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Dar en el clavo

lunes, 7 de noviembre de 2011
 Por Acratosaurio Rex

Complicadísimo eso de dar en el clavo con los ojos vendados, las manos atadas y sin martillo. Los que a pesar de todo piensan que hay que votar, la pregunta es, ¿a quién? Porque claro, si resulta que el voto es un derecho, una herramienta, una posibilidad, todo eso que cuentan los que aseguran que votar no es incompatible con el derecho a reunirse, a protestar… ¿A quién hay que dar el voto? ¿Al mejor candidato? ¿Al que puede ganar? ¿Al que puede perder?...

Y en este punto, nadie sabe muy bien qué hacer, o más bien cada cual se monta una película: que si a partidos pequeños, que si a partidos medianos, que si a partidos parlamentarios… ¿Para que hagan qué? ¡Pero si el Programa no lo ha cumplido ni al 10% ningún partido del planeta! Salvo que por programa se entienda, gruesa cosecha de liberados y clientes.

Por supuesto: abstenerse tampoco va a arreglar nada. Pero abstenerse no va a estropear nada tampoco. En cambio votar al Partido del Pueblo, o al Partido Obrero, o al Partido Nacional… Es darle a alguien el carnet de flotar en medio de la mierda mientras los demás la llevamos hasta el borde de los labios y la tragamos. Lo cual puede ser meritorio, pero escaso nutriente. Y votar a un perdedor nato, o a alguien que ni pincha ni corta, es tan ridículo (ya puestos) como no votar.

Sí. Cierto. El derecho al voto y la acción en la calle son
compatibles, por supuesto. Tan compatible como rezar a Dios para que acabe la crisis, y llevar a cabo protestas. La utilidad de unas cosas y otras, me parecen diferentes de cara a lograr el objetivo. Porque si se trata de tranquilizar el espíritu, el yoga, la oración y la dieta pueden ser buenas opciones. Pero para lograr justicia, equidad y libertad, la oración es tan mala idea como el voto.
Y, piénsalo. Imagina que esa opción pequeña, minoritaria, honrada, ja, que beneficiaría al pueblo, ja, y que tú vas a votar, fuese elegida
por millones de personas. Es difícil, mucho, que eso pase, porque por los motivos que llevo exponiendo esta semana, el pueblo vota siempre por los candidatos que joden sus intereses, es así. Imagina pues, te lo ruego, que todo el mundo vota a esa opción tuya tan maja, tan meritoria, tan escasa… De inmediato estarás creando un monstruo. El pequeño partido dejará de serlo para convertirse en el Gran Partido Cabronario, lleno de advenedizos y de ventajistas que mirarán al pueblo al que dicen servir por encima del hombro.

Así que amigo absentista, el votante, no solo intenta dar en el clavo
con las manos atadas a la espalda, los ojos vendados, y sin martillo,
sino incluso sin clavo... Y dice encima que acierta. Lo que es de uno
es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de
uno.

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