Por Un Grano de Maiz
A
Cuba la amamos con amor estratégico, de esos que posan la mirada a lo
profundo del horizonte, en cada paso siente el gozo de construir
caminos que avizoran el final del arco iris, busca gigantes a quienes
derrotar, dulcineas que liberar, siente bajo los talones el costillar
de rocinante.
Cuba
entró en un período de cambios, no compete a nosotros juzgarlos. Nos
impone la historia apoyarla en sus vicisitudes, en su odisea de
atravesar con la frente en alto el bloqueo, el asedio del monstruo del
norte y el desplome del campo socialista, manteniendo la dignidad y la
gloria de ser Revolucionaria. Su épica solitaria impone el respeto de
los pueblos del mundo.
Cuba
trasciende el comportamiento de sus hijos, se hizo historia, su
bandera inmortal representa al pueblo que supo mantener la esperanza de
la especie humana. Ese pueblo dio ejemplo de lo que es capaz una
sociedad impulsada por profundos sentimientos de amor. Demostró que el
hombre es más que un animal: sus sentimientos, su imaginación, remontan
cualquier consideración material. Allá se demostró que no somos unas
máquinas de consumir y producir, que el hombre, capaz de poesía, de
llorar con la belleza del amanecer, con el ballet de Alicia Alonso,
capaz de transformar la Sierra Maestra en altar del decoro, esa clase
de humano merece vivir porque es la obra más hermosa de la evolución de
la vida.
Cuba
demostró que el Socialismo es incomparablemente más eficaz que el
capitalismo, que todo el oropel del sistema de explotación no vale una
sola de las realizaciones de que es capaz un pueblo cuando se relaciona
con amor.
La
relación amorosa, como sustituto del egoísmo, abre mundos desconocidos
por el humano de las sociedades consumistas: la disolución del peligro
que emana del “hombre lobo del hombre” proporciona seguridad, paz,
vivir en fraternidad, sin las acechanzas del delito, uno importándose
por todos y todos preocupados por la suerte de cada uno, eleva la
sociedad a cumbres de sosiego que es terreno propicio para las mejores
creaciones.
Cuba
ha dado regalo de vida a la humanidad, le entregó la esperanza en el
futuro, ha demostrado que el hombre puede vivir en amor, que el sueño de
Cristo, del Quijote, de Bolívar, de todos los majaderos de la
historia, es posible, que vale la pena vivir, que hay razones sagradas
por las cuales luchar.
Los
combatientes de la Sierra Maestra, devenidos en pueblo, idealistas
impulsados por una idea justa, merecen la solidaridad y el amor de los
hombres honestos del planeta, de los revolucionarios del mundo. Estamos
obligados a unir nuestros hombros al esfuerzo de esos héroes.
Nada
justifica renunciar a estar al lado de la Revolución Cubana. No hay
excusa para no apoyarla, dejarla sola es abandonar lo mejor de la
humanidad, aplastar el futuro. Cuba vivirá siempre, y más allá de
cualquier consideración, en el corazón de los pueblos irredentos.
¡Con Chávez y con Cuba Revolucionaria!
http://ungranodemaiz.blogspot.com/
Imagen agregada RCBáez
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