¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
El cadáver exhibido “no es del Lazca”
De acuerdo con expertos en criminalística y ciencias forenses que
laboran en el ámbito judicial consideran falso que el cadáver presentado
por la Secretaría de la Marina Armada de México (Semar) y el gobierno
de Coahuila como el de Heriberto Lazcano Lazcano corresponda realmente
al del líder de Los Zetas.
A petición de Proceso, especialistas de
varias instituciones que pidieron el anonimato realizaron una
identificación criminal empleando fotografías del cadáver exhibidas por
la Semar, así como las imágenes en que el jefe de Los Zetas aparece en
vida. Este ejercicio lo realizaron con base en el dictamen médico legal
de la necropsia difundido por la prensa el viernes 12.
“El día 7
de octubre de 2012, en el anfiteatro de la Funeraria García, de Sabinas,
Coahuila –señala el documento–, el perito médico forense de la PGJE
(Procuraduría General de Justicia del Estado) realizó la necropsia de
ley al cadáver de una persona que se tenía como no nombre (nn),
emitiendo el dictamen médico legal de necropsia en los términos
siguientes:
Examen traumatológico: “Herida (ocasionada) por
proyectil de arma de fuego de grueso calibre con orificio de entrada en
región occipital, alojando el proyectil en la base del cráneo, en la
parte anterior izquierda, con trayectoria de atrás hacia adelante, de
abajo hacia arriba y de izquierda a derecha”.
Una segunda herida
“por proyectil de arma de fuego de grueso calibre con orificio de
entrada en la parte posterior de la región parietal izquierda y orificio
de salida en región parietal derecha, que fracturó el hueso occipital”,
además de otras cuatro heridas, también por proyectil de arma de fuego,
que en opinión de los especialistas no son causa de fallecimiento: una
en el glúteo derecho, otra en el glúteo izquierdo, la quinta en la
región pectoral derecha –debajo de la tetilla– y la sexta en el codo
derecho.
–¿En la herida número uno encontró incongruencias –se le pregunta a uno de los especialistas.
–Sí.
Porque, ¿cómo es posible que una bala de grueso calibre se aloje en la
base del cráneo? Normalmente, cuando son proyectiles de esta dimensión
entran y salen, la atraviesan completamente porque el poder de
destrucción es muy alto. Es el mismo efecto que los humanos tenemos
cuando nos disparan en la cabeza, salvo en calibres pequeños: las
paredes del cráneo pueden resistir esos impactos. Sin embargo, la Semar
dice que los marinos dispararon a una distancia de 30 metros. ¡Imagínese
el poder de fuego que tiene el arma para disparar de esa distancia y
darle a la cabeza a alguien! No es común. No es normal que el rostro del
cadáver esté completamente limpio.
–En la población de Progreso,
donde, según las autoridades, fue abatido El Lazca, una testigo declaró
al periódico Excélsior que a uno de los ejecutados lo obligaron a
hincarse y luego le dispararon…
–Como no tenemos acceso al resto
de la información –sobre todo a los indicios que nos permitirían
reconstruir el hecho o por lo menos acercarnos al mismo a través de las
fotografías y el rastreo pericial que levantan– , no sabremos si
efectivamente se realizaron estas maniobras en este lugar.
–Si fue como ella dice, ¿su versión se ajusta a las características de algunas de las heridas?
–Coincide
con la herida número uno. Lo tienen boca abajo y tirado en el piso;
bien podría concordar. Pero, repito: tendríamos que tener acceso a más
documentación para buscar otros indicios, como rastros de pólvora o
quemaduras, porque el cadáver, o al menos la parte que nos muestran de
él, no tiene quemaduras.
Imágenes manipuladas
Otro de los peritos consultados se refiere a la herida dos:
“La
necropsia dice que entra (una bala de grueso calibre) en la parte
posterior de la región parietal izquierda y sale por la derecha –esta
región es el hueso que tenemos por arriba de la oreja–, y que el
orificio de salida en la región parietal derecha fractura el hueso
occipital. Si uno se toca atrás de la cabeza, sentirá una protuberancia,
como una bolita, ese es el hueso occipital; o sea que la bala penetra y
rompe todo el cráneo y fractura este hueso. Y si nos fijamos en las
fotografías donde el muerto aparece acostado y se le ve la oreja
derecha, no aparece ningún orificio de salida”.
Incluso muestra
imágenes que circulan en internet: “Fíjese –dice– cómo el cadáver está
en posición de tres cuartos y se le ve claramente la oreja del lado
derecho. Y por arriba de ella está el hueso occipital por donde
supuestamente salió la bala… No se ve ningún orificio”.
–¿Esto qué quiere decir?
–Que
las imágenes presentadas al público están manipuladas y fueron hechas
especialmente para aparentar que la víctima es El Lazca. Sin embargo, el
protocolo de necropsia y lo que nos muestran los medios no es lo que
sucedió. Científicamente no es posible comprobar la identidad de este
sujeto por lo que nos están diciendo. Científicamente, las fotografías
que nos presentan no concuerdan con las que conocemos de él. ¡Imagínese!
Se ha difundido que la Marina utilizó armas de 2.23 mm. Con su poder
destructivo, le hubiera volado la cabeza. Es sencillo: no concuerdan las
armas utilizadas con las lesiones que presenta el sujeto fallecido.
–¿Y en cuanto a la herida tres?
–El
resto de las lesiones no son importantes para un uso criminalístico
mortal porque no causan la muerte. Las importantes son las de la cabeza.
–¿Estas
son las dos heridas que, al comparar los cuerpos en fotografía, nos
hacen estar seguros de que no se trata de la misma persona?
–Sí.
Si usted observa las imágenes del sujeto, verá que las regiones en las
cuales deben aparecer heridas, no tiene lesión alguna.
–El médico
forense de Coahuila declaró que no eran seis, sino cinco las heridas, y
también dijo que había señales de cirugía plástica en las orejas. ¿Es
lógico que alguien se opere las orejas y no el resto de la cara?
–Es
ilógico. Ahora que ya no tienen el cuerpo, cómo es posible que salga un
doctor a decir que tenía una cirugía plástica en las orejas, cuando lo
debieron haber dicho desde un principio; y ahora retiran las fotografías
de internet para que no se vea la comparación. El certificado debió
incluir las cicatrices y las heridas encontradas en el sujeto.
–En
algunos sitios de internet circula una fotografía del cuerpo donde
aparece con la frente y parte de la nariz deshechas, además de una
herida en el labio. ¿A cuál de las heridas de la necropsia corresponde?
–Tendría
que ser a la primera, porque cuando el proyectil disparado por arma de
fuego entra en la región occipital, es decir en la nuca, de arriba hacia
abajo, la bala pega en el hueso contrario, que es el hueso frontal.
Pero el sujeto que nos presentan no tiene ninguna herida. O nos hicieron
un photoshop o un gran teatro.
Escenarios inverosímiles
Los
peritos consultados aceptaron realizar el análisis de manera no
oficial, sólo por “inquietud” forense, para saber si las cosas están
bien o mal hechas.
–¿Y cómo están? –se le pregunta a un tercer experto.
–Estaban mal hechas. Ahora, sobre la marcha, tratan de recomponer la situación.
–¿Puede ser que Lazcano Lazcano no esté muerto?
–Hasta no tener las pruebas de ello, afirmarlo sería faltar a una ética profesional.
Algunos
peritos realizaron una explanometría facial, tanto al rostro del
cadáver como a una fotografía tomada a Lazcano cuando aún vivía.
–¿Qué indican las mediciones? –se les pregunta a los peritos.
–No
concuerdan. El estudio denominado explanometría facial consiste en
realizar ciertas mediciones en el rostro de las personas para tratar de
identificar esas pequeñas características que son únicas y que a pesar
de que se practique cualquier operación, no variarán. Son perennes –dice
uno de ellos.
Explica que estas características son la comisura
de los labios, el tamaño de las orejas y de los huesos de los pómulos,
así como las “entradas” entre el cabello.
–¿Qué resultados obtuvieron?
–Lo
que nos provoca dudas es la posición de las orejas. Dicen que se las
operó, pero aun así no concuerdan, porque una cosa es operarse las
orejas y otra es cambiarlas de lugar. Las orejas están en diferente
lugar. En la foto del vivo la altura de la oreja está sobre la elevación
del ojo, mientras que en la foto del muerto está aún más arriba que la
oreja del vivo.
En cuanto a la comisura de los labios, se
realizaron superposiciones en las que se acomodan de manera muy
evidente; sin embargo, en la foto del sujeto cuando estaba vivo están
más pequeñas que en el fallecido.
En cuanto al tamaño de los
huesos del pómulo, estos son más prominentes en el vivo que en el
muerto, “a menos que un doctor le haya recomendado rebajarse los huesos;
pero es una operación que aquí en México no se lleva a cabo, y
sinceramente no creo que se la haya practicado”, afirma.
Por lo
que respecta a las “entradas”, si bien son similares, en las fotos del
sujeto vivo, están más cerca de la ceja, mientras que en el muerto están
más alejadas. Sé que se pueden quitar, pero como es un rasgo genético,
las entradas de pelo regresan a su lugar.
–Decía usted que estos rasgos genéticos no cambian. ¿No se modifican cuando la persona muere?
–No. Salvo que el cuerpo esté putrefacto.
–¿Cuál es la conclusión a la que llegan ustedes?
–Que
el sujeto que nos están presentando como Heriberto Lazcano no es él.
Salvo que tengamos más elementos, más indicios y acceso al expediente,
podríamos cambiar de opinión. Hasta ahora, con el conocimiento
científico que poseemos podemos determinar que no son la misma persona.
–¿Qué genera este tipo de posibles errores forenses?
–Que
la mayoría de la gente no nos crea. Hay casos en la opinión pública que
han sido muy sonados –como el de la niña Paulette, en el Estado de
México–. No es posible perder años de experiencia y de estudio por el
mal manejo que se hace de estas informaciones. A los expertos forenses
nos están destruyendo. Son situaciones que desprestigian a los forenses
que realmente estudiamos y que tenemos el interés de que esto se
resuelva de manera imparcial.
“Espero que los expertos forenses
tengamos un lugar preponderante en este tipo de situaciones y que el
gobierno mexicano voltee la vista a la ciencia. Dejarse de hacer
lucubraciones, cuentos y engañarse a sí mismo. Y que la ciencia permee
las investigaciones criminales como se hace en todo el mundo, menos en
México”, concluye el último de los entrevistados.
Bueno, cuando había boletos para el metro
Hace 1 día
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