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Ochenta y ocho y más razones para continuar luchando por la salvación de la humanidad

miércoles, 13 de agosto de 2014
Por Armando Hart Dávalos

Roberto Chile, quien por más de 25 años registró la imagen en movimiento del líder de la Revolución Cubana, en esta ocasión exhibirá, además de audiovisuales que reflejan la personalidad infatigable de Fidel.

Nuestro Comandante en Jefe cumple hoy 88 años. Sus enseñanzas son imprescindibles para salvar al mundo de una catástrofe de proporciones universales. El imperio norteamericano se halla ante una evidente decadencia, y puede destruir a todos los que tiene a su alrededor, en fin, al mundo entero. La historia de Cuba y América Latina pueden contribuir a evitarlo; Fidel Castro la representa y nos ha enseñado los nuevos caminos que permitirían hacerlo.

Es insostenible el capitalismo; ya se volvió insoportable su presencia; es dañino para la vida. Los pueblos que levantan sus voces antiimperialistas desde la raíz de sus corazones —porque como diría Martí: «El cuerpo humano es como las naciones: tienen el corazón donde no se les ve…»—, están requeridos de una plataforma ideológica, de un pensamiento filosófico, político y social; en sí mismo emancipador, reservorio de eticidad, cultura superior, esa que necesita la humanidad para vencer aquella que promueve el egoísmo personal, la exaltación de lo material, la podredumbre moral. No en balde abogamos por continuar haciendo por la construcción del socialismo; sin olvidar, como he expuesto en otras ocasiones, que el socialismo es una luz para alcanzar en el horizonte. De ahí la importancia de tener conciencia de que se trata de un camino largo y no exento de dificultades ni de adecuaciones y rectificaciones, y que requiere siempre del análisis y del estudio para garantizar el buen rumbo.


La estrella de Fidel, 2010.

La humanidad precisa hoy de un pensamiento que lleve en sí la esencia de cada uno de nuestros pueblos, las fuentes latinoamericanas como rasgo original, la identidad nacional, el respeto al derecho ajeno tanto a nivel individual como colectivo, una estrategia cultural, ética y políticamente admisible, un ejercicio íntegro del deber y un carácter entero como abogaba el Apóstol de Cuba, José Martí. Y a propósito de ese necesario pensamiento filosófico, político y social hemos de ir a fuentes de indiscutible valor, dotarnos de la levadura histórica de hombres de una altura ética trascendental, de pensamiento y acción valerosa como Simón Bolívar, José Martí, Hugo Chávez y Fidel Castro. En ellos vamos a encontrar importantes lecciones de política, sobre todo de algo en lo que he insistido y he llamado «la cultura de hacer política»; pues son estos grandes hombres maestros en ese arte, donde tanta falta hace saber conjugar el ser radical con el ser armonioso; y más en estos tiempos. No olvidemos que las enseñanzas de Martí y de Fidel, especialmente en el campo de la política, constituyen el aporte fundamental del pensamiento cubano a la cultura política y  filosófica universal: la ya aludida cultura de hacer política; o sea las formas prácticas que utilizamos para lograr materializar la cultura política y vencer los obstáculos que se levantan ante todo proyecto revolucionario.


Eterno Baraguá, 2005.

Razón suficiente tiene Fidel cuando en días recientes, a propósito de la masacre en Palestina expresó: «La especie humana vive hoy una etapa sin precedente en la historia. Un choque de aviones militares o naves de guerra que se vigilan estrechamente, u otros hechos similares, pueden desatar una contienda con el empleo de las sofisticadas armas modernas que se convertiría en la última aventura del conocido Homo Sapiens». No es una alarma sin sentido, es una realidad que todos debemos concientizar por la responsabilidad que albergamos como seres humanos en la defensa y preservación de la humanidad. Hay mucho que estudiar; el momento es crucial; no son estos tiempos de mera contemplación, de descripción superflua de una realidad, sino de voluntad política consecuente, decidida a cambiar para el bien de todos; creadora de las condiciones requeridas para dar solución a los ingentes problemas globales; transformadora del escenario en penumbras en que vivimos. Ahora toca protagonizar una nueva obra de teatro, y el guión que continuaremos construyendo tendrá su fuente en el caudal de ideas de Bolívar, Martí, Chávez y Fidel.

Guerrillero del Tiempo, 2012.

Son ya 88 agostos de gloria; 88 y más razones para seguir luchando por Cuba, Nuestra América y la humanidad toda; son también 88 los escalones de la siempre heroica escalinata de la Universidad de La Habana; sitio este donde se hizo Fidel revolucionario, donde fraguó aún más su rebeldía y se convirtió en la fórmula salvadora de la nación, encarnando como mejor discípulo las ideas de Martí. Ese es Fidel, el que llevó las doctrinas del Maestro en su corazón cuando en 1953 tuvo lugar el asalto al cielo de la libertad, las acciones del 26 de julio glorioso y épico, como pocos hechos de la historia universal.

Ese es Fidel, el hacedor de justicia e igualdad social, el quijote e hidalgo del internacionalismo y la solidaridad mundial, el eterno joven rebelde, el maestro de las ideas y la lucha invencible y preñada de pasión revolucionaria. Allí, en la universidad casi tricentenaria, debemos estar  todos, donde cada joven cubano ha de rendir tributo a Julio Antonio Mella y a José Antonio Echeverría, donde la patria se torna más hermosa y las ansias de lucha se yerguen, se levantan como aquellos racimos gozosos de los Pinos Nuevos que describió el Apóstol un 27 de noviembre de 1891 en la ciudad de Tampa. Como ayer seguimos honrando a nuestros muertos, el camino por ellos señalado no desaparece, la juventud lo asume como legado y ha de ser cada día más consecuente con él.

No puede fallar pues si no, como sentenciara Fidel, todo fallará. Tiene muchos retos por delante: mantener la Revolución llena de vida. Para ello ha de apertrecharse de un arsenal de ideas necesarias para tan alto propósito; el mismo se halla en la inmensa cultura cubana que hemos heredado y que representan, en su grado más alto en distintas épocas, entre otros, Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Martí, Enrique José Varona, Julio Antonio Mella y, en nuestro tiempo y para siempre, el compañero Fidel. Enorme es la responsabilidad que tenemos porque en Cuba, durante el siglo XX, se articularon con las ideas y acciones de Mella y de Fidel el pensamiento filosófico y político más avanzado de Europa, el socialismo y la tradición patriótica y utópica, latinoamericana y caribeña de Bolívar y Martí. Este es un hecho singular en la historia de las ideas en el mundo. 1 

Me siento un joven más del siglo XXI; he aquí mi sincero homenaje a usted, Comandante en Jefe, amigo, en su cumpleaños 88.

1 Mensaje al IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas.

* Las imagénes forman parte de la exposición fotográfica audiovisual Fidel es Fidel, del realizador cubano Roberto Chile, inaugurada ayer en el Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución, como parte de las celebraciones por el cumpleaños 88 del Comandante en Jefe.

Publicado en Juventud Rebelde

Palabras de Raúl en Johannesburgo: “Rendimos emocionado tributo a Nelson Mandela”

martes, 10 de diciembre de 2013
Discurso del General  de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en los funerales del Líder Histórico sudafricano Nelson Mandela, en Johannesburgo, el 10 de diciembre de 2013, “Año 55 de la Revolución”.

Presidente Jacob Zuma:
Familiares de Nelson Mandela:
Altos Dignatarios:
Hermano pueblo de Sudáfrica:
Rendimos emocionado tributo a Nelson Mandela, a quien se reconoce como símbolo supremo de dignidad y de consagración inclaudicable a la lucha revolucionaria por la libertad y la justicia; como un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz.

Junto a sus compañeros de lucha, dirigió a su pueblo en la batalla contra el apartheid, para abrir el camino hacia una nueva Sudáfrica, no racial y unida en la búsqueda de la felicidad, la igualdad y el bienestar de todos sus hijos, para superar las secuelas del colonialismo, la esclavitud y la segregación racial.

Ejemplo de integridad y perseverancia, encabezó luego el esfuerzo dirigido a la eliminación de la pobreza, la reducción de la desigualdad y la creación de oportunidades para todos.

Mandela es un ejemplo insuperable para América Latina y el Caribe, que avanzan hacia la unidad e integración, en beneficio de sus pueblos, respetuosos de su diversidad, con la convicción de que el diálogo y la cooperación son el camino para la solución de las diferencias y la convivencia civilizada de quienes piensan distinto.

La Humanidad no podrá responder a los colosales desafíos que amenazan su propia existencia, si no lo hace mediante una nueva concertación de esfuerzos entre todas las naciones, como la vida de Mandela preconiza.

Cuba, que lleva en sus venas sangre africana, surgió en la lucha por la independencia y por la abolición de la esclavitud y, posteriormente, ha tenido el privilegio de combatir y construir junto a las naciones africanas.
 Jamás olvidaremos el emocionado homenaje de Mandela a nuestra lucha común, cuando nos visitó, el 26 de julio de 1991, y dijo: “el pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África”.

Recuerdo su entrañable amistad con Fidel Castro, símbolo de la hermandad entre africanos y cubanos, quien expresó:

“Nelson Mandela no pasará a la historia por los 27 años consecutivos que vivió allí encarcelado sin ceder jamás en sus ideas; pasará porque fue capaz de arrancar de su alma todo el veneno que pudo crear tan injusto castigo; por la generosidad y la sabiduría con que en la hora de la victoria ya incontenible supo dirigir tan brillantemente a su abnegado y heroico pueblo, conociendo que la nueva Sudáfrica no podría jamás construirse sobre cimientos de odio y de venganza”.

¡Honor y gloria eternas a Nelson Mandela y al heroico pueblo de Sudáfrica!

Muchas gracias.


Más Fotos y Video en Cubadebate

 
El presidente cubano Raúl Castro llega al funeral de Nelson Mandela, en el Estadio FNB, en Soweto, próximo a Johannesburgo. Foto Markus Schreiber/ AP

Fidel Castro: el asedio de la gloria

lunes, 12 de agosto de 2013
Por Luis Toledo Sande*
Repro Guayasamin por ABejaranoDecir que alguien es asediado por la gloria no constituye exactamente un elogio, sino más bien el reconocimiento de que esa persona tiene un peso enorme sobre sus hombros. Si la carga es la misión de encaminar los destinos de un pueblo, implica una responsabilidad de signo mayor. Eso, de la segunda mitad del siglo XX para acá, a pocos seres humanos cabría aplicarlo con tanta propiedad como a Fidel Castro, quien desde sus años juveniles en la Universidad de La Habana emprendió cada vez más resueltamente un camino sin retorno en su voluntad de transformar a Cuba.

Para apreciar esa trayectoria bastaría mencionar fechas y acontecimientos como los del 26 de julio de 1953, la travesía y el desembarco del yate Granma, la lucha en la Sierra Maestra y las décadas de actividad como líder de la Revolución que revirtió una larga historia de frustraciones sufridas por quienes se habían esforzado heroicamente para alcanzar la independencia y abrirle el camino a la justicia social en suelo cubano. Tener una idea de lo que esa Revolución ha representado no exige, ni sería sensato hacerlo, suponerla perfecta: es suficiente contrastar, por un lado, su tenaz permanencia y el apoyo solidario que ha encontrado en los pueblos del mundo y, por otro, la sañuda, cruenta hostilidad que ha mantenido y mantiene contra ella la más poderosa y voraz nación imperialista, ante la cual tantos lacayos, poderosos incluso, doblan la cerviz como cómplices en sus crímenes. En esa hostilidad figuran numerosos intentos de asesinar al indomeñable guía revolucionario.

La trascendencia de ese guía es reconocida —de modos diferentes, pero rotundos— por amigos y adversarios. Una marcha como la suya no podría mantenerse sin la autoconciencia de quien sabe que realiza una misión extraordinaria pero no se complace con lo hecho. No es casual la forma como él mismo ha condensado, para hacerlo citable con la agilidad de lo aforístico y la eficacia de las máximas de índole moral, un concepto de José Martí, en quien reconoció al autor intelectual de la lucha iniciada en 1953. Se trata de una idea que Martí, quien la refrendó como norma de su vida, le expresó al general Antonio Maceo.

El 15 de diciembre de 1893, desde Cayo Hueso, el fundador del Partido Revolucionario Cubano, para entonces en la etapa decisiva, y por ello más compleja, de preparación de la guerra necesaria, le escribió al héroe de Baraguá y de tantos otros hechos grandiosos: “Yo no trabajo por mi fama, puesto que toda la del mundo cabe en un grano de maíz”. Cuesta resistirse a la tentación de extenderse en la cita del texto original, pero lo reproducido basta para conocer el origen de una convicción —profundamente martiana por su procedencia, y más aún por el espíritu y los valores concentrados en ella— que ha recorrido el planeta en palabras de Fidel: “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.

Sería absurdo suponer menosprecio de la gloria digna por parte del dirigente político que, al valorar la heroica resistencia de sus compatriotas ante las dificultades y frente al enemigo que se ha encargado de agravarlas, sostuvo en su discurso del 1 de mayo de 1980 en la Plaza de la Revolución José Martí: “Sin demagogia, sin propósito de halagar, sino como expresión del más profundo, sincero y emocionado espíritu de justicia, me atrevo a decir que un pueblo como este merece un lugar en la historia, un lugar en la gloria. ¡Que un pueblo como este merece la victoria!”.

En su condensación del juicio martiano citado, el concepto de gloria debe verse en la equivalencia que a veces se le atribuye con fama, vocablo utilizado por el Maestro para definir lo que cabe en un grano de maíz. Desde una perspectiva similar se debe apreciar también lo que el propio Fidel ha sostenido en distintas ocasiones, como el 24 de febrero del presente año, 2013, al intervenir en la sesión constitutiva de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular: “No luchamos por gloria ni honores; luchamos por ideas que consideramos justas”.

Esas ideas han sido medulares en la voluntad de trabajar por el bienestar colectivo. Tal ha sido su obra, y el líder no la ha hecho desde un gabinete o en una sala de laboratorio, sino al calor de su intensa actividad, asumida como el máximo dirigente de la acción: como un misionero, pudiera decirse. Ha sido el estadista afanado en asegurar el bienestar del pueblo, no precisamente un científico afanado en comprobar datos de la agricultura, de la ganadería, de la genética en una y en otra, digamos, sin menospreciar —sería  torpe hacerlo— la vital importancia de las ciencias y el quehacer investigativo.

Con la misma actitud asumió lo expresado por Martí a Maceo, y no lo hizo con puntillismo textual o desde la memoria del erudito, aunque también lo es él: dio salida a una doctrina abrazada en lo más hondo, lo cual mueve a recordar que de corazón expresa en otros idiomas lo que en español significa de memoria. En esto viene al caso un pasaje de La historia me absolverá, su alegato dicho y escrito sin que se le permitiera el acceso a las obras de Martí: “traigo en el corazón las doctrinas del Maestro y en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos".

Las circunstancias en que se originó ese texto autorizan a recordar especialmente uno de los juicios sustentados por Martí en su discurso del 10 de octubre de 1890, enalteciendo, por contraste con los descreídos, a los cubanos que, a pesar de los reveses cargados hasta entonces, estaban prestos a levantarse resueltamente como soldados de la patria cuando llegara el momento de la insurrección: “Lo que ha de asombrar a los descreídos, si saben algo de las flaquezas humanas, y lo que han de tomar como anuncio y lección, es que, en esta época sin gloria y sin triunfo, nos queden tantos como nos quedan”.

La razón —dijo Martí cimentando la fértil utopía revolucionaria— estaba en que “el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ese es el verdadero hombre, el único hombre práctico cuyo sueño de hoy será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales, y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber. Y si falla, es que el deber no se entendió con toda pureza, sino con la liga de las pasiones menores, o no se ejercitó con desinterés y eficacia”.

Para abrazar como brújula esa convicción de Martí no hay que ignorar la importancia del sentido práctico, que en la vida, y especialmente en la política, es tan necesario como la capacidad de soñar. Tampoco es cuestión de avalar voluntarismos tozudos, aunque ¿habrá revolución verdadera que pueda acometerse sin un grado extraordinario de voluntad? Martí alecciona siempre, y más aún cuando en el mundo asoma la oreja peluda del pragmatismo, si es que no también sus garras feroces y su frío raciocinio. La herencia viva del autor intelectual de la Revolución ha latido en el centro de los actos y las ideas del líder llamado a darle continuidad al empeño de aquel a quien él mismo llamó “el más genial y el más universal de los políticos cubanos” y “guía eterno de nuestro pueblo”.

Erguido en la vocación de lealtad a las enseñanzas de Martí, Fidel hizo de su vida un acto de entrega a las realizaciones revolucionarias y, como parte de ellas, a sueños que son o merecen ser ley. En 2006, cuando sufrió un golpe de salud que pudo ser mortal, y que suscitó el dolor de millones de personas honradas en el mundo, y la euforia frustrada de una mafia innombrable, recibí de Cubarte la invitación a escribir un artículo acerca del líder. Ese fue el origen de “Fidel Castro, el escuchador”, que se publicó en este Portal el 1 de diciembre de dicho año y está basado en un recuerdo personal. Ahora, cuando se me hace con motivo del cumpleaños 87 del Comandante en Jefe una invitación similar, de nuevo acudo a la memoria para tratar sobre el indetenible forjador y defensor de ideales.
Fidel-castro-roa-bastosEl domingo 17 de agosto de 2003 numerosos escritores y artistas fuimos convocados a recibir en la pista del Aeropuerto José Martí el avión a bordo del cual, tras haber participado en la toma de posesión presidencial de Nicanor Duarte Frutos, regresó de Asunción, Paraguay, el dirigente de Cuba, con un invitado de lujo: el más grande narrador de aquel país sudamericano, Augusto Roa Bastos. Desde la escalerilla, Fidel llamó al entonces presidente del Instituto Cubano del Libro, Iroel Sánchez, y puso en sus manos sendos ejemplares de dos libros del escritor visitante, tras lo cual indicó que ambos debían reimprimirse para presentarse, en edición cubana, el jueves siguiente. Así se hizo lo que en cualquier contexto, no solo en las condiciones del país, podía tomarse como una utopía.

En el salón de protocolo del Aeropuerto el estadista conversó con Roa Bastos y dio al editor acompañante de éste ideas sobre cómo publicar su obra, y otros libros. Pensaba en la campaña de alfabetización que, con la experiencia cubana, se libraba en varios países, no solo de nuestra América, y para cuyos beneficiados sería necesario tener en cuenta incluso el puntaje de la tipografía empleada. Más que apasionarlo, el tema hacía soñar a Fidel, y era propicio para recordar las videoclases que a la sazón se estaban editando en Cuba como apoyo a la docencia, y en cuya circulación internacional se llegó a pensar. Según noticias, el líder habló sobre la alfabetización con el escritor paraguayo cada noche del ingreso de este en el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas, donde se le atendió integralmente, no solo el esguince de tobillo que sufrió en el vuelo a La Habana.

No recuerdo que hubiera alguien grabando el encuentro del salón de protocolo del Aeropuerto, pero su grabación sería todo un material de estudio sobre la tenacidad humana. Al final de la charla, el jefe de la Revolución no salió por el pasillo previsible: cruzó por donde estábamos varios colegas, con quienes se detuvo a conversar, hecho del cual recibí poco después una foto, como supongo que también los demás participantes. No olvido la convicción con que, iluminados sus ojos y con voz en la cual vibraba toda la convicción del mundo, habló sobre el valor de las videoclases.

Tengo impresas sus palabras, de principio a fin, en mi memoria, pero no intento citarlas textualmente: las parafraseo, porque no fueron dichas para ser divulgadas. El líder habló con cálida soltura confidencial, como en una charla entre amigos, premio para quienes lo escuchábamos. Dijo que nuestros enemigos se tendrían que resignar, porque no podrían detenernos. Ellos fabricaban (fabrican) automóviles suntuarios, añadió, y Cuba producía videoclases, útiles para la formación de quién sabe cuántas personas en el mundo.

Al tiempo que le interesaba la alfabetización, y en general el desarrollo cultural de Cuba y de la humanidad toda, se desvivía en la búsqueda de caminos para resolver los problemas económicos del país. Los pragmáticos hallarán razones y dirán que para 2003 el sistema de videocasetes que entonces usábamos estaba llamado a ceder su paso a los modos actuales, y que sería muy difícil colocar masivamente videoclases cubanas en otros países, que tienen sus propios planes docentes, a menudo en manos de instituciones privadas.

Voceros de la modernomanía dirán que lo necesario era estar a la caza de nuevos recursos tecnológicos, y, en efecto, la tecnología es una gran conquista de la humanidad. Pero no sabemos que pragmáticos y modernómanos hayan hecho, en alguna comarca de la tierra, una revolución como la que triunfó en Cuba en 1959 y hoy se empeña en perfeccionar su economía y construir un socialismo sustentable. Para ello se ha planteado alcanzar una eficiencia productiva que será plenamente válida, y eficiencia de veras, si sirve para salvar los logros y los principios justicieros puestos en práctica por la Revolución.

Fidel sigue activo, y acertará quien afirme que en el laboratorio donde hace poco el presidente uruguayo José Mujica testimonió haberse encontrado con él, tiene en mente no solo graves problemas de la humanidad, la patria mayor, sino el deber de asegurar para Cuba la permanencia de los valores revolucionarios, y también —buscando con ahínco el difícil logro de alimentar a los animales necesarios para ello— la comida del pueblo. Más allá de los datos concretos que, aparte de ser útiles, necesarios, embriagan a los pragmáticos, y que él ha empleado en función de grandes ideas, el líder sobresale entre quienes han “puesto los ojos en las entrañas universales, y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos”, y “sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber”.

Aunque él no lo quisiera, o no lo quiera, le ocurre lo que a pocos: es un ser humano asediado por la gloria. Dar continuidad a su obra, como a la de Martí,  requiere actuar con pureza, sin liga de pasiones menores, ejercitando a la vez el desprendimiento y la eficacia.

Publicado en Cubarte


*Filólogo e historiador cubano: investigador de la obra martiana de cuyo Centro de Estudios fue sucesivamente subdirector y director. Profesor titular de nuestro Instituto Superior Pedagógico y asesor del legado martiano en los planes de enseñanza del país; asesor y conductor de programas radiales y de televisión. Jurado en importantes certámenes literarios de nuestro país.  Conferencista en diversos foros internacionales; fue jefe de redacción y luego subdirector de la revista Casa de las Américas. Realizó tareas diplomáticas como Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en España. Desde 2009 ejerce el periodismo cultural en la Revista Bohemia.Entre los reconocimientos que ha recibido se halla la Distinción Por la Cultura Nacional.
Atiende el blog Luis Toledo Sande: artesa de este tiempo

¡Bienvenido a la vida, Comandante de la esperanza!

martes, 12 de marzo de 2013



Aquí tu rostro de quijote valiente, aquí tus manos de obrero y campesino, tu voz de trueno, tu gesto de niño travieso, tus labios de padre y tu abrazo de abuelo, tus pies de guerrero... Aquí tú, aquí siempre, para siempre, ardiendo en llama viva, incendiando las palabras que buscamos para llamarte.

Comandante de la esperanza, de los sueños buenos, de los sueños todos, estás presente, porque no cabes en un adiós. Estás repartido en el viento y sembrado en la tierra, anidado en cada árbol y sujeto a cada estrella. Cómo entonces despedirte...

Cabalgas a lomo de la historia por estas calles y estos campos, por esta América Nuestra, que se funda en cada una de las canciones que supiste enarbolar como bandera en un mástil de nubes.

Y nosotros aquí, contigo. Cada quien a su manera te da la bienvenida con la certeza de que tu ejemplo se multiplicará en los días que vendrán. Cada niño llevará tu nombre, cada madre te alumbrará el futuro, cada mujer y cada hombre te abrirá puertas y ventanas para que nos acompañes en el café de la mañana donde tu voz nos lloverá las bendiciones del futuro que viene y viene sin pausa.

Compañero Presidente, Comandante de la alegría, tu risa será nuestra risa, tu caricia la nuestra, porque nos muestras dónde forjar la historia que por fin nos pertenece. Te escribiremos en las hojas de los árboles que plantamos para crecernos y en las olas de la mar de nuestras costas donde navegan libres los ecos, de quienes antes surcaron el silencio para abrirse contigo canto y grito.

Estás vivo para siempre en nuestras voces, naciendo una y otra vez. Comandante sólo se bienvienen a los hombres necesarios, a los imprescindibles como tú, a los que viven viviendo porque la muerte no los alcanza. ¿Quién pudiera detenerte si te llevamos corazón adentro? El cielo se descubrió de nubes y tormentas, y se abrió para abrigarte con el sol a medio cielo...

Aquí estás en este llanto que es de tristeza, pero también de alegría, porque vibras en el aire que respiran nuestros niños con escuelas y bailas en el viento que hincha las banderas que te llevan para siempre entre colores y estrellas. Tienes Comandante la talla infinita de nuestros sueños... Ya no hay por ahora, porque este es tu tiempo y el tiempo del Pueblo, esta voz tuya y nuestra, estos tus ojos y tus manos y tus pasos, y tu vida en la nuestra.

Bienvenido Presidente, bienvenido siempre al futuro que te ha nacido en tu Pueblo.

¡Hasta la victoria siempre!

Centroamérica por Los 5

miércoles, 30 de enero de 2013

A instancias de la Asociación de Amistad y Solidaridad de Honduras con Cuba, que preside la honorable compañera Maribel Hernández y a raíz de los acuerdos de la Asamblea Nacional celebrada en Santa Bárbara, la Filial de Choluteca -presidida por Carlos Canales Isidro- invita a que, junto con los hermanos de Nicaragua, Guatemala, Costa Rica y El Salvador, celebremos el evento "CENTROAMERICA POR LOS 5",  quel se llevará a cabo el 12 y 13 de Abril del 2013, en las ciudades de Choluteca y Amapala.

El evento tiene un programa tentativo que está disponible a sus sugerencias y recomendaciones. En el mismo  se incluyen las ponencias de cada de ustedes.


Hemos escogido a la Isla de Amapala como sede de clausura porque en el Pico de esa isla vamos a enarbolar y extender el grito de Centroamérica por la liberación de Los Cinco... y porque allí mismo tributaremos un homenaje póstumo a Máximo Gómez Báez, que en escalas independistas tuvo a Amapala como su residencia temporal.

Ofrecemos hospedaje y alimentación  a los hermanos de las Repúblicas Centroamericanas, por ello, es necesario saber con mucha anticipación la cantidad de participantes de cada país.

Vamos por el Grito de Centroamérica... desde Amapala, Honduras.

Los esperamos....



Héctor Martínez Motiño
Secretario de Difusión y Propaganda
Asociación de Amistad Honduras con Cuba

Mi relación secreta con Fidel

jueves, 16 de agosto de 2012
Por Percy Francisco Alvarado Godoy



Lo amo a Fidel, primero que todo, porque es el hombre de las oportunidades.

Contrario a lo que piensan mis detractores, nunca le veo, aunque tengo anónimos recuerdos que revitalizan el alma de un revolucionario. Lo he tenido cerca, como cualquier cubano. Eso me ha hecho feliz.

Lo amo, también, por ignorarme, por pensar que soy, irremediablemente, una simple pieza de esta gran obra que construimos. Lo amo así, en mis recuerdos. Simplemente los míos. Los que guardo. Los que me enorgullecen, porque para mí Fidel es Cuba, a la que nunca traicioné, ni traicionaré.

Lo amo porque nunca aparece cuando me equivoco y respeta mi derecho a equivocarme. Lo amo porque nunca me dice esto es así o no es así. Lo amo porque cree en mí, a pesar de todo.

Lo amo por mi vieja, que ya se fue, y sin embargo tanto habló con ella. Aún le recuerdo, sentado en la acera de una calle, frente a mi casa, sencillo, hablando con ella sobre el difícil privilegio de ser jefe de un pueblo que resistió 50 años de acoso, de cruel bloqueo, de tanta desgarradura entre nosotros. Aún le recuerdo en el último hálito de de vida de mi madre, cuando dijo: -¡Gracias, Fidel, por dejarme morir en tu tierra!

Lo recuerdo en la entrega infinita de mi padre hacia Cuba, respetándolo, siguiéndolo, reverdeciendo por encima de los errores que cometió todo el amor por esta tierra que hoy alberga sus huesos y sus sueños.

Y lo amo, sobre todo, porque a pesar de yo no ser un hombre perfecto, siempre supo que no le traicionaría. Hacerlo sería traicionar a mis raíces, a toda la América a la que pertenezco. Reconozco que hablo estas cosas, celebrando su cumpleaños, solo, sin tristezas, y lleno de optimismo. Lo hago por mi simple derecho de ser viejo y esperar mi pronto adiós. Lo hago por mi simple derecho de ser un revolucionario más.

Miro a mi vida y no me arrepentiré nunca de haberle sido un soldado fiel. Uno de los todos que habitamos su trinchera. De los que brindamos por nuestro invencible jefe con orgullo. De los que llevamos en el pecho la insignia tangible de nunca haberlo traicionado.

Hombres simples como yo, solo podemos ofrecerle un regalo en su cumpleaños: la incondicionalidad, el amor a su causa y, si nos cuesta, la vida misma. Eso es Fidel: la fidelidad que nos inculcó.

En el 86 cumpleaños de Fidel

Por Álvaro Montero Mejía

Hace ya muchos años, desde el modesto espacio territorial y humano de este pequeño lugar del mundo llamado Costa Rica, nos propusimos hacer un esfuerzo por mantener celosamente guardada esa prerrogativa de caminar con nuestros propios pies y pensar con nuestra propia cabeza.

Nuestras convicciones internacionalistas y los maravillosos ejemplos de esas luminosas luchas revolucionarias de muchos hombres y mujeres en Nuestra América, nos indujeron desde nuestra temprana infancia intelectual, a encontrar en ellas motivos de entusiasmo, de emocionado aplauso y algunas veces -era inevitable- de  simple imitación o copia.

Las viejas epopeyas en distintos lugares del mundo nos permiten, por el tiempo transcurrido, hablar o discurrir sin ninguna muestra de servilismo o adulación. Pero hay nuevas epopeyas, sobre todo para los que ya cargamos bastantes años. La vida nos dio el tiempo necesario para observar el ascenso de China, el triunfo monumental del Vietnam heroico y sobre todo, para seguir de cerca, paso a paso, la más grande epopeya popular y revolucionaria de nuestra América, la Revolución Cubana. Y ahora, con el recurso inagotable de la energía y el amor por la libertad de los pueblos, esa misma lucha, con sus particularidades propias, es justamente continuada por nuevos y valerosos esfuerzos en Venezuela, Ecuador, Brasil, Uruguay, Bolivia y otros Estados del Continente.

De modo que, sin olvidar nuestros deberes propios, es muy fácil sentir nuestro corazón inflamado por los éxitos de esos pueblos hermanos y olvidarnos que la vida nos exige, estemos donde estemos, darle a nuestros esfuerzos el carácter particular y nacional que no borra, ni disminuye, el principio del internacionalismo que Bolívar hizo suyo y que Cuba y Fidel, han llevado al más alto grado de compromiso humano, ahora con sus millares de maestros y médicos repartidos en los confines de la geografía americana y más allá.

Nosotros, modestos luchadores sociales costarricenses, humanistas comprometidos hasta las últimas consecuencias con los valores construidos por nuestro pueblo, seguros de que sólo las ideas justas provocan cambios sociales una vez que prenden y se instalan en la conciencia de las grandes mayorías, queremos afirmar en ocasión del 86 aniversario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que hoy, ninguna de las grandes luchas democráticas, patrióticas y revolucionarias desplegadas a lo largo y ancho del Continente, sería posible, como cierta su victoria, si Cuba y Fidel no estuvieran allí, si no se hubieran mantenido allí, habiendo desplegado en estos últimos 50 años, sin desfallecer un solo instante, la voluntad de resistencia, de compromiso, de sacrificio, de amor por la verdad y denuncia tenaz de las acciones imperiales en esta que es, la batalla decisiva.

Podemos decir ¡Feliz Cumpleaños Comandante!, aunque la mayor felicidad sea la nuestra, por haber transcurrido nuestra vida viendo a Fidel actuar junto  a su pueblo, convertirse en el más formidable instrumento de formación política multitudinaria que recuerda la historia americana; por ser un referente inagotable de los que tienen hambre y sed de justicia en cualquier rincón de la tierra y de los que necesitamos un punto de partida para conocer el verdadero origen de los dramas sociales y económicos de nuestro tiempo; por alentar y dirigir las batallas memorables que permitieron la liberación de una buena parte del continente africano; por cambiar, en su vejez fructífera, la tribuna por la pluma, escribir incansablemente y poner al día a millones de hombres y mujeres sobre los aspectos centrales de la causa humana; por demostrar que se puede vivir con apego a los principios y ser, siempre, el amigo infalible de todos los que amamos la libertad, sin distingos de ninguna naturaleza ¡Gracias Fidel!

San José, Costa Rica, 13 agosto 2012

* Político, abogado, escritor, economista, politólogo y productor de televisión de Costa Rica.

Dibujo J. L. Fariñas (Cuba)

Gracias, Fidel

martes, 14 de agosto de 2012
Por Elisa Rando (Argentina)

 “Ponte el capote, Fidel
Fidel, el capote….
Bueno…, Fidel, llueve,
ponte el capote, ¡ya!

  
Compañero Comandante:

¿Lo recuerda?  Verdad Comandante, que ha de recordar usted aquel día.

El pueblo, su pueblo, lo protegía. Época de lluvias y huracanes en La Habana. Esa tarde había lluvias. Los huracanes llegaron luego.

En la Plaza de la Revolución dialogan el pueblo y usted.

Estaba naciendo, aquel 4 de febrero de 1962, en la Plaza de la Revolución, la Segunda Declaración de La Habana. Nacía la Revolución Socialista, y Cuba asombraba al mundo.

Atrás había quedado Playa Girón, Sierra Maestra y el Escambray.

El tren blindado de Santa Clara. El Moncada. El desembarco del Granma. Y La Historia me absolverá.

Cuba siempre asombró a todos. Pero ese día, usted, en nombre de la dignidad de negros, blancos y mulatos, desde el corazón de La Habana, con el puño en alto, avisó al mundo entero que en la tibia cintura caribeña de América latina despuntaba la Revolución de los pobres. De los iguales. De los que nunca había usado zapatos, gastado calcetines ni, sentados a una mesa, comieron en un plato dentro de una casa.

Habló en nombre de los que alimentaban a sus hijos con tortillas de borra de café, vestían andrajos y dormían en bohíos en las tinieblas de la enfermedad y la ignorancia. Los guajiros de anchas manos.

Los que morían sin saber de qué morían, como siempre habían vivido sin saber por qué vivían. Los que no sabían escribir ni el nombre de sus hijos, como nunca supieron escribir el nombre de sus padres ni el nombre de ellos mismos. Egoísmos de ignorantes poderosos del dinero, despreciaron siempre el poder de la fuerza del trabajo. Despreciaron la pobreza.

La Revolución triunfó para hablar en nombre de los nadie, de los que nunca fueron nada. Llegó para cobrarse con justicia cada una de las injusticias cometidas. Para cobrarse con cientos de médicos, maestros, escuelas, universidades, la ignorancia de infinitas generaciones olvidadas.

La Revolución había llegado a Cuba para quedarse. Para cambiar el corazón y la cabeza de su pueblo, pero también la de los oprimidos de todos los pueblos del mundo. Así, multitudes de explotados se dieron cuenta de que ese milagro no era asunto de altares ni del agua bendita.

Esa transformación es obra de la lucha. De la decisión de echarse a andar los caminos y encontrarse con el hambre, la corrupción, la entrega, la violencia, y decidirse a combatir hasta cambiar el eje de las viejas historias, transformando en dueños de sus vidas a los pueblos que siempre fueron objeto de vidas ajenas.

Usted, Comandante, no sólo condujo a su pueblo bajo la lluvia y el sol. Usted convocó a los pueblos de América, no al reparto de las conquistas, sino a organizarse para conquistar con sus vidas y sus muertes las condiciones para vivir una vida digna de ser vivida. No repartiendo sueños, sino creando realidades y transformando las bases económicas para construir sociedades justas, libres y solidariamente responsables.

Gracias Comandante por su vida. Gracias por su dignidad. Gracias también por haber sido compañero de luchas con el siempre querido Ernesto Che Guevara. Que lejos de recordarlo como argentino, lo señalamos como ejemplo en la tarea impostergable, larga tarea, que cambie la condición humana y logre al fin el Hombre Nuevo.

Seguiremos esperando sus mensajes para abrir brechas y cerrar injusticias bochornosas. En medio de tantos desencuentros, vejaciones, mistificación de ideas e ideales: verborrea empedernida, usted seguirá conduciendo el Granma de las conciencias y de la revolución verdadera. Del pensamiento y la acción de los pueblos y de los hombres del mundo que quieran de verdad ser libres.

La Historia lo ha absuelto, Comandante, hace ya muchos años. Y los pueblos de América y del mundo, en lucha, con el brazo en alto y de pie, le dan las gracias.

¡Viva el Socialismo! ¡Viva Cuba! Patria o muerte: ¡Venceremos!

Nota: Texto publicado hace algunos años pero que por su absoluta vigencia, compartimos con ustedes

Fidel Castro cumple 86 años: ¡Felicidades, amigo!

lunes, 13 de agosto de 2012
Por Carlos Tena

Felicidades, Fidel, en tu día, que lo pases con gran alegría.
Muchos años de paz y armonía, amigo.

Querido y admirado Fidel Castro:

Te escribo esta carta mientras estoy celebrando el cumpleaños de mi hermana Yolanda, nacida en un 11 de agosto, orgullosa de ser Leo, como tú y llevar el nombre de una canción cubana.

Estos párrafos son para mostrarte nuevamente, con ocasión de tu 86 aniversario, mi afecto, amistad y respeto ante tu figura, tu valentía y destacar tu siempre precisa visión de la historia de la humanidad.

Desde esta puerta de Europa, decirte que como bien sabrás seguimos padeciendo el capitalismo salvaje de este régimen “democrático”, la constante agresión de los banqueros neoliberales, la hipocresía de estos socialistas a la europea (capitalistas descarados) y la manipulación de los medios de comunicación global, controlados por diez familias milmillonarias, cuyo objetivo es la destrucción de todo atisbo de cambio político que no sea el que permita el expolio de una nación.

Por eso no cesan en sus diatribas contra Cuba, Venezuela, Ecuador, Siria, Nicaragua, Brasil, Irán, Bolivia, Argentina, etc. No soportan la independencia.

Aquí, en esta arruinada, estafada, monárquica y neofranquista España, también resulta escandaloso  el silencio de miles de artistas e intelectuales, agrupados en torno al poder político y mediático del PSOE. Son como aquellos que definió el escritor norteamericano Upton Sinclair:  “El artista que triunfa en una época, suele ser alguien que simpatiza con las clases dominantes de ese tiempo, cuyos intereses defiende y cuyos ideales interpreta, identificándose con ellos”. El brillante autor de La Jungla, que comenzara escribiendo en un diario socialista, estaría hoy encantado al lado de Oliver Stone, Sean Penn, o acompañando la caravana solidaria de Pastores por la Paz.

Aquí, en esta España de Tortura y Pandereta, donde se pasea impunemente un genocida como José María Aznar o su hermano de leche, Javier Solana (ambos responsables del asesinato de miles de civiles inocentes), es complicado y arduo el trabajo de echar una mano a Cuba, pero ahí andamos:  en la lucha.

Esta régimen borbónico no tiene dinero para los parados, pero sí para alimentar vagos, terroristas y mercenarios batistianos que actúan bajo el paraguas de fascistas como García Margallo o Esperanza Aguirre,  para luego mostrarles en la prensa como “disidentes” liberados de las cárceles castristas.

Hasta mi vecina Lola, que es conservadora pero honesta, dice: “Ese tipo de chorizo cubano no me gusta nada”.

Desde esta España donde millones de personas esperan aún un trabajo digno; en la que miles de personas son expulsadas de su hogar, incluso a golpes; en donde la educación pública es sometida a rebajas en los presupuestos; en donde se privatiza poco a poco una sanidad que pagamos todos de nuestro bolsillo…

En este “paraíso” para ladrones con traje de seda y estafadores de toda ralea, somos muchos los que envidiamos vivir como cubanos, con todos sus problemas y carencias (pero todas las soluciones y aportes, libretas y gratuidad de los servicios), que no sobrevivir entre violencia policial, amenazas, desinformación, mentiras, recortes en salarios y pensiones, abandono por parte del estado de sus obligaciones para con el ciudadano, banqueros ladrones paseando en Mercedes y trabajadores encarcelados por pedir un trozo de tierra para sembrar futuro.

Aquél día fue uno de los más hermosos de mi vida

Por eso tengo que pedirte un favor: ¿Podrías interceder ante el gobierno de la Revolución, para que miles de profesionales de diferentes esferas podamos solicitar asilo político, emocional, moral, laboral y cultural en Cuba?

Y te lo digo así, con sencillez y toda sinceridad, con énfasis familiar y campechano, porque has sido y eres, al frente de tu admirable pueblo revolucionario, el único Jefe de Estado que ha tenido la gallardía y el valor de no arrodillarse ante el Imperio.

Querido y admirado Comandante: El día 13 cumples 86 años y continúas tan activo y lúcido como cuando en 2004, junto a otros veinte compañeros de diferentes nacionalidades, tuvimos el placer de compartir una fraternal cena contigo. Fue uno de los días más felices de mi vida.

Gracias siempre, Fidel.

¡¡Felicidades, Comandante!!


Felicidades en tus gloriosos y rebeldes 86 años...

Y felicidades, Cuba, América, ¡¡el mundo todo!! porque hace 86 años, vio la luz primera el hombre llamado a cambiar la historia de Cuba, a ser ejemplo para todos los pueblos de América... y del mundo.

El hombre que nos enseñó a creer, a saber, que un mundo mejor es posible y a luchar por él.
Felicidades y, hoy como ayer...

¡Gracias, Fidel!

Video en Youtube

Gracias, Rafael

sábado, 11 de agosto de 2012
Publicado por 1Qbanomás
Quito, 10 de Agosto de 2012. 203 Aniversario del Primer Grito de Independencia. Informe del Presidente a la Nación.

No tiene barba. De hecho siempre está pulcramente afeitado. Parece no haber usado un arma jamás en su vida, no hablemos de dispararla. No ha comandado nunca siquiera una pequeña escuadra de guerrilleros pero sabe hablar claro, siente hondo y actúa recio. Tiene un pueblo entero que le cree y por tanto lo sigue por propia vocación.

Sin embargo, creo que por eso me recuerda tanto a ese fiel y todavía lúcido guerrillero del tiempo, de gloriosa y ya blanca barba, por sus notables diferencias y por sus notables parecidos.

Los dos emplean la palabra con maestría pero sobre todo con convicción y honradez. Los dos creen firmemente en que un ser humano mejor es posible y por tanto hay un mundo mejor posible.

Los dos decidieron dedicar su vida a servir a todos los ciudadanos y ciudadanas pero especialmente a aquellos más vulnerables. Los dos dicen lo que piensan y hacen lo que dicen. Los dos tienen esa mirada que se mete en nuestra alma, y una vez adentro, logran encontrar, hacen nacer y brotar de ella, la lealtad. Solo los extremadamente débiles de alma pueden, después de esa mirada cálida, amistosa pero también incisiva, traicionar los ideales comunes.

Hoy, al ser simple espectador del informe a la nación de un presidente ya hecho leyenda, no pude evitar recordar a aquel otro, con barba y fusil, que cuando yo tenía apenas 15 años, con su palabra y su mirada, me convenció de seguir este camino que escogí para toda la vida. Por eso, le robo a Silvio (Rodríguez) las palabras de la canción que debí haber escrito yo: "Yo me muero como viví".

Gracias, Rafael.



Fuente Blog 1Qbano+

De América soy hijo y a ella me debo

martes, 31 de enero de 2012
Por Ramón Guerra Díaz

Publicado el 25 de Enero de 2012

Dentro de pocos días celebraremos el 159 aniversario de natalicio de José Julián Martí Pérez, una de las figuras más importantes dentro de la historia y la cultura cubana, no solo por sus grandes sacrificios por el logro de nuestra primera independencia, sino también por su lucidez política, que lo hizo ver más lejos que los políticos de su época, la necesidad de la unidad latinoamericana como contrafuerte al hegemonismo que desde aquellos años ya asomaba por el “norte revuelto y brutal que nos desprecia”, como dijera él para referirse a los Estados Unidos y su poderosa oligarquía.

Un momento importante en la maduración política de José Martí fue su contacto con la sociedad norteamericana. Llega a Nueva York el 3 de enero de 1880, venía de España después de haber sido deportado por el gobierno colonial español de la isla de Cuba algunos meses antes.

El contacto con aquel país en pleno apogeo de su desarrollo económico fue deslumbrante, por eso escribe en el periódico The Hour un artículo titulado “Impresiones de América” en el que expresa: “Estoy, al fin en un país donde cada uno parece ser su propio dueño.” Poco a poco el conocimiento más profundo de aquel país le hará escribir un año después: “[...] este país, señor en apariencias de todos los pueblos de la tierra, y en realidad esclavo de todas las pasiones de orden bajo que perturban y pervierten a los demás pueblos.”

En aquel país vivió las emociones de las grandes transformaciones tecnológica, la expansión de la nación hacia el oeste, las riadas de emigrantes provenientes de Europa, base de la vertiginosa transformación del país; las luchas de los trabajadores, en su mayoría emigrantes, por mejores salarios y ocho hora de labor, hechos que sirvieron para aguzar su pensamiento social, siempre al lado de los humildes, sus críticas a los métodos violentos de lucha y su comprensión paulatina de aquella gente violenta, engañada y víctima del gran capital. Todo esto en una constante dialéctica de su maduración.

En los Estados Unidos el Apóstol cubano conoció y puso al descubierto el fenómeno imperialista y advierte sobre el peligro que representaba para Cuba, las Antillas y a la larga para América Latina. El auge económico del país traía la necesidad de mercados y sus clases dominantes apuntaban hacia el dominio de las naciones de la América Latina.

Desde sus crónicas para los periódicos de Hispanoamérica no se cansa de mostrar las luces y las sombras de aquella nación y al organizar el movimiento independentista y liberador de la isla de Cuba, sienta sus objetivos políticos de impedir la anexión de Cuba al país del norte.

Su profundo espíritu analítico y su voluntad de estudiar las interioridades de los Estados Unidos, le permitieron llegar a conclusiones político sociales que aún hoy guardan una gran vigencia:

- La unidad de los países latinoamericanos como contraparte al hegemonismo de los Estados Unidos.

- El desarrollo cultural y económico de nuestra América como antídoto a la dominación de la nación del norte.

- La necesidad del desarrollo desde bases propias como contrapartida a la influencia y penetración de esa cultura basada en el pragmatismo y el individualismo exacerbado

- La esencia humanista de la sociedad, su confianza en el ser humano y su capacidad de ser bueno.

Esas y otras que se me escapan son esencias sociales de la prédica martiana, no solo contenida en documentos políticos y programáticos, sino en toda su obra intelectual y de vida.

En los días que corren, con una nueva América Latina, dispuesta al cambio e imbuida de esa necesidad de integración preconizada por Bolívar, defendida por Martí y muchos otros, recordamos al cubano mayor útil y vigente.

http://blogs.monografias.com/cultura-cuba/2012/01/25/de-america-soy-hijo-y-a-ella-me-debo/

Conversación contemporánea con José Martí, el Héroe Nacional de Cuba

viernes, 27 de enero de 2012
Conversación contemporánea con José Martí, el Héroe Nacional de Cuba  
Por Wilkie Delgado Correa

“Cuba no tiene por qué temer: tiene hijos
 que sólo la abandonarían cuando cierren los ojos”.


Al adentrarnos en la historia, quiérase o no, se interactúa, se intercambia, se dialoga, se pregunta o se responde de las formas variadas en las que cada ser humano tiene capacidades, posibilidades y propósitos para ello. Por tanto, más que intentar asomarnos a la historia como espectadores, se debe penetrar en ella hasta sentirnos como coetáneos activos del tiempo en que se incursiona. Por los caminos de la historia pasada, presente o futura siempre habrán motivos para buscar el encuentro con una respuesta verdadera, un juicio definitivo y una defensa irreductible de lo justo. De esta manera es que he llegado a concebir esta conversación contemporánea con José Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano, líder y jefe de la guerra de independencia de1895, Mayor General, Maestro y Apóstol de nuestra lucha independentista, y Héroe Nacional. Mis preguntas tienen una respuesta cabal y contundente a través de sus ideas. Y son respuestas textuales de ayer, pero válidas y necesarias hoy, y que tal vez en el devenir histórico estarán vigentes siempre

Esta será, por lo tanto, una conversación sui géneris. Así que, queridos lectores, permítanme que les presente esta entrevista imaginaria, pero auténtica y legítima, y que resulta, por eso mismo, tan real, verdadera y contemporánea como si hoy mismo hubiera ocurrido. Y es que con Martí, como con otros grandes hombres de la patria, sucede lo que él vaticinara como realidad posible,: que cuando se cae en la patria del lado del deber y en brazos de la patria agradecida, “empieza, al fin, con el morir, la vida”.

José Martí nació en La Habana el 28 de enero de 1853 y cayó en combate el 19 de mayo de 1895, para mantenerse vivo en el seno de su pueblo. Confirmación de ello fue que al cumplirse el centenario de su nacimiento, y producirse el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, Fidel Castro afirmó, al producirse su apresamiento, que Martí había sido el autor intelectual de aquella acción armada, y en su alegato de defensa titulado La Historia me Absolverá, se preguntó qué hubiera sido de Cuba si hubiera dejado morir al Apóstol en el año de su centenario.  

Es hora, pues, que demos paso al texto de esta entrevista cuyas preguntas están matizadas por el enfoque contemporáneo de su autor, y las respuestas tienen afincadas sus raíces en el pensamiento y las ideas expresadas por José Martí, en diversos momentos de su vida ante los acontecimientos, los sucesos y los avatares de la vida o de la lucha en la época que le tocó vivir, pero en las cuales no pueden faltar los sueños y las proyecciones hacia el futuro

W- Maestro, vivimos hoy como antes tiempos difíciles en los cuales está en juego la existencia misma de la patria. ¿Cómo Ud. interpreta el deber de cada compatriota?

MARTÍ- El deber de un patriota que ve lo verdadero está en ayudar a sus compatriotas, sin soberbia ni ira, a ver la verdad…

…¿Qué deben hacer los verdaderos amantes de la patria…?: Predicar revolución… Estamos aquí para impedir que el enemigo acorrale al abanderado, o caiga en malas manos la bandera:…Aquí somos la vigilancia y el amor, la cordialidad y la centinela, la pasión, razonada por el juicio, de cuanto lleve con decoro el nombre de cubano.

W- Ante la situación que actualmente atraviesa el país, bloqueado criminalmente por la potencia más poderosa de la tierra, y en un mundo en que las fuerzas enemigas internas y externas se confabulan con el propósito de un ajuste de cuentas a la patria por su rebeldía, ¿qué estrategia general Ud. postula?

MARTÍ- A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos, burlarlo, hacer por fin nuestra patria libre. Plan contra plan. Sin plan de resistencia no se puede vencer un plan de ataque.

W- Martí, hay quienes consideran  que son tan enormes las dificultades, como otros creían frente a España, que el país no le queda otra alternativa que sucumbir ante el poderío de los Estados Unidos, a pesar de que la Revolución ha demostrado que lo que parecía imposible ha sido posible.

MARTÍ- Quizás crean que falta a Cuba las dotes superiores, con que han de contar los pueblos para aspirar con éxito a su independencia: la constancia, la abnegación y la unión…En nosotros hay masa pública, que conoce y adora la libertad, que la habla y la escribe, que la razona y la acomoda a lo verdadero, que la defenderá con las uñas y con los dientes… ¡Allí estaremos todos, defendiéndola! No hay placer como el de defenderla: el cubano, antes que la libertad, se arranca la vida.

W- Entonces, ¿piensa Ud. que en este asunto el país marcha por buen camino?

MARTÍ- El país va a donde debe… Se calla lo que no es preciso decir… Mucho daño hace en este mundo la cobardía, mucho la indecisión, mucho la política importada… Los pueblos continúan, no retroceden… El cubano sabe que hay un camino al frente, pero no sabe que haya ningún camino atrás… El cubano es indómito… es independiente, moderado y altivo. Es su dueño, y no quiere dueños… A tiempo, y con dignidad, haremos lo que debemos.

W- Maestro, ¿y qué nos puede decir de esos que miran hacia el Norte hechizados por las pompas y el poderío?

MARTÍ- Las malas acciones me entristecen, como si las cometiera yo, y las buenas me dan bríos para pelear… Son algunos los vendidos y muchos los venales, pero de un bufido del honor puede echarse atrás a los que, por hábito de rebaño, o el apetito de las lentejas, se salen de las filas en cuanto oyen el látigo que los convoca, o ven el plato puesto…

Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos, que les roen el hueso a la patria que los nutre.

W- ¿Cómo Ud. piensa que debe reflexionar cada cubano como parte esencial de nuestro pueblo?

MARTÍ- El pueblo más grande no es aquel en que una riqueza desigual y desenfrenada produce hombres crudos y sórdidos y mujeres venales y egoístas; pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño, es aquel que da hombres generosos y mujeres puras. No es rico el pueblo donde hay algunos hombres ricos, sino aquel donde cada uno tiene un poco de riqueza.

En economía política y en buen gobierno, distribuir es hacer venturosos.

La honradez es el vigor en la defensa de lo que se cree, la serenidad ante las exigencias de los equivocados, ante el clamoreo de los soberbios, ante las tormentas que levantan los que entienden mejor su propio provecho que el provecho patrio.

W- Martí, ¿cómo Ud. califica a los Estados Unidos, país vecino cuya política –mala política- ha sido siempre, me refiero a la de sus gobiernos, la de interferir los anhelos independentistas y soberanos de nuestro pueblo, además de pretender asfixiarnos en esta época para apoderarse de Cuba a través de sus vasallos mercenarios de afuera y de adentro?

MARTÍ- Vecino esencialmente hostil y diverso…vecino avieso… desdeñoso vecino… Roma americana.

W- ¿Cuál es su pensamiento sobre esa política de los Estados Unidos, que la concretó de hecho, tal como Ud. temía, después de su muerte, y sobre la política correspondiente de nuestro país?

MARTÍ- Los peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se les puede evitar… Para todo hay ciegos, y cada empleo tiene en el mundo su hombre… Pueden creer los hombres superficiales, los hombres ilusorios, los hombres imitativos, que un pueblo fuerte y complacido en su primacía, reconocerá paridad a un pueblo mínimo… Y una vez en Cuba los Estados Unidos, ¿quién los sacaría de ella?... Cambiar de dueño, no es ser libre. Yo quiero de veras la independencia de mi patria.

No deduzco de los vítores que sean reconocidos por los Estados Unidos los derechos cubanos: tengo fe en que el martirio se impone, y que lo heroico vence. Ni esperamos su reconocimiento, ni lo necesitamos para vencer… Pero si los gobiernos se hacen egoístas, y los pueblos ricos se apegan a sus riquezas y obran como avaros viejos, la humanidad es en cambio perpetuamente joven. El entusiasmo no ha tenido nunca canas… Podrán los gobiernos desconocernos, los pueblos tendrán siempre que amarnos y admirarnos.

W- Maestro, tal como Ud. temía los norteamericanos entraron aviesa y oportunistamente en la guerra que Ud. organizó. Pero fue posible sacarlos con la fuerza del pueblo encarnada en la Revolución Cubana. ¡No fue fácil! Y aún prosiguen haciéndonos la vida difícil. ¿Algún recuerdo particular que podamos proyectarlo, con sus matices de diferencias, a los tiempos que vivimos?

MARTÍ- De un punto si recuerdo que tratamos más a la larga en nuestra conversación, porque me tenía en aquellos días entre indignado y piadoso, siendo la indignación para con los entendidos, y la piedad para los ignorantes, y fue de los rumores que por entonces corrían en Cuba sobre la anexión de nuestra Patria a los Estados Unidos. Sólo el que desconozca a nuestro país, o éste o las leyes de formación y agrupación de los pueblos puede pensar honradamente en solución semejante, o el que ame a los Estados Unidos más que a Cuba. Pero quien ha vivido en ellos, ensalzado sus glorias legítimas, estudiando sus características, entrando en las raíces de sus problemas, viendo como subordinan a la hacienda su política, confirmando con el estudio de sus antecedentes y estado natural sus tendencias reales, involuntarias o confesas; quien ve que jamás, salvo en lo recóndito de algunas almas generosas, fue Cuba para los Estados Unidos más que posesión apetecible, sin más inconveniente que sus pobladores, que tienen por gente levantisca, floja y desdeñable, quien lee sin vendas lo que en los Estados Unidos se piensa y escribe, quien ama a su patria con aquel cariño que sólo tiene comparación por lo que sujetan cuando prenden y por lo que desgarran cuando se arrancan, a las raíces de los árboles, ése no piensa con complacencia, sino con duelo mortal, en que la anexión pudiera llegar a realizarse, y en que tal vez sea nuestra suerte que un vecino hábil nos deje desangrar a sus umbrales, para poner al cabo, sobre lo que quede de abono para la tierra, sus manos hostiles, sus manos egoístas e irrespetuosas.

He vivido muchos años en los Estados Unidos y he tenido oportunidad de estudiar atentamente y de cerca sus instituciones políticas y su sociedad, he admirado su poder y su riqueza; pero esa admiración no me lleva hasta el servilismo de pensar que el éxito, debido a circunstancias naturales e inevitables, sea originado por superioridad de raza, ni por antecedentes de las instituciones de la época de la colonia.

En Cuba la idea de la anexión…, ha mudado de intento y motivo, y no es hoy más que el deseo de evitar la Revolución. ¿Por qué querer anexarse? ¿Por qué es esta tierra grande, sino por la Revolución? Pero en los días que corren, y en las relaciones de ambas partes, nosotros podremos gozar de los beneficios de la Revolución sin exponernos a sus peligros…

Es la única forma, es la única vía porque podemos llegar tan pronto como nuestras necesidades imperiosas quieren, a la realización de nuestros brillantes y enérgicos destinos.

W- Maestro, ¿cómo Ud. aprecia la esencia de las relaciones de nuestros pueblos en el contexto del continente americano?

MARTÍ- En América hay dos pueblos y no más de dos, de alma muy diversa por los orígenes, antecedentes, y costumbres, y sólo semejantes en la identidad fundamental humana. De un lado está nuestra América, y todos sus pueblos son de naturaleza y de cuna parecida o igual, e igual mezcla, de otra parte está la América que no es nuestra… De nuestra América se sabe menos de lo que urge saber, aún por aquellos que fungen de opinadores… y celebran a los Estados Unidos con tanta pasión como la que ponen en denigrar a los demás pueblos de América, sin conocer de estos ni de aquellos más que la engañosa superficie…

Los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados Unidos.

El fiel de América está en las Antillas, que serían, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara a negarle el poder –mero pontón de la Roma americana y si libres- y libres de serlo por el orden de la libertad equitativa y trabajadora– serían en el continente, la garantía del equilibrio, la de la independencia para la América española aún amenazada, y la del honor para la gran república del Norte.

No a mano ligera, sino con conciencia de siglos se ha de componer la vida nueva de las Antillas.

W- Sin embargo, Maestro, hay quienes que, dentro y fuera, manifiestan una especie de idolatría hacia los Estados Unidos y restan méritos a nuestros pueblos.

MARTÍ- ¡Oh, no!: la simpatía no puede estar con la boca del león… La yanquimanía…Esos se han manchado ofreciendo a los Estados Unidos pedazos de la tierra nacional o ayuda contra sus repúblicas hermanas…, esos pretenden entregar sus ruinas a un extranjero ávido y desdeñoso…; esos desertores que piden fusiles en los ejércitos de América del Norte…; esos que dicen y viven: que mi patria piensa unirse al bárbaro extranjero…; a los sietemesinos… los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás… Oligarquía pretenciosa y nula… (con) un amo yanqui o español, que les cree, en premio de oficio de celestinos, la profesión de prohombres, desdeñosos de la masa pujante…

¡Para todo hay en este mundo imbéciles y viles!... De traidores está América cansada, y que sólo le hablan de su muerte fatal y de su ineptitud… Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos…Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos.

W- Maestro, ¿pudiera señalarnos quienes han querido la anexión o quieren el sometimiento y sujeción de nuestro país, mejor sería decir de nuestros países, a los Estados Unidos?

MARTÍ- Es preciso que Cuba sepa quiénes y para qué, quieren la anexión… Esta clase de hombres que favorecen vehementemente la anexión de Cuba a los Estados Unidos… Todos los tímidos, todos los irresolutos, todos los apegados a la riqueza, tienen tentaciones marcadas a apoyar esta solución…

W- ¿Cómo Ud. enfocaría las tendencias vitales que se desarrollan en el continente?

MARTÍ- Proclamamos, contra lacayos y pedantes, la gloria de los que en la gran labor de América, se van poniendo de quicio y abono para la paz libre y decorosa del continente… Padézcase, carézcase, trabájese; ámese; estúdiese con el valor y la libertad de sí; vélese con los pobres; llórese con los miserables; ódiese, la brutalidad de la riqueza; vívase, en el palacio o la ciudadela, en el salón de la escuela y en sus zaguanes… y así se podrá opinar con asomos de razón, sobre la república autoritaria y codiciosa, y la sensualidad creciente de los Estados Unidos… y es de justicia, y de legítima ciencia social, reconocer que, en relación con las facilidades del uno y los obstáculos del otro, el carácter norteamericano ha descendido desde la independencia, y es hoy menos humano y viril… Demuestran las  dos  verdades útiles   a  nuestra América:  el  carácter crudo,  desigual y  decadente de los Estados Unidos y la  existencia ,  en ellos continua, de  todas las violencias, discordias,  inmoralidades y  desórdenes  de  que  se culpan a los  pueblos hispanoamericanos..  Sé  que a  esta  nación  enorme  falta honradez y  sentimiento.

Jamás hubo en  América,  de  la independencia  para acá,  asunto que  requiera  más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni  pida examen  más claro  y minucioso, que  el  convite que los Estados Unidos potentes,  repletos de productos invendibles, y  determinados  a  extender sus  dominios en América, hacen a  las naciones  americanas de  menor  poder. .. De la tiranía de España supo salvarse  la América  española;  y  ahora, después de ver con ojos judiciales, los antecedentes,  las  causas  y factores del convite, urge  decir, porque es la verdad, que ha llegado para la  América  española  su  segunda  guerra  de  independencia.  

W-  Los Estados  Unidos, al menos sus  gobernantes,  pretenden erigirse en  los  campeones de la democracia y de la defensa de  los derechos humanos.   ¿Pudiera referirse  Ud. a la práctica de esa política en  los  Estados Unidos,   salvando, por supuesto,  las distancias entre nuestra  época  y la suya?

M-  Es recia  y  nauseabunda una  campaña presidencial en los Estados  Unidos…  una  vez nombrados en las convenciones los candidatos,  el  cieno sube  hasta los arzones de las sillas. Las  barbas  blancas  de  los diarios olvidan el pudor de la vejez.  Se vuelcan  cuba de lodo  sobre las cabezas. Se miente  y  exagera  a  sabiendas. Se dan  tajos  en el vientre  y por la espalda.  Se creen legítimas todas las infamias. Todo golpe es bueno, con tal de  aturdir al enemigo… Las elecciones llegan…  se  ve aturdir,  escamotear, comprar, falsear el voto… Se vive de mayo a noviembre, viendo  ruindades, y en disgusto y alarma.

Ayudaban los políticos a  los ricos y los ricos  a  los  políticos.  Los poderosos del mercado vaciaban sus mejores bolsas para cosechar votos, ganarse empleados, y favorecer ardides en la hora de  las  elecciones,   a trueque de que  los  electos  favorecieran luego  con  sus votos  los  planes   en que se cifraban mayores  esperanzas de fortuna los ricos  mercaderes.

W- ¿Y  sobre las  libertades y la justicia social,  Maestro, hoy que como ayer las masas desheredadas manifiestan su indignación y se auto titulan  indignados?

M -   En los Estados Unidos, como en  todas partes,  si  bien se  ve crecer  la  indignación y el malestar, conforme se ven peligrando  los derechos   privados  y las libertades  nacionales,  la cólera   no  se condensa  y estalla   hasta que el  efecto de estos  abusos  y  abandono,  lastima  el interés  o   priva a los menesterosos de medio de subsistencia…  ¿Qué ha  hecho para  atajar esos males el senado, donde los millonarios, los grandes terratenientes, los grandes ferrocarrileros,  los grandes mineros,  componen  mayoría, aunque  los senadores son  electos  por las legislaturas, elegidos directamente  por el  pueblo, que no  tiene las  minas,  ni   las tierras,  ni  los  ferrocarriles?

Pero no pueden creer honradamente que el individualismo, la  adoración  de la riqueza,  y el júbilo  prolongado de una victoria terrible, estén  preparando  a los Estados Unidos… -un  pueblo  que  comienza   a mirar como  privilegio suyo la libertad… y a invocarla  para privar  a los  otros pueblos de ella-…

La libertad  ha de ser una práctica constante para que  no degenere en una fórmula banal.

W-  ¿Cómo  Ud. concibe  la solidaridad de nuestra  América para frenar la avalancha  yanqui, que Ud. califica “imperialistas de allá”, con sus  formas  de anexión, injerencia, dependencia o  agresión  contra Cuba y  los pueblos de  nuestra América?

MARTÍ– Confío  en los guardianes  de la América cordial y verdadera, que sobrepujará  al fin a la América ambiciosa… Las mismas obligaciones…de los pueblos…vitalmente  interesados  en impedir  que  en  Cuba se  abra,  por anexión de los  imperialistas de allá…el camino  que se  ha  de cegar, con   nuestra  sangre  estamos cegando,  de la anexión  de los pueblos  de nuestra América, al Norte revuelto  y brutal   que  los desprecia…                                                                  

¿Cuál, cuál será  el pueblo  de  América que  se  niegue   a declarar  que es un  crimen  la ocupación  de un  pueblo hermano…?   …Y uno tras otro, los  pueblos de América, votan en pro del proyecto  contra la conquista: “sí”, dice cada uno,  y cada  uno  lo  dice   más alto. Un  solo “no” resuena: el  no  de  los Estados Unidos…

W-  Maestro, ¿cómo  es  que Ud. ha podido someter  a análisis tantas facetas de  la realidad política norteamericana, con su madeja de confusiones ideológicas?

MARTÍ-  Viví  en el monstruo, y  le conozco las entrañas,  y  mi  honda  es  la de David.

W- Martí, ¿cómo Ud. vislumbra el  futuro?

MARTÍ-  …se  viene encima, amasado por los trabajadores, un mundo nuevo.

W- Maestro,  ¿quisiera  darnos su última advertencia,  alerta o mensaje?

MARTÍ- Lo que tengo que decir, antes que se me apague la voz y mi corazón  cese de latir en este mundo,  es que mi patria posee  todas las virtudes  necesarias  para la conquista y el  mantenimiento de la libertad.

La libertad cuesta muy cara,  y   es  necesario, o resignarse  a vivir sin ella, o  decidirse a comprarla  por su precio…  Ningún beneficio  se adquiere sin gran costo… Que nadie goce de un beneficio cuyo precio  no  ha  pagado…

Unos hombres  piensan en sí más  que  en sus  semejantes,  y  aborrecen los  procedimientos de justicia de que les puedan venir incomodidades  o riesgos.

Otros hombres aman a sus semejantes más que a sí propios, a sus  hijos más  que a la misma vida… y se exponen a la  muerte por dar vida a la patria

…Hemos peleado como  hombres, algunas veces  como gigantes, para ser  libres…

Esto es muerte o vida y no cabe errar…;  un error en  Cuba, es un  error en  América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba,  se levanta  para todos  los tiempos.

…de nuestras esperanzas, de  nuestros métodos, de  nuestros compromisos,  de nuestros propósitos, de eso, como del plan de las batallas, se  habla   después  de haberlas dado…

Eso  es lo que debemos hacer  todos juntos, los de mañana y  los  de  ayer,  los convencidos de siempre y los que se vayan convenciendo…; juntos, pues, de una vez,  para hoy y para el porvenir…

Que todos nos ocupemos,  juntos  siempre, en  conocer  lo que tratamos de mejorar,  todos juntos. Que la Patria tiene hoy  una  gran necesidad,  y es desertor el  que no acuda hoy mismo a ella…

De mi  natural inquietud, nada le diré: sepa sólo que mi energía  para obrar  es tanta como  mi prudencia  para decidir. Ni me aloco, ni pierdo minuto. Es  la revolución lo que tenemos  que salvar…

La revolución  nos  salvará. La revolución puede ser. La revolución crece.

A los que a la par que se oponen a la Revolución, admiran a este  pueblo, ¿cómo pudo ser este pueblo lo que  es,  sino  por la  Revolución?

Siento que jamás acabarán mis luchas…  Tengo  razón para ir más contento  y seguro  de lo que usted pudiera imaginarse. No son  inútiles la verdad y la  ternura.

¡Cómo me regocijo al volver hacia atrás  mis ojos,  de no haber  concebido   un solo pensamiento,  ni dicho una sola palabra de intransigencia o de odio, ni siquiera cuando, para encauzar males que no se  podían suprimir,  para  dar forma útil a grandezas adorables, tenía las manos puestas en la  guerra!

No  hay más medio de vivir después de muerto,  haber sido  un  hombre  de  todos  los  tiempos, o  un  hombre de su  tiempo.

Debemos vivir en nuestros tiempos, batallar en ellos, decir lo cierto bravamente,  desamar el bienestar impuro y vivir  virilmente.

Yo moriré sin dolor, será  un  rompimiento interior, una caída suave,  y una sonrisa… Se  ha de vivir y morir abrazado  a la verdad.  Y así,  si se cae, se cae  en una hermosa compañía…  Triunfaremos.     

W. Gracias, Maestro, porque supo vivir abrazado a la libertad y a los sueños de redención de Cuba, de la América nuestra y del mundo, y gracias mil veces por alertarnos y luchar con sus ideas y acciones para que las apetencias del vecino codicioso de apoderarse de Cuba no pudiera materializarse como un destino manifiesto y, al fin, después de un largo camino recorrido, con victorias y reveses, con aciertos y entuertos, pudiéramos lograr la verdadera libertad, la justicia social y la dignidad plena en una patria soberana, independiente y solidaria. Sí, Maestro, hemos triunfado y no le defraudaremos jamás. Este es nuestro homenaje y nuestro juramento.
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