Ha sido una semana de emociones intensas que se iniciaba con docenas de manifestaciones por todo el territorio nacional seguidas de multitud de concentraciones asamblearias y finalizada con unas elecciones donde, sin entrar mucho en detalles, es fácilmente observable otro nuevo triunfo de la "oficialidad" del sistema (esta vez le ha tocado a la mitad azul manteniendo así la falsa ilusión de diversidad ideológica que el sistema divide entre rojo y azul).
Muchas reflexiones se pueden hacer sobre este breve pero intenso periodo de tiempo. Hoy, sin embargo, queremos hablar de lo vivido y experimentado en primera persona.
No sé si había algún tipo de interés oculto en los orígenes de lo que los medios de desinformación llaman Movimiento 15M pero si lo había podéis estar seguros de que se les ha ido de las manos porque más allá de lo que pueda suceder de aquí en adelante, en mi opinión, hay una serie de cuestiones que van a quedar ahí como éxitos indiscutibles.
En primer lugar, se ha logrado sacar a la calle la política, la realidad social y muchos otros temas, superando y ampliando los habituales lugares de discusión de este tipo de cuestiones. Para mí, está siendo una gozada poder hablar, sobre todo, intercambiar opiniones e informaciones con otras personas cara a cara (más allá de la oportunidad de hacerlo virtualmente que me ofrece este blog y vuestras estimadas y necesarias colaboraciones).
En segundo lugar, se ha logrado establecer una forma de trabajo asambleario, totalmente horizontal, que dista mucho de la metodología jerárquica a la que la mayoría estamos acostumbrados. Cuando ves que realmente cualquier voz es escuchada y cualquier opinión tenida en cuenta, entiendes el profundo significado que están teniendo estas asambleas públicas.
En tercer lugar, se ha recuperado la calle (concretamente las plazas) como lugar de encuentro, reunión y discusión entre las personas. En una cultura como la nuestra en la que esto debiera ser lo más normal del mundo, es algo que sorprende porque sin darnos cuenta el ritmo de vida al que nos somete el sistema había conseguido aislarnos de las personas y los espacios públicos.
Para el final he dejado lo que, en mi opinión, considero el mayor éxito de todo este movimiento.
Se ha creado una especie de energía colectiva que está sirviendo para unir a muchos desconocidos que a pesar de vivir en las mismas ciudades y compartir intereses (por lo menos el interés de luchar por aquello que considera justo) jamás se habían visto. Esto servirá para crear nuevas redes de personas que independientemente de que los campamentos se levanten van a seguir adelante porque se ha encendido una llama que nadie será capaz de apagar.
Fuente:
Quebrantando el silencio
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