Por Ildegar Gil
Te
encomendaría “a todos los santos” como se decía antes, cuando las
santas entraban en el mismo paquete machista de la religión; si yo
rezara seguro que tuviera en casa un rincón para velas y velones, donde
una estampita con tu rostro y tu nombre resplandeciera a la luz de la
cera misericordiosa.
Si
yo rezara, Chávez, mi cuello estaría rodeado tal vez por un escapulario
como el tuyo. Mínimo por una cadenita de bautizo a la que estuviera
aferrado implorándole por tu salud.
Si
yo rezara, Comandante, conocería como las conoces tú las direcciones de
cada uno de los templos caraqueños. Créeme: no pasaría frente a ellos
sin dispensarle una visita para soltar una plegaria en tu nombre.
Probablemente
fuese amigo de curas, monjas o pana de estudiantes en los seminarios. A
su lado me arrodillaría frente a la imagen de el Nazareno para
descargar en ella mis ruegos por tu recuperación.
Pero
nada de eso Chávez. Desde que descubrí que la religión es el opio del
pueblo decidí embrutecerme, cerrando las puertas a la ciega creencia y
abriéndolas a lo que llaman ateísmo o algo parecido. Sin embargo,
Presidente, por ti oro a mi manera. Me inclino ante tu valentía. Frente
al coraje que desbordas ante cada desafío que la muerte te plantea,
bendigo todos los cielos.
Cuando
veo la sonrisa en los labios de viejos y viejas que reciben la pensión
que siempre les fue negada, siento que eres el redentor de los
desposeídos y el Cristo de los hambrientos del mundo que vuelcan sus
ojos hacia esta patria donde la justicia social tiene la impronta de tu
coraje.
Como
José Gregorio Hernández te observo cuando la Misión Salud salva vidas
no sólo de las masas empobrecidas por la Cuarta República, sino también
de una clase media que más temprano que tarde entenderá que en tu noble
corazón también ella tiene cabida.
Mis
rezos, aunque muy limitados, se alimentan de la conciencia que sólo
existe cuando seres como tú parecen enviados por la Providencia para,
espada en mano, decapitar las maldiciones capitalistas que intentan
aniqilarnos.
Fuente Ciudad CCS Info
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