Por Gustavo Espinoza M. (*)
Adriana
Pérez O’Connor es quizá una de las mujeres más conocidas en Cuba. En
los últimos catorce años su nombre fue insertado o mencionado, en
innumerables oportunidades, en los más diversos medios de comunicación.
En el Perú, sin embargo, se le conoció muy poco, porque una gruesa
cortina de silencio tendió la “prensa grande” en torno a lo que ella
simboliza: la causa de los 5 héroes cubanos prisioneros del gobierno de
los Estados Unidos desde hace ya 14 años.
Nacida
en La Habana el 18 de enero de 1970, está graduada en ingeniería
química y es actualmente especialista del Instituto de Investigaciones
para la Industria Alimenticia en la isla, milita activamente en el
Partido e integra la Federación de Mujeres Cubanas, que diera renombre a
figuras descollantes como Celia Sánchez, Haydeé Santamaría y Vilma
Espín..
La
noche del pasado martes 14 de agosto arribó Adriana a suelo peruano
para participar en el XIII Encuentro de Solidaridad con Cuba que se
desarrolló en la acogedora ciudad de Chiclayo, en la costa norte del
Perú, del 17 al 19 del presente. Recibida por los amigos de Cuba y la
organización que promueve y alienta la lucha solidaria con los
antiterroristas cubanos, el Comité Peruano de Solidaridad, Adriana
cumplió un activo programa que complementará en los próximos días,
cuando retorne de La Paz, Bolivia, a donde viajó con el mismo propósito
que la convocó aquí.
Y
es que Adriana es hoy lo que nunca pensó que llegaría a ser: una
viajera infatigable que atraviesa continentes, cruza mares y montañas,
visita ciudades grandes y pequeñas, recorre aldeas y caminos y sostiene
entrevistas con millares de personas en todas partes, en busca de
justicia. Su esposo, Gerardo Hernández Nordelo, está condenado a dos
cadenas perpetuas más 15 años de cárcel en una prisión de los Estados
Unidos, sin haber cometido delito alguno y tan sólo por indagar acerca
del accionar terrorista que las bandas anticubanas que operan en Miami a
la sombra de la CIA, preparaban contra su país.
Detectado
por los servicios secretos yanquis, Gerardo fue detenido
intempestivamente el 12 de septiembre de 1998 y con él fueron privados
de su libertad Fernando González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y
René González. Ellos -“Los Cinco”, como los conoce el mundo- fueron
procesados y condenados por la Corte de La Florida luego de un proceso
cargado de irregularidades y vicios, a penas inhumanas, como la que se
abate hoy sobre Gerardo, el más castigado de todos.
Dar
la bienvenida a Adriana en el marco de este conflicto, es ciertamente
mucho más que un deber. Es una exigencia elemental de dignidad y de
decoro en un país como el nuestro en el que -desgraciadamente- hay
todavía gente que desconoce la historia, cautiva como se encuentra en
las redes de una prensa mafiosa y puesta al servicio de los opresores.
Adriana
es, físicamente, una mujer frágil. Delgada, y casi pequeña, ha sabido
acumular sin embargo, una energía excepcional. Eso es lo que la hace
estar siempre atenta a las cosas, seguir despierta las palabras que se
cruzan ante sus oídos y tener ante ellas una opinión ágil y aguda. No
calla nunca cuando se trata de decir la verdad, ni cuando juzga su deber
defender a su patria y a su pueblo.
Su
primera presentación en Lima, la tuvo en un lugar simbólico: la Casa
Museo José Mariátegui. Adriana concurrió allí para rendir homenaje al
Amauta y compartir su tiempo con un acogedor núcleo de intelectuales,
en el Rincón Rojo, en el mismo lugar en el que el autor de los “El Alma
matinal…” intercambiaba impresiones con sus colaboradores y amigos de
entonces, Adriana habló con fluidez en torno a su patria y su pueblo.
Fanny
Palacios Izquierdo, la pintora peruana que tiene a su cargo un activo
núcleo -“Intelectuales por los 5”- y que es hoy, al mismo Secretaria
General de los Amigos de Mariátegui, la acogió con sentidas palabras
comentando precisamente la sanción judicial impuesta por la jueza Lenard
y la actitud de la ilustre visitante: “Bien podríamos decir que esta
sentencia - y el hecho que Gerardo y sus hermanos de lucha se mantengan
en prisión- podrían haber convertido en un verdadero infierno la vida de
Adriana. Pero eso no es así. Y no lo es, porque ella se alimenta
cotidianamente con el infinito amor de sus compatriotas, y con la
solidaridad que es -como decía otro poeta: Pablo Neruda- el pan que nos
entregan los pueblos en cada recodo del camino”
Y
es que, en efecto, resulta sorprendente el elevado espíritu de lucha
que muestra esta aguerrida mujer, y la inmensa dignidad de la que hace
gala cuando aborda su causa ante cualquier escenario. Sin perder la
calma y sin mostrar resentimiento alguno, recurre a palabras simples
para expresar sus sentimientos, cargados de emoción y de ternura. Y no
le falta humor para evitar el contraste del dolor y la pena, y asegura
entonces que ella está aquí ahora sola, pero que mañana volverá con
Gerardo para saludarlos a todos con un plato peruano y una copa de
pisco.
Los
más calificados poetas peruanos de nuestro tiempo Marco Martos, Arturo
Corcuera, Hildebrando Pérez y otros, le tributaron un homenaje merecido y
especial; y leyeron sus versos saludando su presencia y adhiriendo su
poesía a la causa de los 5, en demanda de su inmediata libertad. De este
modo, un sentido recital fue el marco más logrado para este encuentro
entre justicia, belleza y poesía.
Nadie
era ajeno, por cierto al dolor que embargaba a Adriana en esa
circunstancia, pero todos éramos conscientes que ella era capaz de
mostrar la fuerza requerida por la circunstancia y luchar aún mucho más
para alcanzar su más caro objetivo: la libertad de Gerardo y sus
compañeros.
En
este marco, como se sabe, recientemente el abogado norteamericano
Martin Garbus –encargado de la causa- puso en evidencia en tinglado
mañoso que se pusiera en marcha para distorsionar el sentido de la
justicia en el juicio contra los 5. Denunció, en efecto, los afanes de
la prensa vendida que transgredió la verdad para influir en un Jurado
débil y obsecuente. En tan sólo 194 días, el Nuevo Herald divulgó 806
artículos con influencia negativa sobre el juicio, mientras en idéntico
lapso The Miami Herald presentó a la opinión pública otros 305. Todos
estos materiales fueron sufragados por el Estado Norteamericano con
recursos de los contribuyentes.
En
total ambos periódicos sumaron 1 111 artículos, un promedio de más de
cinco por día, denigrando a los procesados en Miami. La declaración de
Garbus permitió conocer la selección de los periodistas financiados para
generar y alimentar un ambiente hostil que condujera a la condena de
Gerardo y sus compañeros, así como las motivaciones de esas personas
para aceptar el dinero. En la relación de contratados aparece, entre
otros, uno conocido colaborador de la página editorial del diario “El
Comercio” de Lima: Carlos Alberto Montaner. Y es bueno que se precise
que las sumas recibidas por los beneficiarios oscilan entre los 3 000 y
los cien mil dólares.
Así
fue, en efecto, comprando testimonio, como la Corte Federal de La
Florida urdió las condenas contra los 5. Años más tarde, las “cadenas
perpetuas” dictadas contra Ramón Labañino y Antonio Guerrero, fueron
“revisadas” y convertidas en décadas de carcelería. Pero la sanción
contra Gerardo se mantuvo incólume porque simboliza el odio del Imperio
contra Cuba.
En
los próximos meses se celebrarán en Estados Unidos las elecciones
presidenciales y parlamentarias. Una magnífica oportunidad para Barack
Obama. Si gana podrá disponer la libertad de los 5 en medio de una
significativa victoria que le permitirá estar cuatro años más en la casa
Blanca. Y si pierde, tendrá la ocasión de despedir su gestión con un
acto de justicia que el mundo demanda.
En
el Perú, un país de cultura milenaria y de urgencias sociales que
alientan la vida y tocan las puertas de la esperanza; muchos esperan la
decisión del Premio Nobel de la Paz con la idea de que, finalmente, se
hará justicia.
El
Encuentro de Chiclayo de las Casas de la Amistad, que brindó su más
amplio respaldo a la lucha que libra por esta causa Adriana Pérez,
resolvió insistir ante el Gobierno de los Estados en legítima demanda de
justicia. Y es que allí, todos fuimos conscientes de una verdad que
fuera proclamada en su momento por las grandes figuras de nuestra
historia: la justicia que tarda, no es justicia. Gerardo y sus
compañeros no pueden estar un día más en prisión. (fin)
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera / http://nuestrabandera.lamula.pe
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