La voz del periodismo cubano no ha podido ser apagada en los últimos
quince años en la denuncia del arresto, falsedad del proceso judicial y
las desmesuradas e injustas condenas impuestas en Estados Unidos contra
Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, quienes infiltraron a grupos y
organizaciones responsables de acciones terroristas contra Cuba para
obtener y transmitir información sobre sus planes criminales contra
nuestro pueblo, que incluso podrían causar víctimas estadounidenses o de
otros países.
No los guió la búsqueda de otro tipo de
información. Sólo aquella que garantizase el derecho del pueblo cubano a
defenderse de los actos terroristas que muchas muertes, heridos y
mutilados ya habían ocasionado.
Desde el mismo momento en que
fueron arrestados, en septiembre de 1998, se puso en marcha una
verdadera conjura mediática llamándolos “espías” y “peligrosos
criminales” que querían destruir a los Estados Unidos. Muchos años
después, quedó al descubierto que agencias oficiales del gobierno de los
Estados Unidos habían pagado a periodistas de medios de comunicación de
La Florida, al servicio de grupos terroristas, para incrementar un
clima hostil y adverso a los detenidos e influir en la decisión del
Jurado reunido en Miami, montando así un verdadero show contrario a lo
estipulado en la Constitución de los Estados Unidos sobre las garantías
procesales que deben tener todos los acusados de algún delito. Aún el
gobierno de Estados Unidos mantiene en secreto mucha información sobre
esa conjura caracterizada por un verdadero diluvio de mentiras.
El
IX Congreso de la UPEC, luego de que René González Sehwerert cumpliese
la injusta sanción y regresara definitivamente a la patria, y cuando las
puertas de una solución en los tribunales están casi cerradas, llama a
las organizaciones periodísticas internacionales y regionales y a los
periodistas honestos de Estados Unidos y otros países a que se dirijan
al presidente Obama, a las autoridades y al Congreso de Estados Unidos,
en reclamo de la puesta en libertad y el regreso inmediato a Cuba sin
condiciones de los cuatro luchadores antiterroristas cubanos que
permanecen encarcelados.
A los periodistas de Estados Unidos, a
aquellos que defienden el principio del ejercicio de un periodismo ético
y objetivo, les pedimos su ayuda en la demanda de que los grandes
medios rompan el muro de silencio e informen al pueblo estadounidense y
al mundo toda la verdad sobre este caso.
¡Hay que poner fin a
la injusticia! El presidente Obama, ejerciendo la autoridad que le
concede la Constitución de su nación, puede poner en libertad a Gerardo,
a Antonio, a Ramón y a Fernando. Se lo reconocería toda la humanidad
que anhela el alivio de las tensiones y la paz en la región y en el
mundo, y también el pueblo de Cuba que quiere a todos esos luchadores
antiterroristas en casa, junto a sus familiares y amigos, e integrados
en la obra de paz, bienestar y justicia social de la patria.
Escribió
José Martí que “los que pelean para hacer a los pueblos libres, o los
que padecen en pobreza y desgracia, para defender una gran verdad, esos
son héroes. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero,
va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados”.
Por su
resistencia y entereza, los Cinco están retratados en esos pensamientos
del Apóstol. Son sagrados, héroes y paradigmas de dignidad.
Queremos abrazarlos a todos en casa.
Si
la obcecada política de Estados Unidos lo impide, los periodistas
cubanos, con la pasión de la verdad, junto a todo nuestro pueblo, junto a
las fuerzas progresistas y amantes de la paz y la justicia social en
todo el mundo, continuaremos levantando nuestras voces y movilizándonos
por esa justa demanda.
IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba
Palacio de Convenciones, 13 de julio de 2013
Tomado de CubaPeriodistas
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