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FARC-EP: No estamos en la recta final

martes, 2 de septiembre de 2014


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Altos funcionarios del gobierno están creando la sensación de que con la visita de las primeras víctimas del conflicto y la presencia del general Javier Flórez y de un grupo de coroneles en La Habana, lo que sigue por añadidura es la entrega de las armas y la desmovilización de la guerrilla.   

En desarrollo de esta ficción, el presidente Santos ha anunciado la creación de un Comando Estratégico de Transición que estaría encargado de supervisar “cómo es que vamos a hacer esa transición, cómo es que vamos a supervisar la desmovilización del enemigo, cómo vamos a supervisar y garantizar la entrega de armas”. Atrevida argumentación si se tiene en cuenta que ninguno de estos asuntos ha sido tema de debate en las conversaciones, y que conceptos como “transición”, “desmovilización” y “entrega de armas”, no existen ni en la gramática del acuerdo de La Habana, ni mucho menos en el lenguaje de la guerrilla.

Es necesario precisar con relación a la creación del Comando de Transición, que de ninguna manera las FARC aceptan una jerarquía militar para resolver asuntos que son de carácter político por definición, y que aspectos tan importantes como la dejación de armas, también implican la desmilitarización de la sociedad y del Estado.

Nos preguntamos entonces a qué juega el gobierno con sus anuncios, cuando lo normal sería no crear falsas expectativas, y por el contrario explicar, que si bien se avanza en varios campos, lo que está por definirse, como es el caso de las transformaciones institucionales, aún toma tiempo.

Pareciera que la estrategia es hacer creer que el proceso de paz ha entrado en la recta final, en el mismo viejo esquema, carente de imaginación, de entender la paz como entrega de las armas, ahora subordinada al alto mando militar, y sin que se den los cambios sociales, económicos y políticos que reclama el país.

No deja de causar molestia que el gobierno siga actuando como si los puntos de vista de la contraparte en la mesa no tuvieran valor ni consecuencias. Así ocurre por ejemplo en el tratamiento del denominado marco jurídico y justicia transicional, respecto al cual hemos expresado nítidamente nuestra posición adversa por la unilateralidad como se viene imponiendo. Sobre esto, además, el Ministro de Gobierno, Juan Fernando Cristo, insiste en acelerar su trámite en el congreso anunciando la aprobación de la Ley Estatutaria correspondiente en una legislatura y no en dos, como si no hubiésemos advertido que toda esa maleza jurídica que están sembrando en el campo de la paz, deberán arrancarla más adelante, si se quiere llegar al Acuerdo Final.

Esto ocurre, pese a que en reiteradas ocasiones y de manera argumentada hemos explicado que en tanto en el conflicto colombiano no hay un vencedor ni un vencido, no es viable que el Estado imponga su juridicidad o pretenda fungir como juez y parte. El único marco jurídico que admitimos es el acuerdo general de La Habana en el que Estado e insurgencia son partes iguales. Recordemos que ahí, el numeral 5 del punto 3 referido a Fin del conflicto, expresa que “El Gobierno Nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz”.

Los alardes y el ventajismo que colocan la visita del general Flórez a La Habana, como una demostración de victoria del establecimiento, no se corresponde con la disposición que la insurgencia ha mostrado en aras de buscar caminos dignos hacia la reconciliación.

Las tergiversaciones y reconceptualizaciones que el gobierno viene haciendo del acuerdo general de La Habana, de su agenda y de varios de los convenios que hemos hecho en su desarrollo nos obligan a pedir de manera pública una reunión de emergencia que permita repasar y esclarecer el sentido de lo pactado y retomar la bilateralidad que debe primar en la marcha de las decisiones que tengan que ver con el proceso.

Al mismo tiempo, cordialmente invitamos al Ministro de Gobierno a hacer presencia en La Habana para intercambiar sobre nuestros puntos de vista en torno a los problemas anteriormente expuestos y para darle nuestras apreciaciones sobre lo que realmente hemos acordado con los plenipotenciarios gubernamentales. Esto, en el entendido de que el proceso de paz no puede seguir andando por el riel de la agenda mediática y de las interpretaciones amañadas. Una sola es la agenda, y su contexto es el Acuerdo del 26 de agosto del 2012. Lo demás es fantasía.

Delegación de Paz de las FARC-EP
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Tomado de ANNCOL

Colombia: Comunicado de Prensa del Movimiento Comunero Socialista Bolivariano

martes, 17 de junio de 2014

MOVIMIENTO COMUNERO SOCIALISTA BOLIVARIANO, MSB Colombia, Dirección General
Comunicado de Prensa
Lunes 16 de Junio 2014

 Derrota del Uribismo: Victoria prudente y cautelosa

Con alivio se recibe la derrota del Uribismo en las elecciones presidenciales [de] Colombia, segunda vuelta, realizada este domingo 15 de junio.

 Gran preocupación suscitó la inminente posibilidad que el Uribismo pudiera retomar la Casa Presidencial. Con antecedentes evidentes de que desde allí se determinaron varios de los crímenes impunes contra las libertades, como por ejemplo: Conspiración contra los altos Tribunales de Justicia, persecución y muerte de opositores, así como injerencia indebida en los asuntos internos de Ecuador y Venezuela: resultaba imposible aceptar tal horror.

 Siendo así, el Movimiento Socialista Bolivariano optó el voto por la otra opción, en consideración a que la PAZ y el futuro de Colombia estaban en riesgo de ser aplazados indefinidamente. No había de dónde más escoger.

 La victoria de Juan Manuel Santos la tomaremos con prudencia y mucha cautela. Es decir, el triunfo de Juan Manuel Santos no es el del cambio y la transformación que anhelamos para Colombia. No tiene porque ser así, puesto que ellos representan la vetusta oligarquía Liberal-Conservadora que nos mal gobierna de hace más de 200 años.

 Confiamos plenamente que en el Gobierno de Juan Manuel Santos se consoliden los procesos de Paz y las FARC-EP y el ELN, puedan incorporarse pronto a la Lucha Política pública y abiertamente, para que en un tiempo cercano seamos opción de gobierno y garantizar la Justicia Social que sólo la Revolución puede dar a la mayoría del Pueblo Colombiano.

 El Movimiento Comunero Socialista Bolivariano MSBColombia, se fundó bajo la premisa de ser una propuesta de Paz para Colombia, a ella le apostamos y por ella combatimos.

 Escuche el comunicado en: https://soundcloud.com/davidcorredorc/derrota-del-uribismo_victoria-prudente-y-cautelosa  
 Somos portadores del legado de Hugo Chávez en Colombia; por ello luchamos, vencemos y avanzamos.

M.S.B. Colombia “Compromiso: la Humanidad”
        
Como Trincado, Sandino y el Che, decimos:

Hasta la Victoria….
SIEMPRE MÁS ALLA

Fraternalmente


David Corredor Cuéllar
Fundador y Director General
MSBColombia
Día 28 Mes IX Año 103 Nueva Era

Comandante guerrillero opina sobre proyecto de ley de Santos

lunes, 26 de agosto de 2013
La Habana, 25 ago (PL) La reciente presentación de un proyecto para reformar la ley y permitir un referendo en Colombia no es un hecho tan límpido como pretende presentarlo el gobierno nacional, afirmó en un comunicado el líder guerrillero Timoleón Jiménez.
 
El jueves último, el mandatario colombiano propuso un proyecto de legislación estatutaria que permita que los posibles acuerdos de paz se puedan presentar en un día que coincida con las próximas elecciones en 2014. En un texto difundido hoy aquí, el comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) señala que Juan Manuel Santos busca generar las condiciones que posibiliten, ante un eventual acuerdo en la Mesa de La Habana, que se pueda realizar de manera expedita el referendo aprobado en el Acuerdo Final, a fin de poder materializar el pacto de paz.

 "Y como si buscara restarle importancia al tema, argumenta que si no se logra ningún Acuerdo en la Mesa, o si allí no se define que el procedimiento de refrendación de los acuerdos sea un referendo, simplemente no va a pasar nada, la ley aprobada no se aplicaría y punto", señala.

 El jefe guerrillero se cuestiona si tiene alguna presentación, o se ha visto en algún país del mundo, que un gobierno proponga una ley, presuponiendo algo que no se sabe si se va producir y afirmando que si no sucede, nada importa.

 Por otra parte pregunta si puede un gobierno poner en funcionamiento la máquina estatal entera, involucrar los tres poderes- ejecutivo, legislativo y judicial- con carácter de urgencia, a fin de obtener una ley que le permita ejecutar algo que él mismo admite que es probable que no se dé.

 Las razones para hacerlo, apunta, tienen necesariamente que ir mucho más allá de la simple generosidad bonachona, y añade que "Santos debe tener serias motivaciones, por lo que vale la pena convidar al país a pensar con detenimiento y 'no tragar entero', como parece indicarle la gran prensa".

 Jiménez expone que el propio Humberto de La Calle, quien lidera la delegación gubernamental a los diálogos de paz, reconoce que el tema hace parte del punto 6 de la Agenda, el cual ni siquiera se ha comenzado a discutir.

 Indica, además, que cuando el asunto del mecanismo de refrendación sea abordado en la Mesa, va a suceder que el argumento central del gobierno para imponer la vía del referendo, va a ser precisamente el del engranaje estatal puesto ya en marcha y la expectativa nacional al respecto.

 "Cualquier otra fórmula, verbigracia una Constituyente, será desechada de inmediato con el solo argumento de que implicaría más trámites y demoras", remarcó.

 Manifestó que el gobierno colombiano, sin embargo, no ha dicho aún una palabra pública sobre la ley que convocaría el referendo y ha hecho creer que ella dispondría una elección en la que la ciudadanía votará por el Sí o el No a cada uno de los puntos del Acuerdo Final de La Habana.

 "Lo que Santos pretende con ese Referendo es que el país vote Sí o No, a dotar de facultades extraordinarias al Presidente para expedir decretos con fuerza de ley encaminados a poner en vigencia los Acuerdos firmados en La Habana", sentenció.

 Para ello, opinó, el país debe votar la conformación de un pequeño Congreso o cuerpo legislativo encargado de redactar los decretos y el cual estaría conformado por voceros de todos los partidos políticos y en él tendrá cabida una pequeña representación de las FARC.

 "Es esa la segunda parte sobre la que el gobierno calla. Así y tal fue informado en reunión informal a un grupo de voceros de las FARC en La Habana, los cuales plantearon un tiempo prudencial para pensar sobre ello", indicó.

 El gobierno, sin embargo, alerta Jimenez, decidió arrancar con su idea sin esperar respuesta. Así que las FARC estamos envueltos ahora en un carrusel que desborda de largo el Acuerdo General firmado en La Habana hace un año, sin contar con nuestra opinión, y al cual, según el gobierno, no podremos oponernos sin que aparezcamos como falsarios y enemigos de la paz.

 "Nuestra intención es seguir adelante con el proceso de paz, de acuerdo con lo pactado en el Acuerdo General, haciendo caso omiso de las maniobras que el gobierno intente paralelamente. Colombia y el mundo deben saber quién está violando las reglas", precisa.

Fuente Prensa Latina
Reflexiones elementales ante el proyecto de Santos.
Por Timoleón Jiménez. Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP


La reciente presentación de proyecto que busca reformar la ley para permitir que la realización de un referendo pueda coincidir con la fecha normal de otra convocatoria electoral pública, no es un hecho tan límpido como pretende presentarlo el gobierno nacional.

El Presidente Santos expone que busca generar las condiciones que posibiliten, ante un eventual acuerdo en la Mesa de La Habana, que se pueda realizar de manera expedita el referendo aprobado en el Acuerdo Final, a fin de poder materializar el pacto de paz.

Y como si buscara restarle importancia al tema, argumenta que si no se logra ningún Acuerdo en la Mesa, o si allí no se define que el procedimiento de refrendación de los acuerdos sea un referendo, simplemente no va a pasar nada, la ley aprobada no se aplicaría y punto.

Reflexionemos un instante sobre eso. ¿Tiene alguna presentación, se ha visto en algún país del mundo, que un gobierno proponga una ley, presuponiendo algo que no se sabe si se va a dar, y afirmando que si no se da, no importa nada?

¿Puede un gobierno poner en funcionamiento la máquina estatal entera, involucrar los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, con carácter de urgencia, a fin de obtener una ley que le permita ejecutar algo que él mismo admite que es probable que no se dé?

Las razones para hacerlo tienen necesariamente que ir mucho más allá de la simple generosidad bonachona. Santos debe tener serias motivaciones. Y es a ese respecto que vale la pena convidar al país a pensar con detenimiento y no tragar entero como parece indicarle la gran prensa.

El propio Humberto de La Calle, reconoce que el tema hace parte del punto 6 de la Agenda, el cual ni siquiera se ha comenzado a discutir. Cuando se discuta, puede ser acordada una fórmula bien distinta, caso en el cual la ley propuesta sería una simple medida de prevención por si acaso.

Eso no puede creerse, no se puede ser tan ingenuo. Durante varios meses, como queda visto desde ya, los grandes medios y el país entero van a estar ocupados en las incidencias del proyecto de ley sobre referendo, el cual será elevado de ese modo a la fórmula de una panacea salvadora.

Cuando el tema del mecanismo de refrendación sea abordado en la Mesa, va a suceder que el argumento central del gobierno para imponer la vía del referendo, va a ser precisamente el del engranaje estatal puesto ya en marcha y la expectativa nacional al respecto.

Cualquier otra fórmula, verbigracia una Constituyente, será desechada de inmediato con el solo argumento de que implicaría más trámites y demoras. La nación entera quiere poner fin al conflicto ya, dirán. Así la fórmula gubernamental del por si acaso resultará impuesta por inercia.

En caso de que en la Mesa las FARC, por su inclinación a cualquier otro, se nieguen a admitir que el mecanismo de refrendación sea el referendo, es seguro que el gobierno nacional y los grandes medios van a lanzarse en masa contra ellas acusándolas de haber engañado al país.

Van a decir que después de haber embarcado al Congreso, la Corte Constitucional, los grandes medios y la opinión pública en la fórmula salvadora del referendo, se echaron atrás en una demostración de su mala fe habitual y su manía de mentir al país.

Que el Presidente Santos pretenda arrinconarnos de ese modo con su por si acaso, no resulta lo más grave del asunto. Desde hace medio siglo pretenden hacer lo mismo con bombas y metralla, lo cual, como organización, nos ha enseñado a desarrollar un blindaje a toda prueba.

En un país en donde probadamente han sido elegidos presidentes con dinero de las mafias y apoyo paramilitar, en el que ya es costumbre valerse de algún modo de las FARC y el tema de la paz para llegar a la primera magistratura, no es raro que Santos recurra al proceso para reelegirse.

La agitación legislativa y mediática se encargará de preparar la opinión para ello, sin importar que el Presidente tenga previsto el filo de la espada contra las FARC en caso de que no se sometan a sus imposiciones. Si no logró la paz por las buenas, de todos modos lo conseguirá por las malas.

Pero hay algo más serio. El gobierno nacional no ha dicho aún una palabra pública sobre la ley que convocaría el referendo. Ha hecho creer que ella dispondría una elección en la que la ciudadanía votará por el sí o el no a cada uno de los puntos del Acuerdo Final de La Habana.

Cuando no hay nada más lejos de su propósito. Lo que Santos pretende con ese Referendo es que el país vote sí o no, a dotar de facultades extraordinarias al Presidente para expedir decretos con fuerza de ley encaminados a poner en vigencia los Acuerdos firmados en La Habana.

Para lo cual el país debe votar sí o no a la conformación de un pequeño Congreso o cuerpo legislativo encargado de redactar los decretos. Ese Congreso estaría conformado por voceros de todos los partidos políticos y en él tendrá cabida una pequeña representación de las FARC.

Es esa la segunda parte sobre la que el gobierno calla. Así y tal fue informado en reunión informal a un grupo de voceros de las FARC en La Habana, los cuales plantearon un tiempo prudencial para pensar sobre ello. El gobierno, sin embargo, decidió arrancar con su idea sin esperar respuesta.

Así que las FARC estamos envueltos ahora en un carrusel que desborda de largo el Acuerdo General firmado en La Habana hace un año, sin contar con nuestra opinión, y al cual, según el gobierno, no podremos oponernos sin que aparezcamos como falsarios y enemigos de la paz.

Esa es toda la verdad. Nuestra intención es seguir adelante con el proceso de paz, de acuerdo con lo pactado en el Acuerdo General, haciendo caso omiso de las maniobras que el gobierno intente paralelamente. Colombia y el mundo deben saber quién está violando las reglas.

Es claro que el gobierno presiona en todas las formas por un acuerdo antes de fin de año. Pero sus posiciones en la Mesa siguen siendo inamovibles en cuanto a no tocar un solo aspecto del orden establecido. Insistimos en que lo pretende es nuestra simple adhesión a sus políticas.

Eso no sería un acuerdo. Tampoco la paz por la que han luchado y entregado su vida tantos colombianos y tantos guerrilleros patriotas. Menos la paz por la que el pueblo raso de este país clama hoy día en calles, carreteras y plazas.

Timoleón Jiménez.
Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Agosto 25 de 2013 (Fuente ANNCOL )

El gobierno de Colombia y su aspiración de ingresar en la OTAN

jueves, 6 de junio de 2013
Por Luis Toledo Sande*

Uno de los mayores logros de la política internacional desarrollada por Hugo Chávez fue el acercamiento que, en la estela o en medio de contradicciones nada menudas, se llegó a apreciar entre los gobiernos de la Venezuela Bolivariana y de Colombia, tras el término de la etapa presidencial del tenebroso Álvaro Uribe en el segundo de esos países. Tan grande era la importancia de ese acercamiento en la búsqueda de paz y de buenas relaciones entre los países de la región -o seguiría siéndolo, si él se mantuviese- que tal vez la concordia alcanzada suscitó esperanzas desmedidas. Esto se escribe con el deseo de que la sospecha carezca de razón, y pronto se restablezcan entre los dos gobiernos los nexos favorables para propósitos integracionistas como los encarnados en el ALBA, UNASUR y la CELAC.

El significado de esas organizaciones está a la vista, y sería ingenuo esperar que ellas no inquietaran al imperio, y que este, en sus ardides, no movilizara a sus servidores en el afán de neutralizarlas. Las tres se inscriben en las transformaciones geopolíticas que han puesto a nuestra América en el centro de las expectativas planetarias contra los designios imperiales que tienen puesto de mando en los Estados Unidos, cuartel general dividido entre la Casa Blanca y el Pentágono, garantía económica en Wall Street y conciliábulo agresivo en la OTAN, capitaneada desde aquella potencia. En trama semejante le ha tocado a Europa ser cada vez más arrastrada y humillada por el hijo putativo que le creció -con su venia- en la América del Norte, y que no se conforma con raptos mitológicos, sino con ominosos sometimientos.

El mandón no ha visto ni verá impasiblemente que la América Latina y el Caribe, área de pueblos que él estimaba condenada a ser por siempre su patio trasero, crezca y actúe con libertad en la defensa de los derechos populares y nacionales. Sobran evidencias de las maniobras desplegadas para impedir que tome o recupere las riendas de su destino. Recordemos apenas unas pocas: la invariable -salvo para arreciar- hostilidad contra la resistencia revolucionaria de Cuba; los permanentes intentos de derrocar, o desestabilizar al menos, los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, entre otros; el golpe de estado en Honduras, cuando ya se suponía que procedimientos tales eran “cosa del pasado”.

Los imperialistas intentan que en la región predominen -si no pueden ser los únicos- los gobiernos dóciles a sus designios, y buscan seguir sembrando en ella plataformas militares al servicio de sus planes agresivos. Demasiado candor se requeriría para no ver dentro de esos planes, en lo más reciente, las bases militares establecidas en Colombia. Y habría que escudriñar también en el intercambio de gestos complacientes que durante años ha venido dándose entre el coyundeo madrileño de la Organización de Estados Iberoamericanos y el gobierno de Colombia, desde cuando lo representaba Uribe. ¿Alguien pondrá en duda que los manejos urdidos por una nación europea integrante de la OTAN, y que no logra ocultar sus reminiscencias de metrópoli colonial, forman parte de las maniobras imperiales?

Que en el transcurso de poco tiempo el actual presidente de los Estados Unidos -con un Premio Nobel de la Paz que se le regaló para que lo empleara inmoralmente en la carrera belicista de su país- visite Colombia, y que el presidente de este país reciba al irresponsable y criminal cabecilla de la oposición antibolivariana, no son actos aislados, ni aislables, de las mentadas maniobras: se inscriben en el centro de ellas. Ojalá el presidente colombiano logre de veras probar que en torno al aludido recibimiento, denunciado con dignidad bolivariana por el presidente de Venezuela, se produjo un mero malentendido. Pero no están los tiempos para que los estadistas, o quienes pretendan serlo, se permitan pueriles jueguitos de pandillas.

El presidente de Colombia, con la dolosa pretensión de movilizar el orgullo nacional de su país, ha declarado que este tiene “derecho a pensar en grande”. Pero ha tenido en su contra hasta el desdén con que desde la OTAN -agresiva, colonialista, genocida, racista, menospreciadora de pueblos- le han hecho saber, o le han recordado, que su país no cumple los requisitos geográficos para ingresar en esa alianza. No obstante, le han dejado abiertas las puertas para que Colombia colabore con la OTAN: le permiten suministrar carne de cañón para las guerras con que esta seguirá intentando imponerse en la búsqueda de petróleo, materias primas y mano de obra barata; en el sometimiento, el saqueo y la masacre de pueblos.

Indicios hay de que ahora se vive, como nunca antes, la posibilidad de poner fin a una guerra que ha devenido criminal negocio político y económico para el propio gobierno colombiano, y terrible tragedia para el pueblo de ese país. No se necesita ser demasiado suspicaz para percatarse de lo que ya se ha hecho notar: el presidente de Colombia puede estar buscando continuidad para ese negocio en la exportación de hijos de su pueblo como soldados del ejército invasor imperial, mientras él recibirá presumiblemente el apoyo material -económico- que le daría una Roma con recursos y sordidez más que suficientes para premiarlo, pero que no dejaría de despreciarlo por ello.

Toca al pueblo colombiano impedir que lo empleen en tan turbia y criminal red de intereses; y a los pueblos de nuestra América toda, y aun de la comunidad mundial en su conjunto, denunciar -para que fracasen- procedimientos que sirven a la matanza de inocentes. Ha ocurrido en Sarajevo, Irak, Afganistán, Libia, mientras el imperio prepara celadas similares en Siria, Irán y quién sabe en cuántas otros “oscuros rincones del planeta”, y sigue apoyando la masacre de palestinos por parte del ejército israelí.

Impídase que Colombia, o cualquier otro país de nuestra América, se convierta en el Israel de esta región. No hay en este caso que identificar pueblos y gobiernos, como tampoco ningún credo legítimo y abrazado honradamente se debe confundir con los manejos que a lo largo de la historia los poderosos han manipulado como “razones extraeconómicas” para justificar guerras y saqueos. Lo digno es pensar en grande al servicio de la libertad, la justicia y la soberanía de los pueblos.

*Filólogo e historiador cubano: investigador de la obra martiana de cuyo Centro de Estudios fue sucesivamente subdirector y director. Profesor titular de nuestro Instituto Superior Pedagógico y asesor del legado martiano en los planes de enseñanza del país; asesor y conductor de programas radiales y de televisión. Jurado en importantes certámenes literarios de nuestro país.  Conferencista en diversos foros internacionales; fue jefe de redacción y luego subdirector de la revista Casa de las Américas. Realizó tareas diplomáticas como Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en España. Desde 2009 ejerce el periodismo cultural en la Revista Bohemia. Entre los reconocimientos que ha recibido se halla la Distinción Por la Cultura Nacional.


Publicado en su blog Luis Toledo Sande: artesa de este tiempo

http://luistoledosande.wordpress.com/2013/06/04/el-gobierno-de-colombia-y-su-aspiracion-de-ingresar-en-la-otan/#more-1403

Santos: "Aprender de los errores y aciertos del pasado para no crear falsas expectativas"

martes, 4 de septiembre de 2012
Reunimos acá algunos artículos relacionados con el reciente anuncio del inicio del proceso de negociaciones entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP:
Presidente Santos anuncia negociación del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto en Colombia
Video en Youtube

 El Presidente Juan Manuel Santos ofreció detalles desde la Casa de Nariño acerca de las las conversaciones exploratorias para un diálogo de paz entre su gobierno y las FARC, y anunció el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto en Colombia.
Dijo que se trata de “una posibilidad real” de acabar con el conflicto con las FARC.
También, aseguró que este proceso de paz es diferente porque no repite los errores del pasado y busca acabar con el conflicto con esa guerrilla. “No tiene despejes, no hay cese de operaciones militares”.
El jefe de Estado confirmó que los diálogos comenzarán la primera quincena de octubre en Oslo (Noruega) y luego se trasladarán a Cuba, haciendo énfasis en que habrá plazo de meses.
Habrá una fase exploratoria, otra sin intermediarios y una tercera que consiste en la implementación de lo acordado. “Este acuerdo es diferente a los anteriores por cinco razones”, aseguró.

Según dijo, las FARC han actuado con seriedad.
Alocución del Presidente de la República, Juan Manuel Santos sobre el ‘Acuerdo General para la Terminación del Conflicto’

Bogotá, 4 sep (SIG).

“Colombianos, buenas tardes:

Hace unos días confirmé que habíamos avanzado en unas reuniones exploratorias en el exterior con representantes de las FARC.

Dije que un proceso para terminar el conflicto en mi gobierno sólo sería posible si éste sigue tres principios: aprender de los errores y aciertos del pasado para no crear falsas expectativas; lograr efectivamente el fin del conflicto -no su prolongación-, y no ceder un solo milímetro del territorio nacional.

Hoy les quiero anunciar que esas reuniones exploratorias han culminado con la firma de un acuerdo marco entre el Gobierno nacional y las FARC que establece un procedimiento -una hoja de ruta- para llegar a un acuerdo final que termine, de una vez por todas, esta violencia entre hijos de una misma nación.

El acuerdo lleva el nombre de “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto”, y tiene su origen en unos canales que había establecido el gobierno anterior y que nosotros retomamos y continuamos.

Las conversaciones exploratorias, realizadas de manera directa y con toda discreción, se llevaron a cabo durante seis meses en La Habana, con el acompañamiento de Cuba y Noruega, después de año y medio de trabajo preparatorio.

En ellas se construyó una visión compartida del fin del conflicto y se acordaron el propósito, la agenda y las reglas de juego de un proceso que debe ser serio, digno, realista y eficaz.
Luego de estas conversaciones exploratorias, tengo la convicción de que estamos ante una oportunidad real de terminar de manera definitiva el conflicto armado interno.

Se trata de un camino difícil, sin duda -muy difícil-, pero es un camino que debemos explorar.
Cualquier gobernante responsable sabe que no puede dejar pasar una posibilidad como ésta de acabar con el conflicto.

¡Y eso sí que lo entienden las millones de víctimas!

¿Cuántos colombianos no han sufrido el conflicto en carne propia?

¿Cuántos colombianos no tienen un familiar que haya sido víctima de la violencia?

Estamos ante una oportunidad real por dos razones fundamentales:

La primera, porque Colombia ha cambiado, y el mundo ha cambiado. La segunda, porque este acuerdo es diferente.

Lo primero: ¿Qué ha cambiado?

Hoy podemos hablar de paz porque Colombia crece y se abre al mundo.

Nuestra economía es ya una de las más prósperas de América Latina, similar a la de Argentina y sólo superada por Brasil y México.

Es una economía que está creando empleo, como pocas en el mundo, en medio de una fuerte turbulencia internacional.

Hoy podemos hablar de paz porque millones de colombianos están saliendo de la pobreza y porque seguimos avanzando en esa dirección.

Hoy podemos hablar de paz porque el uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos es cosa del pasado.

Ningún país de la región lo tolera, y en varios hay gobernantes que dejaron atrás la lucha armada y optaron por el camino de la democracia.

No sólo Colombia: el continente entero quiere vivir en paz y nos respalda en ese propósito.
Hoy podemos hablar de paz gracias a los éxitos de nuestras Fuerzas Militares y de Policía, y gracias a la creciente presencia del Estado en todo el territorio nacional.

Hoy podemos hablar de paz gracias al esfuerzo diario de nuestros soldados y de nuestros policías, a quienes en este momento quiero rendir un homenaje.

Yo sé lo que es la guerra porque fui Ministro de Defensa en un momento crucial y conocí de primera mano el sacrificio de nuestros hombres.

Hoy podemos hablar de paz porque la visión de mi gobierno es una visión integral: NO combatimos por combatir; combatimos para alcanzar la paz.

Y también estamos construyendo paz.

Lo hacemos cuando reparamos a las víctimas, lo hacemos cuando restituimos tierras a los despojados, lo hacemos cuando buscamos mejorar las condiciones de vida de quienes han permanecido olvidados en los confines de nuestra geografía.

Hoy podemos hablar de paz porque este gobierno ha avanzado mucho -de la mano del Congreso- en crear condiciones para la reconciliación nacional.

Lo segundo: ¿Por qué es diferente este acuerdo? ¿Por qué no repite los errores del pasado?
Es diferente porque es un acuerdo para terminar el conflicto.

Contiene las condiciones que el Gobierno considera necesarias para abrir un proceso con suficientes garantías, aunque, por supuesto, el éxito NO se puede dar por descontado.
 cuando cesen definitivamente las acciones militares.

Este acuerdo no es ya la paz, ni se trata de un acuerdo final.

Como ya lo dije, es una hoja de ruta que define con precisión los términos de discusión para llegar a ese acuerdo final.

Este acuerdo es diferente porque no tiene despejes de territorio y porque no hay cese de operaciones militares.

Es diferente porque las conversaciones se llevarán a cabo fuera de Colombia, para seguir trabajando con seriedad y discreción.

Comenzarán en Oslo la primera quincena de octubre y luego continuarán en La Habana.
Es diferente porque las conversaciones NO tendrán un tiempo ilimitado.

Se medirán en meses, no en años.

En todo caso, acordamos que la duración estará sujeta a que se revisen los avances cada cierto tiempo y, si no hay avances, sencillamente no seguimos.

Es diferente porque el acuerdo establece un proceso con una estructura clara, dividida en tres fases:

La primera fase -la fase exploratoria- definió una agenda cerrada y unas reglas y procedimientos para evacuarla, que es lo que ya se firmó.

La segunda fase estará enmarcada dentro de unas sesiones de trabajo reservadas y directas.
Será una discusión, sin interrupciones y sin intermediarios, sobre los puntos acordados para llegar al Acuerdo Final.

Y con ese acuerdo final se terminaría formalmente el conflicto.

La tercera fase es la implementación simultánea de todo lo acordado, con las correspondientes garantías y mecanismos de verificación y participación ciudadana.

Este acuerdo es diferente a los anteriores porque contiene una agenda realista sobre cinco puntos concretos.

El primer punto es EL DESARROLLO RURAL.

Eso significa dar mayor acceso a la tierra, llevar infraestructura a las regiones más apartadas, hacer que la prosperidad y los servicios del Estado lleguen a todos los habitantes del campo.
Es repartir las oportunidades de manera más equitativa por todo el territorio.

El segundo punto son LAS GARANTÍAS PARA EL EJERCICIO DE LA OPOSICIÓN 
POLÍTICA Y DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA.

No sólo en la norma, sino en la realidad.

Es decir, que quienes disientan y protesten lo hagan sin temor, y que se rompa para siempre el lazo entre política y armas.

El tercer punto es EL FIN MISMO DEL CONFLICTO ARMADO.

Esto incluye la dejación de las armas y la reintegración de las FARC a la vida civil, junto con todas las medidas del Gobierno para dar garantías al proceso de terminación.

El cuarto punto es EL NARCOTRÁFICO, que tanto daño le ha hecho y le hace a nuestro país.

Si este proceso contribuye a que se combata con más efectividad este negocio ilícito, eso por sí solo sería un gran avance.

Y el quinto punto son LOS DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS.

Nadie puede imaginar el fin del conflicto sin atender a quienes han sido sus víctimas, que -precisamente- es lo que comenzamos a hacer con la Ley de Víctimas.

Satisfacer los derechos de las víctimas es una obligación de todos.

Eso significa también emprender un ejercicio de esclarecimiento de la verdad porque no sólo las víctimas, sino todos los colombianos, tenemos derecho a saber qué pasó y quiénes fueron los responsables.

Todos estos puntos tendrán su correspondiente verificación y, en su conjunto, constituyen una fórmula integral para la terminación efectiva del conflicto, y para avanzar en la construcción de una paz estable y duradera.

Y son, además, consecuentes con las políticas de este gobierno.

Nosotros seguiremos haciendo en el terreno lo que prometimos a los colombianos: restituir tierras, reparar a las víctimas, garantizar justicia, disminuir la pobreza, crear empleo.

Hemos trabajado con seriedad, y debo reconocer que las FARC también.

Todo lo que hasta ahora se ha acordado, se ha respetado.

Si las FARC abordan la siguiente fase con la misma seriedad, tenemos buenas perspectivas.

Para la fase que comienza, vamos a establecer mecanismos para informar sobre los avances y para garantizar una adecuada participación de la sociedad, manteniendo -eso sí- el carácter serio y discreto de las conversaciones.

En el entretanto -repito- el Gobierno no hará concesiones de ningún tipo en el terreno militar.
Las operaciones militares -ministro Pinzón, general Navas, señores comandantes- continuarán con la misma intensidad.

Tampoco nos dejaremos amedrentar por los extremistas y los saboteadores, de cualquier sector, que suelen aparecer en estos momentos.

Le pido al pueblo colombiano templanza, paciencia, fortaleza ante eventuales nuevos ataques de las FARC o un incremento de la violencia, que de todas maneras SERÁN respondidos con toda la contundencia por parte de la fuerza pública y de la justicia.

Por último, quiero agradecer a los gobiernos de Cuba y de Noruega por el generoso apoyo que nos han brindado.

Sin su concurso no habría sido posible llegar a este punto.

Cuba y Noruega seguirán actuando como anfitriones y garantes en la segunda fase.
También quiero agradecer al gobierno de Venezuela por su permanente disposición a ayudar en todo momento, y al gobierno de Chile por haber aceptado apoyarnos en la siguiente fase.

Estos dos países -Venezuela y Chile- serán acompañantes.

Agradezco, finalmente, a una serie de expertos internacionales que -desde el principio- con su conocimiento, con su experiencia y con gran dedicación, han enriquecido enormemente este proceso.

Compatriotas:

Hay momentos en la historia en que un gobernante debe decidir si se arriesga a emprender caminos nuevos para resolver los problemas fundamentales de su nación.

Éste es uno de esos momentos.

Sin duda hay riesgos, pero creo que la historia sería mucho más severa con todos nosotros si no aprovechamos la oportunidad que hoy se nos presenta.

En todo caso, la responsabilidad de esta decisión recaerá sobre mis hombros y sobre los de nadie más.

Eso sí, quiero poner muy de presente a mis compatriotas que -si no somos exitosos- tendremos la tranquilidad de que hicimos lo correcto; de que no hicimos concesiones ni cedimos un centímetro del territorio, ni tampoco desatendimos las tareas del gobierno.

Hemos procedido y procederemos con la debida cautela, pero también con determinación.
Los invito entonces a que miremos este proceso con prudencia, pero también con optimismo.
Si somos exitosos, habremos puesto fin a esa oscura noche de medio siglo de violencia.

NO podemos seguir siendo un país con uno de los conflictos internos más largos del planeta, y el último del hemisferio.

NO podemos dejar que sigan naciendo nuevas generaciones-como la mía- que no conozcan un solo día de paz.

No hay duda de que es hora de pasar la página.

Hace unos días, una madre cabeza de familia, con cuatro hijos -de los cuales había perdido dos en este conflicto- se me acercó y me dijo:

“Presidente, busque la paz. En paz seremos mejores personas. En paz los dos hijos que me quedan tendrán más oportunidades”.

Así lo creo. Si ponemos fin al conflicto, los colombianos estaremos frente a un mundo lleno de oportunidades.

Si terminamos el conflicto, se desatará todo nuestro potencial, y a Colombia no la parará nadie.

TENEMOS QUE UNIRNOS.

Tenemos que unirnos todos para hacer que el sueño de vivir en paz se convierta por fin en una realidad.

Gracias y buenas tardes”.

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​Sistema Informativo de Gobierno, Colombia: Noticias - 4 de septiembre de 2012

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FARC asegura que llegó a la mesa de paz sin rencores
Una hora después de las declaraciones del presidente Juan Manuel Santos sobre los detalles del acuerdo entre las FARC y el Gobierno de Colombia, la guerrilla, con Marcos Calarcá (Mauricio Jaramillo) como vocero, se pronunció sobre el tema desde el Palacio de las Convenciones de Cuba.
El vocero confirmó que las FARC estuvieron en esta primera fase de negociaciones con el Gobierno e hizo la presentación del comandante máximo de esa guerrilla, Rodrigo Londoño Echeverry (Timochenko), quien se pronunció a través de un vídeo.
En el vídeo, Timochenko confirmó que en La Habana los delegados firmaron con Gobierno, el 27 de agosto pasado, el acuerdo para la terminación del conflicto.
“La ampliación de la democracia es una condición para lograr la paz”, dijo, y aseguró que las FARC llegó a la mesa de paz sin rencores.
El comandante máximo de las FARC agradeció y reconoció el apoyo de los gobiernos de Venezuela y de Noruega, así como de Cuba, quienes estuvieron acompañando las conversaciones.
“Se trata de luchar por profundas modificaciones del orden vigente (…) la paz es una cuestión de todos”, aseguró.
Diez años después, “volvemos ahora a una mesa de negociación, reconocidos como iguales, como combatientes militares, reconocidos políticamente y protegidos por los que tanto nos han perseguido”.
Timochenko aseguró que “la consecución de una paz democrática y justa merece afrontar los más difíciles retos. Por encima de ellos, somos optimistas”.
“Estamos convencidos de que las mayorías nacionales impondrán la paz con justicia social”, ha insistido el líder máximo de las FARC y ha pedido que se queden a un margen los guerreristas, los altos mandos militares “deseosos de sangre”, los responsables de “multinacionales que se aprovechan de Colombia”… A todos ellos, dice Timochenko, las FARC “extiende las manos para la reconciliación”.
“No nos levantaremos de la mesa sin haber conseguido el propósito. Hemos jurado vencer y venceremos”, concluyó su alocución.
Se anunció que el jueves 6, a las 10:00 a.m., habrá una rueda de prensa de los delegados de las FARC para las negociaciones.
La comisión de las FARC, según informó el vocero, son ‘Marcos León Calarcá’, ‘Ricardo Téllez’, ‘Andrés París’, ‘Sandra Ramírez’ y ‘Hermes Aguilar’.
Descargue el Acuerdo entre las FARC y el Gobierno de Colombia PDF (3,1 MB)
A continuación, declaraciones del comandante máximo de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverry (Timochenko), quien se pronunció a través de un vídeo en La Habana sobre las negociaciones de paz con el gobierno de Colombia.
Video en Youtube


 
Puede descargar aquí el libro de nuestro Comandante en Jefe "La Paz en Colombia"

Gobierno de Colombia y las FARC firman acuerdo para iniciar diálogos de Paz

lunes, 27 de agosto de 2012

El Director de Información de teleSUR, Jorge Enrique Botero, precisó que el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC suscribieron un acuerdo para iniciar diálogos formales de la Paz. Este acuerdo fue suscrito en la ciudad de La Habana y su contenido será dado a conocer próximamente por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. (teleSUR)

Tras casi medio siglo de conflicto armado, este lunes se firmó en La Habana un acuerdo para iniciar diálogos de Paz entre el Gobierno de Colombia y los rebeldes. Hace un año el máximo jefe de las FARC anunció el deseo de la guerrilla de emprender diálogos de paz que pusieran fin al conficto armado.

El gobierno del presidente Juan Manuel Santos y los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron este lunes en La Habana, Cuba, un acuerdo para iniciar diálogos de Paz. El contenido del acuerdo será dado a conocer próximamente por el mandatario colombiano quien también informará sobre la agenda temática de las conversaciones.

El Director de información de teleSUR, Jorge Enrique Botero, precisó que el medio de comunicación pudo establecer "con fuente de todo crédito que el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC acaban de suscribir un acuerdo para iniciar diálogos formales de la Paz".

La instalación formal de los diálogos está prevista para el mes de octubre en la ciudad de Oslo (capital Noruega), “de ahí los delegados de Gobierno y guerrilla se dirigirán nuevamente a La Habana para sentarse a negociar con la aspiración de no levantarse de la mesa hasta no suscribir un pacto de paz que ponga fin a casi de 50 años de conflicto” informó.

Botero indicó que este proceso de paz comenzó a gestarse en mayo pasado cuando se iniciaron conversaciones secretas en La Habana, que contaron con el acompañamiento de los gobiernos de Venezuela, Cuba y Noruega.

Según las fuentes consultadas por teleSUR, los arquitectos de este proceso por parte de las FARC fueron el comandante guerrillero Mauricio, más conocido como El Médico, quien sucedió al asesinado Jorge Briceño, conocido como el Mono Jojoy. También participaron por los rebeldes Rodrigo Granda, Marcos Calarcá y Andrés París.

Por parte del Gobierno colombiano fueron partícipes del proceso el actual consejero para la Seguridad, Sergio Jaramillo; el ministro del Medio Ambiente, Frank Pearl y Enrique Santos Calderón, hermano del presidente, Juan Manuel Santos.

El primer paso hacia la paz

En agosto de 2011 el máximo jefe de las FARC, Alfonso Cano, anunció el deseo de la guerilla de emprender diálogos de paz que pusieran fin a la guerra que vive Colombia desde hace casi medio siglo.

En un video divulgado por la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol) y enviado a todos los medios de comunicación, Cano le recordó a Santos que “en su discurso de posesión, prometió dejar atrás los odios que habían caracterizado los ocho años del anterior Gobierno".

"Las FARC-EP quiere hoy reiterar una vez más que creemos en la solución política, que creemos en el diálogo, que creemos viable la consigna central de este evento, la consideramos justa, el diálogo es la ruta", afirmaba Cano en la grabación.

En comunicado emitido el pasado 19 de abril, las FARC reiteraron su disposición a iniciar un proceso de diálogo con el Gobierno presidido por Juan Manuel Santos y destacaron que las conversaciones no apuntan a ningún tipo de rendición y entrega.

Subrayaron que la reincorporación a la vida civil implica y exige una Colombia distinta, por lo que confían “en que sea esa la voluntad oficial. Así, sin duda, podremos entre todos desenterrar la Paz. Sin más ases bajo la manga, Santos”.

El Mandatario colombiano por su parte había afirmado el pasado mes de julio que "Colombia lo necesita y se lo merece después de tanta sangre que se ha derramado. ¿Se imagina nuestro país en paz?", enfatizó.

Según una encuesta publicada el pasado jueves, el 74,2 por ciento de los colombianos apoyaría un diálogo con las FARC. El sondeo consultó telefónicamente a 600 personas de Bogotá (capital), Medellín (noroccidente) , Cali (suroeste), Barranquilla y Bucaramanga (noreste) .

Por géneros el apoyo para los acercamientos es muy similar. El 76 por ciento de los hombres está de acuerdo, al igual que el 72,3 por ciento de las mujeres.

La salida no está por la vía de las armas.

El fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, afirmó este mismo lunes que “la salida al conflicto colombiano no está por la vía de las armas”.

A través de varios medio radiales, Montealegre reiteró que “la superación de este conflicto de tantas décadas es a través de un proceso de paz” y recalcó que “la paz es un deber y un derecho constitucional”.

“No podemos olvidar la exigencia de que el Presidente de la República mantenga el orden público en el país, además tiene unos deberes como es el de conseguir y conservar la paz” afirmó.

Fuente y video en TeleSUR

Yohandry nos recomienda, para descargar: Fidel Castro y la paz en Colombia


¿Es posible la paz en Colombia?

viernes, 20 de abril de 2012
Por Luis Figuera

El conflicto interno en la república de Colombia -el más largo de América, y uno de los más antiguos del mundo- ha dejado más de dos millones de desplazados, y más de veinte mil muertos.

Sólo en los últimos doce años ha causado 32.000 millones de dólares en pérdidas, lo cual hace inviable su continuidad para la burguesía colombiana.

Pero quien realmente aspira a la paz en Colombia, es el pueblo sufrido que ha visto extinguirse la vida de generaciones de hombres y mujeres, en un conflicto horrendo que mezcla el poder del narcotráfico internacional, el paramilitarismo propiciado por la lógica del estado, y la lucha de la guerrilla.

No se puede negar que algunos presidentes como el caso de Andrés Pastrana, han hecho serios esfuerzos para conseguir la anhelada paz.

Sin embargo, aunque parezca paradójico, quien ha tenido las mejores posibilidades de acabar con el conflicto armado, ha sido el actual presidente Juan Manuel Santos, formado en una de las peores escuelas de la guerra, y con un claro pensamiento guerrerista.

La recién finalizada cumbre de las Guayaberas -como bien la definió el genio de Fidel Castro- brindó una oportunidad maestra a Santos, para echar las bases de un acuerdo de Paz.

Recordando los antecedentes de lo que estamos seguros va a ser el fin de la guerra en Colombia, debemos recalcar
 -   La importante labor de Piedad Córdoba, y su papel de mediadora en la liberación de rehenes.
 -   La Voluntad política demostrada por las FARC al liberar unilateralmente a los rehenes
 -   El apoyo irrestricto del liderazgo del comandante Hugo Chávez, quien desde sus inicios propuso una salida negociada al conflicto, papel importantísimo que ha sido obviado por las multinacionales de la información y los perros de la guerra.

El imperialismo y sus agencias de prensa niegan la importancia del rol de Chávez, sólo con el propósito de no fortalecer su liderazgo, por eso Álvaro Uribe lo desautorizo en la operación de canje de rehenes.

Sin embargo la visión de estadista continental de Chávez logró imponerse, y con la excusa de la cumbre en Cartagena, propició una reunión Bilateral Santo-Fidel, que estamos seguro sentó las bases para una interlocución y el más serio intento de lograr la paz en Colombia.

Esta iniciativa emprendida por Hugo Chávez, debe ser valorada en la justa dimensión, de un ser humano con una clara e irrestricta vocación por la paz y la justicia de nuestra América.

Recibido vía Twitter

Fuente original: Aporrea

Imagen agregada: Santos en La Habana FOTO  Ismael Francisco/ Cubadebate
[El artículo expresa las opiniones de su autor]

Sin más ases bajo la manga, Santos

miércoles, 18 de abril de 2012
Timoleón Jiménez, Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia
 
Es sabido que el talante conservador de Aristófanes, el gran dramaturgo ateniense, lo llevó a satirizar a Sócrates, cuyas reservas sobre los valores griegos tradicionales le parecieron peligrosas para el Estado. Pese a ello, gran parte de su obra es una condena a la guerra, en particular a las llamadas guerras del Peloponeso libradas largamente entre su ciudad natal y Esparta. Acontecimientos recientes traen al recuerdo su comedia La Paz y ponen de presente su vigencia.
 
Trigeo, nativo de Atmón, viñador honrado, enemigo de pleitos y delaciones, como se presenta ante Hermes en  las puertas del Olimpo, decide, en ausencia de Zeus y aprovechando que el artífice de las guerra duerme, ejecutar la audaz hazaña de desenterrar a La Paz, la diosa perseguida que ha sido confinada en la profundidad de una caverna bajo los más grandes peñascos, en donde la custodia además Cerbero, el fiero y monstruoso can de tres cabezas.
 
Para conseguirlo se ve obligado a aplacar la furia de Hermes, dispuesto a cumplir la orden de Zeus de asesinar a quien lo intente. Para ello se apoya en el Coro, conjunto virtual de voces que representan el sentir de gran parte de los pobladores de Grecia. El rescate de La Paz resulta una experiencia reveladora acerca de los verdaderos orígenes de la guerra, los pretextos que se buscan para hacerla y  las ambivalentes posiciones de muchos de quienes afirman desear la concordia cuando en realidad la odian.
 
Conviene develar qué grandes negocios han logrado ocultarse tras la guerra en Colombia. Para referenciar uno solo de ellos, conviene  leer la reciente crónica de Alfredo Molano titulada Paramilitarismo y palma en el Catatumbo. Una certeza parece danzar en su trasfondo.  Cuando el empresario palmero Carlos Murgas fungió como Ministro de Agricultura de Andrés Pastrana, ese gobierno decidió implementar un proyecto nacional de expansión de la agroindustria de la palma.
 
Para ello creó el Banco Agrario e ideó las alianzas productivas.  En la misma Administración se cumplió la incursión de Salvatore Mancuso y sus hordas asesinas al Catatumbo. Tras asesinar, amenazar y desterrar a miles de campesinos y familias, con evidente complicidad policial y militar, esas bandas criminales pasaron a controlar la propiedad de la tierra en amplias zonas del Norte de Santander. Sobrevino entonces la subasta al por mayor de pequeños y medianos predios. Esto ocurría en tiempos del despeje.
 
Dispuesta por Uribe la desmovilización paramilitar, las empresas palmeras del señor Murgas se convierten en principales adquirentes de esas tierras. También en los montes de María, donde había ocurrido lo mismo. Aceleran a fondo sus proyectos agropecuarios, fortalecidos por decretos que imponen que el veinte por ciento del combustible usado en el país debe contener biocombustible derivado de la palma, asegurando así el mercado y el beneficio a los pacíficos y ecologistas empresarios.
 
Ahora que Santos habla de restituir tierras a las víctimas, está claro que los terceros adquirentes de buena fe que adelantan proyectos agroindustriales no serán afectados de ningún modo. Todos felices con el negocio redondo. Las FARC, que combatimos con energía y coraje la avalancha militar y paramilitar, fuimos elevados a la oprobiosa categoría de terroristas y narcotraficantes, y transformados en los enemigos número uno del país y del progreso. Satán tenía su nido en el Caguán.
 
Recuerdo ahora a la respetable cacica Consuelo Araujo Noguera, cuya vida se perdió en el demencial intento militar por rescatarla de manos de un frente de las FARC. Cuánto se dijo y sentenció contra nosotros. Muchísimo, pero muchísimo más que lo que se dijo cuando el país se enteró que su hijo Hernandito, gobernador del Cesar, era un reconocido jefe paramilitar. O cuando se publicó que su hermano, sus sobrinos y su cuñado estaban metidos hasta el cuello con Jorge 40.
 
Eran los tiempos en los que el Presidente Uribe no perdía oportunidad de viajar a Valledupar.  Muy bien asistido por su director del DAS, horroroso capítulo sobre el que los poderes establecidos consideran haber conseguido echar tierra suficiente. Se equivocan. Un proceso de paz con las FARC no puede ser secreto ni a espaldas del país, ha de ser el escenario en el que el pueblo colombiano pueda volver a denunciar y conseguir por fin justicia por tanta barbaridad sufrida.
 
A cosas así las llaman con desprecio en la gran prensa shows mediáticos, seguramente con la correspondiente indicación de las alturas. Cada vez que los de abajo pronunciamos las palabras democracia, justicia o equidad social, se irritan furibundos los poderosos mercaderes que asimilan el crecimiento de sus fortunas a la suerte general de los demás nacionales. Si ya todo eso está logrado, repiten orondos y burlones. Eso, precisamente, es lo que discutimos.
 
El enriquecimiento desaforado y salvaje de unos cuantos ha significado el envilecimiento de las condiciones de vida de la mayoría. Y el aparato estatal de gobierno, legislación, justicia y fuerza desempeña el exclusivo papel de aplastar la inconformidad al precio que sea. Por encima de tanta infamia mediática, ninguna otra causa produce la guerra que se libra en Colombia. Son esas las realidades que deben abordarse y situarse en vías de solución en una mesa de diálogos.
 
Con esa convicción estamos dispuestos a conversar de paz con el actual gobierno. Para que no se diga después que las FARC le mentimos al país. No tememos en absoluto debatir y demostrar que han sido los grandes empresarios del capital y la tierra quienes  han renovado una y otra vez su carnicera brutalidad, a fin de firmar grandes negocios sobre la sangre de los desposeídos.  Si un importante sector de inversionistas muestra interés en dar el paso hacia la paz, lo acompañamos. Eso sí, muy alertas.
 
El día de su posesión, Santos farfulló acerca de su intención de diálogo con las FARC.  Unos días después molía a bombas el campamento del Comandante Jorge Briceño. Durante más de un año abusó con su ficción de la llave, lo cual no excluyó el ataque mortal al Camarada Alfonso Cano, el hombre que tomaba más en serio el asunto y movía al resto del Secretariado a posibilitar contactos. Santos sabía muy bien eso, lo que no le impidió llorar emocionado. La doble moral siempre ha sido imputada a nosotros.
 
Por nuestra parte, sentarse a conversar no apunta a ningún tipo de rendición y entrega. La reincorporación a la vida civil implica y exige una Colombia distinta. El gran capital inversionista tendrá que asumir que la realidad puesta de presente por la crisis, requiere un cambio profundo en su modo de actuar, una nueva manera de relacionarse con los pueblos. Confiamos en que sea esa la voluntad oficial. Así, sin duda, podremos entre todos desenterrar la Paz. Sin más ases bajo la manga, Santos.
 
Timoleón Jiménez
Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, abril 14 de 2012


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Por Dick Emanuelsson

Bruno Rodríguez: “Esta es la crónica de una exclusión anunciada” (+ Fotos y Video)

jueves, 8 de marzo de 2012

Bruno Rodríguez hoy en Conferencia de Prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cuba
Bruno Rodríguez hoy en Conferencia de Prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cuba
“Cuba no ha pedido jamás ir a la Cumbre de las Américas, pero apoya el reclamo unánime de los países del ALBA de que cese la exclusión”, expresó el Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla en Conferencia de Prensa celebrada en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Isla.

Según Rodríguez, la decisión en torno a la ausencia de Cuba en la Cumbre que se celebrará en Cartagena el próximo mes no es ninguna sorpresa, sino la “crónica de una exclusión anunciada”, y se refirió a las declaraciones que en los días precedentes hicieron varios voceros del gobierno de los Estados Unidos. Añadió que para la Isla es inaceptable e injustificable la postura de Estados Unidos de excluirla de la próxima Cumbre de las Américas.

No ha habido ninguna sorpresa, ha sido la crónica de una exclusión anunciada

[...] Estados Unidos con su desprecio y arrogancia ofende a la Patria Grande”, dijo. Aseguró que el Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), conformado por los cancilleres del bloque, continuará en consultas para debatir este hecho. “Estados Unidos, con su desprecio y arrogancia ofende la dignidad de la Patria Grande de Bolívar, de Nuestra América de Martí”, añadió.

El ALBA tiene una posición firme y unánime en torno al tema del bloqueo contra Cuba y la exclusión de la Isla de mecanismos hemisféricos, como la Cumbre de las Américas y la OEA, recalcó.

“La exclusión de Cuba es el símbolo más notorio de que son cumbres hechas a imagen y semejanza del gobierno de Estados Unidos y que son instrumentos para ejercer dominación de una manera nada democrática y con irrespeto por países que son iguales soberanos y que no aceptan ser tratados como otras partes”, reiteró el Canciller, quien aseguró que pese a la exclusión de la isla propiciada por Estados Unidos, “la presencia de Cuba en la Cumbre de las Américas, desde la distancia, será inocultable”.

“Si esa exclusión sirve para ahondar la conciencia de los pueblos latinoamericanos y caribeños para la acción firme y concertada de Nuestra América y para avanzar más resueltamente hacia nuestra completa y definitiva independencia, bienvenida sea”, expresó el jefe de la diplomacia cubana.

Rodríguez recalcó que la posición de La Habana es la misma expuesta por el presidente cubano, Raúl Castro, en la más reciente cumbre del ALBA celebrada en Caracas: “Cuba jamás lo ha reclamado (su presencia en la cumbre de Cartagena) pero apoya el planteamiento del presidente (de Ecuador, Rafael) Correa, de (Bolivia) Evo (Morales) y de otros presidentes, de actuar para que cese la exclusión”.

También rechazó la posibilidad de que se debata sobre Cuba en su ausencia: “No es aceptable (que se trate un tema sobre la Isla) en una reunión privada entre el gobierno de Estados Unidos y de América Latina y el Caribe”.

Rodríguez agradeció a Colombia sus gestiones para que Cuba pudiera participar la Cumbre y se refirió a las declaraciones del Presidente Juan Manuel Santos Calderón, quien había declarado en la víspera que Cuba no participará en esa reunión al no encontrarse consenso entre los países del hemisferio.

“Analizamos los detalles del tema de la participación de Cuba en la Cumbre que se va a realizar en Cartagena. Como hemos dicho desde un principio, es un tema que requiere consenso; consenso que infortunadamente no hemos logrado encontrar”, había afirmado Santos Calderón al término de su visita a la Isla, donde se reunió con los presidentes de la nación caribeña, Raúl Castro y de Venezuela, Hugo Chávez.

El Mandatario colombiano, por su parte, había expresado a Raúl “de forma muy clara que respetamos la posición de varios países frente a la necesidad de que Cuba haga parte y participe de estas Cumbres”.

La reunión Raúl con Santos se extendió el miércoles durante cuatro horas, en las cuales analizaron temas internacionales, temas regionales y bilaterales.

Bruno Rodríguez hoy en Conferencia de Prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cuba
Bruno Rodríguez hoy en Conferencia de Prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cuba

Transcripción realizada por Cubadebate (no oficial) aquí

Versión íntegra en video:

http://www.youtube.com/watch?v=xlwdudKYpH4&list=UUXCgMWmwx-6BbCyVThijKQQ&feature=plcp

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