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En esta hora crucial, urgen guerrillas informativas

miércoles, 9 de marzo de 2011
Por Carlos Maldonado*

Para reflexión y Acción
 
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Los medios de comunicación han hecho un importante aporte para que el capitalismo haya cohesionado su espíritu de manera global. La planta mediática de que dispone el Imperio para difundir su cultura, su concepción de la vida y enlazar a todos los pueblos alrededor de sus conceptos, sus categorías, incluso sus mentiras, las cuales luego de ser repetidas innumerables veces a la gente de a pie, ésta va creyéndolas inconmensurablemente, ha sido exitosa. Sin embargo, basándonos en aquella sabia reflexión atribuida a Abraham Lincoln: “Usted, puede engañar a algunos todas las veces; usted, puede engañar a todos algunas veces, pero, usted, no puede engañar a todos todas las veces”, podemos deducir que al Imperio se le han ido acabando los argumentos.

Desgastado por la utilización de un mismo libreto (la defensa de la democracia, la defensa de los derechos humanos, la liberación de los pueblos) y por la socialización de los medios de comunicación en una contradicción irremediable al tratar de acumular ganancias, ha abierto una brecha enorme para que miles de ciudadanos planetarios se dediquen a, en el intercambio de información, desdecir lo que su plana informativa plantea y asegura.

El caso de Libia es el más recurrente e inmediato. Con el argumento de que las tropas leales a Muammar Al Gaddafi estaban bombardeando a población civil, pacífica y desarmada que solo protestaba por mayores libertades –cosa que resultó ser totalmente falsa- Estados Unidos y la vieja y rancia Europa, con la utilización de su brazo armado en la región, la OTAN, planean intervenir militarmente en Libia y “salvar a su población del tirano Gaddafi”. Sin embargo, luego de sufrir el mundo un bloqueo informativo por parte de las cadenas imperialistas de noticias (FOX, CNN, ABC, El País, otros), Telesur y Al Jazeera, de América Latina y el Medio Oriente, respectivamente, rompieron el cerco mediático, informando al mundo lo que realmente pasaba en aquel legendario país. Ante ello, no le quedó más al Imperio que levantar el cerco a la información y destacar a sus corresponsales hacia el teatro de operaciones. Sacarlos de la seguridad de los hoteles de cinco estrellas donde se alojaban.

Esa derrota fue reconocida por la misma Secretaria de Estado de los Estados Unidos de América, Hillary Clinton, al expresar en una rueda de prensa: “Estamos perdiendo la guerra… la guerra informativa contra Al Jazeera”.

Ahora lo que queda, estimadas lectoras y lectores, es neutralizar el ansia guerrerista de gringos y europeos, que al verse descubiertos en sus mentiras y engaños, descaradamente han expresado que es hora de apoyar a la “insurgencia” con armas y ayuda humanitaria que no es más que con asesores militares, como ya lo están haciendo. Y, a pedido de la oposición, bombardear a Trípoli y las posiciones de Gaddafi para debilitarlo y respaldar a su cuartelada.

Esa insurgencia formada con ilusos y genuinos desafectos, será barrida al entrar a controlar las acciones las tropas imperiales. No solo será relegada a un segundo plano sino que perderán ante sus propios partidarios la fuerza de la moral si es que luchan genuinamente, pues serán vistos como los que dejaron entrar a los extranjeros que solo quieren su petróleo y agua. Partirán a Libia en dos o en varias “zonas liberadas” para luego avanzar hacia Trípoli. El pueblo libio sufrirá así pues, la peor de sus catástrofes en plena época contemporánea. Dejarán de ser el pueblo más avanzado del África para perecer miles de sus hijos en la guerra de liberación tal y como le aconteció a Irak y Afganistán.

Otros que sufrirán catástrofe, serán los pueblos vecinos, cuyas revoluciones no llegarán a más pues con tropas lindantes armadas con sofisticados instrumentos, las zonas del Magreb que escaparon a su control volverán a él, Túnez y Egipto.

Controlada esa zona y abastecidos de nuevo con el petróleo de Libia emprenderán la cruzada contra los iraníes que es la joya de la corona con la cual quieren hacerse.

El mundo entero, especialmente los trabajadores, recibirá así, la tercera catástrofe pues si se empujaba al capitalismo un paso más a su tumba, con esto saldría fortalecido y los pueblos postergarán su liberación. Estaremos asistiendo a la barbarización de otros muchos pueblos más mientras la acumulación se agiganta en las manos de unas cuantas elites mundiales.

Por ello, la importancia de seguir abriendo brecha y neutralizando el veto y a la tergiversación de la información que el monopolio mundial informativo ha declarado como el campo de batalla más importante.

Batalla de ideas, esa es la consigna. Pequeñas guerrillas cibernéticas que asalten los convoyes de mentiras de los consorcios y restablezcan la verdad sin la cual no puede existir movilización alguna.

Libia y el mundo urgen de ese trabajo continuo y sistemático, de lo contrario a lo largo y ancho del mundo lo lamentaremos.

Cada uno, desde su plataforma de comunicación puede crear una ola enorme de indignación contra el Imperio y sus secuaces. Ya se ha dado. ¿Por qué no puede pasar de nuevo y más grande?


 
*Economista y Profesor en Historia por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Colectivo de Acción y Reflexión “La Gotera”

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