Si preguntaran a cualquier anarquista que se precie de serlo o por lo menos de conocer un poco la ideología anarquista, les diría que si bien estos fenómenos de "indignados", "occupy" y "15m(s)", implementan algunos de los postulados y metodologías anarquistas, no son en lo absoluto representantes ni representativos del tremendo poder ético, moral, revolucionario y solidario que porta y propugna el anarquismo.
Se suele confundir el pos modernismo y su búsqueda incansable de lo sensual, la falta de disciplina o mejor dicho auto-organización y sobre todo el sin sabor y vértigo creciente de lo que Gilles Lipovetsky dio a llamar en su libro "La era del vacío", con anarquismo.
Cierto es que los anarquistas andan rondando, apoyando y difundiendo su mensaje en todos estos movimientos, pero no hay que confundir su presentación y apoyo en tales movimientos, con el aval y apoyo incondicional a muchos de sus planteamientos, luchas o reivindicaciones que por lo demás cabe decir que son reformistas, amantes del estado de bienestar y demandadores o exigidores del papel "protector" del Estado en nuestras vidas.
Para mí, el anarquismo tiene espíritu, coraje, valentía y por sobre todo, heroísmo.
Lo que este artículo da en llamar "nuevos anarquistas" no son más que club de amigos, pacifistas a ultranza, pequeño burgueses aspirantes a intelectualoides, chicos (y adultos) emocionados por descubrir el hilo negro de la "gran conspiración", pousers en busca de reconocimiento e ilusos románticos, incluso hay los que van en busca de "menos bla bla y más glu glu"
Hace algunos años escuche una definición del anarquismo que quiso ser descalificadora pero que para mi fue muy reveladora y que creo que sin querer, su supuesta rudeza me ayudo a entender mejor lo que en realidad significa el anarquismo. La frase en cuestión era así: "El anarquismo es una forma de organización de la vida social, política y cultural de una calidad tal, que PRESUPONE la existencia de individuos o personas con esa misma calidad". He aquí la gran dificultad...
No se si seré de la vieja o nueva escuela del anarquismo, no se si haya dos escuelas en los ideales humanos y emancipadores, pero no entiendo , o mejor dicho, no me identifico para nada con lo aquí llamado "life style anarquista"; Poner una etiqueta de caracter capitalista y consumista a un ideal que por esencia va en contra de tales etiquetas, creo que es por demás patético y si me lo permiten, hasta burlón. Aunque un excelente ejemplo de la capacidad de la hegemonía capitalista de engullir al enemigo para sacar provecho de el...que no nos sorprenda ver pronto playeras de marca con la foto de Flores Magón, Durruti o Bakunin, como de hecho ya le sucedio al Che o a Marx.
En resumen, los ejemplos que presenta este artículo son todo menos anarquistas; buen intento del articulista, pero demuestra su falta de conocimiento del ideario, historia y fundamentos (ganados a pulso) del anarquismo, que si bien abarcan las acciones de estos grupos "buena vibra", el anarquismo tiene mucha más ambición, profundidad y carácter que los perseguido por estos movimientos new age y "party time".
Koan
Pero ese no fue su origen. ‘Anarquía‘ procede del término griego anarchía y significa ‘sin gobernante’, ‘sin dirigente’ o ‘sin señor’. El añadido de ‘caos’ vino después. Los poderes políticos y religiosos se encargaron del ultraje sistemático de esta palabra hasta que Pierre-Joseph Proudhon la rescató, en 1840, en su libro ¿Qué es la propiedad?, y la volvió a emplear para referirse a una forma de organización sin gobierno ni jerarquías.
La esencia del anarquismo reside en la sustitución de una autoridad, pública o privada, por la autogestión, colaboración, asociación voluntaria o cooperación entre personas libres y unidas por unos mismos intereses. Partiendo de esa base, la anarquía ha pasado por filtros de pensadores absolutamente distintos. Desde liberales que repudian cualquier injerencia del estado en el libre mercado a socialistas y comunistas.
“El anarquismo está por todas partes. Los únicos que no se dan cuenta son los anarquistas (excepto algunos)” En los siglos XIX y XX la anarquía ha estado en la base de muchas ideologías y en las formas de organización de algunas épocas y territorios. En España, por ejemplo. Este país es “el más importante en la historia del movimiento anarquista”, según escribió Salvador Giner en su Historia del pensamiento social. Pero no siguió la doctrina más pura. Al estallar la guerra civil, en 1936, los movimientos anarquistas protegieron al poder público y adoptaron un grado de organización más alto del que aman los libertarios.
En el siglo XXI el anarquismo se vuelve a manifestar en múltiples formas y está, incluso, en muchas más manos de lo que se pudiera imaginar. En colectivos y culturas urbanas que probablemente ni siquiera hayan oído hablar de Bakunin, el Príncipe Kropotkin o Proudhon (los llamados ‘padres’ de esta filosofía política y social).
Uno de los autores que defiende la teoría de que el anarquismo está en las entrañas del nuevo siglo es Nato Thompson. Lo afirma categóricamente en su ensayo La venganza del anarquista: O, dicho de otro modo, la venganza del anarquismo contra los anarquistas.
El escritor estadounidense dice que “el anarquismo está por todas partes. Los únicos que no se dan cuenta son los anarquistas (excepto algunos)”. Al igual que muchos pensadores, Thompson considera que Occupy es un “resultado directo del anarquismo, en especial, de las tendencia desarrolladas en España [15-M] y su interés por los métodos de organización que dejan de lado lo jerárquico y favorecen el consenso. Este ethos [carácter, personalidad] subyacente de rechazo a las jerarquías, la puesta en valor del consenso y la inherente paranoia ante el poder y todos sus frentes (tanto el gubernamental como el corporativo) son pistas claras de la influencia anarquista”.
El comisario de la institución neoyorquina de arte Creative Time asegura que, en la actualidad, “nos rodean tantos métodos propios del anarquismo que resulta difícil reconocerlos como tales, ya que en el transcurso de los últimos quince años han comenzado a permear en las condiciones de vida urbanas”.
El anarquismo se ha convertido en un estilo de vida y ha originado un tipo de personas que Thompson denomina “anarquistas lifestyle” (anarquistas en su estilo de vida). El concepto no es suyo, según dice en una entrevista realizada por correo electrónico. Lo escucha a menudo, “de forma coloquial”, de la gente que le rodea. “Lo que me gusta de la versión del anarquismo lifestyle es que es una política que se vive y se practica. Para estos individuos la anarquía no es solo una serie de valores. Es una forma de vivir en el mundo”.
El especialista en arte y humanismo piensa que el marxismo derivó hacia “los claustros de la academia”. El pensamiento anarquista, en cambio, se enraizó en “nuevos modos de estar en el mundo”. Son “todas las formas de organización no jerárquicas” y hay miles de ejemplos en las ciudades. Allí donde se autoorganizan los individuos sin la presencia de una empresa o una administración. Thompson cita “los programas de compartir comida como Food not Bombs, las concentraciones de bicicletas como Bici crítica, los huertos urbanos y jardines comunitarios, las emisoras de radio piratas, las actividades de los hackers, los espectáculos punk, los movimientos okupas, el trueque y las formas artesanales de comercio, las asambleas o el Do It Yourself (Hazlo tú mismo)”.
Estas formas de actuar están en el centro de la vida urbana contemporánea, según Thompson, y esto implica que el poder y la toma de decisiones, que un día se lanzó muy lejos, vuelve a la esfera local.
Un ejemplo de estas nuevas formas de autoorganización se puede ver, según el experto en gestión del conocimiento, en el Plano de calles tranquilas para ir en bici por Madrid. Un grupo de personas han creado un mapa, publicado en la web Enbicipormadrid.es, que indica las vías de tráfico moderado, pendientes suaves, recorridos que no atraviesan grandes avenidas y otros datos de interés para circular en bici de forma segura y placentera. “La comunidad se organiza para diseñar un mapa sin esperar a que la administración le ayude”, señala Di Siena. “Otras formas de autogestión son el urbanismo open source, el consumo colaborativo, la gestión distribuida…”.
El urbanista y especialista en gestión del conocimiento enfatiza que esta forma de anarquía “no es tanto que nos pongamos de acuerdo sobre un tema como que, mediante el diálogo y el intercambio de ideas, vamos modificando nuestros pensamientos y nuestras acciones”.
Di Siena insiste en que los modelos anárquicos no implican individualismo. Al contrario. Se trata de tener en cuenta la individualidad dentro de una comunidad. “Las personas, durante la conversación, van cambiando sus ideas y del diálogo con el grupo y la interacción con el entorno se toma una decisión”, especifica Di Siena. “Estos pequeños movimientos generan inteligencia colectiva y agilizan la toma de decisiones en tiempo real. Eso es lo que ocurrió en la primera acampada del 15-M. Nadie dijo que había que ocupar la Puerta del Sol. Surgió de la emoción y se decidió en ese momento”.
En los últimos 20 años el lifestyle anarquista ha pasado de los punks okupas a la cultura hípster, pero, según Thompson, quizá ni ellos mismos lo sepan. En su vuelta a lo local, lo artesano, las prendas de punto, las bicis y los jardines comunitarios reside una forma de anarquismo que, de acuerdo con el estadounidense, “se han escabullido de entre los dedos de los anarquistas hace más de una década, para convertirse ahora en el ethos que define a toda una generación urbana”.
“También puede resultar frustrante para muchos anarquistas políticos ver a tantos activistas hípsteres emitiendo críticas tan débilmente articuladas respecto al poder, capitalismo, género, raza, progreso, etc.” “No me sorprende que muchos participantes en el movimiento Occupy no visualicen sus propias motivaciones como anarquistas”, escribe el comisario en su ensayo. “Sin duda, no leen los libros adecuados, ni citan a Proudhon y Emma Goldman, ni visten de negro, ni escuchan punk, ni ‘okupan’ nada. Y aun así, poseen una profunda creencia en salir de la red, cuestionar la autoridad, el consenso, el mutualismo y la paranoia política”.
“A muchos de los que afirman ser anarquistas les cuesta identificarse con las multitudes de un movimiento que, compartiendo sus valores, no se autodefine como anarquista ni posee el mismo tipo de afinidad ideológica e identitaria con el término”, continúa Thompson. “(…) También puede resultar frustrante para muchos anarquistas políticos ver a tantos activistas hípsteres emitiendo críticas tan débilmente articuladas respecto al poder, capitalismo, género, raza, progreso, etc. Pero, vamos, que este movimiento podría ser una base sobre la que construir”.
Para el escritor resulta “cómico” que el movimiento hípster sea de “naturaleza eminentemente anarquista” y muy pocas personas lo sepan. “Lo es en su espíritu, en sus principios y en su organización”. Y, a la vez, constituyen una “pieza clave en el desarrollo urbano y comercial de las ciudades. Lo que hace importante su comportamiento, para el desarrollo de las ciudades, es la combinación de su estilo de vida con una forma de comercio urbano. Sus identidades y sus gustos se convierten en anuncios de las tendencias en la ciudad”.
“Los hípsteres”, asegura Thompson, “son los extraños hijos de los anarquistas”.
Fotos: Wikimedia.org
Fuente:yorokobu
Gracias a Servando por el link.
Se suele confundir el pos modernismo y su búsqueda incansable de lo sensual, la falta de disciplina o mejor dicho auto-organización y sobre todo el sin sabor y vértigo creciente de lo que Gilles Lipovetsky dio a llamar en su libro "La era del vacío", con anarquismo.
Cierto es que los anarquistas andan rondando, apoyando y difundiendo su mensaje en todos estos movimientos, pero no hay que confundir su presentación y apoyo en tales movimientos, con el aval y apoyo incondicional a muchos de sus planteamientos, luchas o reivindicaciones que por lo demás cabe decir que son reformistas, amantes del estado de bienestar y demandadores o exigidores del papel "protector" del Estado en nuestras vidas.
Para mí, el anarquismo tiene espíritu, coraje, valentía y por sobre todo, heroísmo.
Lo que este artículo da en llamar "nuevos anarquistas" no son más que club de amigos, pacifistas a ultranza, pequeño burgueses aspirantes a intelectualoides, chicos (y adultos) emocionados por descubrir el hilo negro de la "gran conspiración", pousers en busca de reconocimiento e ilusos románticos, incluso hay los que van en busca de "menos bla bla y más glu glu"
Hace algunos años escuche una definición del anarquismo que quiso ser descalificadora pero que para mi fue muy reveladora y que creo que sin querer, su supuesta rudeza me ayudo a entender mejor lo que en realidad significa el anarquismo. La frase en cuestión era así: "El anarquismo es una forma de organización de la vida social, política y cultural de una calidad tal, que PRESUPONE la existencia de individuos o personas con esa misma calidad". He aquí la gran dificultad...
No se si seré de la vieja o nueva escuela del anarquismo, no se si haya dos escuelas en los ideales humanos y emancipadores, pero no entiendo , o mejor dicho, no me identifico para nada con lo aquí llamado "life style anarquista"; Poner una etiqueta de caracter capitalista y consumista a un ideal que por esencia va en contra de tales etiquetas, creo que es por demás patético y si me lo permiten, hasta burlón. Aunque un excelente ejemplo de la capacidad de la hegemonía capitalista de engullir al enemigo para sacar provecho de el...que no nos sorprenda ver pronto playeras de marca con la foto de Flores Magón, Durruti o Bakunin, como de hecho ya le sucedio al Che o a Marx.
En resumen, los ejemplos que presenta este artículo son todo menos anarquistas; buen intento del articulista, pero demuestra su falta de conocimiento del ideario, historia y fundamentos (ganados a pulso) del anarquismo, que si bien abarcan las acciones de estos grupos "buena vibra", el anarquismo tiene mucha más ambición, profundidad y carácter que los perseguido por estos movimientos new age y "party time".
Todos estos Hipsters, ocupas y demás muchachada pos modernista, no saben ni tienen la más mínima idea de lo que piden, solicitan, exigen e incluso por lo que supuestamente luchan, por lo menos no en el terreno de los ideales anarquistas.
Más de uno correría alarmado y decepcionado al ver y sentir la exigencia y compromiso que demandan la vida en anarquía...porque si, dejenme decirles que si, el anarquismo no es un paraíso de amor, paz y abundancia ilimitada. Siento decepcionar a algunos...
He estado cerca de varios de estos grupos "indignados", en particular los de "Toma la
calle mx", grupos multitrueque, grupos de análisis y reflexión, entre algunos otros. Todos terminan siendo club de amigos, reuniones de esparcimiento, cafecitos intelectuales, concursos (disfrazados de civilidad) de verbo, intercambios de cosas que no sirven o que jamás utilizaras, truequeo por truequeo o más bien conocido como trueque en solidaridad y por amistad.
Pido respeto por la historia anarquista, que si bien se debe de entender que ya no estamos en los tiempos de Proudhon o Malatesta, estos tiempos no son mejores. Miles de gentes lucharon, fueron perseguidas, reprimidas, exiliadas y asesinadas por defender un ideal que ante todo pone en primera fila la
palabra DIGNIDAD, RESPETO Y SOLIDARIDAD, con el CORAJE, EL VALOR Y
EL HEROISMO como únicas armas.
Llamemos a las cosas por su nombre, no se que carajos sean estos nuevos movimientos,
no se si tan siquiera sepan lo que es conciencia de clase, no todo se
arregla con flores, besitos dobles, señas para comunicarse en asambleas,
cafés, manualidaes, grupitos de debate narcisista y sobre todo, buenos
deseos. No se que son estos nuevos movimientos, por lo menos los
referidos en este artículo, pero lo que si se, es que no son
anarquistas.
¿Qué como lo se?
Porque no están siendo perseguidos, reprimidos o asesinados, y los que lo están siendo en estos grupillos, son sin duda los anarquistas que intentan hacer y difundir la conciencia de clase y el espíritu combativo y la dignidad.
Hablar no hace daño, es incluso catártico, útil al sistema de dominación y a sus lidersillos en busca de canicas. La acción, y en concreto la acción directa (violenta o no), son territorio histórico del anarquismo y es aquí donde las buenas conciencias de los movimientillos bien intensionados no le entran, saben que hay que hacer algo más que hablar, pues el Estado también hará algo más que desinformar.
Creer que podrán llevar muy lejos sus mercados de trueques y reuniones solidarias sin que el Estado-Capitalismo los pare, es de inocentes. En el momento que esos intentos autogestivos llegue a representar un verdadero peligro para la religión del consumismo-trabajo asalariado y los oligarcas-plutócratas decidan tomar cartas en el asunto, y las cosas no se puedan arreglar "dialogando", estarán ahí los anarquistas para hacer algo más que pancartas, consignas ingeniosas, trend topics y gritos indignados.
Reconozco, aplaudo y valoro las intenciones de muchos de estos movimientos, pero llamemos las cosas por su nombre...eso no es anarquismo.
Reconozco, aplaudo y valoro las intenciones de muchos de estos movimientos, pero llamemos las cosas por su nombre...eso no es anarquismo.
El anarquismo es poderoso. En el terreno lingüístico pocas palabras
tienen la potestad de provocar miedo y ‘anarquía’, para muchos, produce
pavor. El término se asoció al caos y el mal. Los gobernantes y los
poderes fácticos, desde la Grecia clásica, han tenido siempre en su
corte a filósofos y escritores que han divulgado la idea de que el orden
solamente es posible mediante la fuerza, la represión e incluso la mano
dura.
Pero ese no fue su origen. ‘Anarquía‘ procede del término griego anarchía y significa ‘sin gobernante’, ‘sin dirigente’ o ‘sin señor’. El añadido de ‘caos’ vino después. Los poderes políticos y religiosos se encargaron del ultraje sistemático de esta palabra hasta que Pierre-Joseph Proudhon la rescató, en 1840, en su libro ¿Qué es la propiedad?, y la volvió a emplear para referirse a una forma de organización sin gobierno ni jerarquías.
La esencia del anarquismo reside en la sustitución de una autoridad, pública o privada, por la autogestión, colaboración, asociación voluntaria o cooperación entre personas libres y unidas por unos mismos intereses. Partiendo de esa base, la anarquía ha pasado por filtros de pensadores absolutamente distintos. Desde liberales que repudian cualquier injerencia del estado en el libre mercado a socialistas y comunistas.
“El anarquismo está por todas partes. Los únicos que no se dan cuenta son los anarquistas (excepto algunos)” En los siglos XIX y XX la anarquía ha estado en la base de muchas ideologías y en las formas de organización de algunas épocas y territorios. En España, por ejemplo. Este país es “el más importante en la historia del movimiento anarquista”, según escribió Salvador Giner en su Historia del pensamiento social. Pero no siguió la doctrina más pura. Al estallar la guerra civil, en 1936, los movimientos anarquistas protegieron al poder público y adoptaron un grado de organización más alto del que aman los libertarios.
En el siglo XXI el anarquismo se vuelve a manifestar en múltiples formas y está, incluso, en muchas más manos de lo que se pudiera imaginar. En colectivos y culturas urbanas que probablemente ni siquiera hayan oído hablar de Bakunin, el Príncipe Kropotkin o Proudhon (los llamados ‘padres’ de esta filosofía política y social).
Uno de los autores que defiende la teoría de que el anarquismo está en las entrañas del nuevo siglo es Nato Thompson. Lo afirma categóricamente en su ensayo La venganza del anarquista: O, dicho de otro modo, la venganza del anarquismo contra los anarquistas.
El escritor estadounidense dice que “el anarquismo está por todas partes. Los únicos que no se dan cuenta son los anarquistas (excepto algunos)”. Al igual que muchos pensadores, Thompson considera que Occupy es un “resultado directo del anarquismo, en especial, de las tendencia desarrolladas en España [15-M] y su interés por los métodos de organización que dejan de lado lo jerárquico y favorecen el consenso. Este ethos [carácter, personalidad] subyacente de rechazo a las jerarquías, la puesta en valor del consenso y la inherente paranoia ante el poder y todos sus frentes (tanto el gubernamental como el corporativo) son pistas claras de la influencia anarquista”.
El comisario de la institución neoyorquina de arte Creative Time asegura que, en la actualidad, “nos rodean tantos métodos propios del anarquismo que resulta difícil reconocerlos como tales, ya que en el transcurso de los últimos quince años han comenzado a permear en las condiciones de vida urbanas”.
Indagación acerca del lifestyle anarquista
El anarquismo se ha convertido en un estilo de vida y ha originado un tipo de personas que Thompson denomina “anarquistas lifestyle” (anarquistas en su estilo de vida). El concepto no es suyo, según dice en una entrevista realizada por correo electrónico. Lo escucha a menudo, “de forma coloquial”, de la gente que le rodea. “Lo que me gusta de la versión del anarquismo lifestyle es que es una política que se vive y se practica. Para estos individuos la anarquía no es solo una serie de valores. Es una forma de vivir en el mundo”.
El especialista en arte y humanismo piensa que el marxismo derivó hacia “los claustros de la academia”. El pensamiento anarquista, en cambio, se enraizó en “nuevos modos de estar en el mundo”. Son “todas las formas de organización no jerárquicas” y hay miles de ejemplos en las ciudades. Allí donde se autoorganizan los individuos sin la presencia de una empresa o una administración. Thompson cita “los programas de compartir comida como Food not Bombs, las concentraciones de bicicletas como Bici crítica, los huertos urbanos y jardines comunitarios, las emisoras de radio piratas, las actividades de los hackers, los espectáculos punk, los movimientos okupas, el trueque y las formas artesanales de comercio, las asambleas o el Do It Yourself (Hazlo tú mismo)”.
Estas formas de actuar están en el centro de la vida urbana contemporánea, según Thompson, y esto implica que el poder y la toma de decisiones, que un día se lanzó muy lejos, vuelve a la esfera local.
Catecismo tecnológico
En este proceso ha contribuido decisivamente la tecnología. Hoy existen herramientas que facilitan la unión de personas con intereses similares y la organización de movimientos y acciones inmediatas. “Las nuevas tecnologías permiten que experimentemos y desarrollemos experiencias de inteligencia colectiva en tiempo real y geolocalizadas”, explica Domenico di Siena. “Tenemos la capacidad de acceder en tiempo real a una respuesta. Esto nos hace pasar de un modelo en el que delegamos o elegimos representantes a otros en los que una multitud trabaja junta por una idea”.Un ejemplo de estas nuevas formas de autoorganización se puede ver, según el experto en gestión del conocimiento, en el Plano de calles tranquilas para ir en bici por Madrid. Un grupo de personas han creado un mapa, publicado en la web Enbicipormadrid.es, que indica las vías de tráfico moderado, pendientes suaves, recorridos que no atraviesan grandes avenidas y otros datos de interés para circular en bici de forma segura y placentera. “La comunidad se organiza para diseñar un mapa sin esperar a que la administración le ayude”, señala Di Siena. “Otras formas de autogestión son el urbanismo open source, el consumo colaborativo, la gestión distribuida…”.
El urbanista y especialista en gestión del conocimiento enfatiza que esta forma de anarquía “no es tanto que nos pongamos de acuerdo sobre un tema como que, mediante el diálogo y el intercambio de ideas, vamos modificando nuestros pensamientos y nuestras acciones”.
Di Siena insiste en que los modelos anárquicos no implican individualismo. Al contrario. Se trata de tener en cuenta la individualidad dentro de una comunidad. “Las personas, durante la conversación, van cambiando sus ideas y del diálogo con el grupo y la interacción con el entorno se toma una decisión”, especifica Di Siena. “Estos pequeños movimientos generan inteligencia colectiva y agilizan la toma de decisiones en tiempo real. Eso es lo que ocurrió en la primera acampada del 15-M. Nadie dijo que había que ocupar la Puerta del Sol. Surgió de la emoción y se decidió en ese momento”.
Carta a los hípteres del mundo
Todo esto va ocurriendo sin que los protagonistas de estas nuevas propuestas se detengan a buscar etiquetas para sus actos en la historia del pensamiento. En estos movimientos sociales que se han levantado contra el sistema hay mucha huella anarquista. Pero también está en otros individuos que visten vintage y obedecen a Pitchfork para ir a sus conciertos: los hípsteres.En los últimos 20 años el lifestyle anarquista ha pasado de los punks okupas a la cultura hípster, pero, según Thompson, quizá ni ellos mismos lo sepan. En su vuelta a lo local, lo artesano, las prendas de punto, las bicis y los jardines comunitarios reside una forma de anarquismo que, de acuerdo con el estadounidense, “se han escabullido de entre los dedos de los anarquistas hace más de una década, para convertirse ahora en el ethos que define a toda una generación urbana”.
“También puede resultar frustrante para muchos anarquistas políticos ver a tantos activistas hípsteres emitiendo críticas tan débilmente articuladas respecto al poder, capitalismo, género, raza, progreso, etc.” “No me sorprende que muchos participantes en el movimiento Occupy no visualicen sus propias motivaciones como anarquistas”, escribe el comisario en su ensayo. “Sin duda, no leen los libros adecuados, ni citan a Proudhon y Emma Goldman, ni visten de negro, ni escuchan punk, ni ‘okupan’ nada. Y aun así, poseen una profunda creencia en salir de la red, cuestionar la autoridad, el consenso, el mutualismo y la paranoia política”.
“A muchos de los que afirman ser anarquistas les cuesta identificarse con las multitudes de un movimiento que, compartiendo sus valores, no se autodefine como anarquista ni posee el mismo tipo de afinidad ideológica e identitaria con el término”, continúa Thompson. “(…) También puede resultar frustrante para muchos anarquistas políticos ver a tantos activistas hípsteres emitiendo críticas tan débilmente articuladas respecto al poder, capitalismo, género, raza, progreso, etc. Pero, vamos, que este movimiento podría ser una base sobre la que construir”.
Para el escritor resulta “cómico” que el movimiento hípster sea de “naturaleza eminentemente anarquista” y muy pocas personas lo sepan. “Lo es en su espíritu, en sus principios y en su organización”. Y, a la vez, constituyen una “pieza clave en el desarrollo urbano y comercial de las ciudades. Lo que hace importante su comportamiento, para el desarrollo de las ciudades, es la combinación de su estilo de vida con una forma de comercio urbano. Sus identidades y sus gustos se convierten en anuncios de las tendencias en la ciudad”.
“Los hípsteres”, asegura Thompson, “son los extraños hijos de los anarquistas”.
Fotos: Wikimedia.org
Fuente:yorokobu
Gracias a Servando por el link.
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