«La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: Sí o No. En su brevedad instantánea, como a la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana» (Octavio Paz, La otra voz).
«La vida del hombre no puede "ser vivida" repitiendo los patrones de su especie; es él mismo —cada uno— quien debe vivir. El hombre es el único animal que puede estar fastidiado, que puede estar disgustado, que puede sentirse expulsado del paraíso» (Erich Fromm, Ética y psicoanálisis).
En la realidad existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad, desde terremotos o enfermedades hasta tiranos. Pero también nuestra libertad es una fuerza en el mundo, nuestra fuerza. Si hablas con la gente, sin embargo, verás que la mayoría tiene mucha más conciencia de lo que limita su libertad que de la libertad misma. Te dirán: « ¿Libertad? ¿Pero de qué libertad me hablas? ¿Cómo vamos a ser libres, si nos comen el coco desde la televisión, si los gobernantes nos engañan y nos manipulan, si los terroristas nos amenazan, si las drogas nos esclavizan, y si además me falta dinero para comprarme una moto, que es lo que yo quisiera?» En cuanto te fijes un poco, verás que los que así hablan parece que se están quejando pero en realidad se encuentran muy satisfechos de saber que no son libres. En el fondo piensan: « ¡Uf! ¡Menudo peso nos hemos quitado de encima! Como no somos libres, no podemos tener la culpa de nada de lo que nos ocurra...» Pero yo estoy seguro de que nadie —nadie— cree de veras que no es libre, nadie acepta sin más que funciona como un mecanismo inexorable de relojería o como una termita. Uno puede considerar que optar libremente por ciertas cosas en ciertas circunstancias es muy difícil (entrar en una casa en llamas para salvar a un niño, por ejemplo, o enfrentarse con firmeza a un tirano) y que es mejor decir que no hay libertad para no reconocer que libremente se prefiere lo más fácil, es decir esperar a los bomberos o lamer la bota que le pisa a uno el cuello. Pero dentro de las tripas algo insiste en decirnos: «Si tú hubieras querido...»
En resumen: a diferencia de otros seres, vivos o inanimados. Los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética.
Fragmentos del libro: Ética para Amador. Fernando Savater
JORDI PUJOL, 50 AÑOS DE CDC, MÁS EL EMÉRITO.
Hace 8 horas
3 comentarios:
Aqui queda muy bien la frase título del libro de Erich Fromm..."MIEDO A LA LIBERTAD"
No se si estar totalmente de acuerdo contigo amigo, si bien comprendo el sentido de tu artículo, creo que el MIEDO es un agente antilibertad bastante poderoso, si no tuvieramos miedo muchas cosas no permitiriamos.
Aunque también es cierto que finalmente la decisión de enfrentar ese miedo es parte de nuestra libertad.
Un saludo...
Gracias por comentar...
tienes razón en lo de el miedo, pero imaginate si no tubieramos, muchos pequeños ni siquiera lograrian crecer.
No te creas el miedo ala libertad lo experimentamos todos, en mayor o menor medida. En fin.
Saludos.
Creo que esta cuestión del miedo tambien es un buen tema para analizar, en este aspecto Krishnamurti menciona que existe el miedo razonable, como al fuego o un precipicio, y el miedo irracional y adquirido como el miedo al que diran, etc.
Buen tema, espero comentarlo pronto.....me tengo que ir! jeje
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