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Resentimiento y poder

domingo, 16 de enero de 2011
El guerrero brinca, ágil, en la cámara de una dama al son lascivo de un laúd. Pero yo no sirvo para trucos deportivos, ni para cortejar a un amoroso espejo. Yo, groseramente creado deforme, inconcluso, enviado antes de tiempo a este mundo, hecho a medias y tan poco agraciado que los perros ladran a mi paso. Yo, en tiempos de paz, no disfruto del paso del tiempo. Salvo para espiar mi sombra en el sol y discutir sobre mi propia deformidad. Puedo sonreír. Y matar mientras lo hago. Y humedecer mis mejillas con lágrimas falsas. Y adaptar mi rostro para todas las ocasiones. Y como no puedo ser un amante, estoy decidido a ser un villano. Y odiar los placeres frívolos de estos tiempos.
Ricardo III. William Shakespeare.

Siglos después de que Shakespeare describiera de esta forma a Ricardo III, Gregorio Marañón en su obra Tiberio, Historia de un resentimiento, analiza la personalidad de este emperador romano, su biografía y ofrece una hipótesis de las causas que motivaron su desempeño en el poder.

Se dice entonces que algunos individuos incapaces de aceptar sus defectos físicos o mentales, viven sumergidos en una pasión que Marañón identifica con el resentimiento y suplen estas carencias emprendiendo una desesperada, encarnizada lucha por obtener todo el poder político personal que esté a su alcance y, una vez obtenido tal poder, hacen objeto de su venganza a todos los que estén bajo su mando.

...el triunfo, lejos de curar al resentido, lo empeora, y es una de las razones de la violencia vengativa que el resentido ejerce cuando alcanza el poder.
Gregorio Marañón.

En la Historia reciente de México tenemos algunos ejemplos de resentidos que alcanzaron el poder: Principalmente está Carlos Salinas de Gortari, desde niño se evidenció su naturaleza psicopática en aquel conocido episodio del asesinato de su sirviente. Salinas, complexión enclenque, de baja estatura, prominentes orejas, con un rostro de ¿teconozco? y calvo, desarrolló un complejo de inferioridad que se expresó en resentimiento contra todo.
También su sucesor Ernesto Zedillo era un resentido, su aspecto es el prototipo del nerd, pero el origen de su resentimiento se encuentra en la incertidumbre de no saber quien fue realmente su padre, este hecho, además fue el motivo psicológico que lo llevó a jurar lealtad por sobre todas las cosas (incluida su familia y su país), a la fraternidad secreta estudiantil de la Universidad de Yale
Skull & Bones.

Otro ejemplo más o menos reciente de resentido en el poder fue Mario Villanueva Madrid, encarcelado hace como tres años por vínculos con el narcotráfico. Villanueva era conocido como El Chueco , por la parálisis facial que desde muy joven deformó su cara .Se dice, que por eso muchas fueron las mujeres que rechazaron las pretensiones románticas de Villanueva . Resentido , El Chueco trabajó incansablemente por convertirse en un hombre poderoso, y como es sabido, el poder hace sexy y guapo a cualquiera por más chueco que esté, buscó a las mujeres que lo rechazaron, se convirtió en su amante, si tenían marido mucho mejor, a estos les daba algún cargo dentro de su gobierno y a la manera de el Rey David ( ¡el de las Mañanitas!), enviaba a los hititas Urías lejos para disfrutar de los placeres que le otorgaban las Betsabés quintanarroenses.

Actualmente somos testigos y víctimas de un resentido por su corta estatura, calvicie (chaparrito pelón con lentes le dijo el presidente de su partido durante la campaña electoral de 2006), nariz deforme, aspecto de Tontín el enano de Blancanieves, alcohólico y educado en la más paralizante rigidez católica.

Post publicado en su versión original en Año 11 de la Oscuridad el 3 de marzo de 2005

2 comentarios:

Unknown dijo...

jajajaja...Excelente descripción de Tontín digo, de Calderón jejeje

Buen articulo amigo, sin duda esto del resentimiento (como todos los temas de Temas afines a la libertad) dan para largas platicas.
En lo personal, conozco a gente "poco agraciada", que son grandes personas y pensadores, pero en la confianza, a veces no dejo de percibir si, la hueya o marca de un sufrimiento por sus autopercibidos o reales "defectos" fisicos...
¿Cultura o naturaleza humana esto de rechazar a los no agrasiados?

Indio Cacama dijo...

Ese rechazo va muy de la mano con el post Intolerancia que acabo de poner aquí; pero el resentimiento es una pasión casi incurable que no siempre tiene que ver con los defectos físicos.

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