Alertar el “sospechómetro”.
Por Orlando Cruz Capote
Por Orlando Cruz Capote
Hay una situación muy extraña y delicada en Haití, y ningún revolucionario debe bajar la guardia con respecto a las oscuras pretensiones imperialistas que pueden poner en juego contra la estabilidad y existencia de ese país y su sufrido pueblo. Y más allá de sus fronteras, contra la América nuestra.
Hace una semana, o quizás algunos días solamente, están sucediéndose en la hermana República de Haití, procesos y hechos que nos conducen a sospechar que el imperialismo estadounidense, la derecha interna y sus acólitos en el hemisferio están tramando un desenlace muy negativo aprovechando, oportunistamente, la extrema situación en que sobrevive la población de esa nación.
Utilizo la palabra sospechómetro, la cual es un aporte lingüístico de una camarada guatemalteca que recién estuvo en La Habana, en el IX Evento de Paradigmas Emancipatorios, y que lo expresó como una forma de mirarnos autocráticamente los revolucionarios para saber si estamos actuando adecuada y correctamente, o estamos de manera inconsciente reproduciendo o re funcionalizando las formas de dominación del capitalismo que tratamos de superar.
Pero el sospechómetro también sirve de instrumento para valorar con mucha sensibilidad y percepción -de lupa- los últimos acontecimientos en Haití, y las maniobras imperialistas que allí se desarrollan.
Solo enunciaré tales hechos y quizás sin el orden cronológico en que sucedieron y continúan sucediendo.
Las elecciones efectuadas y declaradas fraudulentas en Haití, por parte de los observadores internacionales allí ubicados. Los desórdenes internos ante los resultados emitidos que cuestionan los conteos sufragados de los tres primeros candidatos, que tienen una incidencia decisiva en una segunda vuelta electoral.
Ante los agudos enfrentamientos callejeros, entre los partidarios de una tendencia política y las otras, se une el despliegue en las calles de los militares de la fuerzas de MINUSTAH y de los grupos represivos internos que parecen haberse ido reorganizando.
La creación de una Comisión de la OEA, para elaborar un informe sobre el saldo de esas votaciones y posibles propuestas de solución, la cual ya anuncia la invalidación del segundo candidato -el del oficialismo, o sea el del gobierno- y pasa al tercero, un cantante, como posible pretendiente para la segunda vuelta.
A este hecho se une, que este organismo despachó -despidió-, a finales de diciembre del año pasado, a su representante en la nación caribeña, el brasileño Ricardo Seitenfus, quien se atrevió a dar opiniones que no coincidían con las de sus superiores de Washington, con respecto a las verdaderas causas del problema haitiano, la presencia excesivamente militar de las Naciones Unidas en esa nación y la escasa ayuda realmente necesaria, mal distribuida además, que estaba realizándose entre los millones de afectados, entre otras declaraciones emitidas por un hombre que trató de dar su punto vista muy objetivo.
La visita relámpago -perturbadora la denominó el Comandante en Jefe Fidel Castro en su Reflexión del 11 de enero- de la congresista norteamericana Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Política Exterior de la Cámara de Representantes. Esta señora es archiconocida regional e internacionalmente por sus posiciones de ultraderecha, por ser anticubana y anticomunista frenética, socia y apañadora abierta de los terroristas cubano-americanos que residen en Miami, anti-venezolana furibunda y que mantiene sus (no) principios contra todos los procesos de cambios populares y progresistas en América Latina, y que fuera intitulada como la “loba feroz”, por su actitud antihumana ante el secuestro del niño cubano Elián González entre los años 1999 y el 2000.
El comienzo del retiro o el abandono de algunas ONGs internacionales (perdón, transnacionales), de un país que continua devastado por el terremoto de principios del 2010, que dejó más de 250 mil víctimas y un número mayor de heridos y discapacitados, mucho más de un millón de damnificados porque sus viviendas e infraestructura de existencia fue casi completamente destruida; afectados también por las consecuencias de las lluvias acaecidas luego del ciclón Thomas; y el desarrollo inducido (inconscientemente!!!) por tropas de las Naciones Unidas (soldados nepalíes) de la epidemia del cólera que ya ha cobrado cerca de 4 mil muertes. Cuya extensión y control es completamente incierto en este momento y que puede afectar a toda el área del Caribe, América Latina y los propios Estados Unidos.
La retirada de tales efectivos de las ONGs se pretexta con el argumento, cierto pero inoportuno, de que el financiamiento prometido y adecuado para sus actividades no había llegado a suelo haitiano y, por lo tanto, no es posible el mantenimiento de sus actividades. Aunque lo mejor hubiera sido el exigir que el mundo rico desarrollado -de donde provienen la mayoría de esas ONGs- cumpliera con sus promesas de ayuda y cooperación, más aun si uno de los coordinadores principales es el ex - presidente de EE. UU. William Clinton, miembro de la nación más poderosa de la Tierra y una de las que más debe aportar en el empeño reconstructivo.
El arribo sorprendente e inesperado, pero muy nefasto, del ex-dictador haitiano Baby Doc Duvalier, hasta ahora escondido en Los Alpes franceses, al cual nunca los bancos suizos reconocieron o hicieron públicas sus finanzas que, según se conoce se robó más de 100 millones de dólares del erario público de ese país, y que bajo su tiranía se cometieron crímenes de lesa humanidad contra su propio pueblo, un verdadero genocidio amparado por bandas paramilitares, el ejército y la policía.
Y la llegada casi al unísono del presidente de la OEA, el señor Insulza, con el susodicho informe de fraudes y corrupciones en el plebiscito y las probables fórmulas de solucionar ante esa crisis política.
Presencia del insulso Insulza, que en los últimos tiempos no ha dejado de atacar directamente a Nicaragua, en su conflicto fronterizo ¿casual? con Costa Rica y la Venezuela Bolivariana de forma injerencista. Y que su imagen fue ocultada por la de Baby Doc, quien sustrajo la atención de las cámaras de televisión, la prensa y otros mediáticos, y que ya fue llevado a la justicia, y nadie sabe a ciencia cierta si será enjuiciado real y justamente
Si no alertamos el sospechómetro todos los revolucionarios en estos momentos históricos estaremos dando la espalda a un posible escenario de guerra, invasión y ocupación militar, hasta posible anexión o reposicionamiento político militar estadounidense, con una nueva recolonización o neo-protectorado de los EE.UU.
Estaríamos ignorando una gran conspiración, que se desarrolla ante nuestros ojos y oídos, contra Haití y Nicaragua. Podríamos acotar que hace muy poco el Canciller de Costa Rica advertía que se necesitaba revisar el pacifismo y la neutralidad de ese país -sin ejército-, pero que ya tiene una enorme base naval, aérea y terrestre de aprovisionamiento y patrullaje de la IV Flota de los EE.UU. en su territorio, con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico.
Entonces, ante los abrumadores hechos, se puede detectar un posible y real ataque contra el proceso integracionista latinoamericano-caribeño, el ALBA y los procesos de cambio en América Latina-Caribe, sus movimientos populares y demás fuerzas de izquierda. Finalmente, recordar que allí en Haití, hay una presencia de alrededor de 1 500 galenos, miembros de una Brigada Médica Cubana, compuesta además por doctores y estudiantes de los últimos años de la carrera de la Escuela Latinoamericana de Medicina, cuya sede principal está en La Habana, cuya vida y trabajo humanitario peligraría ante una desestabilización inducida por los graves hechos escuetamente narrados e interpretados.
¿Qué se está tramando por los círculos más reaccionarios del imperialismo y sus aliados? Los hechos que hemos descrito nos hacen recelar que nada bueno para nuestros pueblos. ¡Alertemos el sospechómetro!
*Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar, Instituto de Filosofía, Cuba
Enviado por su autor
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