Alejandro Gómez - Prensa Latina.-
El
proyecto de documento final de la Río+20, en análisis hoy por
representantes de 193 países, contiene menciones muy generales y carece
de ambición sobre los objetivos del desarrollo sostenible.
Una
versión de ese texto, a la que tuvo acceso la prensa aquí, descarta la
iniciativa del G77+China de crear un fondo anual de 30 mil millones de
dólares para promover el desarrollo sostenible y aplaza la adopción de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que en 2015 reemplazarían a los
Objetivos del Milenio.
Asimismo
deja sin efecto la posibilidad de conceder estatus de agencia al
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), al tiempo
que excluye asuntos controvertidos como las definiciones de recursos y
las metas puntuales a ser cumplidas por los estados sobre el desarrollo
sostenible.
La
nueva propuesta surgió del Borrador Cero, del que sólo un 38 por ciento
fue aprobado en tres reuniones del Comité Preparatorio de la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, la
cual comenzó aquí el miércoles pasado y concluirá con una Cumbre de
jefes de Estado y/o Gobierno, del 20 al 22.
Precisamente,
esta cita comenzó con la tercera y última reunión del Comité
Preparatorio, que finalizó el viernes pasado sin llegar a un consenso
sobre el texto final y por ello a partir de este sábado Brasil asumió la
conducción de las negociaciones, que ahora deben terminar, a más
tardar, el martes venidero.
De
las casi 200 páginas del Borrador Cero inicial quedaron 50 en la
propuesta actual que debaten los representantes de los 193 estados
miembros de la ONU, y si bien es cierto que tiene las deficiencias
mencionadas, al menos destaca aspectos sociales, entre ellos la
erradicación de la pobreza.
Reconocemos
que la erradicación de la pobreza, la promoción de patrones sostenibles
de producción y consumo, y la gestión de la base de recursos naturales
del desarrollo económico y social son objetivos fundamentales y
requisitos esenciales para el desarrollo sostenible, refiere el
documento.
También,
reafirma "los respectivos compromisos de otros relevantes objetivos
acordados internacionalmente en los aspectos económico, social y
ambiental desde 1992", en referencia a lo acordado en la Cumbre de la
Tierra, Río'92 y encuentros posteriores sobre este tema.
Dividido
en seis capítulos y 287 puntos, en la nueva versión sobresalen además
las referencias a la necesidad de fortalecer las asociaciones para la
transferencia de tecnología limpia y el llamado a las naciones más ricas
para que contribuyan con el desarrollo sostenible, así como en la
capacitación y el comercio.
Para
salvar las divergencias, la nueva versión señala que "sobre la economía
verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza existen diferentes enfoques, visiones, modelos y herramientas
disponibles para cada país, de acuerdo con sus circunstancias y
prioridades nacionales para alcanzar el desarrollo sostenible en sus
tres dimensiones que es nuestro objetivo primordial".
El
concepto, para muchos, es algo que pretende imponerse a los países
emergente como una nueva estrategia para alcanzar el desarrollo
sostenible, luego que el neoliberalismo demostró su incapacidad para
propiciar un desarrollo amigable con el medio ambiente y la erradicación
de la pobreza.
Los
representantes de las naciones miembros de la ONU tienen hasta el
martes venidero para modificar o ratificar este proyecto, que si es
sancionado, será presentado a los dignatarios asistentes para su
aprobación final.
Tomado de Prensa Latina
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