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12 de agosto, Día Mundial de la Juventud

domingo, 12 de agosto de 2012
Por Pablo Portillo de Jesús*


La Organización Mundial de las Naciones Unidas, ONU, reconoció el 12 de agosto como el Día Mundial de la Juventud, este acuerdo se adoptó por iniciativa de la Conferencia Mundial de Ministros de Asuntos de la Juventud, que se reunió en Lisboa, Portugal, entre el 8 y el 12 de agosto de 1998. En este día, los pueblos destacan la situación de los jóvenes y el papel protagónico que deben cumpliren la sociedad.

La juventud, de acuerdo con la ONU, es la etapa de la vida que se ubica entre los 15 a los 24 años; esta fecha es apropiada para valorar la situación de los jóvenes, especialmente en muchos países de este continente, donde generalmente es víctima de discriminación y explotación; asimismo para reconocer el papel que les corresponde desempeñar como actores de la nueva sociedad.

En las sociedades donde impera la cultura de los adultos se discrimina a la juventud por su corta edad y se acostumbraa convertirlos en sujeto pasivo, que debe esperar el tiempo para convertirse en sujeto activo; esta discriminación la contrarrestan con las justas actitudes de rebeldía ante los que los que torpedean su entusiasmo y energía.

Los jóvenes deben de preparase con interés y disciplina: estudiar y luchar es la consigna que deben abrazar, porque los jóvenes son los constructores del mundo nuevo, los jóvenes no deben esperar el futuro para empezar a actuar, desde hoy deben empezar a estudiar y trabajar para construir paso a paso, día a día, ese futuro luminoso  que espera la sociedad.

La juventud debe de asumir el protagonismo en todos los campos de la vida, en el estudio, en la cultura, en la política y en la solidaridad; para asumir el papel de sujeto activo necesitan prepararse permanentemente… los jóvenes de este tiempo necesitan apartarse de los vicios de la hipocresía y la corrupción que les han heredado los “políticos de oficio”.

Los jóvenes de varios de nuestros países se encuentran en condiciones de subordinación y de marginación social, muchos viven en condiciones de extrema pobreza y son objeto de exclusión social; por eso necesitamos cambiar el actual modelo neoliberal que nos han impuesto los grupos que se han apropiado de nuestros países y de los recursos naturales.

Fidel Castro, en su libro “Educación y Revolución” aseguró: “es  necesario que creamos en los jóvenes… Creer en  los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad, heroísmo, amor a la patria, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que sobre sus hombros se pueden depositar grandes tareas… Creer en la juventud es ver a los mejores continuadores de nuestra propia generación”.

El ser joven nunca ha sido excusa para no participar en los procesos de transformación, existen ejemplos en las luchas emancipadoras que libraron los pueblos: Simón Bolívar a los 30 años realizó la campaña admirable; Antonio José de Sucre a la edad de 29 años venció en Ayacucho, Perú; Fidel Castro a los 32 años dirigió la revolución más admirable de nuestro continente, la revolución cubana.

Camila Vallejo, la admirable lideresa juvenil chilena, ha conducido grandes movilizaciones de jóvenes donde participan estudiantes, profesores y trabajadores exigiendo educación pública de calidad y señala que es necesario impulsar cambios sustentados en una democracia participativa y en un nuevo modelo económico, social y político que garantice el bienestar del pueblo.

A pesar de las esperanzas que tienen los pueblos en la juventud, reconocemos con preocupación que muchos jóvenes han caído en la ideología del capitalismo, atrapados especialmente por las rampas del consumismo, por poderosas redes mediáticas que difunden antivalores y hábitos perversos como el consumo de drogas que, en el fondo, expresan los intereses de las élites de poder de Estados Unidos.

También muchos jóvenes asumen posiciones abiertamente reaccionarias, que se subordinan a los grupos terroristas deNorteamérica para desestabilizar a los gobernantes progresistas de nuestra América, varios jóvenes se han apoderado de centros de estudio y desde allí sabotean los programas de transformación que impulsan los gobiernos que se identifican con los pueblos.

Un factor que no contribuye al desarrollo de la conciencia política y ética de los jóvenes radica en la educación que reciben en los centros educativos privados de todos los niveles, verdaderos “supermercados del conocimiento”; en éstos es difícil que los jóvenes asuman el rol protagónico que les corresponde, es más fácil que sean capturados por la cultura del consumismo y del individualismo.

Pero los jóvenes tendrán que emanciparse y asumir el protagonismo con la alegría propia de su edad, con la rebeldía necesaria para transformar esta sociedad desigual, hoy más que nunca debe incorporarse de manera activa, a los procesos de cambio que se están construyendo en muchos países de América Latina y el Caribe y escapar de la influencia de los grupos reaccionarios.

Francisco Morazán, nuestro Héroe Nacional, al rendir cuenta de su gestión en la novena legislatura federal, el 21 de marzo de 1836, dedicó un bello mensaje a los jóvenes:

“La educación de la juventud, de esa porción escogida para regir algún día los destinos de la República, ha merecido muy particularmente la atención del gobierno”.

Enorme responsabilidad heredada a la juventud, dirigir los destinos de la patria.

*Profesor de Educación Superior, Tegucigalpa, Honduras

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