El estío, con sus temperaturas sofocantes, me producen una vaguería militante importante en mi organismo y esta enfermedad que padezco, y que los patrones nos la quitan a gorrazos a los que vendemos nuestra fuerza del trabajo, me gusta, soy defensor de esta forma de ver pasar los minutos sin contribuir con mi sudor a que los que tienen dinero sigan teniendo todavía más, mucho más, más y más, infinitamente más en esa orgia indecente en la que están instalados los ricachones Esta huelga transitoria ha calado tanto en mi organismo que en esta época, la cual me encanta, me aprovecho como cualquier otro patrón del esfuerzo de otros que no descansan sintiéndome un poco capataz o latiguero, aprovechado del sudor ajeno pero en este caso con una clara militancia parasitaria ya que por lo menos “fusilo” reflexiones interesantísimas de la gente de la izquierda de verdad como este caso que nos ocupa. Nines Maestro, que no sé cómo ha conseguido mi correo privado pero que tampoco me molesta o me importa, me ha mandado un interesantísimo escrito donde nos habla de cosas del pasado pero que tienen su continuidad en el presente y que seguiremos soportando en el futuro.
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Seamos el cambio