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En Venezuela, Primer Foro Internacional de Afro descendencia y Descolonización de la Memoria

martes, 28 de agosto de 2012
Por Rosa C. Báez


“Sólo en tiempos de Revolución, como la que se vive en Venezuela, sólo en un país que adopta al socialismo, pueden abrirse espacios para un debate como éste […]
En una sociedad capitalista es imposible porque sólo busca el lucro, el consumo”.
Palabras de la luchadora social colombiana Piedad Córdoba en la inauguración del Foro

Once ponentes internacionales y más de treinta venezolanos debatieron durante cinco días en torno a la diáspora africana. Este evento fue organizado por el Centro Nacional de Historia, el Archivo General de la Nación y el despacho Cultural y en el mismo se debatió sobre las culturas africanas y latinoamericanas, signadas por tradiciones, herencias y costumbres comunes.
Cuba formó parte de la docena de países que participaron en este primer Foro Internacional de Afro descendencia y Descolonización de la Memoria, realizado en Caracas, Venezuela, del 20 al 25 de agosto. Como parte de nuestra delegación estuvo Rafael Robaina, Director del Instituto Cubano de Antropología (ICAN), que participó con la ponencia: “Religiosidad de antecedente africano en América: descolonizando saberes y tradiciones hacia una convivencia racial aceptativa. Experiencias cubanas”.
 
Las sedes del evento fueron el Museo de Arte Contemporáneo y el Teatro Teresa Carreño, dándosele continuidad en la llanura venezolana el viernes 24 y sábado 25, en las poblaciones guariqueñas de Las Mercedes del Llano y Santa Rita de Manapire, para homenajear en su ciudad natal al coronel independentista Juan José Rondón, recordado por su triunfo en 1819 en la Batalla del Pantano de Vargas.
 
En la jornada de clausura en Caracas se planteó la necesidad de impulsar el legado histórico y cultural procedente del pueblo africano en las comunidades afrodescendientes de las naciones de las Américas y de persistir en el desmontaje de las ideas colonialistas, que históricamente han impulsado la discriminación y degradación de culturas, grupos y teorías afrodescendientes. Los debates fueron realizados con "respeto, profundidad y seriedad, con miras a la profundización del entendimiento y al espacio para las ideas provenientes de diversas partes del mundo".

Entre las propuestas nacidas en el evento, están la condena a la masacre de la policía sudafricana en el norte de ese país y sobre la situación del pueblo de Tumaco, en Colombia y el llamado de intervención de las organizaciones internacionales como la Celac, Mercosur, Unasur y ALBA; también la solicitud formal de la liberación de los "cinco héroes cubanos", ciudadanos antillanos que se encuentran prisioneros en Estados Unidos, y exigieron a las potencias colonizadoras asumir la responsabilidad por la esclavitud que impusieron por siglos al pueblo africano, así como la declaración de África como Madre Patria. En este contexto, los participantes solicitaron el apoyo a la revolución venezolana, por considerarla como un espacio que abrió sus puertas para la realización del primer foro.
 
Otros puntos que se destacaron fueron la inclusión en las propuestas de la declaración de África como “Madre Patria”; recalcar la posición de los participantes a favor del derecho de asilo político que tiene la República de Ecuador; asumir la lucha contra el racismo y la intolerancia; impulsar el desarrollo de actividades conjuntas entre las poblaciones afrodescendientes del mundo y abrir los espacios de la comunidad afro descendiente en los procesos de la geometría del poder, entre otras.

Las mujeres no dejaron de alzar su voz para pedir, a través de la escritora boricua, Yolanda Arroyo Pizarro: "También hay que luchar por el derecho de la mujer y aplaudir a los hombres que están a favor de la defensa de esos derechos. Tenemos que desconocer el machismo. Pronunciémonos a favor de las iniciativa que elevan papel histórico de la negra Hipólita, la negra Matea y Juana "La Avanzadora" hasta llevar sus restos al Panteón Nacional de Venezuela, junto al Libertador”.
 
Parte de los planteamientos serán aprobados en el documento final por parte de la comisión redactora y recopilados y posteriormente publicados por el Ministerio para la Cultura, el Centro Nacional de Historia y Archivo General de la Nación, así como el Centro de Saberes Africanos del Vice ministerio para Asuntos del África del Ministerio para Relaciones Exteriores de Venezuela.
 
"El balance es positivo. Aquí se discutió al más alto nivel académico, cultural y antropológico sobre los asuntos de la descolonización de la memoria. Aunque en Venezuela sintamos que no somos un país racista, sigue siendo un país que discrimina por razones étnicas y raciales. Foros como este permiten que la gente vaya cobrando conciencia como un país multiétnico y pluricultural", expresó el presidente del Centro Nacional de Historia, Luis Pellicer, según publica la página web de la Biblioteca Ayacucho.
 
Dentro de las propuestas finales del Comité Organizador está la realización de la Segunda Edición del Foro en La Habana (Cuba) en 2013, como parte del convenio Cuba-Venezuela.
Las sesiones en Caracas del Foro concluyeron con la presentación del libro “Conciencia Campaña de Carabobo”, producto del trabajo articulado entre el Archivo General de la Nación (AGN), Centro Nacional de Historia (CNH) y Frente Francisco de Miranda. También asistieron, como fiesta de clausura, a un despliegue de muestras gastronómicas y musicales, expresiones culturales afrodescendientes, en el Eje del Buen Vivir, en Bellas Artes.
 
Con informaciones de Internet
 
Videos I Encuentro Internacional de Afrodescendencia
 

Clausura: Video en Youtube



Otros videos relacionados con el Foro, en Aporrea y Youtube
 
Fotos utilizadas: Miguel Garcia Moya; Zulma Oliveras Vega; Ender Curbelo y Luis Rivero Donalle, de Ciudad CCS; Coordinación de Comunicaciones CNH/AGN y otras páginas digitales
 
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Mientras difama a Cuba, Washington se niega a investigar la muerte de ocho afrocubanos en Miami

lunes, 23 de enero de 2012
Por Jean-Guy Allard 
@AllardJeanGuy

Mientras difama a Cuba en una campaña de desinformación orquestada desde la Florida y financiada por la USAID, el Departamento de Justicia de Estados Unidos se niega a realizar una investigación sobre la muerte de ocho  afroamericanos  víctimas de  la policía de Miami bajo el pretexto  que, supuestamente,  estos "incidentes"  están siendo "revisados" por la fiscalía estatal de Miami-Dade.

Una investigación sobre la responsabilidad de la policía en  la muerte de jóvenes afroamericanos  ha sido prometida en noviembre, en una conferencia de prensa donde Thomas E. Pérez, un asistente de fiscal general, precisó que esta decisión surge después de recibir numerosas  “denuncias sobre un excesivo uso de la fuerza letal por arma de fuego por parte de miembros del Departamento de Policía” de este enclave mafioso del sur de la Florida.

Sin embargo, el Departamento de Justicia hará un estudio "de los métodos de entrenamiento y de las prácticas" de la policía de la ciudad de Miami pero no llevará a cabo investigaciones criminales de las muertes, que, supuestamente,  están siendo "revisadas" por la fiscalía estatal de Miami-Dade.

Pérez  reconoció que en  dieciséis meses, se había registrado “nueve tiroteos en los que estaba involucrada la Policía, que son de interés y que debemos investigar”, y señaló que desde julio de 2010 oficiales del MPD han disparado y matado a ocho jóvenes además de herir de gravedad a un noveno.

Las familias de los muertos han exigido investigaciones en numerosas oportunidades pidiendo transparencia de parte de la policía y de la fiscalía estatal. El NAACP y la Unión de Libertades Civiles Americanas (ACLU) se sumaron a las solicitudes. El entonces jefe Miguel Expósito, despedido en septiembre último por insubordinación, ni contestó.

TODOS LOS PRETEXTOS SIRVEN PARA MATAR AL HOMBRE NEGRO

Los jóvenes de los barrios segregados de Miami que han sido víctimas fatales de tiros policíacos y cuyas circunstancias de la muerte será objeto del estudio federal en los referidos diez meses -sin que un solo informe de investigación haya sido entregado ni un solo policía inculpado- son:

  • Travis McNeil, de 28 años, que estaba desarmado, fue muerto a tiros en su auto en el Pequeño Haití el 10 de febrero por el agente Reinaldo Goyo. Un amigo de McNeil, Kareem Williams, también recibió disparos, pero sobrevivió.
  • Joell Lee Johnson, un menor de 16 años, baleado en una supuesta operación contra robos, el 11 de agosto de 2010,
  • Gibson Junior Belizaire, de 21 años, muerto en un tiroteo con agentes en relación con una pelea familiar, el 14 del mismo mes;
  • Tarnorris Tyrell Gaye, de 19 años, ejecutado el día 20 siguiente  cuando, según la policía, apuntó a oficiales “con una escopeta mientras montaba bicicleta”.
  • Brandon Foster, 22 años, asesinado con siete tiros por tres policías en diciembre pasado, en el barrio segregado de Liberty City.
  • Lynn Weatherspoon, ejecutado a primeras horas del Año Nuevo 2011, supuestamente después de “un tiroteo” en el barrio segregado de Overtown, El policía que disparo ha sido identificado como Maurice Sodre, de 26 años.
  • DeCarlos Moore, asesinado en julio 2010 cuando “los oficiales pensaron equivocadamente que sus gafas de sol eran un arma de fuego cuando los saco de su coche” (sic).

Todos eran de raza negra.

No se menciona el caso particularmente escandaloso, del asesinato en Miami Beach, el 30 de mayo último, de Raymond Herisse, de 22 años de edad,  un joven haitiano residente del condado de Palm Beach, ejecutado con 100 balas por 12 policías, al negarse a parar su vehículo al salir de una fiesta en la playa.

MIAMI PREFIERE ESCONDER SU HISTORIA DE RACISMO Y VIOLENCIA

“Tenemos una crisis en esta comunidad, donde el departamento de policía recurre con demasiada facilidad a la fuerza letal, especialmente cuando se trata de jóvenes de la raza negra…”, señaló Howard Simon, director ejecutivo de la ACLU de la Florida, al conversar con la prensa local.

La investigación es la segunda en una década que realizan las autoridades federales sobre violaciones sistémicas de los derechos humanos por parte de oficiales de la Policía de Miami.

La prensa local de Miami prefiere no mencionar a la historia de racismo y de violencia de esta ciudad.

En la madrugada del 17 de diciembre de 1979, la policía de Miami mata a golpes Arthur McDuffie, un motorista negro desarmado. Absolución de los oficiales por un jurado blanco en 17 de mayo 1980 provocó una rebelión que fue sofocada por 3.500 soldados de la guardia nacional.

En 1982, dos agentes de la policía mataron  a un hombre negro de 20 años, Nevel Johnson Jr., sin provocación, en un salón de billar en las cercanías de Overtown. La verdadera rebelión popular docurrida espués de la absolución de uno de los asesinos fue sofocada por 3.500 soldados de la Guardia Nacional.

El 16 de enero de 1989 (Día de Martin Luther King), Clemente Lloyd,  de 23 años, fue asesinado a balazos por un policía mientras conducía su motocicleta. Su pasajero, Allan Blanchard, de 24 años de edad, murió de sus heridas. Una rebelión estalló, y el oficial de policía asesino, William Lozano, fue condenado por homicidio… pero en 1993 su condena fue revocada en apelación.

Esto sucede en la misma ciudad donde cinco cubanos fueron condenados a extravagantes sentencias de decenas de años de cárcel, por infiltrar a organizaciones terroristas, inspiradas por ese Estado y protegidas por las autoridades judiciales locales.

Imagen agregada RCBáez

El sistema de justicia que condenó a los Cinco: La ley contra el negro (Segunda parte)

domingo, 24 de abril de 2011
Por Salvador Capote

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¿Qué sistema de justicia es ése que declara inocente a un monstruo como el terrorista Luis Posada Carriles mientras mantiene injustamente en prisión a cinco hombres de excepcionales valores humanos, los Cinco de Cuba? Continuemos la disección mostrando cómo las leyes de Estados Unidos justificaron los horrores de la esclavitud primero, la segregación racista después y perpetuaron la discriminación del negro hasta nuestros días.

Cuando Thomas Jefferson escribió en la Declaración de Independencia: “Todos los hombres son creados iguales”, no estaba pensando, con absoluta seguridad, en los esclavos ni en las minorías, ni en los siervos bajo contrato (“indentured servants”), ni siquiera en las esposas e hijas de los blancos acaudalados a quienes la famosa frase se refería. En este contexto, la palabra “hombres” hay que entenderla literalmente y hombres blancos propietarios específicamente. Cuando Jefferson diseñó su señorial mansión de Monticello, de 43 habitaciones, situó bajo tierra las barracas de los esclavos para que su fealdad no fuese visible desde el palacio. Cuenta el escritor norteamericano Gore Vidal, en su novela histórica “Burr”, que a los visitantes de Monticelli les sorprendía el extraordinario parecido físico de todos los niños mulatos de la plantación con su amo Jefferson. Cuando se firmó la Declaración de Independencia había en Estados Unidos 600 000 esclavos negros y ninguno de ellos fue liberado. Tendría que transcurrir casi un siglo para que la esclavitud desapareciese como institución, aunque dejando profundas y permanentes secuelas.

La Sección 2 del Artículo 1 de la Constitución de Estados Unidos, conocida como “compromiso de los tres-quintos”, estipulaba que para la representación de los estados en el Congreso, el valor de un esclavo negro era el de 3/5 de una persona.

Todo el aparato jurídico e institucional de Estados Unidos fue diseñado para crear y mantener los privilegios de los propietarios blancos. El conjunto de las decisiones de la cortes de justicia de la época reflejan claramente la total carencia de derechos legales de los negros. Una decisión famosa de la Corte Suprema de Estados Unidos tuvo lugar en el caso Dred Scott v. Sandford, 1857. Scott, un negro nacido en Estados Unidos, que había obtenido su libertad en Illinois, reclamó la condición de ciudadano. La Corte rechazó la petición alegando que a los negros nunca se les consideró como parte del pueblo de Estados Unidos.

En los libros de texto de las escuelas se enseña que la Guerra de Secesión se libró para liberar a los esclavos. En realidad, tuvo causas y motivaciones mucho más complejas. La guerra se desató debido a las contradicciones insalvables entre el Sur aristocrático, con estructuras de tipo feudal, donde las haciendas trabajadas por esclavos eran la fuente de riqueza y de poder, y un Norte capitalista, surgido a consecuencia de la revolución industrial, que necesitaba grandes masas de trabajadores para sus fábricas y que, para continuar su desarrollo, exigía la creación en todo el país de un nuevo orden económico y social. La guerra, además, fue un gran negocio y de ella surgieron colosales fortunas como las de Rockefeller, Carnegie, Morgan, Armour, Mellon, y Gould.

Uno de los mitos fundamentales en la historia de Estados Unidos es la presentación de Abraham Lincoln como el Gran Emancipador. En un discurso en 1858 (1), poco antes de comenzar la guerra, Lincoln expresó: “No estoy y no he estado nunca en favor de forma alguna de igualdad social y política de las razas blanca y negra; no estoy y no he estado nunca en favor de que los negros voten o sirvan como jurados; ni de que califiquen para ocupar cargos, ni tampoco de matrimonios inter raciales con personas blancas; y diré, además, que hay una diferencia física entre las razas blanca y negra que considero impedirá para siempre que las dos razas vivan juntas en términos de igualdad social y política. Y puesto que no pueden vivir de esa manera, mientras permanezcan juntas tendrá que haber una posición superior y otra inferior, y yo estoy tanto como cualquier otro hombre, en favor de que la posición superior se le asigne a la raza blanca”.

Cuando se produjo la secesión de los estados del Sur, Lincoln prometió no interferir con la esclavitud en los estados donde la institución se encontraba establecida y prometió también mantener la ley que permitía la persecución de los esclavos fugitivos. La prioridad de Lincoln era restaurar la Unión, no abolir la esclavitud. De hecho, cuatro estados esclavistas continuaron formando parte de ella: Maryland, Delaware, Kentucky y Missouri.

En septiembre de 1862, Lincoln firmó la Proclamación de Emancipación, pero ésta no liberaba todos los esclavos sino solamente aquellos de los territorios rebeldes no ocupados por el ejército de la Unión. Absurdamente, no liberaba a los esclavos en los territorios controlados por el gobierno.

Si hubo algún “Gran Emancipador” éste fue sin duda el dirigente negro estadounidense Frederick Douglass. Fue Douglass quien convenció a Lincoln de que no podría ganar la guerra sin liberar a los esclavos en el Sur y sin permitir a los negros en el Norte enrolarse en el ejército, y no fue hasta 1863 que el Congreso autorizó su enrolamiento. Sin los 200,000 negros que se alistaron como voluntarios en el ejército de la Unión (38,000 resultaron muertos o heridos) otro hubiera sido el curso de la guerra.

Douglass honró siempre a Lincoln como presidente mártir pero rechazó el mito del Gran Emancipador. En su “Oración en Memoria de Abraham Lincoln”, al inaugurar el Monumento a los “Freedmen” (hombres liberados de la esclavitud) en 1876, en Washington, afirmó: “Lincoln no fue nuestro hombre ni nuestro modelo. El fue, por encima de todo, el presidente de los blancos, dedicado enteramente al bienestar de los blancos. Ustedes [los blancos] son los hijos de Abraham Lincoln. Nosotros [los negros] somos, en el mejor de los casos, solamente sus hijastros”.

Terminado el conflicto y con la ratificación de la Decimotercera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, en diciembre de 1865, la esclavitud quedó abolida en todo el territorio de la nación. Los negros quedaron libres aunque sin derecho al voto. Sin embargo, los terratenientes del Sur no se resignaban a perder sus privilegios. En los estados sureños fueron promulgadas leyes que tenían como finalidad restablecer las relaciones de esclavitud. El conjunto de estas leyes se conoce como “The Black Codes” (Los Códigos Negros).

En 1866 el Congreso aprobó la primera ley de derechos civiles (“Civil Rights Act”) que otorgaba la ciudadanía a los afro-norteamericanos (pero no a los indios) y -en teoría- la igualdad de derechos ante la ley. No obstante, la aprobación tuvo que sobreponerse al veto del presidente Andrew Johnson y, para evitar que fuese declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia, el Congreso aprobó también la 14a. Enmienda (1868) con el fin de incluir estos derechos en la Constitución.

La leyes aprobadas durante el periodo de Reconstrucción (1865-1876) incluyendo la 15a. Enmienda (1870), que otorgaba el derecho al voto a los negros (a los hombres, no a las mujeres, y con muchas limitaciones), y la ley de Derechos Civiles de 1875 (revocada posteriormente) que prohibía la discriminación racial, se enfrentaron a la resistencia de los blancos sureños quienes, además de los Códigos Negros, utilizaron todo tipo de violencia y terror. Fue por esta época que surgió el Ku Klux Klan. Por último, con las interpretaciones racistas de las cortes, estas leyes se convirtieron en muy poco tiempo en papel mojado.

Las leyes promulgadas en el Sur privaban a los negros de sus derechos ciudadanos. No podían votar, ejercer cargos públicos, servir como jurados ni testificar contra los blancos y estaban sujetos a estrictas normas de segregación. Por ley, tenían que asistir a escuelas, viajar en vehículos, comer en restaurantes, visitar parques, y ser enterrados en cementerios, sólo para negros. Se les negaba la oportunidad de participar en la vida económica de la nación y vivían, casi en su totalidad, en pobreza extrema.
En 1896, la decisión de la Corte Suprema en el caso Plessy v. Ferguson, colocó a nivel federal la segregación. La separación de razas adquiría de este modo un respaldo constitucional. Esta infamante decisión de la Corte Suprema legitimó la existencia de dos sociedades: una blanca, privilegiada; la otra negra, desposeída y humillada. Entre 1876 y 1965, multitud de leyes locales, estatales y federales, llamadas “Leyes de Jim Crow” (por el personaje cómico disfrazado de negro, con este nombre) reforzaron la segregación racial. Mientras los Códigos Negros tuvieron vigencia principalmente en el Sur, durante la etapa de Reconstrucción, las Leyes de Jim Crow se extendieron por todo el territorio de Estados Unidos. Estas leyes, basadas en la falacia de “separados pero iguales” sistematizaron las desventajas y desigualdades en todas las esferas económicas, políticas y sociales, y legitimaron la discriminación contra los negros.

Los que se oponían a las Leyes de Jim Crow arriesgaban sus empleos, sus hogares y sus vidas. Más de 5000 negros (3440 casos documentados) hombres y mujeres, fueron linchados entre 1882 y 1968, un promedio de 58 linchamientos por año. Los negros carecían de amparo legal completamente, pues todo el sistema de justicia criminal estaba integrado por blancos: policías, fiscales, jueces, jurados y oficiales a cargo de las prisiones.

Los movimientos por los derechos civiles que tuvieron lugar en las décadas de 1950 y 1960 alcanzaron éxitos notables como la decisión de la Corte Suprema en el caso “Brown v. Board of Education” (1954) que prohibió la segregación en las escuelas públicas; la “Civil Rights Act” (Ley de Derechos Civiles) de 1964; la “Voting Rights Act” (Ley de Derecho al Voto) de 1965, que eliminó obstáculos al voto negro que aún permanecían; y la “Fair Housing Act” (Ley de Derecho a la Vivienda) de 1968, que prohibió la discriminación en la venta o renta de casas. Sin embargo, estas conquistas, en la práctica, se han ido difuminando con el tiempo. Hoy, varias décadas después, puede afirmarse que los avances han sido demasiado modestos. La “Affirmative Action” (Acción Afirmativa) con el fin de promover a los negros a posiciones sociales más altas, es otro de los movimientos fracasados. En todos los casos, el fracaso se debe a que se dejan intactas las estructuras, principalmente económicas, de dominación y opresión.

En 1956, la “Interstate and Defense Highway Act” (Ley de Autopistas Interestatales y de Defensa) condenó a la destrucción a los vecindarios negros y pobres de las principales ciudades de Estados Unidos. Las cintas de asfalto y los muros de concreto de las autopistas cruzaron por el centro de los ghettos negros fragmentándolos e incomunicando los fragmentos entre sí. La construcción de vías de acceso rápido aceleró el proceso de suburbanización. Las clases alta y media de las ciudades pudieron trasladarse a viviendas confortables en zonas alejadas del centro de la ciudad, invirtiendo así el esquema tradicional: clases adineradas e instituciones vitales de la ciudad en el centro - pobres en los suburbios, por otro en que los negros y los pobres quedaron en un “downtown” abandonado y deteriorado.

No, el racismo y la discriminación en Estados Unidos están muy lejos de haber desaparecido y la demostración es muy sencilla: los negros siguen viviendo en los peores barrios, asistiendo a las peores escuelas, recibiendo los peores empleos, y abarrotando las cárceles del país, los centros de detención de juveniles y los corredores de la muerte. Los pasos previos imprescindibles para reparar las injusticias presentes y pasadas no ocurrirán mientras exista el “Establishment”: reconocer la verdad, disculparse ante las víctimas y ofrecerles las compensaciones y reparaciones a que tienen derecho.

Una inscripción, situada sobre las monumentales columnas del edificio de la Corte Suprema en Washington, reza: “Equal Justice Under Law” (Igual Justicia Ante la Ley), pero cuando la igualdad no existe y las leyes son creadas para mantener y reforzar los privilegios de la clase dominante, la justicia es imposible. (2)

  1. Debate at Charleston, Illinois, Sept. 18, 1858.
  2. Ver también en Areítodigital.net los artículos del autor: “Little Rock” y “Miami: Muros de Concreto y Segregación”.

*Bioquímico cubano, actualmente reside en Miami. Trasmite con cierta regularidad por Radio Miami el Programa “La Opinión del Día”, que aparece poco después en laradiomiami.com. Es colaborador de Areítodigital.net; participa, con la Alianza Martiana, en la lucha contra el Bloqueo impuesto a Cuba por Estados Unidos.
Imagen agregada RCBáez
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