicismo.

 Pero ése es el eterno problema entre USA y Cuba, siempre ha sido así. Incapaces de reconocer nuestros propios defectos, en este país nos vemos como gigantes. Cuba y otros muchos países son para nosotros de juguete, tienen líderes de juguete, lengua de juguete, gente de juguete, leyes de juguete. ¡Cómo vamos a tomárnoslos en serio! Incluso después de que se demostrase que el propio Gross solicitó activamente y diseñó la misión ilegal y subversiva que debía realizar en Cuba, el Departamento de Estado sigue tratando de convencernos de que cayó en una trampa, de que ha sido un “tonto útil”, de que estaba allí en “misión humanitaria”.

 ¿Y ahora pretende Washington que creamos que los dos años y un día de reclusión de Gross, que goza del derecho a las visitas conyugales de su esposa, son de alguna manera comparables con los 13 años que le robaron a un hombre a quien se le impidió ver su esposa... por un tecnicismo? ¿Cuántas visitas conyugales ha recibido Gerardo Hernández, otro de los Cinco héroes, desde el año 2000? ¿Cuántas Fernando González? Ninguna, cero. El sistema penitenciario federal de USA no lo permite. A estos hombres y a sus esposas no solamente les han robado el presente, sino también el futuro. Si se tiene en cuenta su edad, cada día que pasa es más probable que, incluso si se beneficiasen de un indulto presidencial, será demasiado tarde para que tengan hijos. Es algo inconcebible, irreparable.

Conceptos básicos sobre la ley y los medios de comunicación

Ahora que he explicado por qué la comparación de los casos de René González y Alan Gross es una auténtica y ofensiva manipulación, añadiré lo siguiente: Judy Gross, la esposa, tiene en sus manos un poder virtual que los Cinco Héroes cubanos y sus familias nunca tuvieron: unos medios de comunicación poderosos y favorables, puestos a su entera disposición. Le bastaría con ejercer ese poder para que se terminara el daño que se sigue haciendo a estos cinco hombres y a sus familias y, al mismo tiempo, ella pondría fin a su pesadilla personal. Pero esto no va a suceder mientras no se busque un abogado mejor y no deje de atenerse al guión de Hillary Clinton.

 Las manifestaciones ante la Oficina de Intereses de Cuba en Washington son ineficaces, aunque parece que empiezan a hacer mella. Ha llegado el momento de salirse de ese guión que se centra en René González –un hombre que ya está prácticamente en libertad– como único canje posible con Alan Gross, otro hombre cuya condena es insignificante en términos comparativos. De hecho, ya va siendo hora de que dejen de insultar nuestra inteligencia. Todos los cubanos que he conocido saben sumar y restar. El Papa también.

 Cuando lo pienso... debe ser terrible pensar que el Departamento de Estado es la única esperanza. ¿Qué sucedería si alguien se saliese del guión? No haría falta volver a inventar la rueda: para empezar, está la resolución del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias, según la cual las sentencias impuestas a los Cinco Héroes cubanos –Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González– es arbitraria y viola el Derecho Internacional. Pero no sólo se trata de René, sino de todos ellos.

 ¿Habrá que preguntarle al Departamento de Estado por qué no le da importancia a esa resolución? ¿Habrá que insistir en que no le salen las cuentas, pues el número correcto no es uno, sino cinco? ¿Y por qué no habría que hacerlo? Y si el Departamento de Estado responde que esas cosas no se pueden decir, no se pueden hacer, entonces habrá que llamar a la puerta de Cindy Sheehan, otra persona a la que un presidente no le hizo ni caso… y ahora lo lamenta amargamente. 

O, si lo prefieren, sigamos confundiendo la velocidad con el tocino. Elijan.
*Machetera es una usamericana. En su trabajo como escritora y traductora de español a inglés espera continuar con la tradición establecida por su madre, que siendo aún muy joven arriesgó su vida como distribuidora del periódico clandestino de la resistencia en la Dinamarca ocupada.
Machetera es una ardiente defensora de las revoluciones cubana y bolivariana, de la independencia de Puerto Rico y de los heroicos Macheteros. También -como el Che- tiembla de indignación cuando se comete una injusticia en cualquier parte del mundo.
Gracias a: Tlaxcala
Fuente: http://machetera.wordpress.com/2012/03/23/rene-gonzalez-and-alan-gross-speed-and-bacon/
Fecha de publicación del artículo original: 23/03/2012
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Contra Gerardo Hernández Nordelo: premeditación y alevosía

sábado, 1 de octubre de 2011
De las condenas contra nuestros Cinco hermanos prisioneros en Estados Unidos, mucho hemos hablado y difundido. En la actualidad, se han cumplido trece años de su injusta captura y el Imperio continúa, a despecho del clamor internacional, no sólo negando el legítimo derecho de Gerardo a que sus abogados accedan a las pruebas que pueden demostrar su inocencia, si no también agregando castigos extrajudiciales a sus compañeros, como el de retener en Miami a René, luego de su excarcelación, cual una liebre tirada a los perros de la mafia anticubana. Por todo ello, ninguna voz sobra para gritar al mundo la injusticia, para reclamar al Presidente fantoche de los Estados Unidos ejerza, si no su condición de Presidente, al menos la de ser humano y devuelva su libertad a los Cinco y finalmente condene a los verdaderos terroristas. Con premeditación y alevosía, nuestros enemigos le niegan a Gerardo los mínimos derechos y tozudamente, cierran ojos y oidos ante cualquier intento que demuestre la realidad de los hechos, que lo exculpan:

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¿Por qué EEUU se niega a entregar las imágenes satelitales del 24 de febrero de 1996?

¿Por qué el Gobierno de Estados Unidos se niega a entregar las imágenes satelitales del 24 de febrero de 1996? ¿Por qué los medios de comunicación norteamericanos hacen silencio ante un hecho tan escandaloso?

Gerardo Hernández Nordelo, uno de los Cinco cubanos presos en Estados Unidos, presentó su solicitud de Habeas corpus sobre la base de nuevas evidencias.

El caso de Gerardo, condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión, es  altamente significativo del empeño de los distintos Gobiernos norteamericanos en  demostrar que no están dispuestos a revisar lo ya juzgado, por más que surjan  múltiples evidencias de que se ha apelado a métodos ilegales para condenar a los  detenidos.

Richard Klugh, miembro del equipo de defensa de los Cinco, ha denunciado que el  Gobierno norteamericano todavía se resiste a presentar la evidencia documental que  se le reclama, donde puede conocerse claramente lo que pasó exactamente con las  avionetas derribadas el 24 de febrero de 1996, e impide una vía hacia una defensa  correcta de Gerardo.

También en una reciente conferencia, Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la  Asamblea Nacional, explicó que el gobierno de Estados Unidos ha mantenido  invisibles las imágenes de satélite que celosamente guarda sobre el incidente del 24 de  febrero de 1996. No permitió que las vieran hace 15 años los investigadores de la  Organización de Aviación Civil Internacional, se negó a presentarlas al Tribunal de  Miami y ahora reitera su negativa ante la demanda de la defensa de Gerardo.

Tan obvia y sospechosa es su actitud de impedir que otros vean las pruebas que sólo  conoce Washington que, en su dilatado alegato de 123 páginas y tres anexos contra  Gerardo, apenas aluden al asunto en un torcido párrafo de cinco líneas.

Alarcón, que fue el representante de Cuba ante aquella reunión de la OACI en 1996,  recordó que ningún tribunal de Estados Unidos tenía jurisdicción sobre el incidente  del 24 de febrero de aquel año, salvo que hubiese ocurrido en el espacio internacional. 

La investigación realizada por la OACI reveló algo sorprendente. Pese a estar 
advertidas de antemano por su Gobierno, las estaciones de radar norteamericanas, o no registraron el suceso u ofrecieron datos contradictorios o destruyeron esos datos. 

La única “prueba” suministrada por las autoridades estadounidenses es el testimonio del capitán de un navío que opera, ¿casualmente?, desde Miami y, según nuevos  datos, los dueños estuvieron vinculados como contribuyentes financieros a la  Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA).

De ahí el interés, primero de la OACI y luego de la defensa de Gerardo por las  imágenes satelitales. El Gobierno norteamericano nunca negó la existencia de esas  imágenes, admitió tenerlas, pero lleva quince años prohibiendo que alguien más  pueda verlas.

¿Por qué el Gobierno de Estados Unidos se niega a entregar esas imágenes satelitales?  ¿Por qué los medios de comunicación norteamericanos hacen silencio ante un hecho  tan escandaloso?

(Fuente: Diario Granma)

Tomado de Cubadebate


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Escandalosa petición de emergencia contra Gerardo Hernández en EEUU

La petición de emergencia de la fiscalía estadounidense a una corte de apelaciones en 2001 contra un antiterrorista cubano condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años constituyó escandalosa, dijo hoy la prensa.

Con tal solicitud los fiscales reconocieron que carecían de pruebas para sostener su acusación contra Gerardo Hernández por el cargo de conspiración para cometer asesinato en primer grado y pidieron a última hora retirarla, expresó el periódico Granma.

Sin embargo, recordó, Gerardo fue encontrado culpable y le fue impuesta la irracional sentencia por un supuesto crimen que el propio acusador reconoció había fracasado en sostener.

Para el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, la petición de emergencia al circuito de apelaciones de Atlanta en mayo de 2001 constituyó otra escandalosa situación en torno al proceso judicial contra Gerardo y sus otros cuatro coterráneos.

“Estados Unidos presenta esta petición totalmente consciente de los numerosos obstáculos que debe superar”, señaló el comunicado del gobierno
norteamericano a los jueces de Atlanta.

Después de comenzada la causa, la Fiscalía presentó como principal cargo contra Gerardo el de conspiración, que se transformó en el eje alrededor del cual giró el proceso seguido también a René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González.

La jueza de Miami en el caso contra Los Cinco, como se les conoce en las campañas internacionales por su excarcelación, terminó el 25 de mayo del 2001 sus instrucciones estrictamente ajustadas al acta acusatoria.

Sin embargo, rememoró el rotativo, cinco días después los fiscales presentaron la apelación, en la que reconocieron que carecían de pruebas para sostener su acusación contra Gerardo y pidieron retirarla.

De esa manera Washington reconocía dramáticamente su fracaso en demostrar la acusación al señalar que “a la luz de las pruebas presentadas en el juicio, esto constituye un obstáculo insuperable para Estados Unidos en este caso y probablemente resultará en el fracaso de la acusación en este cargo”.

Pero la Fiscalía fue más allá en opinión de Alarcón al decir que “este caso puede  establecer un precedente devastador… el perjuicio para el gobierno será irremediable y el daño duradero” y repitió “impone una barrera insuperable a esta acusación”.

La Corte de Apelaciones de Atlanta no aceptó la petición gubernamental y con ello Gerardo fue encontrado culpable el 6 de junio de ese mismo año.

Granma afirmó que lo ocurrido en el caso, el más largo en la historia judicial  norteamericana hasta aquel momento, se explica porque el juicio tuvo lugar en  Miami, la sede de los grupos violentos que el antiterrorista combatió heroicamente.

“Había sido condenado de antemano en una campaña de odio y calumnias de la prensa local pagada por el gobierno federal, como se supo después”, subrayó la fuente.

Tomado de Cubadebate

Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) = Asesinos, Secuestradores y Explotadores de la humanidad

lunes, 5 de septiembre de 2011

El sistema de justicia que condeno a los Cinco: El Gran Jurado (Séptima parte)

jueves, 7 de julio de 2011
Por Salvador Capote*


“…Y no me vengan con cuentos de camino
que yo no sólo pienso sino, además, opino”.
Nicolás Guillén

No uno sino dos grandes jurados federales  fueron convocados para reunir evidencias con vista a una posible presentación de cargos contra Luis Posada Carriles. Por ingenuidad o por exceso de optimismo, muchos pensamos que al fin el gobierno de Estados Unidos se había decidido a emprender acciones contra el segundo -siguiente de Bin Laden- en el “ranking” mundial del terrorismo que ahora, después de la ejecución extrajudicial de este último, pasa al primer lugar indiscutido, pues ningún otro tiene en su haber hazañas satánicas de la magnitud de la voladura en el aire de un avión de pasajeros con 73 personas a bordo.

Pero ambos grandes jurados pasaron misteriosamente, como estrellas fugaces en cielo nublado y desaparecieron sin hacer ruido, sin dejar nada.  Y uno se pregunta ¿por qué, después de gastar millones de dólares del contribuyente norteamericano sólo se presentaron ridículos cargos a Posada Carriles por  mentiroso y ni siquiera por eso quisieron condenarlo? (1) ¿Y por qué los grandes jurados accionaron en el distrito occidental de Texas y en Newark, New Jersey, y no en Miami donde vive Posada y donde notoriamente está el baluarte principal de la mafia que lo protege?  ¿No se encuentra en Miami la sede de la Fundación Nacional Cubano-Americana, una de las fuentes financieras de Posada Carriles en sus actividades terroristas contra la Isla? ¿No entregaron las autoridades cubanas al FBI “los expedientes de 40 terroristas de origen cubano, la mayoría de los cuales vivía en Miami y los datos para encontrar a cada uno de ellos?” (2).  ¿Por qué convocaron un gran jurado en El Paso, donde sólo se podían obtener evidencias de violaciones migratorias?.  ¿Y por qué en New Jersey donde los “sujetos de interés” y los “blancos” (3) estaban todos muertos y los testigos eran amigos o cómplices de los terroristas?

Antes de intentar dar respuesta a estas preguntas, debido a la enorme desinformación que existe en relación con el gran jurado, creo necesario dedicar algunos párrafos al análisis de qué es y qué significa esta institución en la historia de Estados Unidos y de cómo cambiaron sustancialmente su naturaleza y sus propósitos después del 11 de septiembre de 2001.

Lo primero que hay que destacar es que se trata de un mastodonte antediluviano surgido en el siglo XII en Inglaterra como arma política del rey Enrique II contra sus enemigos y que actualmente no existe en ningún país de habla inglesa (ni en ningún otro país) excepto en Estados Unidos. Inglaterra –su cuna- abolió el gran jurado hace ya 78 años (1933), Nueva Zelanda en 1961, Canadá en 1984, Australia lo utilizó en raras ocasiones y renunció  definitivamente a utilizarlo en 2009.

En Estados Unidos, aproximadamente la mitad de los estados lo han abandonado también, sustituyéndolo por audiencias preliminares en las cuales un juez escucha las evidencias sobre el supuesto delito y toma una decisión con respecto al procedimiento a seguir.

El Gran Jurado evolucionó desde los tiempos de Enrique II por dos caminos diferentes. Por una parte se convirtió en escudo contra la persecución injusta de los ciudadanos (pero no de los esclavos, ni de los siervos ni de las minorías); panel de vecinos que determinaría la existencia o no de suficiente evidencia para llevar a juicio a personas acusadas  de graves delitos. Tuvo sus mejores momentos al defender a los súbditos de las colonias inglesas frente a los desafueros de la metrópolis y es por este motivo que fue incorporado al “Bill of Rights” de la Constitución de Estados Unidos. Otros momentos felices se asocian a las décadas de 1920 y 1930 cuando se usó para incriminar a las familias mafiosas de New York, Chicago, Kansas City y Pittsburgh.

Por otra parte, continuó sirviendo al poder establecido como poderoso instrumento inquisitorial  y de castigo. Antes y después de la independencia de Estados Unidos fue utilizado para sostener la esclavitud en contra de los abolicionistas y de los que protegían a los esclavos fugitivos. El presidente Thomas Jefferson lo usó para acusar de sedición a sus enemigos políticos.

Durante décadas fue el arma favorita contra el movimiento obrero. Se empleó también contra anarquistas, comunistas, socialistas, en la persecución a  todo tipo de movimiento progresista, contra los pacifistas, contra las asociaciones en pro de los derechos civiles, contra las organizaciones radicales negras, etc.
La administración del presidente Richard Nixon convirtió el gran jurado federal en un aparato de inteligencia. Con ese fin reactivó la dormida “Justice Department’s Internal Security Division” (ISD), un equipo de fiscales federales escogidos, formado durante la cacería de brujas anticomunista de las décadas de 1940 y 1950. Casi desaparecida, la ISD pasó de 6 a 60 fiscales investigadores (un aumento del 1000 %) y controlaba las investigaciones del gran jurado en 36 estados y 84 ciudades (4). La versión actualizada de este método la vimos con el “asesoramiento” de fiscales del “Homeland Security” (Seguridad Nacional) a sus colegas a cargo de los grandes jurados de El Paso y Newark.

Lo segundo a destacar es la descentralización del sistema de justicia criminal entre los estados. A este nivel estatal y condal existe un verdadero caos. Las reglas que rigen la formación, el funcionamiento y los objetivos de los grandes jurados estatales, donde todavía se utilizan, son diferentes para cada estado. Por ejemplo, el número de sus integrantes  puede ir desde 5 hasta 23. En algunos estados permiten que un abogado acompañe al testigo en su comparecencia, en otros se prohíbe terminantemente. En algunos es obligatoria la lectura de los derechos que otorga la 5ta. Enmienda, en otros se omite este procedimiento. En algunos se permite, en determinadas circunstancias, que el “target” o persona que es objeto de la investigación, declare o presente pruebas exculpatorias, en otros no.

Pero mientras el poder del gran jurado se difumina en las jurisdicciones estatales y condales, en la jurisdicción federal, por el contrario, su poder ha crecido, sobre todo en las últimas décadas, actúa en los 50 estados, y actualmente es una amenaza por su capacidad  para neutralizar o suprimir los derechos constitucionales de los ciudadanos. El senador Edward Kennedy, testificando ante el Subcomité Judicial de la Cámara, en marzo de 1992, expresó: “Somos testigos del nacimiento de una nueva especie de animal político, el gran jurado ‘kangaroo’ (5), engendrado en un oscuro rincón del Departamento de Justicia y alimentado por una administración [de George Bush padre] inclinada a torcer la aplicación de la ley para servir a sus propios fines políticos; peligrosa forma moderna de la secreta inquisición de la ‘Star Chamber’ (6) que está pisoteando los derechos de los ciudadanos estadounidenses de costa a costa”.

El gran jurado federal, en su versión moderna, está compuesto por 16 a 23 miembros. Con 16 se alcanza el quórum, y la mayoría con 12. Las sesiones son secretas y se realizan en locales sin acceso al público en los edificios de las cortes federales. Existen diferencias fundamentales entre el jurado común y el gran jurado. Este último no juzga, su función es investigar y determinar si hay “causa probable” para un juicio. A las sesiones del gran jurado no asisten ni abogados defensores ni periodistas y sus miembros  no pueden, bajo juramento, divulgar lo que se diga o suceda. Las evidencias que se obtienen por medios anticonstitucionales y que se rechazan en los procesos judiciales ordinarios, son rutinariamente admitidas por los grandes jurados, ya que no hay defensor que objete, juez que controle, prensa que vigile, ni opinión pública informada que reaccione, pero sí hay un fiscal que las procura.

Toda persona que es citada (“subpoenaed”) está obligada a comparecer ante el gran jurado. Al comenzar el interrogatorio puede acogerse a la Quinta Enmienda, pero si el fiscal le promete inmunidad tendrá que responder a todas las preguntas o ir a la cárcel. Y no existen límites para el interrogatorio. El fiscal puede preguntarle cualquier cosa, y durante todo el tiempo que quiera, de su vida y de su pensamiento, de sus afiliaciones políticas, de sus amigos y de sus familiares, de lo que usted piensa de la lucha de los palestinos, o de la independencia de Puerto Rico, o del embargo contra Cuba, o de los bombardeos contra Libia, o de cualquier otro asunto. Puede preguntarle de su vida sexual, de sus enfermedades, de sus ingresos y gastos, de sus sentimientos, de sus convicciones religiosas. Y puede luego interrogar a su padre, a su madre, a sus hermanos, a todos sus familiares y amigos y preguntarles por usted; y cualquier contradicción en las declaraciones, espontánea o provocada, puede utilizarse para una acusación de perjurio.

Dos de los más prestigiosos juristas norteamericanos, Margaret y Michael Ratner escribieron (7):

“…Usted pudiera pensar que tiene el derecho a no responder a  preguntas humillantes, que tiene el derecho, garantizado por la Quinta Enmienda, a no auto-incriminarse. Pero no. Usted tiene que responder a todas las preguntas. El fiscal sólo necesita prometer que no utilizará contra usted lo que usted diga. Pero puede ser utilizado contra otros, incluyendo a sus amigos. Y aún puede usted ser acusado por el delito sobre el cual testificó”.

“…Después que le otorgan inmunidad, si usted rehúsa responder a las preguntas, si usted rehúsa discutir su ideología política o la de otros, usted va a la cárcel. Usted va a la cárcel hasta que hable. No importa si usted tiene niños o un trabajo o está enfermo. Usted puede ir a la cárcel por muy largo tiempo. A veces durante años”.

“Usted puede pensar, ‘Bueno, no tengo de que preocuparme. No soy un criminal y no soy amigo de criminales. Esto no me puede suceder a mi’. Pero usted se equivoca. Todo tipo de personas puede ser atrapado en las redes del gran jurado. De hecho, uno de sus usos ilegítimos es destruir los movimientos políticos, intimidar a los activistas, y encarcelar a los líderes”.

Los integrantes del gran jurado escuchan sólo la parte inculpatoria de los hechos, la que les proporciona el fiscal, sin que exista un juez que supervise ni abogados defensores. Es el fiscal federal, por tanto, el que domina todo el proceso. Es él quien determina quiénes serán   investigados, quiénes serán citados a declarar, quiénes recibirán “inmunidad”, qué documentos -y otras pruebas materiales- serán solicitados o requisados, sin consideración de la Cuarta Enmienda, y qué cargos serán incluidos en la acusación. El dominio del fiscal federal es tan absoluto que es célebre la frase de Sol Wachtler cuando fungía como juez principal de la corte de apelaciones de New York,  refiriéndose a la fácil manipulación del gran jurado: “Cualquier fiscal que lo desee puede lograr que el gran jurado presente cargos contra un sandwich de jamón” (8).

Con posterioridad a septiembre 11 de 2001, las pocas limitaciones que servían de control  fueron eliminadas. Ahora, por ejemplo, bajo el amparo de la Ley Patriota, el Departamento de Justicia puede revelar y compartir materiales secretos del gran jurado, sin aprobación ni supervisión de las cortes, con el FBI, la CIA, la DEA, el Homeland Security y otras agencias  del gobierno. Con el pretexto del “antiterrorismo” el gran jurado se convierte cada vez más en apéndice y herramienta política del Ejecutivo. Los miembros del gran jurado no son otra cosa actualmente que peones que actúan cumpliendo decisiones unilaterales del fiscal. “Rubber stamp” (sello de goma) llaman al gran jurado  porque pone el cuño de aprobación a todas las decisiones del fiscal.

El tercer aspecto a destacar, por consiguiente, y el más importante, es que el gran jurado no es, como se supone debía ser, una institución independiente sino que actúa siguiendo las instrucciones del fiscal federal y éste a su vez las del fiscal general, de los fiscales del Homeland Security y de la Casa Blanca. Con el disfraz solemne de una institución de justicia es, en realidad, una institución política subordinada al Ejecutivo. Su potencial como arma política es inmenso pues los fiscales federales son nombrados por el presidente y el gran jurado tiene autoridad para actuar no sólo cuando se viola la ley sino también cuando el fiscal sospecha que se viola la ley o incluso para cerciorarse de que se cumple la ley. En otras palabras, puede poner en acción el gran jurado cada vez que lo desee o reciba instrucciones en este sentido de instancias superiores.

Teniendo en cuenta estas premisas, podemos entender mejor por qué se convocó en otras partes y no en el Sur de la Florida el gran jurado. La maniobra de convocarlo en New Jersey para investigar conexiones económicas con Luis Posada Carriles no pasó inadvertida para el Duende de Radio Miami, que en septiembre de 2007 señaló la paradoja de investigar en otro lejano estado mientras el principal acusado vivía en Miami y sin que la justicia investigase sus actos criminales.

Y es que el gran jurado en El Paso y el gran jurado en Newark fueron convocados precisamente para que el gobierno mantuviese el control de la situación pues un gran jurado federal sólo puede investigar  delitos cometidos en el distrito donde sesiona (9). Ambos jurados creaban la ilusión de una fuerte actitud federal contra Posada Carriles y enmascaraban los verdaderos  objetivos, evitar la ubicación del gran jurado en el Sur de la Florida y ganar tiempo para que el gobierno pudiese evitar la extradición de Posada Carriles a Venezuela, a lo que está obligado por las leyes internacionales si no lo juzga en Estados Unidos. Pero un gran jurado en Miami era demasiado peligroso, como demuestran por ejemplo, las declaraciones de Gina Garrett-Jackson, abogada de Homeland Security, el 18 de enero de 2011, en el juicio en El Paso a Luis Posada Carriles. Por ella supimos que la jueza Caroline Heck Miller, fiscal federal de Miami que desempeñó un papel protagónico en las desmesuradas condenas impuestas a Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, se negó, en agosto de 2005, a procesar a Luis Posada Carriles por sus actividades terroristas.

Es probable que la jueza Heck-Miller rehusase porque sabe que un gran jurado en Miami no sólo puede verse arrastrado a indagar en las profundidades insondables de la complicidad gubernamental con el terrorismo contra Cuba sino que  puede irse fácilmente de las manos. Parte de este peligro es el hecho de que los integrantes de los grandes jurados federales son extraídos de áreas geográficas mucho más amplias que los de jurados locales.  Este gran jurado, por tanto, estaría compuesto por ciudadanos de diferentes ciudades de la Florida, designados al azar y sin selección posterior.

Además, a pesar del obligado secretismo y los poderes del fiscal que hemos señalado, existen antecedentes de jurados “runaway” (fuera de control). Un conocido caso tuvo lugar en la planta de armas nucleares de Rocky Flats, propiedad de Rockwell International, en las afueras de Denver, Colorado. El jurado comenzó a investigar en 1989 violaciones de las leyes ambientales, incluyendo contaminación por desechos radiactivos. Pero cuando el fiscal federal decidió llegar a un arreglo indecoroso imponiendo una multa pero sin instruir de cargos criminales a ninguno de los ejecutivos responsables, el jurado acusó al fiscal y a varios funcionarios del gobierno.

Imaginemos por un instante lo que significaría un gran jurado sesionando en Miami para investigar en serio las acciones criminales de Luis Posada Carriles. En Miami, donde existen centenares de “subjects” o “personas de interés”, responsables de organizar numerosas acciones terroristas contra Cuba, realizadas dentro y fuera del territorio de Estados Unidos; donde es fácil encontrar a miles de testigos materiales que conocen de estas conspiraciones terroristas; donde existen decenas de organizaciones contrarrevolucionarias con largas historias de acciones violentas; donde lucra con millonarios fondos federales toda una  industria anti-castrista; donde la corrupción es endémica;  donde un alcalde de Hialeah es capaz de entregar las llaves de la ciudad y rendir homenaje a un terrorista confeso; donde viven y nadie los molesta  ex-miembros de escuadrones de la muerte centroamericanos, ex-paramilitares colombianos, golpistas y criminales de la DISIP venezolanos, torturadores y asesinos de todo el resto de la América del Sur y del Caribe, y políticos ladrones provenientes de los cuatro puntos cardinales, que en Miami escapan todos a la justicia popular. 

Inevitablemente, sucedería justo lo que tanto el gobierno como la ultraderecha cubano-americana han tratado siempre de evitar, la atención de la opinión pública de Estados Unidos. ¿Y cómo podrían evitarlo, por mucho secreto que guarde el gran jurado, con el desfile interminable ante el panel de personajes de leyendas de horror como, por ejemplo, los que asesinaron a Carlos Muñiz Varela?

Y cada palabra, cada confesión, de cada uno de esos personajes siniestros, sería una prueba más de la inocencia de nuestros cinco hermanos injustamente presos en cárceles de Estados Unidos.
(1)   Ver en Cubadebate: “Diario de El Paso” por José Pertierra
(2)  Ricardo Alarcón de Quesada: “Los Héroes Prohibidos”, Editora Política, La Habana, 2010, p. 57.
(3)  Las personas que son llamadas a declarar ante el gran jurado se clasifican en “witness” (testigos), “subjects” (sujetos o personas de interés) y “targets” (blancos, focos de investigación).
(4)  Leslie Berger: “The Grand Jury”, Chelsea House Publ., 2000, p. 67.
(5)  “kangaroo”: falso, fraudulento, donde los resultados se conocen de antemano y la justicia se mueve a saltos como un canguro.
(6)  “Star Chamber”: tribunal con sede en el Palacio de Westminster hasta 1641, donde se torturaba a los detenidos y los juicios eran secretos y utilizados como arma política contra los enemigos de la monarquía.
(7)  Margaret Ratner et Michael Ratner: “The Grand Jury: A Tool to Repress and Jail Activists”. In: “States of Confinement”, St. Martin’s Press, New York, 2000, p. 278.
(8)  “How to Indict a Ham Sandwich”, Washington Times Aug. 18, 1999.
(9)  Susan Brenner et Lori Shaw: “Using a Grand Jury to investigate the September 11, 2001 Terrorist Attacks”, The Federal Grand Jury, 2002.



*Bioquímico cubano, actualmente reside en Miami. Trasmite con cierta regularidad por Radio Miami el Programa “La Opinión del Día”, que aparece poco después en laradiomiami.com. Es colaborador de Areítodigital.net; participa, con la Alianza Martiana, en la lucha contra el Bloqueo impuesto a Cuba por Estados Unidos.
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