Versión de las palabras pronunciadas por el General de Ejército Raúl Castro Ruz en el Acto Central por el 26 de Julio en Guantánamo
Nuestro
pueblo tiene una vocación pacífica, pero siempre sabrá defenderse,
expresó el General de Ejército Raúl Castro, al dirigirse a los
guantanameros reunidos en la Plaza Mariana Grajales, en el acto central
por el aniversario 59 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos
Manuel de Céspedes.
Después
de la intervención de Machado Ventura en la clausura de dicho acto y
aclamado por la población guantanamera, el compañero Raúl acudió al
podio y señaló: "Yo no vengo a pronunciar un discurso, vengo a darles un
saludo a todos los que están aquí y a todos los que están en la
provincia de Guantánamo y en todo el país", y agregó a continuación:
"Este ha sido un acto ejemplar, como debieran ser todos los actos, con
una magnífica introducción de nuestros jóvenes artistas guantanameros y
de todos los que están en esta tribuna, y solo duró 55 minutos".
Luego
recordó las intensas jornadas que han caracterizado a estos días y
manifestó: "Ya Machado explicó que en esta semana pasada hemos tenido
una actividad muy intensa, no solo fueron tres discursos en cada uno de
los eventos señalados por Machado, ahí no se pronuncian discursos, salvo
en el Parlamento; los demás fueron discusiones, en algunos casos a
calzón quitado, en el Consejo de Ministros, en el Comité Central,
discutiendo y profundizando los mismos temas que después se fueron a
legalizar en el órgano supremo del Poder del Estado, que es nuestro
Parlamento, nuestra Asamblea Nacional".
Visiblemente
emocionado, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros
expresó que "sentimos un amor profundo por todo nuestro país, por toda
América Latina, y naturalmente por aquellos lugares donde vimos combatir
al pueblo, donde vimos caer a decenas de compañeros, donde vibra la
tierra. Aquí tiembla la tierra, porque no tiemblan los hombres, y
apostilló: "Eso es una guapería. ¡Ni los hombres, ni las mujeres, ni
toda Cuba tiemblan! Ni los hombres ni las mujeres de toda Cuba tiemblan,
y lo hemos demostrado en este más de medio siglo que llevamos en esta
lucha".
Recordó
que en esa tierra combatió junto a todos sus compañeros del Segundo
Frente Oriental Frank País. Les comentó a los cubanos y cubanas que al
acercarse a Guantánamo, estaba viendo con orgullo los cientos y cientos
de kilómetros que caminó Fidel desde el desembarco del yate Granma, en
Las Coloradas, hasta Guisa. También nosotros nos extendimos rápidamente
con un frente que llegó a alcanzar 12 mil kilómetros cuadrados por el
trabajo preparatorio de los guantanameros".
Después
con el tono de su jocosidad dijo que "el año que viene cumpliremos 60
años del ataque al cuartel Moncada" y agregó: "Ese día pondremos a
Machado a hablar en el Parlamento y yo hablaré en Santiago de Cuba", y
recordó que antes del Moncada habrá que ir a la Marcha de las Antorchas
con los estudiantes, con los heroicos estudiantes cubanos, desde la
Colina Universitaria hasta la Fragua Martiana, el 28 de enero, como hizo
la Generación del Centenario hace 60 años.
Raúl
señaló la necesidad de seguir adelante en el cumplimiento de las tareas
y señaló; "No voy a repetir lo que ya se ha planteado en el Congreso,
en la Conferencia Nacional del Partido, en todas las actividades. ¡Hay
que seguir! Hay que seguir adelante, al ritmo que decidamos los cubanos,
sin prisa, pero sin tregua, poco a poco, poco a poco".
Como
ejemplo de esa afirmación, recordó a los guantanameros que se
continuará perseverando por ir cumpliendo todas las metas que en un
momento fueron tal vez muy ambiciosas por el deseo de hacer cosas en
beneficio de la población y de la Revolución, pero que se van
planificando ahora, según las posibilidades de los recursos que
tengamos.
El
Primer Secretario del Comité Central del Partido subrayó que la
dirección está al tanto de todos los problemas que confronta el país,
que confronta la población: que los salarios están bajos, que hay muchas
dificultades; pero mientras no se avance en la producción y en la
productividad, empezando por aquellas tareas que están en la mano, que
se pueden lograr, como es la producción de alimentos para ahorrarnos
miles de millones de dólares de importación, no se podrán producir
aumentos salariales.
Dijo
que en un momento se les concedió a los maestros, no en la cantidad que
hubiéramos deseado, pero se hizo algo. Los mismos médicos ganan muy
poco. Así estamos todos, pero vivimos y mantenemos esta Revolución por
más de medio siglo, que es la gran proeza del pueblo cubano.
Haciendo
un recuento de nuestras luchas independentistas, Raúl describió la
firmeza del pueblo, desde los iniciadores de la primera guerra por la
soberanía del país en 1868; a los que combatieron en la Guerra Chiquita;
a Martí, que no cejó a pesar de fracasos como los de la Fernandina,
cuando perdió las armas que con tanto esfuerzo tabaqueros cubanos en
Estados Unidos habían reunido, y desembarcó con Gómez por Cajobabo para
la gesta de 1895, mientras por Duaba lo hacían Antonio y José Maceo, y
Flor Crombet. Se refirió a la intervención norteamericana que no dejó
que los mambises entraran victoriosos en Santiago de Cuba, iniciándose,
desde el 1ro. de enero de 1899 un dominio total de los Estados Unidos.
Nos
dejaron un himno, un escudo y una bandera, "eso fue suficiente para
reconquistar lo demás", sentenció. Comentó que si se hace una
comparación entre el último censo de población efectuado por la
metrópoli española y el primero de los intervencionistas
norteamericanos, aparece una considerable disminución de la población
cubana.
Abundando
en esa época de tanta subordinación de la burguesía al imperio, Raúl
subrayó que fueron "¡sesenta años de dominio absoluto!, hasta el extremo
de que la llegada del señor embajador de Estados Unidos era más
importante que la elección de un presidente. Y era real, era más
importante el embajador americano que el presidente de la República, y
algunos periódicos en sus cintillos sencillamente ni el nombre decían,
ni el país de donde procedía; sencillamente decían: "Llegó el
Embajador", o sea, llegó el manda más, hasta que en una fecha igual, 60
años después, a la capital de la república —después de haberse combatido
en todo el país en la lucha guerrillera o clandestina— llegaron los
barbudos de Fidel y se acabó el relajo".
Comentó
Raúl que ahora aspiran, con el apoyo de sus grupúsculos, a que suceda
aquí lo de Libia, o lo que quieren hacer con Siria, pero advirtió que
esta es una islita pacífica, que nos gusta bailar, hacer amistad con
todos, incluyendo a Estados Unidos, pero es un pueblito rebencudo y si
quieren confrontación es mejor que sea solo en el béisbol, o en
cualquier otro tipo de deporte, donde a veces ganan ellos y a veces nos
toca a nosotros, pero en lo demás no, que nos respeten.
No
se puede dirigir el mundo, y mucho menos basado en la mentira repetida,
al estilo del ministro de propaganda de Hitler. El día que quieran la
mesa está servida, como ya se les ha dicho. Si quieren discutir, reiteró
el Presidente de los Consejos de estado y de Ministros, discutiremos,
sobre derechos humanos, democracia, sobre todos esos cuentos que han
inventado en los últimos años. Vamos a discutir de todo, pero en
igualdad de condiciones, porque no somos sometidos, ni títeres de nadie.
Y convocó, además, a debatir los problemas de sus aliados, de la Europa
occidental, fundamentalmente.
Mientras
tanto, aquí estamos con más cosas o menos cosas, pero siempre con la
caballería lista por si acaso. Y acotó, sin embargo, que "una vez más
proclamo aquí nuestra vocación pacífica. No tenemos ningún interés en
hacerle daño a nadie pero nuestro pueblo sabe defenderse, aquí no hay
que decirle a nadie lo que tiene que hacer".
Y
concluyó: "en nombre del compañero Fidel y de todos los dirigentes del
país, algunos de los cuales están aquí —ya Machado lo dijo—, un abrazo a
todos los guantanameros y guantanameras".
Fuente Periódico Granma
0 comentarios:
Publicar un comentario
Seamos el cambio