Hace
apenas unos días se celebró en Madrid la
IV edición del Salón Internacional de Tecnologías de
Seguridad y Defensa (Homsec
2013). Como se puede apreciar, no es otra cosa que una feria
de la muerte donde se potencia el comercio de armas a nivel planetario y en el
que, por supuesto, no falta el patrocinio
del Estado español (ni más ni menos que cinco ministerios apoyan el evento:
asuntos exteriores, interior, industria, economía y, por supuesto, el
ministerio de la guerra).
No
hay que olvidar en ningún momento que la industria de la muerte española, encabezada
por el ministerio de la guerra que actúa como representante comercial, sigue en
pleno apogeo siendo una de las más potentes a nivel mundial. Los últimos datos
disponibles (como comentábamos en esta entrada)
son del año 2011 y reflejaban ventas de armas por valor de unos 2.400 millones
de euros. Esto colocaba al Estado español en la séptima posición mundial (para
que luego se diga por ahí que este país sólo es puntero en telebasura y
deportes). Para ello, no se hace ascos a nada ni nadie y se vende a quién sea,
pasándose por el forro la escasa legislación existente que prohíbe la venta de
armas. Concretamente hay un supuesto legal que prohíbe la venta de armas en
caso de que las armas puedan ser utilizadas para perturbar la paz (me pregunto
yo qué arma no perturba la paz), la estabilidad o la seguridad en un ámbito
mundial o regional. Así pues, nos dedicamos a vender armas a los USA (el mayor
estado perturbador de la paz, por no decir terrorista, del mundo), a Arabia
(con su enorme respeto por los derechos humanos, sobre todo los de los que no
pertenecen a la casta real), a Marruecos (y sus poco perturbadores ataques a la
población saharaui), a Israel y su política genocida hacia Palestina, y un
sinfín de países que no se dedican a otra cosa más que a perturbar la paz
porque para eso es para lo que sirven las armas, para matar.
Volviendo
al tema del Homsec 2013 podemos observar en la web
del evento lo contentos que están todos por la alta afluencia de público, lo
cual significa que el volumen de negocios fue considerable. Por tanto, la venta
de máquinas de matar sigue a buen ritmo y podemos comprobar cómo la crisis no
afecta por igual a todos.
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