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Declaración Final del Taller Internacional “Medios alternativos y redes sociales"...

miércoles, 30 de noviembre de 2011
Declaración Final del Taller Internacional “Medios alternativos y redes sociales, nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital”. La Habana, 29 y 30 de noviembre de 2011.


Delegados procedentes de Argentina, Brasil, Canadá, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Italia, México, Nicaragua, Palestina y Venezuela, participantes en el Taller Internacional “Medios alternativos y redes sociales, nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital”, efectuado en La Habana, Cuba, los días 29 y 30 de noviembre de 2011, consideraron necesario:

 1. Crear un directorio de contactos con los participantes del evento, que permita concertarnos en tiempo real para enfrentar los ataques contra nuestros países, alertarnos sobre diferentes temas y colocar nuestros mensajes. Este directorio se les enviara vía correo electrónico. (ventanapolitica@yahoo.es)

 2. Articular una red de colaboración, empezando por los participantes en este taller internacional, que permita socializar contenidos, información, contactos y experiencias, para el trabajo con las plataformas y herramientas de Internet; sobre la base de una definida estrategia política. Su expresión en la web puede ser el blog www.ventanapolitica.wordpress.com


3. Trabajar sinérgicamente de conjunto en momentos de campaña.

4. Generar acciones que potencien la permanente actualización y capacitación en el uso efectivo de las nuevas tecnologías en el marco de la hipermedia, apoyados en la conformación de equipos multidisciplinarios de trabajo y el empleo de servicios y herramientas online como videoconferencias, cursos en línea, entre otros.

 5. Crear un grupo multidisciplinario, integrado también por técnicos, que permitan asesorar todas las propuestas que emanen de la red que articulemos.

6. Apoyar la reedición de eventos como el Encuentro de Blogueros del Mundo o este Taller de Medios Alternativos y Redes Sociales.

 7. Promover la creación de contenidos de calidad, que nos permitan superar nuestras carencias en materia de desarrollo tecnológico.

8. Apoyar la incorporación a la red de las más jóvenes generaciones y transformarlos en fuerzas activas progresistas en estas nuevas plataformas.

9. Trabajar conjuntamente en el diseño de proyectos comunicacionales hacia las redes sociales y otros medios, que contemplen la diversidad temática, de medios y canales, así como los distintos destinatarios.

10. Intensificar el trabajo y la investigación, en aras de diseñar y crear alternativas propias (dígase plataformas, soportes, e incluso servicios de seguridad informática), que nos permitan independencia tecnológica de los emporios de producción capitalistas.

11. Expresar nuestra solidaridad y apoyo con el diario "La Jornada", publicación que ha sido difamada por la revista Letras Libres, que sin argumentos ni pruebas, acusó de ser cómplice del terrorismo a esa prestigiosa publicación mexicana. [Ver La Pupila Insomne


 12. El tema de los Cinco cubanos condenados injustamente en Estados Unidos, debe ser un eje de combate permanente. Y será eficiente siempre que tomemos conciencia de que cada uno de nosotros podemos estar en su lugar. Cada cubano puede ser uno de los 5. Exigir el retorno de los 5 héroes cubanos a su patria. Enviar un mensaje en twitter diariamente a favor de la liberación de los 5. Crear y utilizar los siguientes hashtag #FreetheFive #Liberenlos5ya, #LosCinco, #TheFive.

 13. Convertir las intervenciones de Aylí, Rosa Aurora y Olguita en un grupo de twits que sean socializados de inmediato.

14. Explorar con las respectivas entidades gubernamentales responsables la conveniencia de que los mecanismos de integración que existen o nacen ahora en América Latina y el Caribe den prioridad al tema de la Comunicación y de forma especial a los medios alternativos y redes sociales, para la difusión de la nueva realidad de nuestra área geográfica.

Tomado de Ventana Política

Mención especial al tema de los Cinco en el Taller Internacional sobre los medios alternativos y las redes sociales

Dos de los catorce puntos de la Declaración final del evento, se han dedicado a  nuestros 5 hermanos:

  • El tema de los Cinco cubanos condenados injustamente en Estados Unidos, debe ser un eje de combate permanente. Y será eficiente siempre que tomemos conciencia de que cada uno de nosotros podemos estar en su lugar. Cada cubano puede ser uno de los 5. Exigir el retorno de los 5 héroes cubanos a su patria. Enviar un mensaje en twitter diariamente a favor de la liberación de los 5. Crear y utilizar los siguientes hastag #FreetheFive #Liberenlos5ya, #LosCinco, #TheFive.
  •  Convertir las intervenciones de Aylí, Rosa Aurora y Olguita en un grupo de twits que sean socializados de inmediato.
A continuación, las informaciones de lo sucedido en el taller relacionado con nuestros 5 hermanos; ya hemos difundido recientemente la participación de Aylí:

Mención especial al tema de los Cinco en el Taller Internacional sobre los medios alternativos y las redes sociales

CUBA, 30 de noviembre de 2011. Los retos para Cuba y el Tercer Mundo ante los nuevos escenarios de la comunicación digital, es el tema que centra el análisis vespertino del Taller Internacional sobre los medios alternativos y las redes sociales, que sesiona desde ayer en el Palacio de las Convenciones de La Habana.

De manera especial, el panel contó con la presencia del Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrila, quien abordó temas cruciales de esta batalla estratégica en las redes sociales y familiares de los Cinco Héroes cubanos que cumplen condena en los EE.UU., quienes destacaron el silencio de los emporios internacionales de la comunicación ante el caso, y denunciaron los habituales ataques cibernéticos que sufren los sitios alternativos que ofrecen información sobre este tema.

El evento, que concluye en la tarde de este miércoles, adoptará una Declaración de solidaridad con el diario mexicano ¨La Jornada¨, ante la injusta acusación realizada a esta publicación, de supuestos vínculos con el terrorismo. (Cubaminrex)

De Ventana Política

Destacan poder de los medios alternativos en la denuncia del caso de los Cinco

CUBA, 30 de noviembre de 2011. Un llamado a la solidaridad mundial realizó Olga Salanueva, esposa de René González, ante los participantes del Taller Internacional sobre los medios alternativos y las redes sociales, a quienes convocó a utilizar estos espacios para amplificar la denuncia de Cuba, sobre las injustas condenas que cumplen los Cinco en los EE.UU.

Detalles de las irregularidades y distorsiones que rodearon el proceso judicial de René González, Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino y Gerardo Hernández, este último sentenciado a dos cadenas perpetuas, centró la atención de los asistentes, a quienes se les ofreció además, una actualización del tema.

Los grandes medios internacionales, afirmó Salanueva, no darán espacio jamás a la denuncia de Cuba, pero tenemos las redes sociales y los medios alternativos para ello, y solo con el apoyo de la solidaridad mundial, podremos conseguir que nuestros familiares regresen a su patria.

El Taller Internacional, que cierra sus puertas en la tarde de este miércoles, incluirá en su Declaración final una mención de apoyo a la causa de los Cinco, en particular, el compromiso de los asistentes de contribuir a romper el muro de silencio levantado por los grandes poderes mediáticos internacionales. (Cubaminrex)

De Ventana Política

Ocupemos los medios ya: Intervenciones de Raúl Garcés, Karen Lee Wald y Aylí Labañino

Taller Medios alternativos y redes sociales: Ocupemos los medios ya (Gracias al bloqueo, el video continúa pendiente)




Altamiro Borges, de Brasil (a la derecha), y Raúl Garcés, de Cuba, en el panel "Incidencia de los medios alternativos y las redes sociales en la opinión pública y en el hacer de la política internacional", del Taller "Los medios alternativos y las redes sociales"

Hace poco más de una década Noam Chomsky, en uno de sus textos, resumió la democracia liberal en pocas palabras: "debates triviales sobre asuntos secundarios a cargo de partidos que fundamentalmente persiguen las mismas políticas favorables al capital, pese a las diferencias formales y las polémicas electorales. La democracia es permisible mientras el control del capital quede excluido de las deliberaciones populares y de los cambios, es decir, mientras no sea una democracia”.

Ya sé que cualquier definición de democracia liberal es mucho más que lo propuesto por Chomsky, pero traigo la frase a colación porque, probablemente, la entendamos mejor por estos días, cuando los ocupas de Wall Street son brutalmente reprimidos, cuando los libros acumulados en una biblioteca de ese movimiento son destrozados y desaparecidos, cuando Angela Davies tiene que recurrir a los llamados “micrófonos humanos” para hablar frente a los ocupas, en medio de la férrea censura a los altoparlantes que han impuesto las autoridades.

Son apenas evidencias muy elocuentes de que el capital trasnacional no está dispuesto a ceder un ápice de poder y que, frente a sus ojos, parecerán locuras las propuestas que Michael Moore acaba de hacer como un tentativo programa político para el movimiento de los Ocupas: “debemos aprobar tres enmiendas constitucionales -ha dicho Moore-: quitar las contribuciones a las campañas electorales, anteponer los intereses del público a los intereses de las corporaciones, y que todos los estadounidenses tengan derecho al empleo, al cuidado de la salud, a una educación gratuita y completa, a respirar aire puro, a tomar agua limpia y a comer alimentos saludables y a que los traten con dignidad y respeto en la vejez”. En otras palabras: Michael Moore quiere exterminar el capitalismo norteamericano y eso, de seguro, no se lo van a permitir.

Pero, ¿a qué viene todo esto? ¿Por qué empezar por Wall Street para terminar hablando de medios alternativos y opinión pública? En principio, porque tomando como objeto de estudio el movimiento de los ocupas descubriremos algunas claves esenciales para enfrentar con éxito la comunicación alternativa. Preguntémonos, por ejemplo, por qué en apenas ocho semanas han logrado tanto en materia de visibilidad (se ha extendido a decenas de ciudades en Estados Unidos, en Europa).

La respuesta, obviamente, no es solo, y tal vez ni siquiera esencialmente, comunicativa. Los ocupas interpretaron el malestar histórico de una sociedad, afectada por los impactos de una crisis económica, estremecida por el desempleo, por los recortes fiscales, por las políticas de ajuste y por la irresponsabilidad en el manejo de las cuestiones financieras por parte de las instituciones bancarias. Hablando en términos marxistas, estaban dadas las condiciones para que este movimiento irrumpiera y se expandiera vertiginosamente.

Pero, al mismo tiempo, no habría llegado tan lejos, al menos no tan rápido, sin un acompañamiento comunicacional suficientemente creativo y audaz. Su propio lema -somos el 99% frente al 1%- encierra el potencial inclusivo que no tuvieron antes -como lo hizo notar Angela Davies recientemente- los latinos, o los gays, o las mujeres, o los manifestantes antiguerra que se pronunciaron muchas veces en defensa de causas específicas, con públicos específicos, a través de métodos muy específicos.

Occupy Wall Street encarna una concepción reticular de la comunicación, que utiliza al mismo tiempo todos los soportes -los medios tradicionales, internet, las redes sociales, facebook, twitter, vocerías cara a cara, perifoneo, y apela a todos los formatos para conseguir su objetivo con un mensaje único. Han logrado “desde abajo”, en cierto sentido, lo mismo que el New York Times y los grandes medios consiguen “desde arriba” sistemáticamente: posicionar su mensaje globalmente a fuerza de repeticiones comunicativas -y activismo político, por supuesto-, desafiar la agenda tradicional de la prensa norteamericana -y de las élites políticas- y consolidar una creciente legitimidad a los ojos de la opinión pública de ese país, al punto que, según una reciente encuesta, más de la mitad de los estadounidenses dice ver en las preocupaciones de los ocupas, sus propias preocupaciones.

Se dice fácil, pero en la sociedad despolitizada en que vivimos, resulta una gran hazaña. Todd Gitlin, investigador norteamericano que por muchas décadas ha documentado cómo la prensa de su país demoniza simbólicamente a los movimientos antisistema, registró desde los años 60 cinco estrategias en función de lograr ese propósito por parte de los grandes medios: la trivialización ( o ridiculización de los objetivos del movimiento y del lenguaje de sus integrantes), el énfasis en el disenso interno, la marginación, el menosprecio de la efectividad del movimiento y la desestimación del número de participantes en las manifestaciones (es decir, contar de menos).

Con Occupy Wall Street la prensa norteamericana intentó hacer lo mismo, pero ha debido aceptar algunas capitulaciones por el camino. Ha sentido en su pellejo la represión contra los manifestantes, en la medida que los propios periodistas han sido también reprimidos. El activismo de los comunicadores alternativos ha significado un duro golpe para la credibilidad del discurso mediático dominante. Y, finalmente, secuestrar a estas alturas la voz de los ocupas implicaría silenciar a decenas de personalidades del arte, la cultura y el pensamiento solidarizados intensamente con esa causa.

Lo cierto es que la convocatoria para ser “ocupa” proviene de todas partes. Michael Moore la ha puesto en estos términos recientemente: “Forme parte de nosotros. Comparta sus ideas conmigo u online. “Incorpórese (o comience a organizar su movimiento local de Ocupación). Haga ruido. No es necesario instalarse con una carpa en el bajo Manhattan para ser un Ocupa. Usted lo es diciendo simplemente que lo es. Este movimiento no tiene líderes individuales ni portavoces, cada uno de los participantes es un líder en su barrio, en su escuela, en su lugar de trabajo. Cada uno de ustedes es un portavoz frente a quienes encuentre en su camino. No hay que pagar nada ni conseguir permisos para desarrollar una acción”.

En otras palabras: horizontalidad en el discurso, acceso a la participación a través de asambleas libres celebradas a nivel local y, por sobre todas las cosas, la intención de trascender el ámbito comunicativo para proponer un proyecto de transformación de la sociedad, que transforme también, durante el proceso, a los propios protagonistas del cambio.

Llegué, tal vez sin proponérmelo, a un concepto de comunicación alternativa. Y me alegra, porque puede que no podamos avanzar en este campo, si no partimos de conceptos claros. Salgamos a las calles de nuestras ciudades a preguntar por el significado de “lo alternativo” y encontraremos las respuestas más variopintas. Todo el mundo quiere ser alternativo, sin que muchos sepan con claridad de qué se trata. Lo alternativo implica una subversión del poder y, en el terreno que nos ocupa, una subversión de un tipo de poder que utiliza los símbolos, la información, el conocimiento, para perpetuar determinadas relaciones de dominación.

Comparto con Francisco Sierra la noción de capitalismo cognitivo para designar un modelo de integración mundial que condena la mayor parte de la producción cultural a las lógicas del capital globalizado. Y, al mismo tiempo, subrayo el hecho de que no es posible construir una alternatividad a ese poder si no desde la información, el conocimiento y la cultura.

Lo aterrizo más en el tema que nos ocupa: usted podrá tener un periódico comunitario, una radio universitaria, una biblioteca ambulante, 14 cuentas en facebook, 3 blogs y 5 twitter y no saber qué hacer con ellos. El dilema no es nuevo. Se parece mucho a lo que dijo una vez Henry David Thoreau: “estamos ansiosos por excavar un túnel a través del Atlántico, y acercar el viejo mundo al nuevo en unas semanas, pero luego la primera noticia que oirá la gran oreja estadounidense es que la princesa Adelaida tiene tosferina”.

Hoy todos los mundos se interconectan con asombrosa inmediatez. Por eso sabemos de las relaciones entre Shakira y Piqué, del homosexualismo de Ricky Martin y de las gripes pasajeras de Angelina Jolie. Y sabemos también, por supuesto, de cosas trascendentes, pero en todo caso el contraste nos confirma que las tecnologías por sí solas no son garantía del cambio social. Un rector de una Universidad británica nos recuerda un chiste típico del determinismo tecnológico: “señoras y señores -dice John Daniel- las nuevas tecnologías son la respuesta. Por favor, ¿Cuál era la pregunta?”

Pero como sabemos, las preguntas son muchas. ¿Qué usos les damos a las TICs y a los medios alternativos? ¿Seremos capaces de generar con ellos una contracultura? ¿Hasta dónde la comunicación puede ayudarnos -o hasta dónde no- a hacer emerger formas más democráticas de construcción de lo público y lo político? ¿Está preparada la sociedad contemporánea para lidiar con la noción de mediatización; es decir, con la centralidad de los medios de comunicación en la producción y distribución del conocimiento a escala masiva?

Vistas en profundidad, las interrogantes anteriores podrían asustar a cualquiera, tanto como el tema que da título a este panel. Hemos sido convocados a pensar las relaciones entre medios, política y opinión pública, justo cuando muchas evidencias apuntan a un universal desencanto con esos tres componentes de la democracia.

Un experimentado investigador de estos temas, el británico Jay blumler, afirma que, en materia de Comunicación Política, atravesamos una era de total descreimiento: en los partidos, vaciados ahora de contenido ideológico y atrapados por una lógica de marketing; en los gobernantes, más preocupados por enfrentarse a la política en la televisión que en la propia realidad; y en los medios, obcecados por desatar escándalos políticos que multipliquen sus ratings y les sirvan de imán a los anunciantes.

Es ese el contexto que explica la renuencia de los indignados en España para canalizar sus demandas a través de las organizaciones políticas tradicionales. O el escepticismo que los ocupas de Wall Street muestran hacia el bipartidismo norteamericano, tan parecido al bipartidismo británico, tan parecido al bipartidismo español. Mariano Rajoy acaba de provocar, como ha dicho recientemente un articulista, que millones de españoles votaran por su esclavitud, como si lo hicieran por su libertad. No hay opción: llámese PSOE o PP, nada salvará a España de un plan de ajuste impuesto por las cadenas del mercado.

¿Se puede hablar, en estas condiciones, de la posibilidad de una comunicación liberadora? ¿Pueden sobrevivir los medios alternativos sin que emerjan al mismo tiempo proyectos políticos alternativos? ¿Ocurrirá la democratización de la comunicación al margen de la democratización de la sociedad, como si los comunicadores viviéramos, dicho en palabras de Rosa María Alfaro, “en una isla feliz”?

Disponemos de múltiples experiencias en Latinoamérica y el mundo para demostrar justamente lo contrario. En apenas 12 años, por ejemplo, Venezuela logró expandir en miles sus medios comunitarios, creó una cadena de televisión con pretensiones de alcance mundial, lanzó un satélite para fomentar su independencia en el plano de las telecomunicaciones y fomentó un marco jurídico, como pocos países en Latinoamérica, para vigorizar las prácticas comunicativas locales.

La voluntad de generar un proyecto político desde abajo, modelado concretamente a través de la progresiva emergencia de un poder comunal, demandó, al mismo tiempo, el empoderamiento de los ninguneados y la democratización ineludible del espacio público. Quienes hemos visto Internet de banda ancha en las alturas del cerro más pobre de Caracas, o la organización de “mesas técnicas comunicativas” en los consejos comunales para visibilizar a los invisibles, o la emergencia de redes de comunicación espontáneas para desmontar las mentiras de los medios privados, creemos entender el significado de lo que Jesús Martín Barbero, y muchos otros, han sugerido con especial lucidez: “el tejido social de la democracia se construye comunicativamente”.

Claro que no siempre es posible tomar el cielo por asalto. Y algunos dirán -con razón- que la comunicación alternativa no puede quedarse cruzada de brazos mientras se concreta la Gran Revolución Social o se desmorona a pedazos el capitalismo. Entretanto, más nos vale suscribir una convicción de Umberto Eco, que bien pudiera ser una convicción compartida por todos nosotros: se puede hacer mucho daño al poder comunicativo dominante desde una sistemática y consistente guerra de guerrillas comunicacional.

¿Qué otra cosa sino eso han hecho los ocupas de Wall Street? ¿Pensaron que iban a llegar tan lejos cuando iniciaron su movimiento? ¿Cómo han logrado penetrar los muros de acero del New York Times y del Washington Post para presentarse incluso con legitimidad frente a los ojos de la opinión pública de su país?

Ya dije antes que la respuesta no es solo comunicativa, pero agregué que no puede desconocerse tampoco el alcance de la comunicación en dicho movimiento. Bastaría escuchar los lemas de los ocupas -lo mismo en los parques de Nueva York que en la Puerta del Sol de Madrid- para advertir un discurso a la ofensiva, que no se deja acorralar, que sugiere acción de solo pronunciarse: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”, “no somos antisistema, el sistema es anti-nosotros”, “si los de abajo se mueven, los de arriba se caen”.

Uno de los aprendizajes que podríamos obtener sin mucho esfuerzo es que, en el mundo contemporáneo, todo proyecto de subversión del poder tiene que agenciárselas para dejarse acompañar por una estrategia de subversión también en el terreno simbólico. Además de ocupar Wall Street, deberíamos probablemente intentar ocupar el New York Times, el Washington Post, El País, FOX News y tantas otras trasnacionales mediáticas. O gritamos desde el lunetario para que nos enfoque la luz, o seremos condenados de manera perpetua a la oscuridad.

Permítanme redondear lo dicho hasta aquí en unas pocas ideas que, a mi juicio, deberían servir de brújula a los medios alternativos en la construcción de nuevos espacios públicos y nuevos modos de hacer política:

1. Estamos abocados, probablemente como nunca antes, a estudiar y sistematizar cuanta experiencia de alternatividad exista. Pero si a la gran prensa no le interesa hablar de Occupy Wall Street, no nos hagamos muchas expectativas con las grandes universidades. Atrapadas en las lógicas del mercado, tampoco les seduce investigar la naturaleza de los movimientos antisistema, y menos sus prácticas comunicativas.

Dentro de un contexto donde importa más desarrollar habilidades que pensamiento, y mercancías que teoría, Occupy Wall Street seguramente se ve como el desafío loco de un puñado de locos en un mundo loco. Y eso -dirán los gurúes del academicismo- más vale excluirlo de las líneas de investigativas y de los planes de estudio de las facultades de comunicación.

Es una responsabilidad nuestra -esto es, de los medios alternativos y de los centros académicos alternativos al pensamiento liberal- desentrañar hasta sus esencias el movimiento de los Ocupas, identificar sus estrategias de mayor impacto e incorporarlas dentro de una praxis más general de la alternatividad.

2. Dotar de sentido a lo alternativo significa restaurarle plenamente su significado a la palabra deliberación. O, dicho de otra manera, fomentar una cultura deliberativa a todos los niveles, en todos los espacios, a través de todos los soportes y formatos. Y más ahora, cuando los tecnócratas financieros imponen sin deliberar a los gobernantes europeos, cuando un ministro griego pierde el puesto por intentar discutir con su pueblo sobre políticas de ajuste, cuando se declaran guerras en nombre de encuestas asombrosamente anti-deliberativas.

El poder simbólico trasnacional procesa las deliberaciones, las tritura y las devuelve convertidas en cuños, etiquetas y estereotipos. La gran estafa del capitalismo cognitivo consiste en usar el conocimiento para desinformarnos y para despojarnos de nuestra condición de ciudadanos.

Frente a tales escenarios, no queda otra opción que trascender a los medios y convertir la “alternatividad” en una filosofía de vida. Aprender a participar, saber dialogar, valerse de la comunicación para involucrarse y transformar activamente los espacios públicos. Si de mí dependiera, introduciría los principios de la Comunicación Alternativa desde los currículos de la enseñanza básica. ¿Acaso no lidian los niños con el bombardeo simbólico de los medios, de Internet, de las redes sociales? ¿Acaso no sería preferible desarrollar en ellos desde pequeños una cultura mediática con potencial liberador?

3. Lo alternativo tiene que trascender a los pequeños grupos, a los amigos, a lo comunitario entendido como espacio geográfico, para insertarse no sólo en prácticas, sino también en lógicas reticulares de la comunicación. El micrófono de una radio o la columna de un periódico local, no solo deberían servir para denunciar la falta de agua en un barrio, o el desfalco de una microempresa a sus trabajadores. A mi juicio, tienen que ser útiles también para la interconexión política de los individuos, para la reafirmación de sus identidades, para el ejercicio de una ciudadanía que se sirve de la comunicación como pasaporte hacia la construcción de lo público. Don´t hate the media, become the media (”no odien a los medios, conviértanse en los medios”)- reza la consigna de una red de medios alternativos que, sin decirlo, convoca a sus integrantes a apropiarse precisamente de una conciencia de alternatividad; es decir, a subvertirlo todo.

4. La alternatividad tiene que superar su tentación al espontaneísmo. No se puede, invocando la supuesta falta de capacitación de los comunicadores alternativos, despojar a la comunicación de su belleza, resultar aburrido o hacerse cómplice de un discurso soso. Si queremos desafiar las agendas de los grandes medios, si pretendemos subvertir los límites en que los poderosos encuadran el debate público, no queda otro remedio que ensayar audacias, osadías e, incluso, secuestrar códigos probadamente eficaces de la comunicación dominante para usarlos de modo liberador.

Arribo a mi punto de llegada ratificando una tesis que fue también mi punto de partida. La batalla en la que estamos enfrascados es esencialmente cultural. Y no enfrentarla desde la cultura representaría una actitud suicida. No hay alternativa, que no sea empoderar a los ciudadanos y convertirlos en gestores-hacedores-protagonistas de los medios. Es, más o menos, lo que dice José Ignacio López Vigil en una frase lapidaria, con la que termino:

“En los próximos años, podremos producir con calidad digital, con mil canales simultáneos, navegando en Internet a velocidad de la luz y corriendo por todas las autopistas de la información. Pero el desafío principal no se habrá logrado con esos adelantos técnicos […] la mayor originalidad del futuro será devolver los medios a la ciudadanía”.


*Intervención del Dr. Raúl Garcés, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, en el panel “Incidencia de los medios alternativos y las redes sociales en la opinión pública y en el hacer de la política internacional”, del Taller “Los medios alternativos y las redes sociales”, que sesiona hoy en el Palacio de las Convenciones de La Habana, Cuba.


Tomado de Cubadebate donde encontraran más fotos y el video...

Otras intervenciones en el taller

Karen Lee Wald, escritora, activista, educadora, durante más de treinta años ha explicado, defendido y enseñado a todos los que ha podido sobre la historia y la realidad de la Revolución en Cuba, donde tuvo dos hijos, uno de los cuales es médico en la isla. Karen es una de las más dedicadas observadoras de la sociedad cubana, su política y desarrollo. Sus textos sobre Cuba para los lectores norteamericanos han ayudado a "romper el bloqueo informativo" que separa la realidad cubana a partir de la descripción de los medios de comunicación distorsionada.


http://www.youtube.com/watch?v=eBbPg-3qOHY







Ayli Labañino Cardoso, hija de un primer matrimonio de Ramón Labañino, uno de nuestros 5 Héroes prisioneros en Estados Unidos:


http://www.youtube.com/watch?v=GYX026YN1GQ&feature=uploademail



“Es imprescindible una estrategia política en el ciberespacio”, afirma Canciller cubano


 
El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba Bruno Rodríguez en el Taller "Los Medios Alternativos y las Redes Sociales". A su lado, Ana Teresita González, vicecanciller.

El dilema mayor de nuestros días, como advirtió Fidel en el 2007, es en manos de quién quedarán las nuevas tecnologías y los recursos humanos, dijo Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, al intervenir en un encuentro con representantes de medios alternativos que está sesionando en La Habana.

El Canciller cubano asistió al Taller Taller “Los medios alternativos y las redes sociales” y contestó preguntas de los representantes de 12 países que asistieron a este encuentro, auspiciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Isla. 
Rodríguez se preguntó para qué queremos ocupar la Web y habló de la “necesidad de tener una clara idea de qué es lo que queremos hacer, para qué queremos salir de la dictadura de Microsoft y Apple”.

Recordó que los medios jugaron un papel letal en Libia, y fueron decisivos en el desenlace de la guerra contra ese país, como arma contra la verdad. Allí se expresó la tendencia siempre clasista de este ámbito y sus vínculos con la industria militar.

El Canciller afirmó que es imprescindible una estrategia política en el ciberespacio, o de lo contrario no tendrá sentido ocupar la Web. “Es esencial que los movimientos de rebeldía tengan expresiones en el ciberespacio, y tengan expresión real, signifiquen una alternativa”, añadió.

Abogó por la crítica de las condiciones del enemigo en el ciberespacio, lo que demanda el conocimiento de ese espacio para sortear las reglas de quienes dominan la Web. “Un dilema esencial es el del derecho al acceso liberador del conocimiento, frente al control de la información, de los datos, y sus condicionamientos”, dijo.

“Pese al desorden mundial y a las crisis mundiales, asociados a los factores climáticos, energéticos y alimentario, el abataramiento de la tecnología nos asegura que estarán más al alcance de la gente, sin que signifique mayor democracia participativa frente a la banalización y la agresión cultural, fundamentalmente a través de la publicidad que trata a los seres humanos como meros consumidores”, comentó.

Estamos frente a la dicotomía entre el uso individual y social de la tecnología, frente a la dominación y la liberación, y siento que vivimos una oportunidad con estas tecnologías.

Reconoció como paradigmas en la web de las Reflexiones de Fidel y la estretagia del Presidente Hugo Chávez, con su cuenta @chavezcandanga en Twitter, con un resultado insólito. Señaló la trascendencia de conocer la experiencia, a su juicio admirable, que en materia de uso de las redes sociales ha logrado el movimiento de los Indignados en todo el mundo, y en particular Occupy Wall Street.

Comentó que Estados Unidos hoy habla tanto de avanzar con operaciones de cambio de régimen y de una acción internacional colectiva, implementando métodos y plataformas nuevas.

“La euforia con las redes sociales convive con el riesgo de las operaciones de cambio de regímenes, que ha aumentado, al igual que la amenaza a la paz. Pero estas condiciones peligrosas hacen necesario y urgente que nos apropiamos de estas plataformas”, aseguró el Canciller.

Se empieza a acumular en Cuba una experiencia en las redes ociales y el MINREX tiene conciencia de que es un instrumento inevitable. El Canciller aseguró que su Ministerio aboga no solo “por nuestra presencia en Twitter sino en otras redes, algo que en otros organismos también se articula. Tenemos que romper atavismos y timideces, y actuar con responsabilidad. Deberíamos hacerlo más rápido de cómo lo estamos haciendo.”

Aseguró que Cuba apuesta por el uso social, masivo, de la Internet, pero “no mediante el mercado por su carácter excluyente. Tenemos que tomar en cuenta de manera realista los elementos objetivos”, añadió.

El acceso de todos los cubanos, está sujeto a grandes inversiones que el país no está en condiciones hoy de financiar. Y añadió: “No se puede concebir la educación en Cuba sin el acceso a la tecnología y sin la igualdad de oportunidades, como capacidad de acceso a estos desarrollos desde la niñez.”

Tomado deCubadebate

Video en

Percy Alvarado insiste en la necesidad de concertarnos en Internet

Así se define Percy Alvarado

"Soy un guatemalteco que arribó a Cuba en 1960 justo recién iniciada la Revolución y como un cubano mas asumí el papel de colaborador secreto de los órganos de la Seguridad del Estado durante 22 años. Este trabajo anónimo me permitió servir en un lugar privilegiado a la Revolución Cubana, porque es donde precisamente estaba el mayor sacrificio. Parafraseando a uno de los combatientes antiterroristas cubanos prisioneros en Estados Unidos, Gerardo Hernández, me digo muchas veces, qué lástima no tener mil vidas para pagarle a Cuba lo que ha hecho por nuestro pueblo".

Hoy nos habla sobre la necesidad de concertarnos en Internet:



http://www.youtube.com/watch?v=doBOH1BbxyE&feature=uploademail

De la Ciberguerra a la Ciberdefensa activa

martes, 29 de noviembre de 2011


En la tarde de este 29 de noviembre, el taller “Los medios alternativos y las redes sociales, nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital”, que sesiona en la capital cubana, acogió el panel “Ciberguerra: principales manifestaciones y ejemplos de agresión” que tuvo como ponentes a Rosa Miriam Elizalde (editora de Cubadebate), y José Manzaneda (coordinador de Cubainformación) y fue moderado por el editor de La pupila insomne, Iroel Sánchez. Previo al panel, Ysmel Serrano, jefe de la sala situacional @chavezcandanga había realizado una documentada exposición sobre la experiencia de trabajo en la red social Twitter del presidente venezolano Hugo Chávez.

A continuación las palabras de la editora de Cubadebate:

I
La palabra ha terminado siendo un comodín que sirve para todo, incluso para distraernos entre fuegos fatuos, o peor, paralizarnos. Pero “ciberguerra” no es cualquier cosa, sino una guerra en el más clásico sentido de la palabra, en la que intervienen Estados, ejércitos y servicios secretos en una nueva ecología, la de las redes digitales, que mediatiza los conflictos y ha aportado sus propios instrumentos, pero no ha modificado sustancialmente la conciencia del hombre. Y nadie duda de que esta guerra real, durísima, mata cada día a cientos de personas en Afganistán, Iraq, Paquistán, Libia, Yemen, la frontera mexicana y dondequiera que utilizan los drones, esos robots asesinos de la CIA dirigidos por jugadores de nintendo, que se cargan con un clic a seres de carne y hueso a cientos de kilómetros de los dedos que aprietan el gatillo.

Sin embargo, los halcones del Pentágono y Hollywood intentan todos los días alucinarnos con los artefactos de guerra y alimentan la idea de los peligros y los monstruos cibernéticos que reptan por la red. Para protegernos de los ciberterroristas siempre tienen a la mano versiones mejoradas de RoboCop y Terminator, que justifican presupuestos mil millonarios y generan alarma y competencia en todo el mundo.

El libro más vendido sobre la ciberguerra -Cyber War, de Richard Clarke- predice un ataque catastrófico contra la “infraestructura crítica” de Estados Unidos, que no duraría más de 15 minutos. Los virus informáticos harán caer los sistemas militares, explotarán las refinerías de petróleo y los oleoductos; colapsarán los sistemas de control del tráfico aéreo; se descarrilarán los trenes; se mezclarán todos los datos financieros; caerá la red eléctrica y se descontrolará la órbita de los satélites. Clarke, zar antiterrorista de Clinton y de Bush, es ahora el consultor principal de una firma de seguridad informática, contratista del gobierno de EEUU, que como otras muchas están haciendo su agosto con campañas de miedo que generan un incremento del gasto estatal en blindaje de redes.

Bajo el paraguas de la ciberguerra se incluyen experiencias que no tienen que ver necesariamente con agresiones militares y que han existido siempre, como el espionaje, la delincuencia, la subversión, la propaganda sucia y el control social. La Internet -columna vertebral del ciberespacio- es solo una extensión simbólica de la realidad. Por tanto, ante los hechos que allí se expresan hay que aprender a lidiar primero con los fenómenos del mundo físico para entender las sombras que este proyecta, o de lo contrario podríamos terminar creyéndonos que es legítimo dispararle un misil al ladrón de una caja registradora.

II
No parece desinteresada esta alteración del concepto “ciberguerra”. Las predicciones apocalípticas en relación con el ciberterrorismo realizadas por las agencias de seguridad estadounidenses se inscriben dentro de una campaña que tiene como objetivo limitar la privacidad de los ciudadanos y ampliar los poderes de esos organismos para espiar e intervenir las comunicaciones de personas consideradas sospechosas, en cualquier lugar del planeta.

Estas estrategias nos recuerdan la Guerra de las Galaxias de Reagan, que desgastó la economía soviética en una competencia tecnológica irracional con EEUU, disparó la paranoia y alejó a la URSS no solo de las necesidades de su propia sociedad, sino de los procesos de innovación del mundo. La Guerra de las Galaxias no llegó a ser nunca militar, porque se concibió como una guerra sicológica, tecnológica y económica. Y ya sabemos quién ganó este juego.

Por otro lado, la realidad está aportando ahora mismo evidencias de que los ciberguerreros de Estados Unidos no son invulnerables. A cada rato vemos en las redes sociales imágenes captadas por los drones, que han sido interceptadas desde una laptop, y nos llega la noticia de un virus informático que caotiza los aviones no tripulados, vedette tecnológica de las guerras de Obama. Peor aún, en el mismo momento en que se anunciaba la entrada a plena capacidad operativa del Cibercomando de los Estados Unidos, con sus 90 000 efectivos -cifra oficial que ninguna institución independiente ha confirmado-, Wikileaks filtraba los cables del Pentágono y del Departamento de Estado, una cascada de documentos confidenciales que apuntaban al corazón de las operaciones militares y de la política exterior de Estados Unidos.

No estoy minimizando el peligro de los instrumentos represivos del poder transnacional, que son tan poderosos como reales. Intento llamar la atención sobre la necesidad de asumir críticamente la revolución tecnológica que vivimos y las instituciones e instrumentos que van apareciendo en su entorno, para no perder la oportunidad de comprender mejor la dimensión social de este proceso y cómo nos afecta, y para asegurarnos de no reforzar las estructuras de dominación. La información necesaria para poder tomar la decisión de confiar en alguien o algo, depende de que sepamos qué es lo que sucede ahí afuera.

El ciberespacio es inevitable y, como han comprendido muy bien los halcones de la guerra, un territorio ocupado por miles de millones de personas debe ser controlado y militarizado con suma urgencia, y por eso están replicando las estructuras del mundo físico en el universo digital. Pero el deseo no es necesariamente la realidad. El espacio físico compuesto por átomos y moléculas se puede encerrar en alguna parte -una botella, un planeta, una galaxia-, pero el espacio virtual de los bits y los bytes es conocimiento, inteligencia y sentimientos. La única manera de enjaular esos elementos de la conciencia es despojándola de la ética.

III
Mientras las transnacionales de las telecomunicaciones aumentan su poderío económico vendiendo todo tipo de artefactos y haciendo negocios con la ciberseguridad, en la lógica social crece la capacidad de interacción civil, cierta independencia de los medios tradicionales y un renovado poder contracultural.

El acceso tiende a resolverse con celulares y computadoras cada vez más baratos. Hoy la penetración de la Internet y del celular en África sobrepasa el 2 000 % comparado con los datos de hace una década. El celular, un artículo de lujo hace poco más de una década, es de uso común, al punto de que, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, sólo el 10 por ciento de la población mundial no usa teléfono móvil

Si ya somos 2 mil 200 millones de personas interconectadas en el mundo, en menos de cinco años ese número lejos de estancarse habrá aumentado exponencialmente, incluyendo la producción de servicios y la interacción de gente que no provendrá precisamente de Europa y América del Norte, sino de China, India y América Latina, consumidores potenciales de productos y símbolos de la cultura dominante que a la vez suelen ser convertidos en instrumentos de rebeldía.

De hecho, países que hace 20 años integraban un bloque perfectamente definido como Tercer Mundo, hoy tienen más internautas que América del Norte y Europa, las regiones que marcaron el crecimiento de la Red de Redes en los primeros 10 años del boom de la web. Estados Unidos y Europa, por ejemplo, tienen 721 millones de conectados, mientras China, India y América Latina juntos poseen 792 millones.

Esta interacción social está generando su propio espacio político. “No es lo mismo el tipo de oposición física que se le presentaba al capitalismo industrial, que el tipo de oposición intelectual que se le presenta al capitalismo actual. Antes los obreros se resistían a la explotación, ahora -sobre todo los jóvenes- se preservan de la alienación”, escribía recientemente Fernando Peirone, pedagogo e investigador argentino, y añadía:

Ocupa Wall Street, el 15-M de España y las rebeliones en los países árabes forman parte de esta lucha, y aunque estos movimientos no logran componer una alternativa, porque en la actualidad tienen más poder desestabilizador que instituyente, manifiestan un descontento estructural que más temprano que tarde habrá de representar una alternativa efectiva.

Cualquier aproximación seria a las estadísticas actuales de penetración de Internet y telefonía digital, nos lleva a la conclusión de que brecha digital no es igual a brecha económica. La brecha digital depende del acceso al capital cultural. Depende del conocimiento y los valores culturales de los individuos, y si bien la conectividad puede servir para expresar cierto estándar de vida, no es una variable que obligatoriamente establece niveles de inclusión, como mismo no define la pertenencia a una determinada clase social poseer un aparato de radio o de televisión en nuestros días.

IV
A la ciberguerra -en el sentido militar o social del término, si lo prefieren- solo se le puede oponer la ciberdefensa activa, un concepto que tenemos que acabar de articular sin retóricas y sin ingenuidades, con la certeza de que no se podrá superar el modelo imperial en estas nuevas circunstancias desde la ignorancia o el prejuicio.

Solo el conocimiento nos dará las alternativas y los instrumentos liberadores en escenarios que hay que estudiar para poder comprenderlos, en los que tenemos que estar para llegar a saber cómo funcionan y para transformarlos. Es en ese espacio y no en otro donde debemos elaborar un pensamiento revolucionario que refuerce los lazos de interacción y colaboración con los que ya están ahí y se oponen por distintas vías a la locura posmoderna de la conciencia teledirigida y a la evangelización digital, que pretende hacernos creer que un software es una red social, que una cosa es un ser humano.

Nuestras luchas necesitan análisis de los muchos factores y dinámicas que transforman la red permanentemente. Necesitamos identificar con agilidad las acciones del enemigo, modelar las alternativas y dotar a nuestros movimientos de un instrumental científico que nos permita pasar a la ofensiva. Ese esfuerzo tiene también que dar garantías de seguridad a nuestros movimientos en la red y establecer sinergias con los expertos informáticos, cada vez más criminalizados y obligados a formar parte del gobierno mundial y de sus sistemas de vigilancia y control.

Para lograrlo hay que proponérselo de veras, empezando quizás en este mismo foro por hacernos unas cuantas preguntas:
  • ¿Dónde está nuestro observatorio o red que reúna, comparta y estudie las experiencias de resistencia en Internet?
  • ¿Por qué todavía no existe un equivalente de TeleSur para la Red de Redes?
  • ¿Que estrategias de visibilidad, cooperación y alianzas existen en nuestros medios?
  • ¿Sabemos qué hacer en caso de agresión o censura contra un blog, una web o una cuenta en una red social? ¿Cómo nos defendemos?
  • ¿Por qué el ALBA no se ha propuesto levantar su propio backbone o sistema troncal de Internet que ofrecería mayor seguridad y privacidad a los países que lo integran, cada vez más interconectados y dependientes de operadores que gestionan la conexión y que suelen plegarse a las decisiones imperiales?
  • ¿Tenemos servicios de seguridad informática propios, verdaderamente confiables?
  • ¿Existe conciencia de que la dependencia tecnológica de sistemas propietarios es una de las mayores vulnerabilidades para los movimientos progresistas? ¿Qué experiencias podemos compartir al respecto?
  • ¿Dónde está el debate para modificar regulaciones vigentes que extienden extraterritorialmente las normativas del gobierno y las empresas norteamericanas?
  • ¿Qué resguardos legales existen para proteger nuestras acciones en la Red?
  • ¿Qué sabemos del empleo de los sistemas criptográficos e incluso de los elementos básicos de protección de nuestros medios tecnológicos?
  • ¿Y los centros de datos seguros? ¿Destinamos recursos para ello?
De lo que se trata es de poner el concepto de Ciberguerra en su justo lugar, y a la Ciberdefensa activa entre nuestras prioridades, metiéndonos de cabeza, responsablemente, en ese mundo que llegó para quedarse, que no podemos eludir y que en definitiva cada vez es más nuestro.

Y no olvidemos, por favor, esa certeza que ha movido a los revolucionarios de todas las épocas y recordaba en un texto memorable José Saramago:

Es cierto que existe una terrible desigualdad entre las fuerzas materiales que proclaman la necesidad de la guerra y las fuerzas morales que defienden el derecho a la paz, pero también es cierto que, a lo largo de la Historia, sólo con la voluntad de los hombres la voluntad de otros hombres ha podido ser vencida.

(Palabras en el Taller Internacional “Los medios alternativos y las redes sociales, nuevos escenarios de comunicación política en el ámbito digital”, La Habana, 29 de noviembre de 2011)

Fuente Cubadebate

Otras intervenciones en el Taller



Intervención de José Manzaneda del equipo de Cubainformación en el Taller Internacional "Los medios alternativos y las redes sociales, nuevos escenarios de comunicación política en el ambito digital.



La Periodista Noremys Morales, coordinadora de la Red NING "Blogueros y Corresponsales de la Revolución", comparte sus impresiones sobre el evento

http://www.youtube.com/watch?v=LIr--PVNPBY

Pedro García Espinosa, diseñador y profesor universitario cubano, interviene en el Taller "Los Medios alternativos y las redes sociales", en La Habana, Cuba.

Más intervenciones en el "Taller Internacional "Los medios alternativos y las redes sociales"

Intervención de Ysmael Serrano, del equipo de @chavezcandanga en Twitter, en el Taller Internacional "Los medios alternativos y las redes sociales, nuevos escenarios de comunicación política en el ambito digital", que está teniendo lugar en el Palacio de las Convenciones, La Habana, Cuba.




Inauguran en Cuba Taller “Los medios alternativos y las redes sociales (+ Fotos y Video)






Ana Teresita González Fraga, viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, abrió esta mañana “El taller Los medios alternativos y las redes sociales, nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital”, que comenzó hoy y concluirá mañana en el Palacio de Convenciones, de La Habana.

Delegados de doce países debaten sobre medios alternativos y redes sociales en este taller convocado por el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores.

Entre los asistentes, están varios representantes de Cancillerías y ministerios de comunicación de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y El Salvador.
 
“El mundo está sumido en una nueva revolución tecnológica. Unos más, otros menos, en dependencia los desarrollos económicos, que siguen siendo lamentablemente desiguales; pero lo cierto es que en todos los países, de una manera u otra, inciden los avances tecnológicos”, dijo Ana Teresita.

“Cuba toma creciente conciencia de la importancia que revisten estos temas para el desarrollo económico y tecnológico, para su seguridad, pero también para el desarrollo social y cultural de la nación”, añadió.

Aseguró que Cuba preserva la libertad de información de sus ciudadanos como derecho constitucional. “Ante el acelerado desarrollo de las infocomunicaciones a nivel mundial, el gobierno realiza ingentes esfuerzos por proveer estos servicios al pueblo, de manera racional y a partir de prioridades que se supeditan a la disponibilidad de recursos (limitada por demás), y a los sectores de mayor interés social”.


El evento sesiona en paneles de discusión que permitirán compartir experiencias sobre temas relacionados con las modificaciones ocurridas en el entorno mediático internacional y el rol en el mismo de las nuevas plataformas de comunicación.

También, acerca de la importancia creciente de los medios alternativos y las redes sociales en la batalla mediática que libra Cuba y el resto de los países del llamado Tercer Mundo para insertarse en el escenario comunicativo a nivel internacional.
Con el usuario @cubaminrex, el Ministerio de Relaciones de Cuba inaugura su canal en la red social Twitter, [además, el evento está usando @VentanaPolítica. N. del E.] y un blog, Ventana Política, desde donde se está brindando información minuto a minuto de lo que acontece en el Palacio de las Convenciones. [Vínculo no actualizado. N. del E.]



Pedro García Espinosa, diseñador y profesor universitario cubano, interviene en el Taller "Los Medios alternativos y las redes sociales", en La Habana, Cuba.



Milena Recio, profesora del Instituto Internacional de Periodismo “José Martí”, intervino en el panel “Las nuevas modalidades de la comunicación en la red y las batallas políticas. Evolución de la web. Herramientas y aplicaciones. ¿Nuevos medios o mutación?”:


Con informaciones de Cubadebate

Con la tecnología de Blogger.
 

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