Creo que está -una vez más- demostrado que los llamados "disidentes" no son más que un grupúsculo de asalariados de la CIA...
Una 'Carta' para el Festival Clic
Por Vincenzo Basile
Los pasados días 21, 22 y 23 de junio, se celebraba en La Habana el Festival Clic, un encuentro de llamados blogueros y periodistas independientes, presenciado por personas como Yoani Sánchez y Eliécer Ávila, entre otros, y minuciosamente reproducido por muchos medios internacionales. El diario español ABC lo calificaba como un encuentro de blogueros disidentes para reclamar el acceso a Internet, y escribía: “Aunque los organizadores del Festival Clic, que se celebra en una casa de un barrio residencial de La Habana, han insistido en que se trata de un evento tecnológico y no político, los medios oficiales han puesto en duda sus intenciones”.
Análogamente, el diario digital Europa Press escribía: “El Gobierno cubano describe a los disidentes como mercenarios al servicio de Estados Unidos. Aunque los organizadores del Festival Clic, que se celebra en una casa de un barrio residencial de La Habana, han insistido en que se trata de un evento tecnológico y no político, los medios oficiales han puesto en duda sus intenciones”.
El periódico anticubano Martí noticias, reproducía las palabras del bloguero Luis Felipe Rojas: “cuando un grupo de ciudadanos se reúnen en torno a una idea no canalizada por lo oficial, ya eso atenta contra el régimen y entonces ellos lo ven como algo sospechoso, mientras no vaya por los canales gubernamentales”.
Sin entrar en el mérito del encuentro, de su carácter repetitivo -ya que ha reproducido quejas y declaraciones hechas hace tres meses en un encuentro llamado Blogueros Cubanos en Revolución que, a nivel internacional, fue calificado como ‘oficialista y procastrista’ y por lo tanto no merecedor de atención mediática- y de su carácter profundamente político -al declarar abiertamente el papel de las tecnologías en la promoción de las 'revoluciones' y tomando como ejemplo la primavera árabe en Egipto- es interesante sólo notar lo que ocurría paralelamente.
El 23 de junio, mientras clausuraba el citado Festiva Clic, el diario miamense, El Nuevo Herald, publicaba una Carta del Departamento de Estado al Congreso (de Estados Unidos), de fecha 26 de abril 2012, que analizaba cómo el Departamento de Estado intenta gastar los 20 millones de dólares aprobados para los programas por la “democracia” en Cuba durante el año fiscal 2011 que terminará el próximo 30 de septiembre, lo que no es nada más que un intento de subversión y de injerencia en los asuntos internos de un País soberano. Según afirma la citada Carta, de esos 20 millones de dólares, la mayor cifra, 12.43 millones, será gastada para la democracia, la sociedad civil y los programas mediáticos y para un específico programa denominado democracia digital, patrocinado por la LAC (Oficina de Latinoamérica y el Caribe) perteneciente a la USAID.
Claramente la Carta no afirma a cuál proyecto específico han sido (y serán) destinados dichos fondos, pero la duda sobre el origen del financiamiento del Festival Clic surge espontánea: un grupo de personas abiertamente contrarrevolucionarias que preconizan actividades subversivas o cambios sistémicos en la Isla, más acordes a los intereses particulares suyos y de sus patrocinadores, es decir, un cambio del modelo político, económico y social en la Isla y que miran al capitalismo norteamericano como un ejemplo para seguir, se reúnen en un festival digital mientras el gobierno estadounidense dispone fondos millonarios para la difusión de tecnologías digitales en Cuba, entregadas a una limitada parte de la sociedad cubana.
Todo eso, sin que ningún medio que se respete hable de injerencia, mientras que podemos imaginar lo que sucedería si países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Irán o Siria destinasen fondos para promover una revolución en el territorio de Estados Unidos y qué pasaría a los ciudadanos norteamericanos que recibieran dichos fondos…
Análogamente, el diario digital Europa Press escribía: “El Gobierno cubano describe a los disidentes como mercenarios al servicio de Estados Unidos. Aunque los organizadores del Festival Clic, que se celebra en una casa de un barrio residencial de La Habana, han insistido en que se trata de un evento tecnológico y no político, los medios oficiales han puesto en duda sus intenciones”.
El periódico anticubano Martí noticias, reproducía las palabras del bloguero Luis Felipe Rojas: “cuando un grupo de ciudadanos se reúnen en torno a una idea no canalizada por lo oficial, ya eso atenta contra el régimen y entonces ellos lo ven como algo sospechoso, mientras no vaya por los canales gubernamentales”.
Sin entrar en el mérito del encuentro, de su carácter repetitivo -ya que ha reproducido quejas y declaraciones hechas hace tres meses en un encuentro llamado Blogueros Cubanos en Revolución que, a nivel internacional, fue calificado como ‘oficialista y procastrista’ y por lo tanto no merecedor de atención mediática- y de su carácter profundamente político -al declarar abiertamente el papel de las tecnologías en la promoción de las 'revoluciones' y tomando como ejemplo la primavera árabe en Egipto- es interesante sólo notar lo que ocurría paralelamente.
El 23 de junio, mientras clausuraba el citado Festiva Clic, el diario miamense, El Nuevo Herald, publicaba una Carta del Departamento de Estado al Congreso (de Estados Unidos), de fecha 26 de abril 2012, que analizaba cómo el Departamento de Estado intenta gastar los 20 millones de dólares aprobados para los programas por la “democracia” en Cuba durante el año fiscal 2011 que terminará el próximo 30 de septiembre, lo que no es nada más que un intento de subversión y de injerencia en los asuntos internos de un País soberano. Según afirma la citada Carta, de esos 20 millones de dólares, la mayor cifra, 12.43 millones, será gastada para la democracia, la sociedad civil y los programas mediáticos y para un específico programa denominado democracia digital, patrocinado por la LAC (Oficina de Latinoamérica y el Caribe) perteneciente a la USAID.
Claramente la Carta no afirma a cuál proyecto específico han sido (y serán) destinados dichos fondos, pero la duda sobre el origen del financiamiento del Festival Clic surge espontánea: un grupo de personas abiertamente contrarrevolucionarias que preconizan actividades subversivas o cambios sistémicos en la Isla, más acordes a los intereses particulares suyos y de sus patrocinadores, es decir, un cambio del modelo político, económico y social en la Isla y que miran al capitalismo norteamericano como un ejemplo para seguir, se reúnen en un festival digital mientras el gobierno estadounidense dispone fondos millonarios para la difusión de tecnologías digitales en Cuba, entregadas a una limitada parte de la sociedad cubana.
Todo eso, sin que ningún medio que se respete hable de injerencia, mientras que podemos imaginar lo que sucedería si países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Irán o Siria destinasen fondos para promover una revolución en el territorio de Estados Unidos y qué pasaría a los ciudadanos norteamericanos que recibieran dichos fondos…
¿Aplicamos la legislación de otros países a los "disidentes" cubanos?
Completan la información:
- Un clic para la mentira, la desinformación y subversión
- La carta de los millones: EE.UU. revela parte de los fondos para la guerra contra Cuba en Internet
- Hasta El Herald lo sugiere: Detrás del Festival Clic estuvo EE.UU.
- EEUU aumenta financiamiento a ciberdisidentes para subversión en Cuba (+ Documento)
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