¡Bravo Acratosaurio , bravo!...
KoanPor Acratosaurio Rex
De nuevo acertaron los de los sondeos. Así que ya se puede prescindir de todo ese rollo de elecciones anticipadas y periódicas. Puede ahorrarse el país y los partidos el gasto y la molestia. Cada seis meses, una encuesta rigurosa, y se puede cambiar el Gobierno… Podría hablar de eso. Pero en esta ocasión quiero resaltar que los verdaderos ganadores de estas elecciones, han sido los grandes abstencionistas.
Los grandes abstencionistas son esas personas que saben que su voto individual, a la hora de hacer política, vale tanto como un kilo de mierda. Y como tienen la certeza de que votando no consiguen nada, se dedican a quehaceres más productivos.
Los grandes abstencionistas, miran con desprecio y carcajada a ese rebaño crédulo, que se dirige en filas a dar su aval al verdugo que
les pondrá en la horca. Curiosísimo que las masas no solo acepten resignadamente el castigo, sino que encima le den al sicario
suculentos privilegios.
Los grandes abstencionistas no pierden el tiempo haciendo cola en el Colegio Electoral, no muestran el carné al presidente de mesa, no se meten en la cabina a masturbarse a dos manos soñando con no se sabe bien qué pamplina.
Los grandes abstencionistas son personas que tienen las ideas claras.
Su materialismo les aleja de la superstición y la mentira del voto. Se organizan para defender sus intereses, y lo hacen en la arena de la
Lucha de Clases. Son personas activas, que no pierden el tiempo en chorradas.
Los grandes abstencionistas han superado esos fetiches que hablan del Gobierno del Pueblo. Coordinados, hábiles, implacables, comprenden las causas y los efectos de la vida social, y atraviesan el estrecho y la cadena de arrecifes sin escuchar los cantos de sirenas.
Los grandes abstencionistas son los que han ganado en estas
elecciones. Os lo explico: fijaros que siempre en la prensa, en el día electoral, se nos cuenta cuándo han votado los líderes políticos.
Vedlos sonrientes, al calvo, al de las barbas, al corrupto y al
aspirante al sillón electo. De buena mañana, muy temprano, todos los interesados en estar presentes en el mundillo, dirigentes, líderes, cargos con carisma o sin él, cumplen con el ritual porque les va la nómina en ello. En cambio, a los grandes abstencionistas, el voto se la pela.
Abrid los ojos, oh absurdos votantes: nunca veréis a un gran banquero, a un gran empresario, a un gran millonario, votando. Nunca. Ellos saben que su voto es irrelevante para conseguir sus propósitos. A él le basta una insinuación, un leve movimiento de cejas, una llamada de teléfono, para que miles de esbirros corran a cumplir sus deseos. Esos son los grandes abstencionistas. Activos y vibrantes, viajan, ordenan, mandan, devoran, dominan el mundo. Y tú, votante carajote, una vez más, les has dado la victoria.
Los pequeños abstencionistas, seguimos en la brega. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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