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El oficio de Ricardo Berois Quinteros

viernes, 3 de junio de 2011
Por Felipe de J. Pérez Cruz


En ocasión de asistir a la XV Reunión de la Comisión de Asuntos Económicos, Deuda Social y Desarrollo Regional del Parlamento Latinoamericano, realizada la pasada semana en La Habana, el diputado del Partido Nacional (Blanco) Ricardo Berois Quinteros ha publicado una semi crónica que titula “Cuba necesita una transición madura”. Se trata de un documento que denuncia junto al pobre dominio que el diputado posee en el campo de la redacción, su contumaz obsesión contrarrevolucionaria.


Seguir la propia narración y texto del señor Berois, nos reafirma su patología anticubana.


El arribo de Berois


Berois llegó el día 25 de mayo pasado. Su viaje a la capital del país que dio albergue solidario a cientos de sus compatriotas en época de fascismo y Plan Cóndor, ya le tuvo molesto: Nos narra cómo se constituyó en un hecho de sacrificio personal luego de 9 horas de viaje, y para colmo de dificultades, fue recibido por una fuerte lluvia que desde hacía 9 meses espera por su arribo. Estaba tan agotado el señor diputado, que ni siquiera reparó en el ser humano que a nombre de la Asamblea Nacional del Poder Popular, lo esperaba con la siempre atenta recepción que se le hace a todos los parlamentarios que en cumplimiento de sus funciones nos visitan.


Una fugaz estadía de 3 días en nuestra capital, después de 11 años de su última visita en ejercicio de la misma representación, le mostró una isla en la que vio cambios poco significativos, poca cosa, aparte de la explosión hotelera que está desarrollándose. Fue muy rápida la estadía y muy corto el tiempo que tuvo el señor diputado Berois para reconocer la capital. El tiempo y las ganas no le alcanzaron para documentarse en situación, y hablar con propiedad de lo que le habían anunciado ocurre en el país. 


El señor diputado Berois dice que pensó que quizás los cambios estén por otras inmediaciones, pero a fin de cuentas este tema no le interesaba mucho. Antes de llegar al archipiélago caribeño, por la propia agenda de la reunión, conocía que en la cita iba a estar, entre otros, el diputado cubano Osvaldo Martínez, uno de los más reconocidos economistas del país, director de un centro de investigaciones dedicado a la temática. Con deseos de indagar, el diputado Martínez le hubiera puesto al tanto, y sin dudas facilitado adquirir los últimos libros y publicaciones, que refieren el controversial debate que sobre la economía y el modelo cubano, transcurre al interior de la academia y de todo el país. Por demás, para quien asume por “cambios estructurales” la vuelta cruda y ramplona del capitalismo, la frustración estaba asegurada.


Se hace evidente que, en esta visita habanera, una finalidad del señor diputado Berois era buscar un punto de vista antigubernamental. A pesar de haber gozado de plena libertad para ir a cualquier parte y hablar con quien quisiera, el señor diputado afirma que esa experiencia no pudo tenerla en anteriores visitas, porque “sólo llegó a saber lo que pensaba el Gobierno o sus más próximos seguidores”.


Ahora Berois siente que “pasó la frontera” y gracias a los buenos oficios de su amigo, el también parlamentario Jaime Mario Trobo, contactó con una disidente, “muy valiente e inteligente”, que se propuso, hace unos años, vivir del cuento de dar a conocer al mundo lo que le murmuran en voz baja y en lenguaje críptico, los oficiales CIA (de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos), que la reclutaron para su misión contrarrevolucionaria cuando malvivía en Europa. Este personaje no podía ser otro que la cibermercenaria Yoani Sánchez.


La entrevista


El señor diputado Berois declara que deseaba hablar con la gente que “vive y siente en la calle”, y se afirma inspirado en Luis Alberto de Herrera, el ilustre historiador y caudillo del Partido Nacional de la primera mitad del siglo XX. Para quien ya conoce La Habana o simplemente solicita información, esta era una tarea muy fácil de cumplir. Si desde su hotel caminaba al Sur durante veinte minutos, su paseo lo llevaría al corazón de Buena Vista, barrio del proletariado capitalino. Si decidía moverse más al occidente tenía en el camino a Marianao, y si optaba por la dirección opuesta en busca de la Bahía, llegaba al Vedado, Centro Habana, y la Habana Vieja. Barrios mulatos, de hombres y mujeres de todas las pieles, credos y profesiones.


Sin embargo la opción del señor Berois para intentar hablar con “esa gente” de pueblo, y conocer lo que él dice que “le está vedado” a los cubanos y cubanas, “lo que por miedo no se atreven a denunciar en público”, fue atrincherarse tras una mesa, en “una muy provechosa cena” con Yoani y su consorte, su amigo y correligionario del Parido Nacional Javier Fernando García Duchini, y otros tres diputados venezolanos que no nombra.

El señor diputado Berois conoció -por el verbo de Yoani y su esposo- “las experiencias de sus vidas”. Y a falta de información veraz, el parlamentario echó a rodar su imaginación… La placentera degustación y los licores, le facilitaron una visión casi celestial: le fue dignificante ver cómo “desde la oscuridad, donde imperan innumerables ataduras, insultos, censuras y una vigilancia permanente”, con “sólo el arma de la inteligencia, el arrojo y sobre todo la convicción se puede luchar por un espacio de libertad, tan esperado y largamente postergado”.


Al volver a la realidad, la euforia no le impidió al señor diputado un juicio certero: “Yoani y Reinaldo no tienen partido político, no defienden una ideología política, no son de derecha, ni de izquierda, ni liberales, ni socialdemócratas. Yo soy, dice Yoani, ‘pos-moderna’”. Claro está, en el área de motivaciones apátridas, desideologizaciones colonizadoras y demagogias populistas, el señor Berois es un autorizado especialista.


El guión para Yoani


El señor diputado Berois sabe más de lo que dice. No le ocupó conocer de qué vive el flamante equipo Yoani-Reinaldo, quiénes y cómo los financian. El milagro de su hospedaje, conectividad y amplia difusión internacional, tampoco le interesó. Si al equipo Y+ R más que de izquierda o derecha, lo que le interesa es quien le paga, no dudó en dictarles el guión que para estos traía:


  • Transita el señor Berois por una ciudad de multitudes –casi dos millones de habitantes-, que trabajan, estudian, y viven en plenitud, que ocupan parques, y teatros, o van a la costa -¿no lo vio desde su hotel?- para darse un chapuzón en el cercano mar. Sin embargo el insiste en que Yoani trabaja por “dar pasos para que en Cuba se respire libertad”.
  • De creer el testimonio que brinda el diputado, él y sus acompañantes acceden al binomio cibermercenario sin ser molestados, y sin el menor contratiempo deglutan y despotrican. Antes, durante y después de tan publicitada comelata, ninguna autoridad interviene para prohibir, amenazar o castigar. Sin embargo, el diputado nos demanda a nombre de la Yoani, un país donde “se respete la opinión ajena, se pueda convivir con ideas diferentes, donde los cubanos se puedan expresar”.
  • Dice el diputado Berois que Yoani y Cía. desean que el pluripartidismo pase a ser una realidad en nuestro país. Bien, si esa es su idea que la peleen democráticamente, sin trampas y financiamientos desde el exterior. Aquí nadie les ha suspendido su derecho a expresar y proponer sus puntos de vista, y mucho menos ejercer el sacrosanto voto electoral.

Hasta ahora la voluntad soberana de la nación, refrendada en plebiscito constitucional, en la propia letra de la Constitución y en reiteradas votaciones directas y secretas, ha ratificado la voluntad mayoritaria de mantener el régimen de partido único, que fue resultado de la unidad alcanzada por las organizaciones que derrotaron a la dictadura en 1959 y al imperio estadounidense tras su invasión de 1961. ¿Por qué señores como el diputado Berois se empeñan en desconocer la validez de nuestras votaciones, de nuestra democrática autodeterminación? ¿Por qué el señor Berois irrespeta y ofende mis derechos ciudadanos, con su pretensión de imponerme el criterio de los financistas de la mercenaria?

De seguro que el señor diputado está presto a poner a nuestra disposición la experiencia de un partido que como el Nacional uruguayo, es identificado por los politólogos con el concepto de "catch-all party" o "big tent party", lo que se ha castellanizado como partido "agarratodo", en referencia a un pragmatismo de centroderecha que en función de los votos, no está en miramientos a la hora de aceptar a sus militantes. Ante este tipo de modelo-partido, derrotado en las últimas dos contiendas electorales por el Frente Amplio, me quedo con el mío.

  • Ya para concluir: el diputado Berois coloca en boca de Yoani una cantinflada -con respeto del célebre cómico mexicano!-, donde afirma que la diva de la mentira, se pronuncia porque el “desarrollo sea parte de lo que se construye entre todos, en el libre pensamiento del accionar de cada ciudadano”. ¿Y acaso no es eso lo que hacemos desde hace medio siglo, todos los días en Cuba?

El guión del señor Berois

Agotado el discurso que le adjudica a la mercenaria, el señor diputado nos expone su propio guión:

  • Después de cenar con el matrimonio mercenario, nos declara que él y sus acompañantes se fueron “convencidos que la voz de Yoani y Reinaldo es la de millones de cubanos que luchan por un país libre y soberano”.

La realmente millonaria cifra de ciudadanos cubanos con los que desestima hablar no cuenta. Lo que le interesa a Berois es cumplir el mandato del Norte, la directiva de apuntalar el carcomido “prestigio” de la mercenaria.
  • El encuentro con el equipo de apátridas, fue “realmente una experiencia inolvidable”, que les hizo a Berois, a su correligionario y amigos venezolanos, “recordar nuestra lucha en los años de la oprobiosa dictadura”.

Resulta insultante que se compare la realidad cubana con la dictadura fascista que comenzó a estructurarse en Uruguay con las denominadas “medidas prontas de seguridad” - aquella forma modificada de ley marcial- del presidente Jorge Pacheco Areco, para llegar al autogolpe de Estado de Juan María Bordaberry, en junio de 1973. El fascismo llevó a las cárceles a miles de uruguayos y uruguayas, asesinó en prisión a más de un centenar de ellos y cazó e hizo desaparecer a 172 (174 según otras fuentes), tanto dentro del territorio nacional, como en Argentina, Paraguay, y Chile, como parte de la Entente criminal del Plan Cóndor. Similar tarea en la “democracia” venezolana de aquellos años, realizaba el Comandante Basilio, el criminal prófugo Luis Posada Carriles, sembrado por la CIA en la tenebrosa Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención, más conocida por DISIP.
  • Para el señor diputado Berois nuestro interés es “mantener un socialismo opresor que ha fracasado estrepitosamente y que necesita en forma urgente, una transformación profunda”.

Sería oportuno preguntarle al señor Berois desde qué triunfo del capitalismo nos habla. ¿Desde “los resultados” de su correligionario del Partido Nacional Luis Alberto Lacalle, en la década del noventa del pasado siglo, quien tras el estancamiento económico y el aumento de la inflación —que alcanzó el 81 por ciento en 1991— optó sin el menor resultado por los programas de privatización, hambre y miseria del FMI? ¿Acaso mejor suerte tuvo la política colorada de Jorge Batlle incapaz de frenar la crisis, quien sumiso frente al FMI decretó el feriado bancario y condujo a la explosiva situación de saqueos en la Montevideo de agosto del 2002. En aquellos días de tan aguda crisis económica y social, la tasa de suicidios en el país aumentó en un 12,6 por ciento, lo que equivalía a una práctica autodestructiva por la que dos uruguayos se suicidaban diariamente.

Y qué hablar de los uruguayos que huyen del fracaso del capitalismo subdesarrollado. Entre 1963 y 1975, se fueron de Uruguay más personas, que los inmigrantes que el país captó durante todo el siglo XX. La emigración se ha vuelto un negativo fenómeno estructural. Hoy la sureña nación se encuentra junto con sus vecinos de la región en una época de bonanza económica, sin embargo, abandonan su tierra más de 20.000 uruguayos por año. Se calcula que entre unos 350 a 450 mil uruguayos, un 10-12 por ciento de la población, está viviendo en el exterior, cantidad similar a la de los años del régimen militar. Las mecas de emigración son España y Estados Unidos. Además emigran los jóvenes más capacitados, la mayoría con nivel terciario, cursos técnicos y experiencia laboral, con lo que la nación oriental ocupa uno de los primeros lugares en saqueo y robo de su inteligencia.

  • “Parece increíble que en pleno siglo XXI, en civilizaciones tan cercanas se pueda justificar lo injustificable, con tanta hipocresía, azuzando el fantasma del imperialismo “Yanqui”.

El señor Berois sabe que el imperio no es un fantasma. Los datos del millonario costo económico del bloqueo son conocidos por toda la comunidad internacional, que abrumadoramente se ha pronunciado por exigir a los Estados Unidos que cese en esa ilegal política de genocidio. Los costos materiales y humanos de la constante agresividad, de las acciones terroristas y la subversión, también están suficientemente documentados, y ampliamente divulgados entre los parlamentaros de la región. No está confundido o desinformado el señor diputado. De lo que se trata es que Berois ejercita el infame oficio de Judas.

El señor diputado Berois concluye su semicrónica con una confesión de fe que no le pertenece. Es una copia perfecta del lenguaje fascistoide y amenazante de la loba Ileana Ros-Lehtinen y los más feroces especímenes de la fauna terrorista cubanoamericana: 

  • “Nos queda la esperanza que no será la biología la única capaz de terminar con los hermanos Castro, sino que desde dentro del propio Régimen se promuevan los tan necesarios cambios, por los que luchan Yoani, Reinaldo y tantos cubanos que se movilizan en el silencio… es imprescindible una transición madura, que evite males mayores”.
El cinismo esconde lo inobjetable: Como la Revolución llena plazas y calles con masivas manifestaciones de apoyo, el señor Berois afirma que la contrarrevolución “se moviliza en silencio” y “murmura su opresión en voz baja”. Si no se tratara de algo tan nauseabundo llamaría a broma el superdotado oído del señor diputado.

No hay casualidad, el diputado Berois no hizo ni el menor esfuerzo para visitar un barrio popular, hablar con los y las transeúntes, acercarse a una escuela o fábrica, porque le iba a pasar lo mismo que en sus visitas anteriores: Conocería ahora del gran movimiento de debate nacional que apoyó el VI Congreso de Partido Comunista de Cuba, hubiera listado los consensos, confianzas y justas aspiraciones que mueven hoy a los cubanos y cubanas, la generalizada aversión por el capitalismo, el deseo de más y mejor socialismo. Sería en definitiva, una nueva constatación de lo que piensan para bien de la patria “el Gobierno y sus más próximos seguidores”.


El señor diputado Berois no podía terminar sus diatribas, sin anotarse el flaco “mérito” de una irreverente mención al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, expresión grosera y fehaciente de su sórdida naturaleza.


Este empleo de la “visita” de Ricardo Berois Quinteros, no lo podemos ver como algo casual. En la hermana nación uruguaya, donde tenemos muchos y muy buenos amigos, el tema anticubano con frecuencia es azuzado por las fuerzas de derecha para atemorizar y frenar el avance democrático. Allí, además, hay sujetos muy activos contra la Cuba revolucionaria. Lamentablemente para no quedarse sin palmadas pseudo democráticas, algunas personalidades situadas la izquierda, de vez en cuando se hacen eco de las claves y mensajes de la propaganda enemiga.


Entonces, en mi opinión, resulta necesario retomar el tema en una próxima entrega.



Enviado por su autor para Cuba coraje


Imagen agregada RCBáez: No hay peor ciego...

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