Para lograr concluir con éxito cualquier asunto, hay que querer lograrlo con intensa fuerza, hay que saber cómo hacerlo y hay que poder hacerlo, tener libertad para poder actuar.
Querer, saber y poder. Si falla cualquiera de estas condiciones, estás asegurando el fracaso y tú no quieres que eso ocurra.
Querer es tener la firme voluntad de lograr el objetivo propuesto. Implica fe en uno mismo, convencimiento de que es posible, deseable y realizable la empresa propuesta. Más hace el que quiere que el que puede. Saber es adquirir o conocer cómo usar los conocimientos que tenemos para conducir nuestras actividades hacia donde nos interese. Debes siempre preocuparte en tener conocimientos sobre todas las actividades que realices. Nadie intenta domar una fiera sin saber cómo se hace, te destrozaría. Poder hacer algo quiere decir que ninguna circunstancia o voluntad ajena estorbará tus acciones. Siempre debes conservar la capacidad de poder hacer lo que te propones y si estás enfrentado a alguien, negarle o interferirle esta necesidad, pues en verdad, es una necesidad.
Para precaverte de las acciones que contra ti puedan hacer tanto las personas como el azar en general, debes tener una seguridad. Consiste adoptar un dispositivo que permita hacer frente con unas razonables garantías de éxito a cualquier agresión exterior a tus planes y acciones previstas o en curso.
Así mismo siempre debes quebrar la seguridad de tus adversarios. Esto se puede hacer mientras están planificando, preparándose para actuar o mientras actúan. Hay que atacar la mente del adversario y frustrar sus planes, esa es la mayor seguridad para ti y un gran quebranto para el competidor.
Frustra sus planes, rompe sus alianzas, ataca antes de que esté preparado, antes de que esté seguro. Evita que te lo hagan a ti.
También debes buscar la sorpresa en todas las acciones que realices en tu vida. Por sorpresa se entiende el emplear medios o métodos desconocidos por el resto de las personas o emplearlos en el lugar o momento más inesperados. Responder a una forma con una forma es franqueza, responder sin forma a la forma es sorpresa. Empleándola causarás grata impresión en seres queridos y en aliados; y sorprendiendo a tus adversarios o competidores lograrás gran ventaja sobre ellos. Es un estado de tu mente, piensa de manera totalmente diferente a como lo hacen los demás y la forma de lograr la sorpresa aparecerá de forma clara en tu pensamiento. Utiliza medios que ya nadie usa y empléalos de una forma que nadie haya empleado. Emplear el mismo tipo de estratagema que tu adversario es lo último que éste espera. El mismo tipo de sorpresa se puede emplear como máximo dos veces, después dejará de ser sorpresa. Elige el momento más inoportuno, el lugar más inesperado, los medios más increíbles y la sorpresa será total. Emplea la seguridad para protegerte de las sorpresas que el destino o tus competidores puedan lanzar contra tus acciones y planes.
Mide tus fuerzas cuando las emplees, no las agotes todas en una sola acción, ya que pueden hacer falta en sucesivas actividades o para responder a imprevistos. Sé comedido en el uso de tus medios, aprende a conseguir objetivos con las fuerzas justas, dosifícate. Poco mérito tiene conseguir algo si tienes gran abundancia de medios para lograrlo. Aumentará tu prestigio el ser capaz de lograr cualquier cosa con escasos medios. La maestría en medir tus fuerzas es emplear las de otros en provecho propio, hacer que el adversario se destruya a sí mismo, hacer que los demás hagan las cosas por ti. Así te mantienes fresco y renovado mientras los demás se desgastan.
Tus competidores buscarán siempre que realices acciones que con gran gasto de fuerzas no te hagan obtener grandes resultados. Querrán que te agotes, que te esfuerces sin lograr nada. Sabrás evitarlo y hacer que sean ellos los que padezcan en un estéril desierto sin medios ni resultados. Esto requiere práctica e inteligencia.
1 comentarios:
Un verdadero manual...
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