Por Sergio Rodríguez Gelfenstein*
Dicen que luchan contra el terrorismo y que lo exterminarán en cualquier lugar del mundo, pero protegen en su territorio a Posada Carriles que es un criminal confeso de haber puesto una bomba contra un avión civil cubano. Asimismo, esconden a los asesinos del canciller chileno Orlando Letelier, asesinado en el propio Washington.
Dicen
que combaten el terrorismo internacional pero crearon, armaron
financiaron y entrenaron el movimiento Talibán -para que combatiera al
gobierno afgano en los años 80 del siglo pasado- y al Estado Islámico
pensando que éste cumpliría sus objetivos de derrocar al gobierno sirio
en años recientes, además cobijaron, protegieron y fueron aliados de
Osama Bin Laden antes del año 2001.
Eligen
un presidente negro, pero la policía sigue asesinando adolescentes y
jóvenes afroamericanos con total impunidad y protección de la
“justicia”.
Se
dicen luchadores e insignias de la democracia en el mundo, pero han
apoyado a las peores dictaduras del planeta. Fomentaron los golpes de
Estado en Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile y Argentina, que causaron
centenares de asesinados, miles de desaparecidos y torturados y decenas
de miles de exiliados. Protegieron las dictaduras criminales de Pérez
Jiménez, Batista, Trujillo y Somoza. De éste dijeron “es un hijo de
puta, pero es nuestro hijo de puta”. En su “defensa de la democracia”
aúpan a las monarquías medievales del Medio Oriente como la de Arabia
Saudita donde no hay parlamento, ni partidos políticos, ni sindicatos,
ni elecciones y donde las mujeres son segregadas y discriminadas.
Dicen
que luchan contra el narcotráfico, pero la DEA actuando como un cártel,
regula, controla y manipula el mercado de la droga, sin actuar contra
su propio sistema financiero a donde van a parar los miles millones de
dólares que tan “lucrativo negocio”, inyecta a su economía ¿quién ha
visto un narcotraficante estadounidense preso?
Se
ensañan inflexiblemente contra el nuevo gobierno griego de Alexis
Tsipras por no plegarse a preceptos que significan seguir el hambre y la
exclusión para el pueblo griego, pero tratan con “manos de seda” a la
corrupta banca internacional, aportando miles de millones de dólares
para el enriquecimiento de sus ejecutivos, mientras siguen apretando el
dogal de los pueblos.
Dicen
ser los mayores protectores del medio ambiente y la naturaleza, pero se
niegan a ratificar el protocolo de Kioto sobre cambio climático.
Se
dicen preocupados por la situación de la justicia en el mundo, pero no
aceptan la jurisdicción de la Corte Penal Internacional encargada de
juzgar delitos como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad, los
crímenes de guerra y la agresión. Lo hacen para actuar impunemente en
sus prácticas intervencionistas y guerreristas, muchas veces al margen
del derecho internacional. Tampoco acatan las decisiones de la Corte
Internacional de Justicia de La Haya cuando sus fallos no le favorecen.
Dicen
promover los derechos humanos en la región, pero no suscriben la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y teniendo la sede de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, no forman parte de ella a
pesar que ambas fueron creadas a su imagen y semejanza bajo el alero
del aún insepulto cadáver de la OEA.
Se
gastan miles de millones de dólares en seguridad y no son capaces de
proteger ni a su propio pueblo, mandan a sus hijos a inmolarse en
guerras absurdas sin saber por qué lo hacen. Para ello, inventan armas
nucleares en Irak, uranio enriquecido para fabricar misiles en Irán y
tanques rusos en Ucrania. Nunca, nadie ha visto nada de eso.
Se ganan el Premio Nobel de la Paz, pensando que eso les servirá para legitimar el genocidio y la muerte de inocentes.
Dicen
que van a normalizar las relaciones con Cuba, pero mantienen el
inhumano bloqueo y la ley de ajuste que fomenta las salidas ilegales del
país.
Se
ufanan de tener grandes amigos, aliados y socios, pero espían a sus
líderes, mientras admiten que los presionaron y obligaron a implementar
sanciones contra Rusia y que en ocasiones les tuercen el brazo cuando no
hacen lo que quieren.
*Venezolano, Consultor y analista internacional. Graduado en Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela y Magister en Relaciones Internacionales de la misma Casa de Estudios. Ha publicado artículos en Revistas especializadas de Puerto Rico, Bolivia, Perú, Brasil, Venezuela, México, Argentina y España. Sus artículos se publican en diversos periódicos e innumerables páginas de Internet.
Publicado por Con Nuestra América
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