“Ideada por Iturbide, la bandera que simbolizó el Plan de Iguala, firmado por él y otros jefes en esa villa, era tricolor, con franjas diagonales de color rojo, verde y blanco; una estrella en cada franja y en la central una corona imperial dorada, con el fondo encarnado y orlada con las palabras Religión, Independencia, Unión”.
Hablé ayer, mis valedores, del significado de sus colores. En el aniversario No. 190 de su creación, que hoy se conmemora, el discurso oficial exaltará un lábaro patrio izado a toda asta como símbolo, identidad y nacionalismo. Lo usual. Yo, en contrapunto de las frases retumbantes, consigno aquí opiniones que fluyen a contracorriente del discurso oficial. Roger Bartra, sociólogo y antropólogo:
- Una nación puede sobrevivir sin nacionalismo. Porque el tal se convierte en algo dañino para los habitantes que viven en un territorio, una enfermedad y no un factor de desarrollo. Desde hace varios sexenios el nacionalismo le ha hecho mucho daño al país. Se ha vuelto institucional y está actuando en contra de la nación misma. Está en clara y franca crisis. Hay muchos que se han propuesto como salvadores del nacionalismo. Lo mejor sería que no hubiese salvadores, que los mexicanos pudiésemos vivir en una sociedad democrática. Exaltar los símbolos patrios es presagio de guerra. Donde existe la democracia, la importancia de los símbolos patrios decrece y empiezan a tener importancia otra clase de símbolos. Que en México se recurra tanto a la simbología patriótica es una mala señal. Cuando hay tanto uso de las banderas es que hay evidentes señales de conflicto.La befa y un “nacionalismo” ofendido:
“El profesor Luis Gárate, de El Palmito, Sin., ultrajó el lienzo patrio limpiando con él los cristales de la ventana de su casa. Como este hecho afrenta gravemente los sentimientos patrióticos del pueblo mexicano, considero que se investiguen los hechos y se proceda a la consignación e inmediata destitución del dicho profesor, por ser indigno de desempeñar el noble cargo de maestro de la niñez mexicana”.Gabriel Zaíd, escritor :
“Las banderas y los himnos como símbolos sacros del Estado son decimonónicos. La declaración de que estos emblemas son nacionales es un engendro político del siglo XIX (…) Han cambiado las misas y las devociones, pero no el santoral político ni las devociones oficiales, ni las misas de gallo del 15 de septiembre que inventó el General Porfirio Díaz para celebrar su cumpleaños (…) Requerimos de unos símbolos patrios más tranquilos, menos aparatosos”.Bartra:
“Esa tremenda insistencia en la formalidad del símbolo proviene de un intento de vestir el cuerpo desnudo. El cuerpo del nacionalismo tradicional revolucionario está desnudo, pero el Gobierno quiere cubrir esta desnudez a como dé lugar. Es como si literalmente se cubriera con el paño de la bandera, con el símbolo más vacío de contenido, sin acudir a ninguna tradición. Por eso son símbolos completamente vacíos, manipulados”.Befa, ignorancia, “nacionalismo”:
Salamanca, Gto. “Empleados de parques y jardines de la presidencia municipal utilizaron una bandera nacional para recoger la basura de la vía pública. Le echaban encima basura y excremento de perros. Luego arrojaban su carga en el vehículo lanzando con fuerza, como catapulta la bandera, que sacudían para repetir la acción. Explican que ‘la encontramos en un basurero y nos ha servido mucho para recoger la basura’”.(Otros usos de la bandera, mañana.)
Fuente:Página de Tomás Mojarro El Valedor
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