Buscar en este blog

Mostrando entradas con la etiqueta verdad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta verdad. Mostrar todas las entradas

José Martí: variaciones en tiempo de actualidad

jueves, 17 de julio de 2014

Por Luis Toledo Sande*

Se nos convoca, propósito nada menudo, a ver cómo el legado de José Martí puede iluminarnos en nuestra realidad de hoy. En estos apuntes —ordenados según surgieron, ad líbitum, para seguir el tino musical anunciado en el título— no busco ser exhaustivo, ni rozar originalidad alguna. Incluso en asuntos que haya tratado en otras páginas, eludo autorreferencias, y cuando quizás pudiera apuntar algo original, tampoco empleo acotaciones del tipo de “a mi entender” o “según mi modesto juicio”, frecuentes en intervenciones que no están mal por recrear verdades sabidas, sino por presentarlas como si fueran descubrimientos.

1

Uno de los mayores “problemas” que ocasiona José Martí, y marcan el modo como se asume su legado, es su grandeza. Tanto ingenuos como pícaros, y tendenciosos de toda índole, han querido o siguen intentando arrimar a su sardina el fuego del héroe. No pocas veces se trata de maniobras dolosas, pero a menudo el procedimiento se inscribe en el camino de las buenas intenciones.

2

Para hacer justicia a la aspiración de equidad que caracterizó al héroe, no hay que presentarlo como un socialista o comunista inconfeso. Su pensamiento y, sobre todo, su conducta son fuentes vivas para quienes de veras se planteen defender la justicia social y echar su suerte con los pobres de la tierra, ser uno de ellos. Por eso tampoco debe pretender ninguna persona o institución honrada utilizarlo contra reales o supuestos igualitarismos.
Los límites entre campañas de esa índole y la renuncia al ideal justiciero pueden ser, o son, borrosos, y Martí en uno de sus apuntes desbordó la cuestión llamada racial y afirmó: “así se va, por la ciencia verdadera, a la equidad humana: mientras que lo otro es ir, por la ciencia superficial, a la justificación de la desigualdad, que en el gobierno de los hombres es la de la tiranía”. No poco habría que añadir sobre su pensamiento al respecto y, en particular, sobre su relación con las ciencias, pero se requeriría un espacio mucho mayor.

3

Quizás entre los textos de Martí que más lecturas deficientes han sufrido sobresalga el discurso del 26 de noviembre de 1891, conocido como “Con todos, y para el bien de todos”. Durante la República neocolonial se usó politiqueramente, y —para devaluar la razón moral del héroe y privilegiar la razón instrumental propia del positivismo y el pragmatismo— en fecha cercana algún neoautonomista ha dicho que Martí aspiraba a una totalidad imposible.
El discurso conocido como “Los pinos nuevos”, que pronunció al día siguiente de aquel, es más abarcador. Con la imagen titular definió a quienes, cualquiera que fuese su edad, abrazaban un proyecto que se erguía por entre los errores y los reveses del pasado como por entre un pinar devastado por el fuego lo hacía el racimo gozoso de pinos sobrevivientes o nacidos de las cenizas. En contraposición, “Con todos, y para el bien de todos” tal vez sea su texto más excluyente, no porque él lo quisiera, sino porque, desde los cimientos de la fundación del Partido Revolucionario Cubano, señaló fuerzas que se autoexcluían de la brega independentista o buscaban que esta no lograra un triunfo de radicalidad y alcance bastantes para transformar de veras el país.

A esas fuerzas se refirió al desmentir a quienes propalaban miedos que se hacían depender de “las tribulaciones de la guerra”, o del supuesto peligro que representaban “el que más ha sufrido en Cuba por la privación de la libertad” (el “negro generoso”, el “hermano negro”), y el español honrado. La andanada martiana alcanzó, sigue alcanzando, a quienes el orador llamó lindoros, olimpos de pisapel y alzacolas. Unos y otros recuerdan a los sensatos patricios —anexionistas o autonomistas— que repudió en El Diablo Cojuelo, de 1969, y en la víspera de su caída en combate llamó celestinos, porque preferían “un amo, yanqui o español” que les asegurase sus privilegios y despreciaban a “la masa inteligente y creadora de blancos y negros”.

4

Entre su comienzo y su final, unitarios, ese discurso lo recorre el enfrentamiento a quienes se autoexcluían de la revolución. El orador no obedecía puntillismos de índole académica: fijaba una visión que sigue siendo clave para interpretar el rumbo y el destino de la nación. No está el horno para pastelitos de ingenuidad, aunque los voceros conscientes o inconscientes de la llamada desideologización pretendan otra cosa. Esa tendencia, promovida al servicio de un pretenso pensamiento único, y calzada por la desmovilización de gran parte de las izquierdas del planeta, no consiste en eliminar la ideología, sino en desmontar toda expresión ideológica revolucionaria y sustituirla por la ideología que calzan la pasividad y la resignación convenientes a las fuerzas imperiales, que no descansan en la defensa de sus intereses.

Para Cuba, invitada de distintos modos y desde diferentes plazas de la ideología imperial a una totalidad acrítica, el asunto es de la mayor envergadura. Hay contradicciones que resolver, y no pocas de ellas tienen en su centro la escisión producida a partir de 1959, migración o permanencia en el país por medio. Aunque odiosas, las comparaciones pueden ser útiles como recurso para el conocimiento. A diferencia de otros casos, como la España de la República asesinada, en Cuba después de aquel año se quedaron los revolucionarios, a quienes tocó y sigue tocando enfrentar la hostilidad imperial, mientras que, sobre todo en los primeros años después de aquel hito, el núcleo más influyente o distintivo de la emigración lo formaron los beneficiarios y defensores de la tiranía derrocada.

Con financiamiento del imperio, las cúpulas de esas fuerzas han hecho de la contrarrevolución un negocio altamente lucrativo, mientras que los revolucionarios, si lo son de veras, se distinguen por hacer de la vida un hecho moral, o por intentarlo, y debido a las virtudes y a las insuficiencias que sean, no parecen especialmente dotados para los negocios. En general —y ello debe llamar a profunda meditación—, no cosechan los recursos indispensables para competir en inversiones y ganancias, de las cuales se pueden ver excluidos. Quizás tengan habilidad de negociantes algunos que, amparados por su poder y por el silencio de la prensa, pueden convertirse en futuras mafias victoriosas.

5

La gran transformación experimentada por la humanidad desde su surgimiento y a lo largo de las eras puede considerarse interminable, o, al menos —para decirlo con versos del “Soneto de la fidelidad”, de Vinícius de Moraes—, será infinita mientras dure. Pero para ello debe existir su único soporte posibe, la especie humana, y esta, que no siempre valida su proclamada condición de exponente más alto de la inteligencia, tampoco pinta para ser eterna. Y basta una ojeada a la historia para sostener que los tramos de sacudimientos nombrados revoluciones no son eternos, aunque lo generado en ellos siga presente o repercuta de distintos modos, quién sabe hasta cuándo, en los tiempos que les suceden.

En eso último se piensa al recordar un texto publicado en Patria el 5 de abril de 1894, en el cual Martí dio cabida explícita a la posibilidad de que la guerra revolucionaria que él preparaba fracasara. Lo hizo con la mesura de quien desafiaba graves obstáculos para fraguar una contienda necesaria, y no debía permitirse ningún gesto que lo hiciera comparable con el miedo a la guerra y el derrotismo propalados por otros. Desde el título, “Crece”, el autor calificó la brega revolucionaria que él mismo orientaba, tarea en la cual no podía sucumbir al pesimismo. Por ello empezó con estas afirmaciones: “La revolución se salva. Le faltaba tesis y orden, y ya tiene una y otro. Se conoce, y obra. Lo primero es conocerse; porque sin fin fijo y viable, y sin medios correspondientes a él, solo se echan a andar los ambiciosos, esos grandes criminales,—y los locos”. Había que afrontar con lucidez los escollos, empezando por los internos.

Lo que faltaba por hacer en Cuba no es precisamente lo que está por hacerse hoy, pero las perspectivas del revolucionario en quien Fidel Castro ha visto un “guía eterno de nuestro pueblo” aportan lecciones válidas para todos los tiempos. En el centro conceptual de aquel artículo expresó: “La ciencia, en las cosas de los pueblos, no es el ahitar el cañón de la pluma de digestos extraños, y remedios de otras sociedades y países, sino estudiar, a pecho de hombre, los elementos, ásperos o lisos, del país, y acomodar al fin humano del bienestar en el decoro los elementos peculiares de la patria, por métodos que convengan a su estado, y puedan fungir sin choque dentro de él. Lo demás es yerba seca y pedantería”.

Abrazaba la realidad por lo más complejo: “De esta ciencia, estricta e implacable—y menos socorrida por más difícil—de esta ciencia pobre y dolorosa, menos brillante y asequible que la copiadiza e imitada, surge en Cuba, por la hostilidad incurable y creciente de sus elementos, y la opresión del elemento propio y apto por el elemento extraño e inepto, la revolución. Así lo saben todos, y lo confiesan”.

Nada se presentaba como un paseo. Estaba por delante el nudo gordiano de los desafíos: “En lo que cabe duda es en la posibilidad de la revolución”, escribió, para añadir: “Eso es lo de hombres: hacerla posible. Eso es el deber patrio de hoy, y el verdadero y único deber científico en la sociedad cubana. Si se intenta honradamente, y no se puede, bien está, aunque ruede por tierra el corazón desengañado: pero rodaría contento, porque así tendría esa raíz más la revolución inevitable de mañana”.

Tenía en cuenta la inmediatez concreta; pero, lejos de atenerse al empirismo propio de pragmáticos, la sometía a indagación de largo alcance: “Las sociedades mueren o viven conforme a su composición y a sus antecedentes: si se salen de ellas, si viven siglos enteros fuera de su armonía natural, y de la obra ineludible, por penosa que sea, de su propio desarrollo, al cabo de siglos reaparecen, cuando se pudre el cuerpo ajeno que viciaron, y recomienzan la labor interrumpida. Ni hombres ni pueblos pueden rehuir la obra de desarrollarse por sí,—de costearse el paso por el mundo. En este mundo, todos, pueblos y hombres, hemos de pagar el pasaje”.

La seriedad de sus preocupaciones la confirma el hecho de que apenas doce días después publicó, en el mismo Patria, el artículo “El tercer año del Partido Revolucionario Cubano”, que, desde el subtítulo, “El alma de la Revolución, y el deber de Cuba en América”, ratificó la grandeza de los propósitos y la gravedad de los escollos que el proyecto cubano tenía en un medio complicado por el naciente imperialismo estadounidense. No es casual que en “Crece” previera el revés como una posibilidad que no cabía conjurar ignorando la realidad con entusiasmos pasajeros o ciegos llamados al sacrificio colectivo.

6

En su lealtad a una tradición combativa alimentada decisivamente por el legado de Martí, Cuba estuvo cerca de lograr sobre el colonialismo español un triunfo que le arrebató en 1898 la intervención con que el gobierno de los Estados Unidos sustituyó a España en la dominación del país antillano. Afincada en dicha tradición, la victoria de 1959 puso fin al dominio neocolonial impuesto por la potencia del Norte, y abrió el camino para rendir un profundo homenaje práctico al ideal justiciero, de equidad, que Martí le dejó como parte de su herencia política y ética.

En un mundo dominado por el capitalismo imperialista, máxime tras la debacle del llamado socialismo real, Cuba no abandonó la aspiración de construir un socialismo verdadero. Se convirtió así en una digna anomalía sistémica, o se ratificó como tal. No es fortuito que ese hecho le haya granjeado una empecinada hostilidad por parte del imperio y sus aliados, y a la vez le haya valido la admiración de los pueblos del mundo.

Hoy, a pesar de los replanteamientos vividos por varios pueblos en nuestra América, y de la crisis sistémica del capitalismo, este conserva un poderío que le permite imponer su llamado “pensamiento único”, no solo con su poderío económico y militar, sino también con los grandes recursos mediáticos que dan apoyo a sus armas y su economía. En esas circunstancias Cuba necesita replanteamientos —económicos, pero la economía no se mueve sola en ninguna comarca de este mundo— que le permitan sobrevivir y crecer, y lograr un funcionamiento válido para que la población tenga una vida más amable.

Para algunos, ese es el camino por donde llegar a ser un “país normal”, o dicho de otro modo, para dejar de ser la anomalía sistémica que la ha honrado ser. Algo semejante se puede oír no solo en ámbitos como el de la reciente reunión, en Miami, de grupos contrarrevolucionarios interesados en facilitar el advenimiento de la Cuba que, según ellos, “queremos todos”. El reclamo de que Cuba se vuelva “normal” se oye incluso en lares mucho más cercanos.

Frente a ilusiones de tal corte se han levantado numerosas voces, y algunas están representadas en este encuentro. Contra los fantasmas también hallamos aliento en Martí, quien en “Crece”, luego de decir que la revolución ya tenía tesis y orden, y se conocía y obraba, añadió: “Era ambiente la revolución, y hoy es plan. Era un sentimiento inútil y cómodo: como corona de adelfas era, y de laurel, que no hay derecho a arrancarse de la frente para sazonar, con sus hojas ensangrentadas, la olla de la comodidad: ¡infeliz, en la memoria de los hombres, quien eche el laurel en la olla!” Cuidemos el nuestro.

7

Martí, quien no desconocía peligros, ni se arrodillaba ante ellos, plasmó en “Con todos, y para el bien de todos” previó, o ya veía, obstáculos como este: “Por supuesto que se nos echarán atrás los petimetres de la política, que olvidan cómo es necesario contar con lo que no se puede suprimir,—y que se pondrá a refunfuñar el patriotismo de polvos de arroz, so pretexto de que los pueblos, en el sudor de la creación, no dan siempre olor de clavellina. ¿Y qué le hemos de hacer? ¡Sin los gusanos que fabrican la tierra no podrían hacerse palacios suntuosos! En la verdad hay que entrar con la camisa al codo, como entra en la res el carnicero. Todo lo verdadero es santo, aunque no huela a clavellina”.

Esas palabras, ¿no recuerdan aquello de “la verdad es revolucionaria”? No lo dijo un menchevique torpe ni un perestroiko ebrio, sino un bolchevique sabio, aunque no tan recordado, que no idealizaba la realidad pero sabía insoslayable contar con ella, sin sometérsele blandamente, para poder transformarla. Por su parte, Martí sabía necesario distinguir entre lo verdadero y lo aparente, entre la atmósfera y el subsuelo, y, en la fragua de un nuevo proyecto revolucionario para Cuba, en aquel discurso advirtió claramente contra “la mano de la colonia que no dejará a su hora de venírsenos encima, disfrazada con el guante de la república. ¡Y cuidado, cubanos, que hay guantes tan bien imitados que no se diferencian de la mano natural! A todo el que venga a pedir poder, cubanos, hay que decirle a la luz, donde se vea la mano bien: ¿mano o guante?”

No pretendía purezas inalcanzables ni convertir la cordura en parálisis. Por eso añadió: “Pero no hay que temer en verdad, ni hay que regañar. Eso mismo que hemos de combatir, eso mismo nos es necesario. Tan necesario es a los pueblos lo que sujeta como lo que empuja”. Había que contar con todo, pero no otorgar a todo el mismo espacio ni iguales derechos. Mano era mano, y guante era guante. Así sigue siendo hoy, y ha de saberse, para evitar desviaciones y sorpresas costosas. Es necesario saber qué entiende cada quien por normalizar, pues “la norma” hace tiempo que la impone el capitalismo, como se debe saber qué entiende cada quien por actualizar, cuando el Meridiano de Greenwich de la economía mundial pasa por el capitalismo. No es cuestión de palabras, pero tampoco se debe ignorar su importancia como representación de significados.

8

A menudo se cita el criterio plasmado por Martí en la carta del 10 de abril de 1895, desde Cabo Haitiano, a Benjamín Guerra y Gonzalo de Quesada, sus colaboradores en la delegación del Partido Revolucionario Cubano, en Nueva York. Se trasladaba hacia Cuba, donde el 24 de febrero había comenzado la contienda armada, y escribió: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento”. En lo más directo se refería al papel que debía desempeñar y estaba desempeñando ya el Manifiesto de Montecristi, pero la idea, que no era nueva en él, desbordaba ese campo referencial.

En su Lectura del 24 de enero de 1880 en el Steck Hall neoyorquino, braceando entre el ser y el deber ser, insistió en que la revolución había pasado de ser una revolución de la cólera a serlo de la reflexión. No es un grito aislado el de “Nuestra América”, ensayo publicado a inicios de 1891 y en el cual él —que preparaba una guerra, no meramente una hermosa metáfora de la lucha— sostuvo: “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras”.

9

No es aleatorio que, por lo menos desde 1889, intentara fundar un periódico para la revolución. No lo consiguió hasta que el 14 de marzo de 1892 circuló el número inicial de Patria, antes de proclamarse el Partido Revolucionario Cubano. Como se ha dicho, esa antelación le permitía plantearse que el periódico no se limitara a ser el órgano de aquel cuerpo político, el cual, público y clandestino a la vez, y con seria responsabilidad ante el concierto o desconcierto mundial, se regiría por sus propias normas de funcionamiento, y no tendría en su totalidad, ni acaso en su promedio, la radicalidad ideológica que Patria podía defender libremente como soldado y vocero de la revolución.

Se han hecho valiosos estudios sobre el periodismo de José Martí, y quizás todavía esté por verse plenamente el alcance de una práctica informativa que, promovida y en gran parte protagonizada por él —no solo en la prensa, sino también en discursos y en cartas, y en conversaciones diarias—, no se esterilizó silenciada por la discreción que la guerra exigía. Algunos de los mayores secretos de su plan revolucionario no tardaron en hacerse públicos contra su voluntad. Los Estatutos secretos del Partido, por ejemplo, fueron muy pronto publicados por Enrique Trujillo, tal vez enemigo político embozado, o, cuando menos, caricatura de un Salieri minado por la envidia. Y el plan de enviar armas a Cuba por el puerto de Fernandina lo descubrió un colaborador indiscreto, o traidor, para conveniencia de los Estados Unidos y de España.

A pesar de todo, la conspiración revolucionaria, bien hecha, prosperó, y el levantamiento del 24 de Febrero estalló, no en todas las localidades previstas, pero sí en varias, aunque una errónea tradición le dio el nombre de una sola. Todavía el Código de trabajo que recientemente aprobó la Asamblea Nacional y se lee en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, reconoce entre las conmemoraciones nacionales de carácter oficial aquella efeméride, que ese texto denomina Grito de Baire. Nuestra televisión y otros medios repiten asiduamente el mismo error, perpetuado probablemente en áreas de la docencia. Pero la simultaenidad del alzamiento no fue hecho menudo ni casual, sino opción de profundas implicaciones tácticas y estratégicas.

10

El periodismo de Martí sigue siendo un modelo no superado en un país donde va para años que se combaten, con llamamientos que merecerían mayor éxito, síndromes de silencio y secretismos que han llegado a niveles imprudentes de prudencia. Esa realidad recuerda versos de Garcilaso de la Vega: “¡Oh, más dura que mármol a mis quejas/ y al encendido fuego en que me quemo […]!” Romper la pétrea barrera no es cuestión de gusto profesional, sino de vida o muerte, para cumplir con una verdad que Martí definió y ya fue citada en estas notas: “Lo primero es conocerse; porque sin fin fijo y viable, y sin medios correspondientes a él, solo se echan a andar los ambiciosos, esos grandes criminales,—y los locos”.

La población necesita estar informada, para saber cómo actuar, y hasta para alimentar ideas y esperanzas. No es homogénea la población, ni hay que idealizarla, pero mal informada no será mejor. Si se ven señales de cansancio, piénsese que cuando un héroe de estirpe martiana, el Che, negó el derecho a cansarse, se refería a la vanguardia, no a la población común. Martí, luego de decir que “Ser bueno es el único modo de ser dichoso” y “Ser culto es el único modo de ser libre”, añadió: “Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno”.

Él, ejemplo de austeridad y sacrificio que los más fieles al proyecto estarían dispuestos a seguir, no identificaba prosperidad con opulencia, y comprendía que la generalidad de las personas —“lo común de la naturaleza humana”, dijo— desean una vida materialmente decorosa, y la necesitan para no buscarla por caminos inmorales. Incluso quienes tengan la decisión de defender las más elevadas aspiraciones colectivas, deben tener claras y firmes las ideas con que fortalecer sus trincheras, y esas ideas se nutren de la información, y de la prueba de la verdad, o se debilitan sin ellas.

Es justo aplaudir cuanta buena información se dé, por ejemplo, sobre un proyecto como el grandioso fomentado en el puerto de Mariel, y es necesario que se vean en la vida diaria de la población los buenos frutos esperados de él. Otros proyectos bien intencionados no han traído lo que el país esperaba y merecía, y el de Mariel suma a su importancia económica un particular significado simbólico. Es preciso velar para que por allí le entren a la nación, al pueblo trabajador, los beneficios necesarios, y que no reingrese en la patria todo lo malo que creíamos salido en 1980 por aquel puerto.

11

No hay que confundir información con sobrecarga de datos parcializados, ni creer que se honra a Martí con meras y abundantes citas de su obra, descontextualizadas. No se trata de renunciar a textos fundamentales y alumbradores que además proporcionan el goce estético de la mejor escritura; pero, más que citarlos o glosarlos, la aspiración debe ser aprender de ellos, de las ideas que el autor plasmó y refrendó con su vida, no solo con su muerte. Más productivo que buscar complaciente aprobación en sus escritos, sería indagar en qué nos impugna, aunque la realidad no nos permita hoy actuar como él habría querido.

En general, ni él ni su pueblo merecen que en torno a su obra se genere sobresaturación con una propaganda textual desmedulada o cansona. Por eso —y ruego que se me perdone repetir algo que he contado en otros textos—, cuando hace algunos años, al final de una conferencia, alguien me preguntó qué sugería para estimular la necesaria y placentera lectura de la obra martiana, dije: prohibirla. Claro que eso sería inaceptable, pero lo dije pensando en la pasión generada en torno a autores y obras que se han incluido en índices de interdicción que solo ha servido para promoverlos. Ojalá una pasión similar a esa estimulara hoy, amorosamente, el conocimiento del legado de Martí, y, para no ir más lejos, del marxismo, hoy poco mencionado.

12

Hay una dimensión, o pilar, del pensamiento de Martí que no puede pasarse por alto, y que tiene para nosotros un significado vital: la ética. En él fue, mucho más que de ciencia, cuestión de conciencia y actitud. Podrían citarse numerosas pruebas de ello, pero basta su sólido criterio de que servir a la patria, sacrificarse por ella, no da ningún derecho especial sobre ella ni sobre sus recursos. La decisión de echar la suerte con los pobres de la tierra no fue para él una consigna, sino la definición de un modo de vivir, y, en particular, de asumir la política. Lo ratificó en la manera como vivió y como se encargó de poner límites institucionales a la autoridad —que recaería en él por limpia elección— del máximo dirigente, con cargo de delegado, del Partido que él mismo fundó.

Ese Partido se constituyó para asegurar, junto con la independencia de Cuba, otros fines fundamentales llamados a sentar las bases de la república futura, para la cual urgía “fundar un pueblo nuevo y de sincera democracia”, como se lee en sus Bases. Era natural que, en la guerra preparada por esa organización política, el héroe se mostrase aprensivo con lo que pudiera parecerle indicio de ostentación, de opulencia, aunque fuera la silla de montar sobre la cual un héroe formidable luchaba por la patria y moriría por ella.

La austeridad de Martí expresaba su lealtad a los principios que defendía, y era parte de su capacidad de sacrificio, que para él no representaba una condena, sino un acto volitivo consciente. De ahí que, “en el pórtico de un gran deber”, le expresara a su amigo dominicano Federico Henríquez y Carvajal: “Ahora hay que dar respeto y sentido humano y amable, al sacrificio”. Va más allá de lo contingente el hecho de que su carta póstuma a Manuel Mercado —testamentaria en tantos órdenes, incluida su ética— se interrumpiera en la palabra honestidad.

Su legado vale también para informar la nueva lucha contra bandidos a que está llamado el país: el enfrentamiento a la corrupción y a los corruptos. En esa realidad reverdecen los versos en que un discípulo moral del Apóstol pidió “una carga para matar bribones,/ para acabar la obra de las revoluciones”. Esa era y sigue siendo una meta indispensable para “cumplir el sueño de mármol de Martí”.

13

Cardinal fue, o es, la actitud del Maestro en relación con las fuentes de pensamiento a su alcance, y con sus maestros inspiradores. Fue un lector voraz, y pensaba que si “Napoleón nació en una alfombra donde estaba la guerra de Europa”, él debió haber nacido “sobre una pila de libros”. Pero asimismo escribió: “el libro que más me interesa es el de la vida, que es también el más difícil de leer, y el que más se ha de consultar en todo lo que se refiere a la política, que al fin y al cabo es el arte de asegurar al hombre el goce de sus facultades naturales en el bienestar de la existencia”.

Muchos textos le serían útiles, pero su grandeza estuvo en la capacidad creativa, en el poder de buscar y hallar respuestas raigales para la realidad a la cual se enfrentaba. Pensar por sí propio era, para él, el primer deber de un ser humano, y lo cumplió señeramente. De ahí la dificultad con que han tropezado los intentos de hallarle ubicación, o clasificarlo, en una corriente de pensamiento determinada. Su actitud crítica la mostró asimismo ante sus grandes inspiradores, aunque fuera Simón Bolívar, su mayor maestro americano.

En 1893, en el centro de su discurso de homenaje al Libertador por el aniversario 110 de su nacimiento, situó entre grandes elogios lo que entendía necesario superar del maestro. Apreciaba que este “no pudo, por no tenerla en el redaño, ni venirle del hábito ni de la casta, conocer la fuerza moderadora del alma popular”. El fiel continuador procuraba que se entendiera con precisión lo que la herencia de Bolívar —que tenía, y tiene, mucho que hacer en América y no solo en ella— podía seguir aportando al independentismo y a la transformación en nuestros pueblos, y qué correspondía plantearse, a finales del sigloIX y hacia el futuro, en una revolución profundamente popular.

Su actitud crítica devalúa desde la base cierta lectura que a menudo se ha hecho de “Tres héroes”, semblanza incluida como escudo y brújula en el número inicial de La Edad de Oro, julio de 1889. Refiriéndose especialmente a Bolívar, sostuvo que “el sol tiene manchas” y “quema con la misma luz con que calienta”, y “los hombres no pueden ser más perfectos que el sol”. Frente a eso expresó que “los desagradecidos no hablan más que de las manchas”, pero, en contraposición, añadió: “los agradecidos hablan de la luz”. No dijo que ven o deben ver solamente la luz. Lo que proponía no era incondicionalidad, sino lealtad reflexiva, sin la cual ninguna causa digna estará del todo bien defendida.

14

Es mucho lo que en cada una de las presentes notas se podría añadir, y muchas las notas que faltan para un esbozo que pudiera estimarse mínimamente completo de lo que Martí representa para nosotros. Su pensamiento y su palabra deberían servirnos, entre otros fines que debemos alcanzar, para no seguir satanizando el concepto de república, lo que habitualmente se hace cuando se le regala el rótulo la República a la Cuba de 1902 a 1958, y se contrapone a ella la Revolución, aunque la Cuba revolucionaria sigue siendo república y como tal debe perfeccionarse, para lo que debe cultivar una civilidad que parece perderse.

Si se quisiera ser exhaustivo, no pararíamos de señalar cuánto nos enseña Martí. Ni palabra sin esencia ni detalle banal hay en una obra signada por la trascendencia. Una coma puede tener significado especial. Como todo autor, tenía sus preferencias y se permitía opciones estilísticas que pueden gustarnos más o menos. Así, por ejemplo, en el cierre de uno de los grandes poemas de Versos libres se lee: “Sólo el amor, engendra melodías”, imagen que asimiló Silvio Rodríguez en la canción que afirma: “sólo el amor engendra la maravilla”.
El poema de Martí figura en un libro que no llegó a depurar totalmente para su edición, por lo cual caben dudas puntillosas. Pero él tenía en general un prodigioso y fundacional dominio del idioma. Para algunos puristas, la coma en el verso citado sería comparable con la que usó en una afirmación hecha en un texto revisado por él y publicado en su cercanía física: “El carácter de la Revista Venezolana”, donde se lee algo que de distintos modos planteó en varios escritos: “Hacer, es la mejor manera de decir”.

Lecturas puristas, y a veces descuidadas, suprimen la coma; pero ¿es que la pausa que ella pide no le da al verbo hacer la doble función de reclamo imperativo y de protagonista del predicado que le sigue? Es como si después de la convocatoria, hacer, en la que se siente incluso un énfasis exclamativo, se añadiera una oración donde ese verbo puede ser a la vez sujeto implícito, para evitar una repetición indeseable, en un contexto donde cabría percibir el siguiente mensaje: “¡hacer!, esa es la mejor manera de decir”.

Es apenas una propuesta, basada en el reconocimiento de la importancia de los signos de puntuación para Martí. Sobre ellos esbozó un sistema propio, personal, impracticable tal vez, pero revelador del cuidado con que los asumía y es indispensable tener en cuenta al interpretar sus textos. Desde lo más profundo de su legado, de su ejemplo vital, nos llama a hacer, y a hacer bien, porque esa es la mejor manera de decir.

*  Intervención en el panel que, sobre el tema José Martí y la Revolución Cubana hoy, sesionó el 10 de julio de 2014 en la Casa Cultural del ALBA de La Habana, organizado por el programa FLACSO-Cuba en su ciclo Balcón Latinoamericano.

*Filólogo e historiador cubano: investigador de la obra martiana de cuyo Centro de Estudios fue sucesivamente subdirector y director. Profesor titular de nuestro Instituto Superior Pedagógico y asesor del legado martiano en los planes de enseñanza del país; asesor y conductor de programas radiales y de televisión. Jurado en importantes certámenes literarios de nuestro país.  Conferencista en diversos foros internacionales; fue jefe de redacción y luego subdirector de la revista Casa de las Américas. Realizó tareas diplomáticas como Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en España. Desde 2009 ejerce el periodismo cultural en la Revista Bohemia.  Entre los reconocimientos que ha recibido se halla la Distinción Por la Cultura Nacional.
 Publicado en Cubadebate

Conjura mediática contra Venezuela

lunes, 16 de junio de 2014
Por Luis Britto García


1

Pues qué les parece, Estados Unidos necesita confiscar la mayor reserva de hidrocarburos del mundo, que está en Venezuela, y contra ella inmediatamente inician demoledora campaña los siete consorcios que dominan la comunicación global y los monopolios periodísticos latinoamericanos  GDA (Grupo de Diarios de las Américas) ANDIARIOS (Asociación de Editores de Diarios y Medios Informativos) y PAL (Grupo Periódicos Asociados Latinoamericanos). Ochenta cotidianos se comprometen a publicar al menos una página diaria contra Venezuela.  Mienten que el gobierno venezolano no es democrático, y que pasajeros atentados de terrorismo fascista en sólo 19 de 335 municipios representan la voluntad de la población. Mienten que situaciones de represión fotografiadas en Grecia o  España ocurrieron en Caracas; que no hay libertad de expresión en un país donde los periódicos afirman en primera plana todos los días que no la hay y aseveran que es dictatorial un gobierno democráticamente electo que permite que todos los medios lo tilden de tiranía. También dijeron los medios que la guerra de Vietnam era justa y Estados Unidos la estaba ganando, y ya ven lo que pasó. .

2

Los medios privados venezolanos en su mayoría replican esas falacias, y los internacionales amplifican idénticos infundios.  Resulta así que Venezuela, como todo país que intenta un cambio social, está sometida a  doble conjura mediática, internacional y nacional. No nos cansaremos demostrando una vez más lo evidente, vale  más preguntarnos qué hacer. Decían los estoicos que no había que preocuparse de lo que no podemos cambiar. El patrón agresivo de los cinco megamonopolios de la comunicación y de los medios reaccionarios latinoamericanos sólo variará si entregamos la soberanía al Fondo Monetario Internacional, cedemos la industria de los hidrocarburos a Estados Unidos y admitimos bases militares estadounidenses. Vale decir, si accedemos a nuestra aniquilación. Mejor que sigan aullando. Se puede, sin embargo, crear redes alternativas informáticas o de prensa que divulguen la verdad al mundo. Cada misión diplomática venezolana debería ser al mismo tiempo un agente difusor, particularmente las acreditadas ante la ONU, la OEA, el Alba, Celac, Unasur, Mercosur, los países del BRIC, los No Alineados y Estados Unidos. Movimientos insurgentes  de la más diversa índole mantienen así la presencia de su causa ¿No podrá hacerlo uno que esté en el poder?

3

Repetimos que operan en Venezuela 2.896 medios, de los cuales sólo 3,22% son de servicio público 20,76% son comunitarios, y el 65,18%, unos 2.332,  privados y casi unánimemente opositores. Los medios comunitarios son de poco alcance y efímeros. En  cuanto a los canales de difusión, la derecha opositora detenta una brutal hegemonía. ¿Por qué, en tal situación de inferioridad, el bolivarianismo ha ganado 18 de 19 consultas electorales? Gracias a su mensaje, que postula democracia contra dictadura patronal, fraternidad contra racismo, solidaridad contra discriminación, patriotismo contra entreguismo, paz contra violencia golpista y terrorista, y  educación, salud y asistencia social para todos y gratuitas. Hay que insistir en este mensaje ganador, clarificarlo y hacerlo todavía más veraz y persuasivo.

4

¿Cómo? Repetimos que la comunicación revolucionaria debe innovar en el fondo y en la forma. Que debe funcionar como sistema educativo que transmita conocimiento, ciencia, valores, solidaridad, productividad e identidad. Que no debe repetir las torpezas, miserias y agresiones al público de los medios de la derecha, tales como la interrupción maniática, la cuña machacona, la saturación de la pantalla de inserciones que impiden seguir el mensaje. Que no debe propagar las calumnias y mentiras de la reacción, ni prestar relieve o resonancia a figuras insignificantes polemizando con ellas o mencionándolas en forma saturativa. Que debe ser fuente continua de datos concretos, objetivos, oportunos y actualizados sobre la realidad. Que no debe imitar a la derecha en la creencia de que figuración mediática sustituye trabajo político. Que debe emplear a fondo los formatos consagrados, tales como la telenovela, el programa humorístico, el reportaje investigativo. Que debe experimentar creativamente con medios tales como el cómic, la fotonovela, el grafito, las redes sociales, los espectáculos de calle y la fiesta popular. Que no debe recoger las sobras y nulidades que la derecha desecha.  Que debe utilizar a plenitud el magnífico equipo de pensadores y creadores que apoyan a la revolución. Que no debe negar los medios a sus propios comunicadores estrellas. 

5

Guerra avisada no mata soldado, pero la oligarquía mediática del mundo nos declara la guerra y continuamos con nuestras comunicaciones en manos de ella. De igual manera Petróleos de Venezuela S.A. entregó su corazón informático a Intesa, empresa de SAIC que a su vez pertenece al Departamento de Estado. Apenas comenzamos a cambiar los programas de nuestra Administración al formato libre. Las redes sociales y correos electrónicos que usamos están sujetos al espionaje de la NSA y otras agencias; una decisión externa podría dejarnos incomunicados o introducir mensajes falsificados. Los portales venezolanos están sometidos a constante ataque de hackers y espías. Imposible resistir al adversario con armas que éste controla y puede retirarnos en cualquier momento.  Debemos generar nuestros propios programas y redes.

6

La agenda de agresión mediática contra el gobierno democrático se centra en dos temas:

La Inseguridad, y la Escasez. Sobre la Inseguridad hemos repetido hasta la saciedad que es una operación de Guerra Psicológica que el adversario adelanta desde 2009, cuando  utilizó una encuesta de “Percepción” de la Inseguridad que nos asignaría una tasa de 75,08 homicidios por cien mil habitantes. Desde entonces he denunciado las inconsistencias de dicha Encuesta. El ministro de Interior y Justicia Miguel Rodríguez Torres reveló en diciembre de 2013 las verdaderas cifras, fundadas en el conteo de cuerpos del delito y no en “percepciones”: 39 homicidios por 100.000 habitantes, casi la mitad de los que alega la oposición. Reciente encuesta de ICS sitúa la Inseguridad como el peor problema del país, con el 64,1 % de respuestas. Esta manera de ver las cosas está fundada, como vemos, en una falsedad que urge desbaratar. No hemos percibido mayor interés de los medios bolivarianos en desmontarle a la oposición su siniestra agenda de terrorismo sicológico, a pesar de que ya tienen las herramientas estadísticas y mediáticas para hacerlo.

7

El sector privado opositor culpa al gobierno de la Escasez, a pesar de que los negociantes obtuvieron del Estado según el presidente Maduro unos 60.000 millones de dólares preferenciales para importar bienes esenciales, y los fugaron aplicándolos a importaciones fantasmas de empresas de maletín. En el juego de la Escasez hay compras nerviosas incentivadas por los medios, estratégicas desapariciones y reapariciones de productos, especulaciones ultra usurarias con los precios. No parece tampoco el sector público haber desarrollado una campaña para sindicar a los verdaderos culpables de la escasez. Dentro de ellos, quienes alegremente otorgaron esa catarata de dólares preferenciales sin exigir garantías de fiel cumplimiento de las importaciones ofrecidas ni prueba de la solvencia de los favorecidos; quienes retardan las sanciones y confiscaciones del caso, quienes postergan el paso trascendente de asumir directamente las importaciones para no depender de una oligarquía que las utilizar para asesinar al proyecto socialista.

8

Factor determinante de la escasez, también según el presidente Maduro, sería el contrabando de extracción en el cual desaparece por nuestra fronteras el 40% de lo que se importa o produce en el país. ¿Cómo puede ser una frontera tan permeable? ¿La responsabilidad compete sólo a los contrabandistas? ¿La comparten quienes no la controlan?

9

En fin, conjuras mediáticas, Guerras Sicológicas centradas en la Inseguridad, Desabastecimientos Estratégicos costeados con dólares preferenciales son sólo excusas elaboradas para el Golpe de Estado o la Intervención Extranjera. Ambas son posibilidades certeras, que no dependen de nuestra voluntad ¿Cómo nos preparamos para lo uno o lo otro? En ambos casos, deberemos iniciar una Guerra de Resistencia, en la cual los armamentos convencionales serán rápidamente descartados y deberemos improvisar nuevos estilos y herramientas de lucha. Es exactamente lo que debemos desde ya realizar en la desigual contienda mediática.
Contra superioridad de medios de la derecha,  guerrilla mediática: contra mentira oligárquica, verdad inteligente; contra fórmula prefabricada, invención creativa. Pero disponemos de dos satélites de comunicaciones ¿Cuándo los utilizaremos a plenitud?

La información no es una mercancía, es un derecho ciudadano

jueves, 4 de julio de 2013
Colectivo “La Gotera”, Gtmala

 La revolución por lograr su liberación está ganando terreno. Sumémonos a ella.
 
Para la mayoría de ciudadanos del mundo la campaña desinformativa que generan las agencias noticiosas del Imperialismo, pasa desapercibida. Éstas, aunque tratan de no recurrir a mentiras descaradas, lo cual no descartan en circunstancias especiales, acomodan la realidad a los intereses de sus dueños e inversionistas, utilizando el amarillismo, la novelería y la histeria para conformar un clima de zozobra, incertidumbre y aflicción que logra animadversión o favoritismo a X ó Y causas entre las masas. Preámbulos propicios que anteceden, generalmente, a ataques violentos para desestabilizar gobiernos “hostiles” para él, que luego son justificados y tolerados ante y por la opinión pública mundial como males necesarios.
 El guión, con poco esfuerzo de observación, es sencillo de estudiar: la noticia se fabrica en las sedes de los think tanks del Imperio. Ésta se traslada a las redacciones de los noticiarios dominantes, quienes, construyendo esa información como de primera mano, tienen el factor sorpresa a su favor.
 Regularmente, no son ellos los que generan la primicia. Sin embargo, al poseer el monopolio de la información, los otros son invisibilizados y, con ello, el crédito total recae en sus corresponsales. De esa cuenta, algunos de estos se dan el lujo de transmitir, frescamente, desde la comodidad de hoteles muy distantes de los teatros de operaciones, las primicias previamente elaboradas para que ellos las difundan.
 Con esa “sartén” por el mango pueden manejar la situación a su antojo. Ello,  es reforzado con entrevistas a “expertos”, los cuales con su contundente e incuestionable veredicto suelen favorecer el clima adverso para los “enemigos” de la democracia made in USA y sus secuaces. ¿Quién puede objetar la palabra del especialista? ¿Quién puede contravenir el diagnóstico del facultado sobre los síntomas de cualquier enfermedad?
 Nadie. Así que su sentencia se convierte en la receta idónea para acusar, como condición previa para salir del “embrollo”.
 Cualquier hecho negativo se magnifica, se machaca y se hace de él un aspaviento. Como la gallina que alborota a todo el gallinero cuando pone un huevo, así esas grandes planas informativas alborotan a la opinión pública. Por ello, son conocidas como las “jaraneras” del mundo informativo.
 La histeria, la exageración, el maquillaje y el montaje son sus elementos preferidos para construir historias ampulosas en base a informaciones anteriores.
 Cuando la guerra de agresión contra Libia, montaron un escenario en Qatar simulando la Plaza Verde de Trípoli. Allí vistieron a muchos actores de milicianos “combatientes por la libertad” para demostrar que ya habían tomado el control del país. Poco después se corroboró que no era así; que faltaba mucho para lograrlo. Sin embargo, ese montaje fue realizado para desmoralizar y confundir a sus defensores. Y, más que eso para que la opinión pública mundial aceptara lo que tarde o temprano se perfilaba como inevitable: la implicación directa en el conflicto creado por las potencias a través de armar a los mercenarios y los ataques directos de su aviación.
 Aún hoy, transcurridos 44 años, existen serias contradicciones acerca de la conquista de la Luna por parte de Estados Unidos. ¿Fue un montaje similar al libio? ¿No parece raro al lector que después de tantos años de haber llevado a cabo la hazaña, los viajes a la luna se hubieran interrumpido abruptamente? ¿No tendrían, a la velocidad vertiginosa que la ciencia le hubiera conferido a esa proeza, una base espacial en el satélite desde hace muchos años?
 ¿Acaso no existen serias dudas sobre el magnicidio contra el Presidente John F. Kennedy? ¿No han salido luego de años de investigaciones independientes, muchos indicios de una conspiración nacida en el mismo seno del gobierno? ¿No ha sucedido lo mismo con el derribo de las Torres Gemelas del World Trade Centre?
 Las mentiras, que han propagado esas cadenas internacionales, cada vez son más descaradas y cínicas, pues sus argumentos tendenciosos han chocado con la información, quizá marginal pero más segura, que la proveniente de las propuestas independientes en la red. Por ejemplo hoy, en el caso de Siria, la plana informativa globalizada promueve la noticia de que el gobierno de Bashar Al Assad es el culpable de la muerte de casi 95,000 personas, equiparando a los “rebeldes” con “revolucionarios”, con “luchadores por la libertad” al igual que lo hicieron en Libia. Mientras tanto, las diferentes informaciones de la red independiente ha llegado a demostrar que estos no son más que mercenarios que reciben sueldo de las potencias extranjeras interesadas en el desmembramiento de Siria con el objetivo, no solo de apropiarse de sus recursos energéticos, sino sentar en su territorio bases militares para un futuro ataque a Irán para luego cercar a Rusia y China continental.
 Incluso, la noticia infamatoria de culpar al gobierno sirio de utilizar armas biológicas contra su propia población sin mayores pruebas de ello, repitiendo el falso libreto que sirvió de pretexto en su momento para atacar Irak, ha sido desmentido por las agencias independientes quienes, a su vez, han descubierto que son los mercenarios pagados por las potencias occidentales y las monarquías del Golfo –EEUU, Inglaterra, Francia, Israel, Qatar, Arabia Saudíta y Turquía- los que han utilizado gas sarín contra esa misma población por la que dicen luchar. Demostrado además su total implicación en varias masacres contra cientos de civiles por su resquemor del apoyo mayoritario de la población para con su legítimo gobierno.
 Si no fuera por esa prensa independiente y la labor de los periodistas honestos trabajando en las diferentes agencias, no se hubiera desenmascarado la hipocresía de las potencias occidentales en el suministro de armas a los mercenarios, ni en su doble moral cuando argumentan preocupación por la vida del pueblo sirio cuando lo que realmente desean es su total exterminio.
 Y, así los ejemplos son muchos, en diferentes épocas y en distintas regiones del planeta. Solo recuerdo a los latinoamericanos cuántas mentiras los medios al servicio del Imperio han fabricado para justificar las tropelías de sus marines en nuestras tierras y contra nuestros pueblos. Hasta cuando dejaremos que éstos pisoteen nuestras libertades y derechos básicos, entre ellos el derecho humano y ciudadano por una información veraz y ecuánime.
 Todos los días las noticias que exudan sus consorcios noticieros mienten, tergiversan y tratan de inclinar la balanza de la opinión pública mundial contra gobiernos progresistas que se han distanciado de la égida imperial. Aun los más moderados.
 Por ello, es necesario que los periodistas de vocación se opongan dentro de sus mismas oficinas a esos abusos y a los ciudadanos comunes, la exhortación a buscar información seria y verídica en agencias acreditadas serias y responsables y en las independientes que llenen esas características. Y, por supuesto, apoyar con denuedo iniciativas que tengan como objetivo democratizar la información como la que facilitó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, por medio de la Cumbre Internacional para un Periodismo Responsable en los Nuevos Tiempos (CUPRE), la cual se está llevando a cabo en la ciudad de Guayaquil desde el 19 de junio.
 Correa, durante su discurso magistral, al que denominó “La información como derecho y los medios como poder”, reiteró una vez más que durante su gestión ha podido verificar que el capital domina al mundo. “Todo gira en función al capital, una poderosa corporación puede hacer creer al público cualquier cosa”, señaló. Al tiempo que aseveró que la comunicación no es la excepción, por ello, felicitó la iniciativa y afirmó que “ya era hora de levantarnos contra los emporios mediáticos”.
  “La comunicación es una de las áreas donde más se clarifica el dominio de los poderosos sobre el derecho de los ciudadanos, en este caso el derecho al acceso a la información”, agregó el jefe de Estado.
 Desde su posición como economista, Correa analizó brevemente el papel de la prensa, “entendiendo que los medios de comunicación no son más que negocios, ¿qué pasaría en un mercado donde hay pocas empresas y las pocas que existen están de acuerdo entre ellas? (…) Visto desde la economía, ese mercado debería regularse en defensa de los consumidores”, explicó.
 Asimismo, indicó que el primer problema de fondo es “la tan dichosa libertad de prensa, que no es más que la libertad del dueño de la imprenta”.
 En ese sentido, aseguró que la información es un bien indispensable. "Es además un bien público, sin capacidad de exclusión, ni rivalidad en el consumo. Siendo así, la fuente de lucro no puede ser ese bien, la fuente de lucro es el ingreso proveniente de los patrocinadores (…) Los medios mercantilistas no venden información a los ciudadanos sino a los patrocinadores”, apuntó.
 Durante la CUPRE se abordarán temas como la responsabilidad social del periodismo y los medios; los periodistas y la construcción de la democracia; el periodismo y cambio social; el periodismo y la emergencia de las nuevas tecnologías de información y comunicación; entre otros.[1]
 Pero no solo de los grandes medios hay que ocuparse, sino de las réplicas minúsculas que pululan al servicio de las oligarquías locales que cumplen su labor cohesionadora y estafadora entre nuestros pueblos para lograr su inmovilidad y conformismo.
 Por una información responsable y verídica para que pueda erigirse como realmente libre.

Guatemala, 19 de junio de 2013
Imagen agregada Cortesía Kalvellido

Las deudas pendientes de la justicia en América Latina

miércoles, 12 de junio de 2013
Por Wilkie Delgado Correa*

 

Los tiempos por venir dirán cuánta justicia se podrá alcanzar en los ámbitos más diversos al cabo de estas luchas por la vida y el desarrollo en cada uno de nuestros países.

La justicia tiene tantas deudas pendientes en América Latina -y en todas partes del mundo- que quizás llevará siglos, entre triunfos y reveses, para enderezar los miles de entuertos sembrados a lo largo de otros muchos siglos bajo el imperio de reinados de crímenes y explotación.

Sin embargo, en los últimos años -verdad que en un proceso más lento que lo deseado-  algo se ha avanzado en poner fin a la impunidad de crímenes horrendos en América Latina. Los casos de la condena y muerte del dictador Videla en una cárcel en Argentina, la permanencia en la cárcel de Fujimori en Perú, la condena de Ríos Montt en Guatemala, aunque anulada por el Tribunal Supremo, pero aún pendiente de proseguir la misma causa, son ejemplos de cuánto se ha avanzado en el camino por llevar ante la justicia a los que en otras épocas fueron sacrosantos intocables en nuestros países.

Crímenes de lesa humanidad y crímenes menores han sido juzgados ejemplarmente, y con los individuos, han sido condenadas, a la vez, formas específicas de regímenes capitalistas que eran apoyados material y moralmente por el padrino universal de todos: los Estados Unidos.

Estos regímenes eran antes considerados como los prototipos, los dechados, las democracias representativas ideales, que merecían nuestros pueblos levantiscos. Frente a una supuesta amenaza comunista a los valores del mundo occidental, se optó por aquellos gobiernos de fuerza que eran ilegítimos por su origen, ya por elecciones o por golpes de estado, capaces de sumir a sus pueblos en un mar de sangre y de vender los recursos de los países en el libre mercado que dictaba una corrupción engreída. El vuelo del Cóndor, u operación masacre concebida en nuestra América, nunca imaginó que durante su marcha triunfalista de un país a otro, vendría una época en que se le cortaría las alas a aquel instrumento de dominación macabro y, mucho menos que, años después, llegaría la ocasión de hurgar en el pasado con ojos judiciales.

Algo se ha avanzado. Ahora también Brasil instaura una Comisión de la verdad.  Quizás después venga la hora de abrir un espacio a la justicia ante la tremenda verdad que se descubra.

Sí, algo se ha avanzado, pero ¡qué lento andar! Aún existen muchos países donde en nombre de los muertos se solicita que se ponga fin a esa impunidad histórica mediante una acción justiciera de los gobiernos y de toda la sociedad. No obstante, hay una resistencia contumaz en muchos países para que se abran las puertas a la justicia. Fuerzas retrógradas, comprometidas con el pasado, emplean cuantos resortes pueden y saben manejar para que todo quede sepultado, como si fueran los difuntos reconocidos oficialmente como sepultados o como desaparecidos.

¡Qué decir de aquellos países que fueron sometidos a verdaderas políticas de exterminio y, sin embargo, todo transcurre en plena desmemoria y, por lo tanto, como si nada hubiera pasado o como si se tratara de un simple juego remoto de ajustes de cuentas!

Ante esta realidad cabe apuntar que se es cómplice, se es en cierta forma criminal cuando, convencidos de la certeza de prácticas de exterminio humano injustificable, se quiere -mediante el silencio, la ceguera simulada, la inacción o la prohibición- poner un valladar al ejercicio de la justicia, con su consiguiente efecto sancionador de los verdugos y reivindicador de las víctimas y sanador de sus descendientes y de todo el pueblo.

La lucha contra la impunidad es un asunto que no es sólo del presente. Su necesidad dimana de los retos que pueden preverse en el futuro.

Es obligado señalar que este proceso de imperio de la justicia frente a la criminalidad como política de Estado, se inició en Cuba con el triunfo de la Revolución cubana, el primero de enero de 1959, hace cincuenta y cuatro años. Fue entonces que, por primera vez en la historia de Cuba -según la expresión de Fidel- un pueblo juzgaba y sancionaba o ajusticiaba a sus verdugos.

Este acontecimiento ejemplarizante y ajustado a leyes previas de la Revolución, contó con un respaldo unánime del pueblo cubano que había padecido durante siete años a una dictadura sangrienta, y se enfrentó a ella al costo de más de 20 000 vidas.

Sin embargo, es obligado señalar también que la justicia no pudo dictar sentencia contra los mayores criminales y ladrones de aquella dictadura oprobiosa de Batista, pues estos se fugaron hacia el territorio de los Estados Unidos, donde, por supuesto, fueron bien acogidos y con los brazos abiertos, cual buenos aliados y servidores fieles. Allí han vivido ellos y sus descendientes, la mayoría holgadamente o ricachonamente, orquestando planes y realizando agresiones contra Cuba.

El territorio norteamericano devino paraíso de la impunidad continental, pues a partir de entonces, y particularmente ahora que en muchos países se pide cuentas a estos personajes criminales, muchos de ellos escapan y buscan refugio acogedor en ese país. ¡Vaya paradoja de una nación que representa a la llamada civilización occidental en este hemisferio! Para estos afamados criminales no existe extradición alguna, y menos juzgamiento en el territorio donde se han residenciado como ángeles, aunque aún acechan como águilas rapaces a sus países de orígenes.

Independientemente de las diferencias políticas legítimas a nivel nacional e internacional se debe reconocer que nunca debiera aceptarse que a los gobernantes y a sus seguidores se les permita cometer crímenes con impunidad contra sus pueblos u otros pueblos.

Y lo mismo que hemos dicho con respecto al crimen, se puede expresar sobre la corrupción: Antes del triunfo de la lucha armada en la Sierra Maestra, Fidel había señalado: “A las puertas de los malversadores, tocaremos después del triunfo de la Revolución”. Y así se cumplió como un mandato justiciero inaplazable.

Hoy la lucha contra los malversadores en la América Latina está ocupando también su lugar en los procesos transformadores de nuestras sociedades, especialmente en los revolucionarios y progresistas. Se impone esta batalla difícil contra la podredumbre prevaleciente en la mentalidad y actuación de dirigencias voraces que actúan bajo la capa del poder político, económico, financiero y otras esferas sociales chapadas a la antigua y moderna usanza capitalista.

Los tiempos por venir dirán cuánta justicia se podrá alcanzar en los ámbitos más diversos al cabo de estas luchas por la vida y el desarrollo en cada uno de nuestros países.


*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

Miente miente que algo queda: Acusan a Maduro, en redes, de menosprecio... pero fue Capriles

viernes, 12 de abril de 2013

Una sucia campaña de desprestigio es el signo distintivo de todas las apariciones públicas de Capriles Radonski... Sin embargo, lo sigue un buen número de venezolanos, mayoritariamente burgueses y sus familias, que temen una radicalización del poder social. Lo doloroso es que gente llana, del pueblo, se deje engañar por estos cantos de cotorra...

Un falso rumor en Twitter le jugó una mala pasada a Capriles: Maduro jamás usó una frase peyorativa contra niños especiales

Foto: AVN / Archivo

(Caracas, 11 de abril. Noticias24).- Este jueves, el jefe del Comando de Campaña Hugo Chávez, Jorge Rodríguez, desmintió que Nicolás Maduro hiciera comentarios ofensivos de niños especiales y que los llamara “niños mongólicos” y acusó al candidato Henrique Capriles Radonski de ser él quien utilizara un adjetivo “peyorativo” para referirse a un niño. 



Video: VTV, 11 de abril de 2013
Video: Globovisión, 11 de abril del 2013
“Quien usa el adjetivo peyorativo (…) es él, quien utilizando el lenguaje que usan los fascistas se refiere peyorativamente a niños con esa enfermedad. Yo lo denuncio”.
El Jefe del Comando de Campaña Hugo Chávez señaló que la niña Lucía agradeció a Maduro por las obras del Gobierno para los niños con discapacidad
Asimismo, Rodríguez afirmó que Maduro “nunca” hablaría de una persona con discapacidad en términos “peyorativos”.

“Cuando él dice que ‘Nicolás piensa abrir una escuela para niños mongólicos’ lo que está expresando el más profundo desprecio por el pueblo de Venezuela. Jamás, nunca, ni Nicolás Maduro ni ningún revolucionario de aquellos que crecimos con las enseñanzas del presidente Chávez, se nos ocurriría hablar de una persona con cualquier tipo de discapacidad en términos peyorativos”.

“Resulta que les duele mucho que nuestro presidente Nicolás Maduro haya anunciado toda una serie de políticas sociales (…), y sobre todo, esa niña, Lucía, que ha acompañado toda la campaña de Nicolás Maduro con un canto de amor para nuestro presidente Chávez”, dijo Jorge Rodríguez entrevistado en el programa La Hojilla.

Por su parte, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, y el canciller Elías Jaua salieron al paso para desmentir estos comentarios atribuídos a Maduro en una entrevista transmitida por el canal Venevisión.
“Mentira. Vamos majunches mentirosos, pongan video y audio de @Nicolás Maduro donde supuestamente denigra de niños especiales. Sean serios!”, dijo Jaua en su Twitter.

“Comando Copión pone a rodar falsa alusión de Nicolás Maduro a “niños mongólicos” con fines electoralistas. J.J. Rendón hace de las suyas…”, denunció Villegas también por la misma red social.

“Por cierto el candidato oficial dijo que iba a construir muchas escuelas para mongólicos, que desconocimiento tan grande, que irrespeto, y esa es una grosería además y hay que rechazarla”, dijo Henrique Capriles en una entrevista transmitida por el canal Globovisión.

@VVperiodistas pidió disculpas por el falso rumor

La cuenta en Twitter @VVperiodistas pidió disculpas este viernes tras el falso rumor que se originó en las redes sociales por las “supuestas” declaraciones del candidato presidencial por el Psuv, Nicolas Maduro, en referencia a niños con discapacidades.

“No hemos encontrado audio o video de las declaraciones del candidato del Psuv. Razón que nos obliga a desmentir afirmación y pedir disculpas”, escribieron.

Asimismo, expresaron que “recibimos la cita de las declaraciones de varios seguidores. En todo caso Capriles se refirió al rumor, que en una entrevista en vivo era normal se le pidiera pronunciamiento”.

Tomado de Noticias 24

Caracas: Plataforma de Periodistas se incorpora a las luchas del pueblo (+ audio)

lunes, 27 de agosto de 2012
Enviado por Alternativo Militante
SNCP (Caracas, Venezuela – 24.08.2012 / Prensa RNV) - Los profesionales de la comunicación defenderán e impulsarán el poder popular, la Constitución venezolana y el socialismo como ideal que garantiza la mayor suma de felicidad y estabilidad política para los pueblos

Aquí estamos, herederos de una tradición de periodismo libertario y antiimperialista.

Somos los y las periodistas de la Revolución Bolivariana y asumimos el compromiso que nos legó la lucha por la independencia del dominio colonial de hace 200 años, desde la llegada de la primera imprenta insurrecta, traída por nuestro prócer Francisco de Miranda para impulsar la gesta fundadora de la patria venezolana.

post-2-1345859628.jpg
Escuche aqui reporte de RNV al respecto: NOTI.mp3

Hoy, asumimos nuestro puesto de combate y nos reunimos en este agosto de 2012 para incorporarnos como movimiento organizado a la lucha dedicada del pueblo, seguros de la victoria del próximo 7 de octubre, cuando reafirmaremos nuestra decisión patriótica, revolucionaria y socialista, bajo el liderazgo del presidente Hugo Chávez. 

Reivindicamos con orgullo la tradición de lucha y la herencia de combate teórica que en el campo del periodismo y de la comunicación nos han legado nuestros predecesores. 
Unidos en la Plataforma de Periodistas de Venezuela, proclamamos nuestro compromiso bolivariano y revolucionario, y expresamos nuestra disposición a ser factor activo en la formulación de estrategias, contenidos y campañas de promoción y comunicación del Estado revolucionario y de las organizaciones populares venezolanas. 

Por esto, entenderemos que la democratización de la comunicación y la información, son esenciales para avanzar en este proceso de la construcción socialista y de la refundación de la patria. 

Pero, sabemos que el periodismo podrá ser instrumento de liberación de nuestros pueblos sólo si tiene la claridad y la fuerza para romper con la estructura de dominio que impone el régimen de propiedad capitalista sobre las empresas comerciales. 

Nos proponemos articular y organizar a todos los periodistas, con o sin título, comprometidos con el ideal revolucionario. 

Queremos que este esfuerzo pase por la discusión en un amplio debate, de la normativa legal venezolana en la materia. 

Nuestra lucha, nuestra visión y nuestra acción están totalmente integradas a la primavera que vive hoy el movimiento popular venezolano. 

En este sentido, defenderemos e impulsaremos el poder popular, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el socialismo como ideal que garantiza la mayor suma de felicidad posible y la mayor suma de estabilidad política para nuestros pueblos. 

En esa misma óptica, evaluaremos la necesidad de desarrollar proyectos socioproductivos de comunicación, que permitan la creación de nuevas fuentes de empleo para los periodistas. 
Estamos conscientes de la inexistencia de una visión, planes y medidas de previsión social que resguarden el bienestar de los periodistas, y por ello, nos proponemos luchar por condiciones adecuadas de trabajo, salud y protección social para los periodistas y sus familias. 

Para conquistar estos objetivos, es necesario mantener un esfuerzo permanente en la formación de todos los periodistas, graduados o no, en aspectos técnicos, teóricos, prácticos y éticos. 

En este sentido, nos proponemos fortalecer a la universidad Bolivariana de Venezuela, como recurso esencial para responder a esta necesidad.

En la misma, dirección, advertiremos la necesidad de impulsar un nuevo modelo de periodismo, revolucionario y democrático que garantice la participación popular en la discusión de enfoques de coberturas de hechos noticiosos y en la línea editorial de los medios de comunicación, sean estos públicos o de explotación privada. 

Con fuerza e indignación, elevamos nuestra voz de protesta en contra de las agresiones que han sufrido los periodistas del Sistema Nacional de Medios públicos (SNMP) y de medios comunitarios y populares de Venezuela. 

Sabemos que los agresores se escudan en la complicidad de organismos gremiales conducidos indignamente y organizaciones políticas de derecha para perpetrar sus fechorías y cubrirlas con el manto de la impunidad. 

Nos comprometemos a preservar la libertad de Expresión, como valor esencial de nuestro régimen democrático y a condenar y denunciar los abusos que de ella hacen la oligarquía y la derecha continental, para agredir a los gobiernos populares y progresistas.

Nuestra fuerza nace en lo más profundo de la geografía Patria. En cada barrio, en cada pueblo, en cada corazón revolucionario. Somos la más clara expresión de un periodismo comprometido con las luchas populares, que levanta sus banderas y las extiende por toda la geografía del continente, proclamando la hermandad de todos los pueblos del mundo. 

Caracas, 24 de agosto de 2012

Fuente Corresponsales del Pueblo

Con la tecnología de Blogger.
 

Buscar en:

Entradas populares