Por Acratosaurio Rex
Ni al peor de sus enemigos le desea el mal el Acratosaurio, así que la última y célebre luxación de cadera del Reino ha sido contemplada con la angustia del que ve la caída de un anciano. Solo se puede uno detener y echarle la mano para ayudarlo. Así somos los anarquistas. Lo que me parece increíble es el que el anciano desoiga mis consejos, y se deje ingresar en la privada. Y mira que se lo dije: «no vayas a la privada, no vayas a la privada tío, hazme caso, que esas habitaciones lujosas y luego te joden»… Pero claro, un prenda como ese que se dedica a matar cachalotes... Si la máquina del tiempo funcionase, se iría al jurásico a liquidar diplodocus.
Una luxación de cadera dicen que ha tenido. Y ni corto ni perezoso, lo meten en la UCI del hospital de la Privada. ¿La UCI por una luxación de una cadera operada? A mi vecina la Carmen Chucena, operada de la rodilla derecha la largaron a los cuatro días con el andador a casa, una hoja de ejercicios, y las pastis de analgésicos y anticoagulantes. Arreando señora, y al año que viene ya veremos si hay que pagar la prótesis y el andador. Y cuando mi vecina ha precisado atención urgente para la hinchazón, en Urgencias le han dicho que es normal, porque es pobre. Al rico y poderoso no le dicen "es normal, se me aguanta usted". Al rico por un dolor que le da estando sentado, corriendo a la UCI a ver qué le pasa, ¡a la UCI a pasar la noche! con siete traumatólogos echando el ojo al ilustre visitante en el quirófano. A un cero barra le coge en Puerta la enfermera de triaje y luego el residente, y le ponen en pie en cinco minutos. O en la cama un mes.
Así, ¿qué clase de opinión va a tener un representante del Estado de la Sanidad de los súbditos? Una muy equivocada. Ese tío no tiene ni santa zorra idea. No ha tenido que pasar por el Centro de Salud, no ha pedido cita al Trauma, no ha aguardado pacientemente meses a que le llame la Administrativa, «¿Fulanito de tal…? Que te vengas el día siete en ayunas… Sí cariño, a las siete el siete del siete». No se ha tirado cinco días en la habitación de a dos conversando con el vecino y con su familia. «Pues yo fui tubero, me jubilé el año pasado con mi edad, coloqué los tubos del gaseoducto de Huelva y tengo tres hijos en el paro y seis nietos viviendo conmigo ¿Y tú que has sido, de qué me suena tu cara?» «Pues yo he sido nada y sigo siendo nada».
Baja del sillón cachoperro, que no te sacan de ahí ni con alicates. Y deja la Privada, que la Pública es cojonuda. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
Ni al peor de sus enemigos le desea el mal el Acratosaurio, así que la última y célebre luxación de cadera del Reino ha sido contemplada con la angustia del que ve la caída de un anciano. Solo se puede uno detener y echarle la mano para ayudarlo. Así somos los anarquistas. Lo que me parece increíble es el que el anciano desoiga mis consejos, y se deje ingresar en la privada. Y mira que se lo dije: «no vayas a la privada, no vayas a la privada tío, hazme caso, que esas habitaciones lujosas y luego te joden»… Pero claro, un prenda como ese que se dedica a matar cachalotes... Si la máquina del tiempo funcionase, se iría al jurásico a liquidar diplodocus.
Una luxación de cadera dicen que ha tenido. Y ni corto ni perezoso, lo meten en la UCI del hospital de la Privada. ¿La UCI por una luxación de una cadera operada? A mi vecina la Carmen Chucena, operada de la rodilla derecha la largaron a los cuatro días con el andador a casa, una hoja de ejercicios, y las pastis de analgésicos y anticoagulantes. Arreando señora, y al año que viene ya veremos si hay que pagar la prótesis y el andador. Y cuando mi vecina ha precisado atención urgente para la hinchazón, en Urgencias le han dicho que es normal, porque es pobre. Al rico y poderoso no le dicen "es normal, se me aguanta usted". Al rico por un dolor que le da estando sentado, corriendo a la UCI a ver qué le pasa, ¡a la UCI a pasar la noche! con siete traumatólogos echando el ojo al ilustre visitante en el quirófano. A un cero barra le coge en Puerta la enfermera de triaje y luego el residente, y le ponen en pie en cinco minutos. O en la cama un mes.
Así, ¿qué clase de opinión va a tener un representante del Estado de la Sanidad de los súbditos? Una muy equivocada. Ese tío no tiene ni santa zorra idea. No ha tenido que pasar por el Centro de Salud, no ha pedido cita al Trauma, no ha aguardado pacientemente meses a que le llame la Administrativa, «¿Fulanito de tal…? Que te vengas el día siete en ayunas… Sí cariño, a las siete el siete del siete». No se ha tirado cinco días en la habitación de a dos conversando con el vecino y con su familia. «Pues yo fui tubero, me jubilé el año pasado con mi edad, coloqué los tubos del gaseoducto de Huelva y tengo tres hijos en el paro y seis nietos viviendo conmigo ¿Y tú que has sido, de qué me suena tu cara?» «Pues yo he sido nada y sigo siendo nada».
Baja del sillón cachoperro, que no te sacan de ahí ni con alicates. Y deja la Privada, que la Pública es cojonuda. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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