La semana pasada estuve en Valencia y
aprovechamos para ir a comer a la playa de
la Malvarrosa. Una paella, faltaría más. La
paella contenía arroz proveniente de
Indonesia, camarones de Ecuador y la India,
calamares de Argentina, pollo alimentado
con maíz brasileño, conejo alimentado con
soja boliviana, verduras de Marruecos,
espárragos de Perú y Chile y todo eso con
cariño y a fuego lento... con gas que nos
llega desde Argelia. Para terminar, un café
ugandés con azúcar dominicano y en el
centro de la mesa unas flores colombianas.
¿Nos estamos comiendo el mundo? Fragmento de: Ferrán García - Nos comemos el mundo: Deuda Ecológica y soberanía alimentaria. (Si a alguien le interesa el artículo, escribame y les envio la revista versión electronica en que fue publicado.)
Vivimos en una sociedad consumista por excelencia. En eso nos han convertido los dueños del mundo. Vivimos esclavizados por el dinero, la propaganda, publicidad y de un monton de artículos inservibles, innecesarios para tener una vida digna. Desgraciadamente, casi nadie hace consciencia de que, hacer compras no es una actividad inofensiva. Cuando nosotros adquirimos un artículo en venta, generalmente no pensamos en toda la cadena de esfuerzos que se requirieron para que ese producto pudiera estar ahí, listo para nuestro consumo.
Sería una buena actividad que, cuando creemos necesitar comprar algo, antes de hacerlo hicieramos una refelxión. Primeramente, si realmente necesitamos tal producto, o si en realidad sólo es un capricho nuestro por ser la novedad o por el hecho de que "nos ayudará" a vernos mejor. Si se decide que realmente se necesita, pues aveces no queda de otra, pero sé que la mayoría de las veces, esa necesidad no es real y entonces, podemos prescindir de ello.
También hay que reflexionar lo que ya mencione antes, en toda la cadena por la que ese producto ha tenido que pasar para estar ahí. Seguramente para su fabricación se requirieron materias primas que algún jornalero debió obtener de la naturaleza. Pensemos también en la fábrica, donde otro jornalero más debió ensamblar el rpoducto. Y por qué no, pensemos también en el dueño de la empresa, que está tranquilamente sentado en un gran sofá, disfrutando de las ganancias obtenidas a base del trabajo de los trabajadores y de la ignorancia del consumidor.
Muy fácilmente alguien podría refutar esto argumentando que, si dejamos de consumir, esos jornaleros que menciono podrían perder el único sustento que tienen para sobrevivir. Bueno, para empezar, normalmente las grandes empresas multinacionales, emplean a sus jornaleros bajo condiciones miserables de trabajo, con largas jornadas de trabajo, por un salario de miseria que ni siquiera cubre todas sus necesidades, expuestos a sustancias tóxicas y a accidentes laborales y con prohibiciones a la organización sindical. Por otro lado, al destinatario final, ya nos nos miran como seres humanos, sino como simples consumidores.
Ahora, estas empresas invaden territorios ricos en recursos naturales y "emplean" a los pobladores, que anteriormente, ya vivían ahí y tenían otro tipo de actividades; pero ahora, como la multinacional ha adquirido todo, no les queda más que trabajar para ellos. Han sido invadidos y les han arrebatado sus tierras por un precio muy bajo equiparandolas con las ganancias que se obtendrán.
Leí apenas en RIUS (En la trukulenta historioa del capitalismo), un ejemplo para darnos cuenta de la ganancia capitalista, más o menos era así: Un jonalero es empleado para fabricar zapatos y le pagan por jornada, no por la cantidad de zapatos fabricados. Su sueldo es de $100 la jornada de 8 horas. En esa jornada fabrica 5 pares de zapatos. Cada par, la empresa lo venderá a $100. Es decir, la ganancia es de $500, menos los 100 del jornalero, $400. Menos los impuestos y no sé que tantas estupideces más, a la empresa le venían quedando algo así de $250. Y ahora, supongamos que la empresa tiene 100 jornaleros trabajando. Es decir, multipliquemos 250*100. Sí, la ganancia del empresario será de $25,000, al día, sin moverse de su cómodo sofá, minetras que cada uno de los jornaleros recibirá un salario de $100. (bueno, no recuerdo con exactitud el ejemplo, pero así era más o menos y creo que se entiende la idea).
Es decir, al consumir irresponsablemente, estamos fomentando este maldito sistema de explotación. Que muchas personas (incluidos niños), pasen el resto de sus vidas sometidos a unas cadenas invisibles, pero aún así, pesadas y dolorosas. Estamos ayudando a que los dueños del mundo incrementen cada vez más sus riquezas y con eso, su poder y control. ¡Ya basta de ser sus borregos!
¿Cómo ser un consumidor responsable?
Pensemoslo bien antes de comprar ese producto que tanto anhelamos, quizas alguien al otro lado del mundo se está muriendo por obtener los recursos para la fabricación de tu capricho. Probablemente, alguien sufrió un accidente laborar en la fabrica en donde se ensambló ese producto (y sin tener derecho a justicia, simplemente fue despedido porque ya no es útil para el trabajo). En la menos peor de las situaciones, tal vez simplemente estás apoyando a los más poderosos y ricos que sigan incrementando su poder y riqueza a costa de la esclavitud de las personas que no les queda otra opción más que someterse a los peligros del mercado laboral para poder sobrevivir, y esclavizandote a ti mismo consumiendo lo que realmente no necesitas.Pon atención en dónde y cómo gastas tu dinero. ¿Tu dinero va a apoyar a compañías a las que no les importas? ¿Están estas compañías destruyendo el medio ambiente, matando animales, tratando como mierda a la gente que trabaja para ellas? ¿Están intentando por todos los medios venderte un producto que te provoca cáncer? ¿Está su publicidad diseñada para manipularte, hacerte sentir insegura o para hacer que sus productos parezcan más de lo que realmente son? ¡No necesitas dar a esas cabronas tu dinero! De la misma forma, ¿compras muchas cosas que realmente no necesitas? Refrescos y comida basura, por ejemplo. ¿Acabas gastando mucho dinero cada vez que quieres divertirte y relajarte? Hay miles de cosas que tú y tus amig@s podéis hacer que son divertidas, creativas, y que no cuestan dinero. En cuanto experimentes un poco, te darás cuenta de que disfrutas mucho más de la vida cuando no estás pagando continuamente por todo. Este frangmento lo obtuve de: Guerrilla Latina
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