De sobra conocida la reforma de la Constitución (hasta hace bien poco intocable al parecer de los que ahora mismo le meten mano sin rubor) que van a perpetrar los máximos dirigentes de la dictadura capitalista que sufre España, no hay ya ningún motivo por el cual no debamos todos y todas salir a la calle y luchar por la democracia (voy a obviar lo de “verdadera democracia” porque democracia sólo hay una: la del pueblo).
Personalmente, sigo apostando por la desobediencia civil y la noviolencia, lo que no significa que no me defienda si me parten la cara; pero que cada cual luche como crea oportuno. Mi apuesta es no violenta tanto por convicción personal como porque no puedo olvidar que el Estado y sus aliados mantienen, a día de hoy, el monopolio de la violencia sobre todos los ámbitos. Ellos tienen los medios, nosotros, la razón.
La razón de saber que la verdad y la justicia está de nuestro lado, la razón de padecer día tras día esta falsa democracia que dura ya demasiados años y contra la cual es nuestro deber moral rebelarnos.
La reforma constitucional es la gota que colma el vaso (sé que a muchos de los que vais a leer esto el vaso se os colmó hace mucho tiempo). Es poner de manifiesto que las personas no pintamos nada en las decisiones que afectan a nuestra vida y a cómo queremos vivirla. Está reforma deja muy claro quién manda aquí y ahora más que nunca es necesario denunciar este binomio fascista que constituyen Estado y Capitalismo. Han pasado por encima del pueblo sin ningún problema y han destrozado la que, se supone, es la Carta Magna de todos los que vivimos en este territorio llamado España, al que sólo le queda llorar ante la caída hacia el vacío que la sociedad que habita en él, ha emprendido.
Sólo por si alguien anda perdido diré que esta reforma tiene muchos significados, los más destacados en mi opinión:
- Significa el final de la ilusión democrática en la que muchos todavía vivían. La soberanía y el poder no reside en el pueblo sino en el Estado y el Capital.
- Significa la consagración del capitalismo más salvaje y depredador a la altura de dogma de fe obligatorio.
- Significa que nuestras vidas son del sistema financiero y queda sellado en las reglas del juego.
- Significa que sólo aquellos que posean dinero a granel tendrán asegurada una vida digna.
- Finalmente, significa que la historia continua y nada cambia. Siempre el pueblo ha sufrido y así seguirá.
Vivimos en una época muy triste para las personas, creímos haber tocado el cielo y ahora vemos que todo era una ilusión. Creímos que el mundo iba a mejor, que luchábamos contra el hambre y la miseria en el mundo; y resulta que, cada vez más, la vemos a nuestro alrededor. Como ya digo, esto no es sólo por la reforma de la Constitución que, al fin y al cabo, siempre ha sido papel mojado cuando les ha interesado. Esto es por la miseria moral de la que todos participamos y que no somos capaces de dejar atrás.
Sólo espero que esta reforma sirva para que la gente despierte y no se deje engañar nunca más por esa calaña política que dicen servirnos y lo único que hacen es apretar más y más la soga que el Capital ha puesto alrededor de nuestro cuello.
Fuente: Quebrantando el silencio
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