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La revolución triunfó en 20 estados durante elecciones regionales

lunes, 17 de diciembre de 2012
Por Andrés Rodríguez*

Este domingo 16 de diciembre ganó la Revolución Bolivariana y el Presidente Chávez de nuevo, al arrasar contundentemente 20 de 23 gobernaciones, dejando el mapa político venezolano rojo rojito nuevamente. Por otro lado, la oposición en Venezuela, perdió las gobernaciones de Táchira, Nueva Esparta, Carabobo y la Región importante del Zulia; los escuálidos mantuvieron 3 gobernaciones con margen mínimo, como por ejemplo la gobernación de Miranda por un margen de 4% ante el candidato del oficialismo. La información la dio a conocer Tibisay Lucena, Presidenta del Concejo Nacional Electoral al emitir su primer boletín con 94% de los votos escrutados y un 53.94% de participación.

Lucena destacó el nivel de participación de los ciudadanos y ciudadanas de todo el país, así como el funcionamiento del sistema electoral para el desarrollo de este proceso.

TRANQUILIDAD Y RESPETO: “Queremos destacar muy grandemente a todo el país el funcionamiento, perfecto, extraordinario que ha tenido el sistema electoral, la plataforma electoral. Queremos de nuevo felicitar a todas las ganadores y los ganadores”, expresó Lucena.

Asimismo, hizo un llamado a todas personas que vayan a celebrar los triunfos electorales, lo hagan en tranquilidad y con respeto hacia quienes no obtuvieron el triunfo.

Indicó que a partir de este momento las juntas electorales pueden comenzar a entregar los siguientes boletines, para las nuevas transmisiones que se van a tener, tanto de los cargos que ya son irreversibles, así como para los legisladores por lista y nominales.

A continuación publicamos los RESULTADOS ELECTORALES por estados:


(Pensamiento Soberano, 21)


*Abogado y profesor de la Bolivariana; descendiente del ex Presidente Cipriano Castro
@andre_ayuda
andresrodri71@hotmail.com  

Agradecimientos: Pagina Web CNE, La Polilla Cubana, Alcaldía Municipio Santiago Mariño (Alcaldesa Tibisay Guevara).

Cuba nomina y propone a Fidel y Raúl como candidatos al Parlamento

Cuba nominó a sus delegados provinciales y diputados al Parlamento

Las 168 asambleas municipales del Poder Popular nominaron hoy a los 612 candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y los mil 269 delegados a los órganos provinciales, informó a la AIN la Comisión de Candidaturas Nacional (CCN).

Amarilys Pérez Santana, presidenta de la CCN, agregó que éstos fueron aprobados en sesión extraordinaria de las Asambleas Municipales del Poder Popular efectuadas en todo el país.

Según la Ley Electoral, cada Asamblea Municipal nomina igual número de candidatos a delegados a la Asamblea Provincial y a diputados a la Asamblea Nacional, que aquellos que le corresponda elegir a su municipio, y en cada uno de ellos, hasta un 50 por ciento de los propuestos en una y otra instancias, son delegados del órgano municipal.

Esta jornada en que, por segunda ocasión se reúnen los 14 mil 537 delegados municipales -la primera, el pasado 25 de noviembre, para las sesiones constitutivas y elección de la dirección de sus respectivas asambleas-, estuvo precedida de un amplio proceso de elaboración de propuestas y de consultas, a cargo de las comisiones de candidaturas Nacional, provinciales y municipales.

(En Cubadebate, con información de la AIN)

Fidel, elegido candidato al Parlamento cubano

El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, fue elegido hoy candidato a diputado al Parlamento nacional, durante una sesión extraordinaria de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Santiago de Cuba, en el oriente del país.

La televisión nacional informó que los delegados a esa entidad aprobaron la candidatura de Fidel Castro junto a la de otras 24 personas.

Según el reporte, los nominados cuentan con los requisitos establecidos por la Ley Electoral, y la composición del grupo logra un equilibrio en cuanto a sexo, raza, edad, ocupación y nivel cultural.

Las 168 asambleas municipales del Poder Popular en Cuba sesionan hoy en reunión extraordinaria, con el objetivo de nominar a los candidatos a integrar el Parlamento y las asambleas provinciales.

En las elecciones generales previstas para el 3 de febrero, unos ocho millones 600 mil ciudadanos seleccionarán los diputados y a los delegados provinciales.

(En Cubadebate, con información de Prensa Latina)

Nominan a Raúl candidato al Parlamento nacional

El presidente cubano, Raúl Castro Ruz, fue aprobado hoy como candidato a diputados al Parlamento de la nación, en el municipio Segundo Frente de la oriental provincia de Santiago de Cuba.

De acuerdo con la televisión nacional, la nominación fue apoyada por los 79 delegados que integran la Asamblea Municipal del Poder Popular en ese territorio, durante una sesión extraordinaria de esa entidad.

En el día de hoy, las 168 asambleas municipales del país nominan a los diputados al parlamento cubano así como a los delegados a las asambleas provinciales del Poder Popular.

Las elecciones generales se realizarán el próximo 3 de febrero, jornada en la que se definirán los 612 parlamentarios y los casi mil 270 delegados provinciales.

(En Cubadebate, con información de Prensa Latina)

Presidenciales yanquis: Bipartidismo a ultranza versus voto latino?

sábado, 3 de noviembre de 2012
Miguel Fernández Martínez,  periodista que atiende la sección “Norte” de Prensa Latina, nos entrega en la web de esta Agencia dos excelentes trabajos que cuestionan, desde aristas inusuales, el gran show mediático que son las presidenciales norteamericanas: unas elecciones donde el dinero pone y paga los candidatos, donde los más votados por el pueblo generalmente no alcanzan el escaño presidencial, donde una “pelea de gallitos” ante las cámaras puede decidir la inclinación de la balanza… una balanza que sólo admite dos platos: Demócratas y Republicanos. ¿Conoce Usted los otros partidos que contienden por el “Premio Gordo”?



La diversidad ¿partidista? en las elecciones de Estados Unidos
Por Miguel Fernández Martínez *

Aunque la lucha por conseguir la presidencia de Estados Unidos se concentra entre los tradicionales republicanos y demócratas, el espectro electoral abarca a otras agrupaciones que también lidian por llegar a la Casa Blanca.


Los rojos (republicanos) y los azules (demócratas) son los partidos políticos más grandes, y cuentan con suficientes recursos económicos para mantenerse en el ruedo a través de campañas propagandísticas que promocionan a sus principales aspirantes.

Barack Obama y Joseph Biden, aspirantes a la reelección demócrata, y Mitt Romney y Paul Ryan, candidatos republicanos, son los rostros visibles de esta contienda, que ya se convirtió en la más cara en la historia de Estados Unidos.

Pero junto a ellos, otros 15 grupos políticos aparecen inscriptos en los registros electorales, aunque apenas se habla de sus proyecciones.

Los pocos recursos financieros de estos partidos, y su poca capacidad de recaudación de fondos, les impiden marchar a la par con las dos fuerzas políticas principales, y esto trae como consecuencia que los electores no alcancen a conocer sus plataformas programáticas.

Detrás de rojos y azules avanza como tercera fuerza política el Partido Libertario, con Gary Jonson, exgobernador de Nuevo México, como candidato a la presidencia, y Jim Gray, exmagistrado de la Corte Suprema de California.

Tienen entre sus presupuestos de campaña reducir la capacidad del gobierno, favorecer los matrimonios entre personas del mismo sexo, legalizar el consumo de la marihuana y permitir un flujo migratorio sin restricciones legales.

Fundado en 1971, el Partido Libertario es el más grande de los grupos marginales en Estados Unidos, y cuenta con una base de votantes registrados que supera los 225 mil electores.

También destaca el Partido de la Reforma, fundado por Ross Perot, dos veces candidato a la presidencia de Estados Unidos, y que esta vez trae como candidatos a Andre Barnett, de Nueva York, y a Ken Cross, de Arkansas.

Este partido, fundado en 1995, se creó como una alternativa ante el desencanto en los partidos tradicionales -demócrata y republicano-, de trabajar seriamente en los temas más importantes de la sociedad estadounidense.

Los "reformistas" de Perot se apuntaron su mayor victoria cuando lograron llevar a Jesse Ventura como gobernador del estado de Minnesota en 1998.

En el ruedo electoral aparece nuevamente el Partido de la Prohibición, fundado en 1869, que lo convierte en el más antiguo de Estados Unidos en activo, con el binomio integrado por Lowell Fellure, de West Virginia, y Toby Davis, de Mississippi, y que se opone desde siempre a la venta y consumo de bebidas alcohólicas.

Entre los más reaccionarios destacan el Partido de la Tercera Postura, y el de la Constitución, los que promueven la supremacía blanca y tienen un carácter antiinmigrante.

Proponen castigos severos a la inmigración indocumentada, y una moratoria a la migración legal que garantice que todos los subsidios federales a los inmigrantes sean abolidos o eliminados.

Otras agrupaciones inscriptas son el Partido Verde, con Jill Stein, de Massachussets, y Cheri Honkala, de Pensilvania como candidatos, quienes promueven el cuidado del medio ambiente, la justicia social, la diversidad social y la no violencia, y el Partido Justicia, que defienden una reforma financiera electoral y modificar el sistema de rentas internas de Estados Unidos, al tiempo de prometer un sistema gratis de salud pública.

Están además el Partido Paz y Libertad, una agrupación de izquierda que nació durante la guerra de Vietnam, defensora de las libertades individuales y el derecho a la educación y la salud gratis, con Rossane Barr, de Hawai, y la activista Cindy Sheehan, de California como aspirantes a la presidencia.

Completan la lista los partidos Socialista, con Stewart Alexander, de California, y Alejandro Mendoza, de Texas como candidatos; el Socialista Igualitario, con Jerome White, de Michigan, y Phyllis Scherrer, de Pensilvania; y el Socialista de los Trabajadores, con James Harris, de Nueva York, y Maura Peluca, de Nebraska.

Cierra la campaña con el Partido Socialista y Liberación, el Independiente de América, y el Objetivista, que propone reformar el sistema de rentas internas y eliminar el impuesto sobre los ingresos.

Otra fuerza política que marcó este proceso electoral fue el Tea Party, un movimiento nacido en 2009 y que se enrumbó hacia la derecha más extrema del Partido Republicano.

A pesar de llevarse las palmas en las elecciones legislativas de 2010, el Tea Party ha tenido una presencia mucho más discreta en estos comicios, después que Michele Bachmann, su principal candidata en las primarias republicanas, sufrió un rotundo descalabro.

Según analistas políticos que siguen el tema electoral, la falta de respaldo al Tea Party puede haberse generado después de las negociaciones del techo de la deuda nacional en 2011, cuando la intransigencia de los congresistas elegidos un año antes con el respaldo de esta agrupación ultraconservadora estuvo a punto de abocar al país a la suspensión de pagos.

A pesar de la diversidad, incluida la relativa pluralidad política, nadie duda que el botín se repartirá, como siempre, entre los "elefantes" republicanos, y los "burros" demócratas, protagonistas eternos de estas contiendas.


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Las minorías étnicas en el foco de las elecciones estadounidenses
Por Miguel Fernández Martínez *

Cuando apenas restan pocos días para que las campañas políticas por ganar la presidencia en Estados Unidos lleguen a su fin, republicanos y demócratas prosiguen sus miradas hacia las minorías étnicas con derecho al voto.


Demócratas y republicanos, las dos agrupaciones partidistas con opciones reales de llegar a la Casa Blanca, saben perfectamente que entre los afroamericanos, latinos y otros grupos étnicos asentados en la nación puede estar el elemento necesario para inclinar la balanza durante el conteo de las boletas.

Lleva la peor parte en esta lid el candidato republicano Mitt Romney, quien no es bien mirado por las minorías a partir de sus desacertadas expresiones, en momentos marcadas por cierto perfil racista, pero sobre todo por las políticas sugeridas, las cuales recortarían ostensiblemente las ayudas financieras a los programas sociales de los que dependen muchos de estos grupos sociales.

El exgobernador de Massachussetts sigue haciendo esfuerzos por mejorar su imagen ante afroamericanos y latinos, los grupos de mayor incidencia en las elecciones estadounidenses, después de la población blanca de origen anglosajón.

Con los latinos, Romney prueba constantemente mover sensibilidades a través de su hijo Craig, quien se convirtió en el portavoz de la campaña republicana hacia los electores de origen hispano, a partir de su dominio del idioma español.

Aún así, sigue sin convencer a esta importante comunidad, cuyo crecimiento en los últimos años la convierte en estratégica, sobre todo en los llamados estados clave donde todavía impera la indecisión de muchos votantes.

Melissa Salas Blair, activista republicana latina de Texas y presidenta de Puentes Research and Communications en Houston, reconoció recientemente que en varias oportunidades Romney utiliza a su hijo Craig para dirigirse a los latinos, cuando es él quien debe hablar directamente a las comunidades, aunque fuera en inglés, pero con enfoque hispano, como hace el presidente Barack Obama.

De desacertada calificaron muchos activistas republicanos la participación del candidato rojo en la Conferencia Anual del Concilio Nacional de la Raza, hacia donde envió un video genérico de campaña y no uno dedicado a los latinos, lo cual le valió que fuera recibida por los presentes en total silencio y con murmullos reprobatorios.

Los republicanos también recibieron fuertes críticas por concentrar los esfuerzos propagandísticos dirigidos a los hispanos con referencias amenazantes a Cuba y Venezuela, algo que consideran como pifia, en tanto solo resultará efectiva en Florida, pero no en otros estados como Ohio o New México, según la opinión del consultor republicano David Johnson.

Por su parte, los demócratas aún mantienen las preferencias de las minorías en índices bastante parejos con las elecciones presidenciales de 2008, que llevó a la presidencia a Obama con el apoyo mayoritario de los afroamericanos y más de un 70 por ciento de latinos.

Uno de los temas más discutidos y que movilizó la atención de los diferentes grupos étnicos en Estados Unidos fue el plan de asistencia social sanitaria sugerido por los "azules", bautizado por los republicanos despectivamente como Obamacare.

Según los estrategas de la campaña de Romney, el plan de salud social propuesto por el candidato demócrata a la reelección debilitará el ya existente Medicare, del que actualmente se benefician principalmente personas blancas de bajos ingresos, a quienes supuestamente se les afectarían más de 700 millones de dólares en ayudas para reinvertir en asistencia generalizada para negros y latinos.

A pesar de los ataques, los republicanos insisten en convencer a estos sectores de la población estadounidense que se mantienen leales al voto demócrata, junto a las mujeres jóvenes y solteras de todas las razas.

Según Pew Research, el 89 por ciento de los votantes que se identifican como republicanos son blancos, por lo cual tienen muy pocas opciones de ganar terreno entre negros e hispanos, quienes persisten en apoyar a Obama.

De ahí que el equipo de campaña de Romney no tiene más opción que la de adoptar una estrategia que impulse la participación de los blancos en las urnas.

El voto afroamericano es otro de los renglones más sensibles en la recta final de esta campaña presidencial, más cuando tiene como antecedente haber respaldado a los demócratas con un 95 por ciento en 2008, y donde tampoco los republicanos han tenido avances.

Durante la reciente conferencia anual de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), celebrada en Houston, Texas, Mitt Romney fue abucheado por los participantes cuando se comprometió eliminar "todos los programas caros y no imprescindibles que pueda encontrar, incluido Obamacare".

Para los demócratas no todo está seguro, pues según una reciente encuesta, los prejuicios hacia los afroamericanos aumentaron en los últimos años, algo que pondrá en peligro la intención de votos a favor del presidente Obama, el primer mandatario negro en la historia de Estados Unidos.

Según Jon Krosnick, profesor de la Universidad de Stanford, por más que se esperó que el impacto de la raza disminuiría con el paso del tiempo, parece que el impacto del sentimiento antinegro al votar es casi el mismo de hace cuatro años.

La encuesta, realizada por investigadores de Asociated Press, las universidades de Stanford y Michigan, y el Centro Nacional de Opinión Pública (NORC), de la Universidad de Chicago, reveló que el 51 por ciento de los estadounidenses expresa ahora actitudes contra los negros, frente a un 48 en 2008.

También se midieron índices de actitudes raciales implícitas, donde resultó que la cantidad de estadounidenses con sentimientos antinegros aumentó al 56 por ciento, superior al 49 durante las pasadas elecciones presidenciales.

Otro dato interesante resultó que el 57 por ciento de los blancos no hispanos estadounidenses manifestaron actitudes contra los latinos.

La encuesta realizada en septiembre último encontró que en virtud del prejuicio racial, Obama podría perder cinco puntos porcentuales de apoyo en el voto popular en las elecciones del 6 de noviembre frente al candidato republicano Romney.

Las minorías étnicas con derecho al voto enfrentarán las urnas entre amenazas de recortes de los republicanos y promesas incumplidas por los demócratas, lo que hace dificil predecir hacia dónde inclinar su voto, el cual sin lugar a dudas tendrá un valor importante en los resultados finales.



*Periodista de la Redacción Norte de Prensa Latina.

 

La absurda intervención de Marco Rubio en Tampa

sábado, 1 de septiembre de 2012
Por Vincenzo Basile

El pasado 30 de agosto, el senador de la Florida de origen cubano, Marco Rubio, fue encargado de presentar a Mitt Romney ante la Convención Nacional Republicana (Tampa, Florida), para su discurso de aceptación como candidato presidencial, y lo hizo en un conjunto de banalidades anticubanas y tópicos sensacionalistas completamente desconectados con la realidad que viven hoy en día los estadounidenses.

Rubio, ‘el improbable cubano’

En primer lugar, con lo que se refiere a la cuestión cubana, Rubio declaró: “No hay libertad en Cuba y pido que ustedes recen para que llegue ahí pronto la libertad”. En este sentido hay que aclarar bien que Marco Rubio y sus padres no han vivido nunca la Revolución cubana (sus padres emigraron en 1956 hacia Estados Unidos, es decir durante la tiranía batistiana y tres años antes del triunfo de la Revolución) y, por lo tanto, todo el discurso político contra la Isla (o su gobierno, si se prefiere), nada más es que la triste consecuencia de décadas de adoctrinamiento contrarrevolucionario, más que una lúcida reflexión sobre algo que, supuestamente, se debería conocer con experiencias proprias. En el mismo sentido, hay que añadir que Marco Rubio no ha pisado nunca suelo cubano, con la excepción de la reciente visita al centro de tortura estadounidense en Guantánamo, el pasado mes de mayo.

El ‘sueño americano’ de Rubio

Con respecto a los asuntos políticos norteamericanos, el largo y anacrónico panfleto de Rubio empezó con una frase que abrió las puertas a un discurso demagógico, que sólo los políticos más hipócritas y los electores más crédulos pueden apreciar: “Yo soy un estadounidense”.

En la malsana perspectiva del senador republicano, el hecho de ser ciudadano estadounidense implica, evidentemente, una serie de consecuencias, quizás de procedencia divina, que esconden la fascista doctrina del destino manifiesto, algo parecido a la teoría nazi del espacio vital usada para justificar la conquista de toda Europa o a la teoría israelí del decreto bíblico usada para justificar el genocidio palestino. Pero, más que eso, el ‘incauto’ senador parecía seguir creyendo en el sueño americano y afirmaba: “Somos excepcionales (los estadounidenses, NdR), no porque hay más riqueza aquí, sino porque los sueños imposibles en cualquier otro sitio, se convierten en realidad aquí”.

En este punto, el lector (y el elector) se habrá preguntado cuáles son esos sueños realizados en Estados Unidos. Yo creo que en cualquier parte del mundo, los sueños que una persona tiene -para él y para sus seres queridos- son siempre los mismos. Yo, para mis futuros hijos, sueño con una vida saludable y con un cuidado médico que no dependa de un business privado y de poderosas lobby farmacéuticas. Quiero que mis hijos vivan una vida segura y que no corran el peligro de encontrarse en un tiroteo fatal en una calle, en una tienda, en su escuela, en su puesto de trabajo o en un cine. Pretendo educar mis hijos con los valores de la solidaridad y de la cooperación y nunca podría inculcarles el principio que su compañero de escuela o de trabajo es un potencial enemigo en su carrera hacia un fanático arribismo. Quiero que mis hijos, aunque crezcan en riqueza y bienestar, sepan que el fruto de esa riqueza no es suyo sino de la explotación del hombre por el hombre (y no hablo de un sentido propriamente marxista). Exijo que sepan que la mayoría de los ciudadanos de ese estrecho planeta nunca tendrá sus mismas oportunidades y no por fatalismo o por casualidad sino por un preciso plan de poder al que nosotros mismos pertenecemos. Como cualquier otra persona, deseo que mis hijos tengan una buena educación; una educación igual y total, garantizada en la misma forma a todos sus coétaneos a pesar de su procedencia.  

Tras este breve inventario de los sueños que la mayoría de las personas consideran imprescindibles, surge espontáneo preguntarse entonces con qué sueña Marco Rubio, cuáles son esas características que convierten a Estados Unidos en un país excepcional. Yo, con mis ingenuos sueños, no sé encontrar una respuesta. Tal vez un ferviente republicano podría decirnos cuales son los más altos valores y deseos que guían los conmovidos espectadores de Tampa.

Texto publicado también en Cubainformación

La democracia en U.S.A. se fue a bolina

viernes, 20 de julio de 2012
Por Salvador Capote*


Son numerosos los factores que durante las últimas décadas han determinado el deterioro acelerado de la democracia estadounidense pero, al parecer, lo que marca el momento crucial, el punto de no retorno, fue la decisión, en enero 21 de 2010, de la Corte Suprema de Justicia (“Citizens United v. Federal Election Commission”) que consideró  inconstitucionales las leyes que prohibían a las corporaciones contribuir a las campañas políticas. No existen prácticamente barreras a partir de esta fecha para que el dinero del gran capital fluya de manera creciente hacia la elección o reelección de políticos que respondan a los intereses de la élite económica del país.

La decisión de la Corte Suprema dio lugar a la creación de “Super Political Action Committees” (Super Comités de Acción Política) conocidos como “Super PACs”, que pueden hacer gastos ilimitados con fines políticos. Se revierte así más de un siglo de esfuerzos por establecer toda una jurisprudencia tendente a frenar el poder corruptor del dinero  en la vida política estadounidense.

En esta semana se presentó en el Senado un proyecto de ley (“Disclose Act”) que trata de poner fin a los gastos secretos en las campañas electorales. Esta ley exigiría que cualquier grupo que gaste diez mil dólares o más en propaganda, o en cualquier otra actividad política, lo informe a la Comisión Electoral Federal (FEC) dentro de las siguientes 24 horas. Igualmente deberá informar por cada diez mil dólares adicionales que gaste.

 A pesar de que esta ley constituye solamente un paliativo y no va a la raíz del problema que es sacar del proceso electoral el dinero de las corporaciones, fue objeto ya del “filibuster” (filibusterismo), sucia maniobra política, frecuente en el Senado, que consiste en obstruir la aprobación de una ley mediante largos discursos y debates sobre asuntos irrelevantes que prolongan indefinidamente las sesiones. El proyecto análogo presentado en la Cámara hace aproximadamente un mes, confronta igualmente férrea oposición.  En 2010 fue derrotada en el Congreso una legislación similar.

El poder actual de los Super PACs se manifestó en los resultados de las primarias presidenciales republicanas. Refiriéndose a ellas, señaló el senador Tom Udall (D-N.M.):  “gana quien tiene la chequera más gruesa”, “es una verdadera subasta”.

Este año, mucho más que nunca, el dinero es el dueño y señor absoluto del proceso electoral. No hay duda de que se romperán todos los récords en las contribuciones. Harold Simmons, por ejemplo, de la corporación “Contran”, entregó 16 millones de dólares a super PACs que apoyan a Mit Romney y a otros candidatos del Partido Republicano.

 “Citizens United” ofrece la oportunidad a determinadas personas de utilizar su inmenso poder económico para obtener decisiva influencia en la política. En junio de 2012, el Super PAC “Restore Our Future” (Restaurar Nuestro Futuro) afiliado con la campaña presidencial de Mitt Romney, recaudó más de U.S.$ 20 millones; la mitad de esa suma fue donada por el gran mogol de los casinos de Las Vegas, Sheldon Adelson, uno de los hombres más ricos de Estados Unidos y del mundo, quien ha declarado su intención de donar U.S.$ 100 millones en la presente campaña electoral (1).

Cierto es que, de un modo u otro, legal o ilegalmente, el dinero de las corporaciones intervino siempre en todas las elecciones y en la actuación de los funcionarios electos. La diferencia con la situación actual es que los partidos políticos poseían el control fundamental de los fondos de las campañas electorales. A partir de “Citizens United” este control pasó rápidamente a manos de los Super PACs y, por consiguiente, es con éstos (y menos cada vez con los partidos) con los que la lealtad y los vínculos de los candidatos se establecen más fuertemente. Además, ha aumentado el número de dígitos en el monto de las donaciones y la decisión de la Corte Suprema confiere a todo este viciado proceso un respaldo constitucional.

Una desagradable consecuencia de la multiplicación de los Super PACs, es la proliferación de propaganda negativa, no basada en hechos reales, nauseabunda, transmitida a través de anuncios pagados  que inundan los medios de información.  De un 9% en 2008 esta basura electoral pasó a un 53% en 2012, o sea, un aumento de un 44% en un solo periodo (2).

De acuerdo con datos de la Comisión Federal Electoral (FEC), en las elecciones del año 2000 los PACs contribuyeron con 114,700,000 dólares; en las de 2004 la cifra se elevó a $192,400,000; en las de 2008, y todavía sin producirse la decisión de la Corte Suprema, saltó a $1,208,124,481. En este año electoral 2012, en menos de siete meses, y cuando la campaña no ha alcanzado todavía su etapa más candente, los PACs han contribuido ya con cerca de un billón de dólares ($904, 076,249). Podemos calcular que al llegar el mes de noviembre la cifra sobrepasará los dos billones de dólares.

Se ha señalado que  “Citizens United” contribuyó a crear un mundo en el cual los candidatos y los partidos ya no tienen el control de sus propias campañas electorales y donde una gran parte del dinero es gastado por empresarios y estrategas políticos que no responden a institución alguna. Los candidatos “en gran medida, son instrumentos de fuerzas volátiles fuera de su alcance”. (3)

Las grandes cantidades de dinero de los Super PACs introducidas en el proceso electoral, aumentan exorbitantemente los gastos de campaña. El resultado inmediato y directo es la acentuación de la competencia entre los candidatos y la dependencia cada vez mayor de éstos de las donaciones de los Super PACs, creándose así un círculo vicioso en el cual las corporaciones dictan las reglas del juego y el dinero desempeña el papel protagónico.

Por otra parte, la decisión de la Corte Suprema alteró el balance entre los partidos de manera estructural y permanente a favor del Partido Republicano, que concentra entre sus afiliados el mayor número de multimillonarios y altos ejecutivos de las más poderosas corporaciones.

Sin embargo, aunque el dinero de los PACs  fluye principalmente en apoyo de los candidatos del Partido Republicano, los del Partido Demócrata se favorecen también con cantidades nada despreciables. Perrucci y Wysong (4) describen una creciente “colonización” del Partido Demócrata por la clase dominante a través del dinero inyectado en las campañas electorales. Según estos autores, facilitó el proceso la toma del control del partido por el “Democratic Leadership Council” (Consejo de Liderazgo Demócrata), fundado a mediados de los ochenta y vinculado a grandes corporaciones. El alejamiento gradual del Partido Demócrata de los intereses de las minorías, de los inmigrantes y de la clase trabajadora no tendría causas ideológicas ni demográficas sino, simplemente, sería un reflejo de la creciente dependencia del dinero de las corporaciones.

En estos momentos no es hipotético el caso de corporaciones que deciden, a nivel estatal o local, gastar cientos de miles de dólares en el apoyo a candidatos de su preferencia y en denigrar a los adversarios. Con frecuencia estos últimos no tienen los medios suficientes para contrarrestar las campañas negativas, mientras que los votantes sólo tienen acceso a versiones ofrecidas por medios abrumadoramente parcializados. Tampoco es hipotética la amenaza latente de un apoyo masivo al aspirante opuesto y de una propaganda permanente y destructora, si el funcionario electo no cumple con las agendas de las corporaciones.

Me pregunto qué puede restar de la democracia estadounidense si los Super PACs dominan el panorama político actual y en ellos solamente están representados los sectores de la población con mayores recursos económicos.

Cualquier corporación o millonario puede crear el PAC que se le antoje y torcer el brazo de los políticos en favor de intereses especiales,  pero las decenas de millones de pobres de Estados Unidos carecen de un PAC en Washington que defienda sus derechos.

En medio de esta “danza de los millones”, Jonathan Soros, hijo del rey de las finanzas George Soros, introduce una buena dosis de surrealismo con su nuevo Super PAC “Friends of Democracy” (Amigos de la Democracia),creado para, irónicamente, restar influencia a los Super PACs, y anuncia que dedicará de 5 a 8 millones de dólares en propaganda negativa contra los políticos que no apoyen la reforma del sistema actual de financiamiento de las campañas electorales (5)(6). La reforma pretende contraponer pequeñas donaciones de muchos ciudadanos a las grandes donaciones de la élite corporativa.

¿Qué cifra alcanzarán en el futuro las donaciones de los PACs, super PACs y de los millonarios en forma individual? –Con toda seguridad, la necesaria para que las corporaciones alcancen el dominio absoluto del proceso electoral o, lo que es igual, hasta que la democracia estadounidense no sea otra cosa que un sueño inalcanzable, un mito, un papalote que tal vez quiso alcanzar el cielo y en el camino se fue a bolina.
NOTAS:

(1)    Chris Moody: “GOP Super PAC receives major contributions from casino mogul Sheldon Adelson”, The Ticket, July 16, 2012.
(2)    Stephen Wright: “2012 elections without Super PAC dabbling”, Examiner, July 12, 2012.
(3)    Matt Bai: “How much has Citizens United changed the political game?, New York Times, July 17, 2012.
(4)    Robert Perrucci y Earl Wysong: “The New Class Society”, Bowman and Littlefield Publ., 2008, p.160.
(5)    Michael D. Shear: “The Super PAC that aims to end Super PACs”, The Caucus (The politics and government blog of The Times), July 17, 2012.
(6)    Matea Gold: “George Soros’ son launches anti-big money’ Super PAC”, Los Angeles Times, July 19, 2012.

*Bioquímico cubano, actualmente reside en Miami. Trasmite con cierta regularidad por Radio Miami el Programa “La Opinión del Día”, que aparece poco después en laradiomiami.com. Es colaborador de Areítodigital.net; participa, con la Alianza Martiana, en la lucha contra el Bloqueo impuesto a Cuba por Estados Unidos.
Imagen agregada RCBáez
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