Hasta aquí, queramos o no queramos, todo normal.
Esta es la dinámica habitual de cualquier Estado. Sin embargo, en los últimos
días hemos visto cómo se han dado un par de pasos que elevan el nivel de la
militarización a cotas superiores.
En primer lugar, la compra de material
antidisturbios a gran escala por
parte de un Gobierno que un día tras otro nos hace creer que no hay dinero ni
para comer. Casi millón y medio de euros gastados en artefactos para el control
social. Esta cifra puede parecer ridícula acostumbrados como estamos a escuchar
a diario cifras de miles de millones, sin embargo, si la comparamos con los 140
mil euros que se gastaron en 2007 (cuando las cosas iban viento en popa al
parecer) enseguida vemos la dimensión de la compra. Esto responde al rearme que
está haciendo el Estado por si sus intentos de canalizar la rabia del pueblo no
funcionan (patético Rajoy pidiendo una huelga general y patéticos los sindicatos
siguiéndole el rollo). No obstante, éste no es el movimiento más
preocupante.
Recientemente, ha sido nombrado el nuevo director de Protección Civil y
Emergencias. Por primera vez, se
ha nombrado a un militar como máximo responsable de un ente hasta la fecha
supuestamente civil. La designación del general de brigada Juan Antonio Díaz
Cruz deja bien claro cómo el Estado pretende reforzar su poder de control
social. La explicación oficial es que al ser militar tiene buena relaciones con
la UME (Unidad Militar de Emergencias) unidad creada para dar esa imagen que
tanto nos gusta de militares buenos al servicio del pueblo tipo cascos azules y
demás chorradas por el estilo. Podemos darle la vuelta al argumento utilizado
por el Gobierno y vemos cómo el nombramiento de un militar facilita más, si
cabe, el control de este ente civil por parte del gran baluarte del sistema: el
ejército.
Juan Antonio Díaz Cruz no es un militar cualquiera,
sino un integrante de la alta jerarquía castrense. Ha ocupado la jefatura de la
brigada de la Legión destinado en la guerra de Irak. También ha estado en
Sarajevo con la Eurofor y ha sido miembro de las COE (Unidades de operaciones
especiales). Pero lo más importante es que ha sido coronel jefe de la Guardia
Real y ayudante de campo del rey. Esto es parte del currículum de este
angelito.Todo parece indicar que el Estado ante un previsible estallido social (previsible no significa que vaya a suceder, hay muchos factores que tienen al pueblo totalmente subyugado a los designios del sistema) se está reforzando, todavía más, para poder tomar el control de las calles. No hay que olvidar que nuestra “amada” Constitución permite esto y mucho más.
Fuente: Quebrantando el Silencio
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