Las propuestas de Reforma de la Ley Electoral

 Por Acratosaurio Rex

En las acampadas y sambleas de estos días, estoy escuchando propuestas de reforma de la ley. Tenedlo claro: crisis económica apabullante, corrupción política cronificada,valores ciudadanos basados en el enchufismo y la sumisión, ricos que se siguen forrando, planeta que se calienta y petróleo que se acaba, no se van a resolver reformando la ley electoral. El Acratosaurio intentó explicarlo ayer con grandes voces, pero entre el jaleo que había, la garganta ronca, tener que ir a mear con frecuencia y la mala megafonía, la multitud confundió mi discurso con el sonido del celo del ciervo en la berrea.
Pero como cada cual tiene derecho a decir la tontería que se le ocurra, vamos a comentar dos. La primera, es el temor que tienen algunos bienpensantes, contra los radikales. Dicen esos pollos que este movimiento no va contra el Sistema. Dicen que son ciudadanos normales indignados (y lo que os queda hijos míos), y que los anarquistas, perroflautas, republicanos del PSOE, islamistas y etarras (forman un compacto bloque ideológico, según La Razón) deben quedarse en sus casas (por antiestétikos). Bueno… No. Los perroflautas hemos estado saliendo a la calle durante décadas a que la poli nos identificase, mientras que a los ciudadanos se las pelaba todo, y, ahora, que hay jaleo, no nos vamos a quedar en casa. Y menos aún, cuando los que dirigimos este movimiento somos los perroflautas. Todas las mañanas, encapuchados, tras la lectura del Corán, trasmitimos las consignas desde el zulo del minarete.  

Lo del voto a los partidos minoritarios también tiene guasa. Expliqué (1) que votar a muchas pequeñas candidaturas dispersa el voto y beneficia al PSOE y al PP tanto como el voto en blanco. Votar a partidos pequeños encierra una contradicción insalvable: ¿a cuál? ¿al Partido Guay? ¿A Rosa Díez? ¿A IU? ¿Al Partido Nazi Recalcitrante? ¿A Hezbolá? [silencio]. La lista de PEPs (partidos estúpidamente pequeños) es grande.

 

Pero, más aún: si nos ponemos todos de acuerdo para votar a un partido pequeño, deja de ser pequeño y se vuelve grande. En realidad votar a un pequeño partido sin ponernos de acuerdo, es como votar en blanco. Y votar a un pequeño partido todos a la vez, es darle tamaño y dejar que entre en el Gobierno, y se dedique a forjar alianzas para bien del país y sueldos de cargos públicos. Como en Italia, donde la gente se hartó tanto de los partidos pequeños, que acabaron encumbrando a Berlusconi.

 

¿Y la abstención? Con la que hay liada, es bastante posible que vote más gente de la habitual. Los mítines de los partidos congregan a decenas de miles de seguidores (bocadillo, autobús y banderita de plástico). Los enchufados también se movilizan.

 

Severa dirección antisistema desde el zulo talibán republicano, trasmitiendo la consigna a masas despolitizadas: Feliz Madrugada de la Jornada de Reflexión. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.