Rafael del Barco Carreras
Barcelona 13-12-2014. Inquietudes político-intelectuales de la semana: controlar y penalizar con la Ley de Defensa de la Propiedad Intelectual el máximo nivel de Libertad de Expresión e información de que se ha gozado en la más bien triste Historia de la Humanidad, o con la Ley de Seguridad (Ley Mordaza) la obligada queja callejera, y en Cataluña la obsesiva psicosis independentista abriendo embajadas y cerrando empresas. Califico de tan grave la noticia, que como decía ayer, es de obligada copia para su máximo conocimiento:
“CRÓNICA GLOBAL
Preocupación empresarial por la política catalana
A. QUINTÀ / El gran holding automovilístico Volkswagen y, por lo tanto, Seat, ve con temor la política secesionista de la Generalidad y empieza a reaccionar. Lo habían hecho la poderosa UBS y las muy catalanas CaixaBank, Sabadell y Catalana Occidente. Solo faltaba el esperado batacazo de BCN World.
Con GOOGLE y la independencia la globalización obliga. Que no digo que el fenómeno no necesite cierta contención, pero si la gran prensa española, incluso europea, creyó ganar el pulso y cobrar a GOOGLE, parece que lo perderá. Al igual que el independentismo catalán en su cerrada posición contra los intereses de Europa, no ya los de España y la propia Cataluña.
Aunque las repercusiones no son ni remotamente comparables, España puede vivir sin su Prensa, y ya imposible sin GOOGLE o INTERNET, y Cataluña es impensable sin España, e inviable sin Europa. A menos que nuestros dos millones de carolingios (muy revueltos racialmente) prefieran dedicarse a la agricultura de huerto, antes de que les confundan con los charnego-españoles. Ellos no son españoles, repiten incansables, a lo que yo siempre contesto que quiera o no me moriré con el inconfundible DNI.
He de confesar mi ignorancia, desde que como una vaca en una cacharrería me metí en GOOGLE entendí que la preeminencia de los grandes medios se debía a que pagaban. Por lo que cuando por primera vez, clicando una noticia o nombre me leí en la primera página de sus etiquetas, me felicité. Interpreté que sin pago alguno el gran robot me distinguía. La ingenua osadía de la ignorancia, que creció hasta que un día, no recuerdo cuando, me enteré de la guerra contra GOOGLE porque la Prensa pretendía cobrar por la "indexación" de sus contenidos. Consulté en GOOGLE la palabreja y pregunté a mis amigos informáticos. Y entre que nunca les entiendo, y me cierro a entender, o como yo no tienen zorra idea del supramundo de los grandes, decidí seguir utilizando la total capacidad brindada por Internet. Entendía que algunas de mis audacias bordeaban las leyes sobre la propiedad intelectual, y un par de veces en casi ocho años me exigieron retirar unas imágenes. Ha habido otras exigencias con amenazas que nunca se cumplen, pero ni caso.
Si a copar la gran Prensa las primeras páginas de GOOGLE, las operativas, añadía la imposibilidad de romper por ejemplo la de Jordi Pujol con su repetitivo CENTRE D´ESTUDIS y noticias siempre favorables, reafirmaba mi error sobre el dominio por pago, y a partir del 25 de julio, día de su confesión, la pagina "se rompió" con noticias críticas de los grandes medios, era evidente la inutilidad de mi empeño, no ya en extender mis opiniones y experiencias, sino generalizar la abyecta zona oscura del pujolismo: mi continua pregunta de cuánto cobraba Pujol, o cómo se compensaban entre ellos las extorsiones y chantajes de Piqué Vidal y Pascual Estevill, amén de repartos con Javier de la Rosa y similares.
Repito que el que ya creía mi inútil esfuerzo recibió un ligero respaldo cuando como “escritor” se me cita en el Parlament para declarar en la Comisión Pujol. Me leen más de lo que imagino, pensé. Pobre paga… pero más que suficiente para mí…
Ahora esperaré la deriva entre GOOGLE y la Ley de Propiedad Intelectual… para retomar mi anterior “línea editorial”… de no dejar corrupto títere con cabeza partiendo de las noticias que publique la gran Prensa…
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